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Noticias Obreras | Por un futuro de trabajo decente para las mujeres

Kiosco, Mujer trabajadora

Noticias Obreras | Por un futuro de trabajo decente para las mujeres

01 marzo 2018

Presento el sumario de contenidos y portada de la revista Noticias Obreras, una mirada cristiana del trabajo humano y el bien común, de marzo de 2018 (número 1.604).

Las palabras claves son: #IgualesenDignidad, #ReformaLeyElectoral,
#TrabajoDecenteMujeres e #InMemoriam.

Este mes abrimos la revista con el manifiesto para el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer Trabajadora, de la HOAC y la JOC con el título: #IgualesenDignidad, iguales en derecho.

NNOO digitalEditorial • Reformar la ley electoral. El texto aboga por abordar una reforma electoral como elemento de regeneración democrática que sea más acorde a una nueva realidad política, plural y diversa, y a la proporcionalidad en el voto expresado por la ciudadanía. Se publicará en la web y en las redes sociales el próximo 15 de marzo. Te animamos a su valoración y a compartirlo con la etiqueta #ReformaLeyElectoral. Si lo prefieres, puedes hacer llegar tu opinión a participacion@noticiasobreras.es

Tema del Mes • Por un futuro de trabajo decente para las mujeres. Las dificultades para la conciliación, la brecha salarial y el «techo cristal» son los tres principales factores que condenan a la precariedad a las mujeres trabajadoras. La catedrática Margarita Ramos Quintana plantea, en este artículo, vías para robustecer los derechos laborales efectivos de las mujeres para que la igualdad sea una exigencia y una realidad presente en todo el mundo. Ilustrado por la viñeta de Chipola. En esta sección, nos ponemos a la escucha. Puedes hacer tus aportaciones al tema a través de las redes sociales con la etiqueta #TrabajoDecenteMujeres o al correo participacion@noticiasobreras.es.

Entrevista • Conversación con Natalia Peiro, secretaria general de Cáritas: «Ahora las personas en pobreza cronificada son menos visibles». Por José Luis Palacios.

In memoriam • Rogad por nosotrosFernando Díaz Abajo, en pleno camino de Cuaresma, hace memoria de los militantes de la HOAC fallecidos en el campo del honor del trabajo y de la lucha.

Laboral • La brecha de las mujeres trabajadoras. En las últimas décadas se ha producido una progresiva incorporación de las mujeres al empleo remunerado, junto a una evolución en el programa legislativo y programas institucionales cuya finalidad ha sido combatir las discriminaciones que afectan al acceso y mantenimiento del empleo de las mujeres. Por Raquel Gómez, de la Secretaría de la Mujer e Igualdad de CCOO.

Vidas precarias • «Me paso todo el día corriendo para hacer mi trabajo y cuidar a mi hijo». Ana tiene que hacer encaje de bolillos para afrontar cada día. Tiene un niño en edad escolar y su pareja, que trabaja a turno partido, no puede ayudarla con su hijo por las tardes. En consecuencia, ella ha buscado un trabajo flexible que la permita conciliar también su vida familiar. Por Amaya Muñoz, militante de la HOAC de Burgos que estrena colaboración y damos la bienvenida a la revista.

Política • Hablemos de lo que nos interesa. Javier Madrazo señala cómo el Gobierno solo habla de dos temas: la pretendida recuperación económica y Cataluña, en la confianza de que ambos le pueden beneficiar políticamente. Ilustrado por Javiñetas, con Pasos firmes y en la buena dirección.

Economía • Una economía para las personas. Bernardo Pérez, del Instituto Teológico de Murcia, destaca la necesidad de repensar la economía desde la ética en una perspectiva creyente.

Otra vida familiar es posible • El reloj de la familia. Carmen Oliveros, coordinadora del Equipo Misión Familia de CVX España, comparte su experiencia en el reloj de la Familia, un espacio para trabajar la vida familiar y acompañar a las familias en el complejo y cambiante mundo actual.

Iglesia • Politizar los cuidados desde la teología feminista. El Sector de la Dona (Mujer) de HOAC Valencia y la asociación Dones Creients organizaron la jornada «Por una sociedad que sostenga la vida», que desbordó el aforo del salón de actos del Colegio Mayor Rector Peset de Valencia. Por Yolanda Cañada.

Experiencia • Novaterra: un viaje hacia la dignidad y el empleo. 25 años durante los cuales esta fundación a buscado avanzar hacia la dignidad y el empleo para miles de personas, de la mano de personas e instituciones que se unieron a partir del secretariado diocesano de Lucha contra el Paro de Valencia. Por Olivia Pérez, responsable de comunicación de Cáritas Valencia.

Cultura • La semilla de fraternidad en el trabajo de BonifaciaLas ideas y sueños de Bonifacia Rodríguez de Castro no están obsoletas. Han pasado muchos años desde que esta mujer sencilla y obrera buscara respuestas y luchara por mejorar el mundo de la mujer trabajadora y pobre. Por Marisa Bueno, militante de la HOAC de Salamanca.

Libros • Combatir la violencia contra las mujeres desde la Iglesia. La teóloga Montserrat Escribano nos reseña Caín, ¿dónde está tu hermana?, un libro que es el resultado de las jornadas anuales de la Asociación de Teólogas Españolas (ATE).

Noticias Obreras recoge las colaboraciones de Juani Sosa en la sección El trabajo es para la vida con el artículo Cuestiones de género y seguridad laboral; Araceli Caballero, en El cuidado de la creación, con Hacer el vacío; Francisco Porcar escribe en La Mundialización: Hay pobres porque hay ricos; Jesús Espeja en El Termómetro con Una Iglesia en salida profética; Fernando Díaz Abajo escribe en El Evangelio en tu vida el artículo: Lo débil de Dios es más fuerte; y Susana García, en Cine, con Mujeres trabajadoras, mujeres fuertes.

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Imagen portada | Ryan Brown (UN Women)

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¡Tú! | Mujeres trabajadoras

Kiosco, Mujer trabajadora

¡Tú! | Mujeres trabajadoras

28 febrero 2018

Presento los contenidos del periódico ¡Tú!, número 184 de marzo.

En portada, en el «Así lo vemos» recordamos que «la falta de empleo, la desigualdad, la injusticia, la explotación, la violencia, los abusos… siguen muy presentes en la vida de las mujeres trabajadoras, a pesar de los avances».

Teresa Jiménez Zamorano, en la columna «Con Dios en la vida obrera», titula su artículo El lado oculto de la luna. En «La calle»: Cuando la precariedad laboral lo invade todo, Miriam Feu, de Cáritas Barcelona, nos expone, desde el testimonio de 35 personas atendidas en su organización, cómo la precariedad les afecta en todos los ámbitos de su vidaEn «Política en zapatillas», A.A. Maestre escribe Los Juanes y la política; y Francisco Porcar, en «Cultura», El amor a la verdad.

La «Ventana del mes» aborda un tema prioritario: Los sindicatos relanzan la agenda social. Las organizaciones de los trabajadores y las trabajadoras  de nuestro país quieren recuperar la agenda social, postergada largo tiempo por el desafío independentista catalán, los juicios por corrupción y las estrategias electoralistas de los partidos políticos. Lo firma José Luis Palacios.

En la sección «¿Quién es?» entrevistamos a dos mujeres militantes de la HOAC: Susana Castrillejo, de Burgos: «Todo en la HOAC ha de ayudar a crecer y hacernos más discípulos»; y a Candelaria Hernández, de Murcia: «Ellos no se rinden. Lo nuestro es no dejar de luchar por el cierre de los CIE». 

Para la «Mirada justa», Pino Trejo firma En el último banco, sobre las situación de las mujeres dentro de la Iglesia, y en «¿Sabías que» aportamos datos de desempleo de mujeres en nuestro país. Antonio Hernández-Carrillo, escribe en el «Evangelio en la calle»: Junto a la cruz de Jesús, y el «Así va el mundo» está dedicado al Día Mundial del Agua, que se celebra el 22 de marzo.

El ¡Tú! de marzo (en pdf) será accesible gratuitamente dentro de unos días. Las personas que hacen posible, con su suscripción, esta publicación ya lo están recibiendo en sus domicilios.

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#IgualesenDignidad, iguales en derecho

Comunicados, Mujer trabajadora

#IgualesenDignidad, iguales en derecho

28 febrero 2018

 Manifiesto 8 de marzo. Día Internacional de la Mujer Trabajadora 
 Juventud Obrera Cristiana • Hermandad Obrera de Acción Católica 

«Es un trabajo que me gusta, pero las condiciones son muy malas. Trabajar así es muy duro. Y cada vez está peor. Ojalá llegue un día en que se pueda trabajar dignamente». Charo es una trabajadora de 54 años, divorciada y con dos hijos mayores de treinta. Durante 14 años ha trabajado como camarera de piso en un hotel.

El trabajo es el medio de participación social y política, y debe de poner de manifiesto la sagrada dignidad de la persona. El resultado de un trabajo digno es una sociedad equitativa y justa. Cuando el trabajo no prioriza a la persona por encima del capital, se daña la vida y a la humanidad.

Hoy las mujeres continúan sufriendo en su dignidad porque:

— Siguen cobrando menos por realizar el mismo trabajo que los hombres, estableciéndose una brecha salarial que, según los sindicatos, se sitúa en el 30%.

— Más de dos millones de mujeres quieren trabajar y no pueden (2.011.000; tasa paro 18,35%). Las dificultades de encontrar empleo son históricamente mayores que los hombre (tasa paro 14,97%). (IV Trimestre 2017, EPA 2017).

— La pobreza tiene rostro de mujer. Más de dos millones de mujeres trabajan a tiempo parcial (2.066.000) provocando que, pese a que haya trabajado a lo largo de toda su vida, sigan siendo mujeres trabajadoras y pobres.

— El 89,1% de las personas que optaron voluntariamente por trabajar a tiempo parcial, para hacerse cargo del cuidado de personas dependientes, son mujeres, que soportan una multitud de cargas y tareas que impide una conciliación real entre trabajo y familia.

— Más del 85% de las responsabilidades siguen copadas por profesionales masculinos (INE, 2016), Colocando así a la mujer ante un techo de cristal invisible.

— Una publicidad que perpetúa los roles tradicionales de desigualdad y discriminación, consolidando a nuestra sociedad a una violencia de género estructural.

— Existe una violencia de género estructural insoportable que atenta directamente a la vida. 48 mujeres han sido asesinadas en 2017, siendo la punta del iceberg de este enorme problema social.

 Desde nuestra fe cristiana, proclamamos que la dignidad de la persona es sagrada e inviolable.

Nos sentimos Iglesia encarnada en la sociedad junto a quienes sufren las injusticias; para construir entre todos y todas unas condiciones de vida donde mujeres y hombres desarrollemos nuestra vocación a la que el Padre y Madre Dios nos llama, a través de una acción transformadora y liberadora. Queremos situarnos cercanos a estas situaciones generando luz y esperanza, tal y como se desprende del seguimiento de Jesús, el obrero de Nazaret y de su proyecto humanizador, de vida buena, para todas y todos.

La JOC y la HOAC, Iglesia en el mundo obrero, comprometidas en la consecución de un trabajo decente y digno, hacemos nuestros los sufrimientos y la indignación que provoca las desigualdades e injusticias que sufren las mujeres.

«Ahora sabemos que podemos tener una esperanza de que esto cambie. Siendo unos pocos no se puede hacer nada, pero muchos tenemos mucha fuerza». Charo.

Por eso:

■ Reivindicamos un cambio del sistema económico y cultural que valore el cuidado y sostenibilidad de la vida, la dignidad de las personas y el bien común.

■ Pedimos una conciliación familiar real que nos permita compartir los cuidados y la vida. Para ello, es esencial desarrollar servicios públicos que atiendan las necesidades de menores y dependientes.

Exigimos a las instituciones y a los responsables políticos el cumplimiento de las leyes hechas por la igualdad de oportunidades (Ley Orgánica 3/2007) entre mujeres y hombres

■ Condenamos todo tipo de violencia contra la mujer. Para ello es necesario que juntas y juntos construyamos puentes inclusivos en las diferentes maneras de relacionarse  y comunicarse en el mundo laboral, familiar, de lenguaje, educacional…

■ Consideramos fundamental promover una educación basada en valores de igualdad, respeto, solidaridad, empoderamiento y complementariedad, en la que se derrumben cánones impuestos de feminidad y masculinidad que no permiten desarrollarnos de manera integral como personas libres.

Desde la JOC y la HOAC, nos sentimos llamadas y llamados a celebrar el Día Internacional de la Mujer Trabajadora. Por eso, junto al resto de compañeras y compañeros de las organizaciones sindicales y feministas nos sumamos a la movilización, especialmente al paro laboral, para visibilizar las discriminaciones que sufren las mujeres trabajadoras en el acceso y en el empleo, y dar voz a tantas mujeres heridas por este sistema patriarcal, deshumanizador y tan contrario a los planes de Dios para la humanidad.

 

Sigue la conversación en:
#IgualesenDignidad
#VivasLibreUnidas
#8M

Amor de comunión y emigrantes tirados en la calle

Colaboraciones, Iglesia, Inmigrantes

Amor de comunión y emigrantes tirados en la calle

27 febrero 2018

Antonio Hernández-Carrillo | Recientemente se ha dado en Granada un suceso que, por desgracia, se está repitiendo con frecuencia en nuestras ciudades y pueblos. Me refiero al traslado clandestino de inmigrantes llegados en pateras a nuestras costas y que, una vez que pisan tierra y son «fichados», las autoridades los suben en un autobús y los «sueltan» en cualquier sitio y… a deshora. En la ocasión a la que me refiero, fueron abandonados a su suerte en las cercanías de la estación de autobuses (mintiéndoles sobre una ONG que se haría cargo de ellos).

Los mandamases se enteraron tarde y algunos de ellos se pusieron a discutir en la prensa sobre los responsables de tal abandono pero no se interesaron por la situación en la que podía encontrarse aquel nutrido grupo de africanos totalmente perdidos y con solo un documento en su haber en el que se leía: nombre, apellido y orden de devolución a su país, es decir, irregular-ilegal.

Providencialmente una comunidad de misioneros combonianos se enteraron del abandono tan inhumano de estos hermanos y ofrecieron alojamiento en su casa a los diecinueve que estaban perdidos en los alrededores de la estación. Estos religiosos tuvieron inmediatamente ayuda de sus amigos y comunidades cercanas para que los emigrantes tuvieran la estancia digna que les corresponde como hijos de Dios.

Ahora nos toca a cada uno hacer nuestra reflexión y compromiso ante tal o parecidos hechos. ¡Cuántas y cuántas situaciones parecidas conocemos y vivimos todos! En esos días leía, y me venía como anillo al dedo, que la fe cristiana es «un TODO que se puede expresar en la palabra COMUNIÓN y que nuestro papel es no resistir al tratamiento que Dios nos propone como remedio para nuestros males individuales y colectivos» (Cuaderno 10. Amor de Comunión. G. Rovirosa. Ediciones HOAC pág. 15), unía ese Amor de Comunión con los emigrantes tirados en la calle y me decía: no puede ser de otra manera, el Evangelio está en la calle y en la estación de autobuses.

¡No nos resistamos al Amor de Comunión!

Actos en recuerdo de Guillermo Rovirosa y Tomás Malagón

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Murcia | Una experiencia renovada del compromiso personal y comunitario #Cuaresma2018

Mundo obrero y del trabajo

Murcia | Una experiencia renovada del compromiso personal y comunitario #Cuaresma2018

26 febrero 2018

HOAC MurciaReflexión compartida  en el Encuentro sobre el Compromiso celebrado el pasado 18 de febrero en la parroquia de Nuestra Señora de Loreto, en Algezares.

Las mujeres y hombres de la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) de la Diócesis de Cartagena hemos celebrado un Encuentro sobre el Compromiso. En el inicio de la Cuaresma, no perdemos de vista en nuestros corazones y en nuestra comunidad (como nos recuerda el papa Francisco en su Mensaje para la Cuaresma de este año) el calor que mantiene viva la llama del trabajo por la justicia y por la caridad, que es amor, y ambos alimentados por la oración para mirar con los ojos del Padre las realidades de cada día.

Esta reflexión queremos compartirla con el conjunto de la Iglesia diocesana, con quienes trabajamos a diario en organizaciones sociales, políticas y sindicales, en plataformas, en proyectos de solidaridad… Y lo hacemos tras haber compartido nuestra vida y experiencias a partir de la lectura del texto del Evangelio de Marcos (Mc 5, 21-43), con el encuentro de Jesús con dos mujeres: la hija de Jairo y la enferma de hemorragias. Dos mujeres a las que Jesús sitúa en primer plano, como lo hace hoy en un mundo en el que la brecha salarial se ceba con las mujeres, y donde aún parecemos relegadas a ocupar un lugar secundario.

Mapa del Compromiso

Ya el curso pasado tuvimos la oportunidad de reflexionar acerca de aquellos lugares y ambientes en los que estamos presentes las personas que militamos en este movimiento apostólico de la Acción Católica. Completamos un Mapa del Compromiso que incluye la cercanía y el trabajo con la población inmigrante, la que trata de vivir con nosotros como especialmente aquella que sufre las políticas de control migratorio y acaba en el Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Sangonera la Verde, en Murcia. Hablamos de la Plataforma de la Emigración de Molina, Convivir Sin Racismo, Murcia Acoge y, por supuesto, en la Asociación de Ayuda a los Refugiados, que pone sobre la mesa el drama de quienes han tenido que abandonar sus países a causa de los conflictos provocados por una guerra que obliga a huir a millones de personas de sus casas.

También el acompañamiento, la sensibilización y denuncia de todos aquellos que sufrimos más directamente las consecuencias de este injusto sistema económico, a causa de lo que algunos llaman crisis y nosotros decimos que es una estafa económica. Desde la Plataforma de Afectados por las Hipotecas (PAH) o la de Defensa de las Pensiones y en las Marchas por la Dignidad. De igual forma, nuestro compromiso está presente en la lucha contra la exclusión social en la Coordinadora de Barrios, la Red de Lucha contra la Pobreza EAPN-Murcia, o en los proyectos del barrio de San José Obrero de Alcantarilla, el CAYAM de Cáritas y otras iniciativas.

No podemos olvidar a quienes tratan de construir otro modelo de educación, como el de la Escuela Equipo del barrio del Progreso, y la presencia en la Marea Verde en defensa de la enseñanza pública, o en la Marea Blanca, junto a los que unimos por una sanidad para todos y todas desde la Plataforma en Defensa de la Sanidad Pública.

Mención especial merece el compromiso y la movilización vecinal en el sur de la ciudad de Murcia en torno a la Plataforma Pro Soterramiento, en la que hemos estado desde sus inicios hace treinta años con una lucha no violenta a favor de la dignidad de quienes vivimos en los barrios afectados por el trazado ferroviario en nuestra capital. Una lucha que hay conseguido unir a una ciudad en defensa de la calidad de vida y contra la hipocresía y falsas promesas de nuestros gobernantes.

Dificultades ante el compromiso

Un Mapa del Compromiso que completamos con la presencia de militantes en sindicatos y partidos políticos, donde tratamos de hacer presente los valores de Jesús de Nazaret a través del compromiso público al que nos invita la Iglesia para dar testimonio de nuestra fe. Y por supuesto, la implicación de personas concretas de la HOAC en la Delegación de Apostolado Seglar, el Consejo Diocesano de Acción Católica, la Delegación de Pastoral Obrera y el compromiso en instituciones eclesiales como Cáritas. Con ello hacemos presente nuestra identidad de Acción Católica y de Iglesia en la realidad del mundo obrero.

En el encuentro celebrado este pasado fin de semana en la parroquia de Nuestra Señora de Loreto de Algezares compartimos una serie de dificultades que encontramos a la hora de llevar adelante nuestro compromiso cristiano. Por una parte, constatamos las propias limitaciones físicas que muchos de nosotros tenemos por la edad y por las circunstancias de vivir con personas dependientes o con llevar el peso de la casa al tener que afrontar las situaciones de desempleo o precariedad que viven nuestros hijos e hijas, lo que les impide tener un proyecto de vida y familia acorde con la dignidad de cualquier ser humano.

La atención a nuestros padres o madres que son mayores pone de manifiesto que cada día cobra más peso la llamada economía de cuidados, en su mayoría protagonizada por las mujeres. Es una realidad invisibilizada pero que condiciona el desarrollo cotidiano de la vida. No podemos, sin embargo, ocultar (como lo hacen expertas en análisis de género) que los cuidados se reconocen como una dimensión de la vida humana que es también económica en la medida en que comporta uso de recursos escasos, materiales, inmateriales, de energía y tiempo, con costes directos e indirectos evidentes y la realización de un auténtico trabajo que satisface de necesidades humanas básicas.

Otras dificultades tienen que ver con la falta de tiempo para poder hacer frente a todas las situaciones que se nos presentan para expresar nuestro compromiso. Son muchas las movilizaciones, propuestas, acciones de solidaridad e iniciativas a las que somos invitados a sumarnos. Y a veces, tratar de responder a lo inmediato nos impide perder la perspectiva de que el compromiso humano y creyente es para toda la vida.

Logros y esperanzas

También constatamos, en ocasiones, que no somos muchas las personas dedicadas al compromiso solidario con los más desfavorecidos, o que a veces nos agobiamos ante todo lo que tenemos que hacer, y perdemos la esperanza. Igualmente, nos cuesta encontrar el lenguaje y las metodologías más adecuadas para trabajar con las personas empobrecidas y que sean ellas mismas las protagonistas de sus luchas y acciones transformadoras.

Pero no solamente reflexionamos sobre las dificultades, sino que descubrimos logros y celebramos alegrías en nuestro compromiso militantes junto con los compañeros de nuestro grupo de acción, con las víctimas a las que dirigimos nuestro esfuerzo, en la cultura que estamos inmersos, en las estructuras que pretendemos transformar.

En ese sentido hemos visto mejorar la vida de nuestros barrios y de sus gentes, con las que llevamos años compartiendo sus alegrías y penas, sus deseos de mejora y sus logros. Hablamos de familias del barrio de San José Obrero de Alcantarilla, o de aquellos que fueron niños en el Centro de Acogida y Atención al Menor (Cayam) ‘Virgen de la Fuensanta’, en El Palmar. También de parejas desahuciadas en su viviendas o personas afectadas por conflictos laborales, como las trabajadoras de Ayuda a Domicilio de Murcia o los afectados por la huelga de Juver.

No podemos olvidar la rica experiencia de movilización vecinal de los barrios afectados por el soterramiento de las vías del tren a su paso por el municipio de Murcia. Ya nada volverá a ser como antes, puesto que su lucha ya ha merecido la pena, sea el resultado que sea. La solidaridad, los gestos de fraternidad y descubrir que merece la pena estar unidos en la calle para reclamar el protagonismo como ciudadanía.

Somos conscientes que los frutos se alcanzan a largo plazo, que la constancia y la paciencia son valores a la hora de vivir el compromiso. De igual forma, que la esperanza es un rasgo de nuestra fe en Jesús de Nazaret que compartimos con muchas otras personas que, en principio, no se declaran creyentes, pero con las que trabajamos y nos encontramos codo a codo para cambiar nuestro pequeño mundo. Esos frutos también los vivimos en nuestra propia Iglesia diocesana, pese a que en ocasiones la voz del mundo obrero cuesta llegar a nuestras parroquias y comunidades desde la Pastoral Obrera. En este sentido, ha sido y es determinante el testimonio del Papa Francisco, en un pontificado marcado por la alegría del Evangelio y el oler a oveja que nos anima a seguir dando muestras de nuestro compromiso cristiano, al reconocer el papel de los movimientos populares en todo el mundo.

Testimonio y claves para la comunión con los empobrecidos

Descubrimos que el compromiso se puede vivir en nuestras propias casas, en nuestras familias, a la hora de afrontar las situaciones de enfermedad, precariedad y desempleo, dedicando nuestro tiempo, nuestras atenciones, nuestros desvelos… a quienes un día se dedicaron a nosotros o a quienes aún están en las primeras etapas de su vida.

En la última parte del Encuentro de Cuaresma reflexionamos de qué manera y en qué medida ofrecemos testimonio de Jesús a través de nuestros modos de vida y acción. Una reflexión que hacíamos partiendo de la experiencia de comunión con los empobrecidos del mundo obrero, en el acompañamiento de nuestros compañeros de acción, en nuestra forma de denunciar las situaciones de injusticia, en el uso de nuestro tiempo y de nuestros bienes al servicio de las víctimas del sistema…

Y en este sentido, reconocemos que en nosotros predomina el testimonio en la acción y que aún es necesaria una implicación más directa en la vida de quienes peor lo están pasando en nuestros pueblos y ciudades. Es lo que los cristianos llamamos la encarnación en las realidades del mundo obrero y del trabajo. Bien es cierto que nos sentimos reconocidos entre quienes compartimos luchas y esperanzas, entre quienes vivimos experiencias de denuncia profética de múltiples realidades, o entre quienes vivimos movilizaciones y acciones políticas y sindicales.

En nuestra XIII Asamblea General, que celebramos en 2015 en Segovia, compartimos cuatro claves que deben presidir todas las actuaciones que como militantes cristianos desarrollamos en nuestros ambientes, en nuestros pueblos y ciudades, en las realidades más cercanas. Hablamos, por una parte, de acompañar la vida de las personas en sus ambientes (familiar, eclesial, social y laboral) y colaborar con ellos a que se den las condiciones para que podamos vivir nuestra humanidad de manera plena. También de colaborar a un cambio de mentalidad (a una nueva manera de entender y comprender la realidad, el sentido que atribuimos a la vida personal y social, al ser humano y a su actividad, trabajo y política, etc.) y de la atmósfera cultural que nos envuelve y condiciona.

De igual forma asumimos el impulso a colaborar al cambio de las instituciones para que estén mucho más al servicio de las necesidades de las personas, en particular de los empobrecidos y para animar y renovar el tejido social. Y, finalmente, a colaborar a construir y dar visibilidad a experiencias alternativas en la forma de ser y trabajar (en el uso de los bienes, en las formas de trabajo, en la vida política, en la solidaridad con las personas empobrecidas).

Finalmente, en esta Cuaresma renovada con nuestro compromiso personal y comunitario, nos sentimos una comunidad que madura con el paso del tiempo en el amor, en la unidad, en el respeto… y, sobre todo, en sentirse parte de una Iglesia peregrina que busca espacios de diálogo y encuentro, desde la realidad de las personas empobrecidas, desde la realidad del mundo obrero y del trabajo.

Una Iglesia pobre y de los pobres

Iglesia

Una Iglesia pobre y de los pobres

26 febrero 2018

Fernando Díaz Abajo | El 27 de este mes se cumple el aniversario del fallecimiento de Guillermo Rovirosa y, también, de Tomás Malagón. Hace 54 y 34 años, respectivamente. Cada uno, a su manera y en su tarea, son pilares de lo que hoy es la HOAC y adelantados a su tiempo en una propuesta de formación y de presencia evangelizadora.

Cuando llega este día me viene a la memoria esa expresión del papa Francisco: ¡cómo me gustaría una Iglesia pobre y para los pobres! Ese fue el deseo de Tomás y Guillermo: una Iglesia pobre y de los pobres, obrera y del mundo obrero, la Iglesia del divino Obrero de Nazaret.

Hasta hace algún tiempo parecía como si estas realidades estuvieran separadas; una cosa era el mundo obrero, y otra, distinta, los pobres. La atención a unos y otros debía ser distinta, porque se trataba de situaciones distintas. Requerían acciones y propuestas pastorales diversas. A unos se les trataba de evangelizar y, a los otros, se les ayudaba a remediar su indigencia, pero nada más.

Hoy, que la línea diferencial entre pobreza y trabajo se va difuminando y nos encontramos con la creciente realidad del precariado, de los trabajadores pobres, resulta que la pobreza se ha hecho –aún más– obrera. Es, como decía san Juan Pablo II, cada vez más, fruto de la sistemática violación de los derechos del trabajo, es decir, de los derechos de los trabajadores. Una violación de derechos encaminada a empobrecer materialmente y a negar la sagrada dignidad personal de hijo de Dios de cada persona trabajadora.

Por eso hoy tiene más sentido una pastoral obrera en la Iglesia; bastante más que hace veinte años. Porque no se trata de ir a evangelizar al mundo obrero, sino de vivir en el mundo obrero de manera evangelizadora.

Si nuestra Iglesia ha de ser –no le queda otra– la Iglesia de los pobres, la Iglesia pobre, ha de andar estos caminos, sentarse en estas plazas, habitar estos barrios.

ROVIROSA PORTADA 1Rovirosa nos decía que «el militante cristiano es una persona que ha experimentado un encuentro personal con Jesucristo que vive resucitado en su Iglesia. Se trata de un encuentro desde el que toda la vida sufre un replanteamiento inevitable. Esto es la conversión. Un proceso que se inicia un día y que ya nunca termina».

malagonMalagón nos recordaba que «el apóstol cristiano, enviado de Dios a los hombres, ha de estar unido a Dios y a los hombres de su tiempo. El apóstol es un puente que une dos orillas. Una de estas orillas es Dios, y en Él ha de estar el apóstol bien enraizado. Pero la otra orilla, son los pobres. Y esto lleva a sentir con los pobres y vivir unidos a ellos, para poder ser apóstol de todos. Para que Cristo sea aceptado por la clase obrera, tiene que ser aceptado aquel que se lo presenta. Y éste no será aceptado si no los acepta a ellos».

Francisco insiste: «Hay que decir sin vueltas que existe un vínculo inseparable entre nuestra fe y los pobres» (EG 48). «Cada cristiano y cada comunidad están llamados a ser instrumentos de Dios para la li­beración y promoción de los pobres, de manera que puedan integrarse plenamente en la sociedad; esto supone que seamos dóciles y atentos para escuchar el clamor del pobre y socorrerlo» (EG 187).

«Por eso quiero una Iglesia pobre para los pobres. Ellos tienen mucho que enseñarnos» (EG 198).

Nosotros aún podemos dar un paso más. No solo una Iglesia pobre, ni una Iglesia para los pobres, sino una Iglesia de pobres. Eso es lo único que puede hacer que seamos, de verdad, una Iglesia pobre; si, como nos insistían Guillermo y Tomás, el centro es el Cristo pobre, empobrecido por amor, y nosotros nos dejamos transformar por ese amor.

¡Qué buena manera de recordarlos en este nuevo 27 de febrero! ¡Empobreciéndonos por amor! Para que la Iglesia sea más de los pobres.

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La aplicación de los “riders” decentes

Mundo obrero y del trabajo

La aplicación de los “riders” decentes

26 febrero 2018

José Luis Palacios | ¿Es posible que la comida solicitada a través del móvil llegue a su destino sin emitir gases contaminantes y sin despreciar los derechos laborales? En Cleta, una cooperativa de mensajería en bici de Madrid, creen que sí.

Sus tres miembros, dos apasionados de la bicicleta y otro del software libre, llevan desde agosto de 2017 dejándose la piel para hacer realidad una alternativa ecológica y justa a plataformas digitales como Deliveroo, Glovo o Amazon que utilizan riders, repartidores obligados a hacerse autónomos, a poner sus bicis, motos o furgonetas, y a cobrar cada vez menos por servicios dirigidos a golpe de clics.

La mensajería en bici hace años que dejó de ser una extravagancia en las grandes ciudades congestionadas por el tráfico y con centros históricos cada vez más inaccesibles para los vehículos a motor. Para algunas empresas y profesiones liberales es la opción preferida, no tanto por principios éticos, como por motivos prácticos. Su maniobrabilidad y velocidad, concede a las bicicletas ventajas imposibles de igualar por el transporte habitual.

El ciclomensajero ha pasado a considerarse, ni más ni menos, que un nivel profesional en el convenio estatal de empresas de mensajería vigente desde 2013 hasta 2018. Son numerosas las firmas de transportes a pedales en España, muchas de ellas puramente mercantiles. Otras tienen un marcado carácter social. Solo dentro de la Red de Economía Alternativa y Solidaria (REAS) se encuentran La Veloz en Zaragoza, Ecoprest en Mallorca, Santa Cleta en Sevilla, Ecomensajeros en Murcia, Trevol en Barcelona y Con Bielas y a lo loco, Goteo y Trébol en Madrid.

Precisamente Cleta comparte sede con Trébol, cooperativa con más de 20 años existencia que ha conseguido superar los años de crisis, y con Fixi Dixi, una tienda y taller de bicicletas. Sin su apoyo y aliento, además del de otras entidades, incluida la Fundación Tomillo, la nueva cooperativa creada para permitir la gestión de los pedidos y el trato con los clientes a través de una aplicación para móvil hoy no existiría. No en vano, dos de sus socios, Pedro y Cheve trabajaron para Trébol.

Fueron él y ella quienes buscaron a Miguel, el informático encargado de desarrollar la aplicación, mantener la web, además de hacer de «jefe de tráfico», organizar las recogidas y los envíos y elaborar las rutas más eficientes en cada momento. «Vinieron a La Brecha, un centro social de Vallecas en el que colaboro preguntando si alguien sabía hacer apps para móviles», recuerda este defensor del software libre, «de verdad».

Al principio, la idea pasaba por contar con sus servicios mediante trueque. Debía desarrollar la herramienta a cambio de cuidar de su hijo recién nacido. Pura cultura colaborativa. Llegado el momento de ponerla a funcionar y evaluar su desempeño y ante la necesidad futura de que alguien se encargara de mantenerla lo más afinada posible, le propusieron convertirse en socio cooperativista de Cleta.

Miguel había sido despedido de una empresa de informática al uso al reincorporarse de su baja de paternidad. Buscaba vivir de su pasión por los cacharros informáticos, sin necesidad de ser explotado, sin provocar daños y en condiciones decentes. La ecomensajería gestionada a través de la conectividad parecía una buena opción. «Siempre he querido hacer un trabajo que fuera bueno para la sociedad, en lo posible no convertirme en un verdugo», comenta el creador de la app.

Según sus cálculos, hacen falta unos 20 servicios al día para poder repartir equitativamente tres sueldos más o menos decentes, sin llegar a superar el «mileurismo». Por ahora, no van mal encaminados. Cuentan con algunos clientes fijos que les han confiado repartos diarios y con acuerdos con algunos restaurantes y comedores colectivos y cada día reciben varias solicitudes para llevar menús, paquetes o documentación. Sus vehículos a pedales pueden llevar con facilidad hasta 25 kilos, incluso más allá de la carretera de circunvalación M-40, aunque eso tiene una tarifa especial. Cobran los envíos normales a 6 euros más IVA y los más caros pueden salir por unos 20.

En el tiempo que llevan funcionando han hecho casi de todo. Desde llevar un paquete desde una ciudad dormitorio de Madrid hasta el aeropuerto, entregar más de un guion cinematográfico dentro del centro histórico en un tiempo récord o llevar una muestra de orina de un gato recién recogida a su veterinario. «Tratamos de hacer las cosas bien, sin importar si el servicio está mejor o peor pagado y con gran eficacia en la llamada “última milla” de la ciudad, donde las motos y los coches tienen más dificultades para moverse», dice ufano el informático de 37 años, nacido en Salamanca.

La aplicación informática para móviles, algo que no tienen otras mensajerías en bicicleta, les permite recibir pedidos a cualquier hora y desde cualquier lugar y agilizar su respuesta lo más posible. Así lo explica su creador: «por supuesto, tenemos un teléfono y también una página web, pero a través de la app es más fácil y rápido reunir los datos, lo que nos permite ser todavía más eficaces».

Después de 10 años en una empresa al uso, Miguel reconoce haberse quedado sorprendido por el ambiente de trabajo y por la colaboración con otras empresas sociales. «Estaba acostumbrado a competir, a tener que hacerte valer e incluso a ver cómo convertirte en necesario para el cliente final y en cambio en Cleta es otra cosa: hay gente de otras cooperativas que te explica los pasos a dar y te facilita lo que tengas que hacer, también comparten la carga de trabajo que no pueden asumir», insiste.

No todo es un camino de rosas, una cuesta abajo para los ciclomensajeros. Circular en bicicleta exige un gran esfuerzo físico. El servicio se presta de 10:00 a 21:00 horas y a veces hay que hacer malabarismos para cuadrar horarios y sacar adelante la carga de trabajo. No generan suficientes ingresos para cubrir las vacantes, lo que significa un sobresfuerzo para los que quedan de guardia, incluso para el jefe de tráfico o dispatcher que tiene que cambiar el teclado por las ruedas.

Con todo, «es bastante mejor que trabajar para una plataforma digital que ha inventado alguien con residencia en un paraíso fiscal y ha creado un sistema donde hay unos pocos trabajadores con traje que cobran un pastón por poner a punto los ordenadores y las máquinas que ordenan el trabajo de un sinfín de trabajadores mal pagados». Algo parecido deben pensar los ciclomensajeros que envían sus currículums a Cleta todas las semanas, «entre uno y cinco, dependiendo, supongo, de su nivel de enfado», matiza Miguel.

En vez de apoyar una sociedad de alta tecnología y baja calidad de vida, como en una distopía ciberpunk, la filosofía que subyace en Cleta es poner el software en buenas manos para que todos y todas puedan vivir un poco mejor. Por eso, ofrecen su aplicación a otras cooperativas o empresas sociales con iguales principios y parecidos fines.

En el futuro, la mejor manera de crecer sería descentralizar el servicio para reducir los kilómetros a recorrer mediante la coordinación con iniciativas afines. Aun así, es difícil llegar a competir con las grandes plataformas digitales, para desgracia de sus eufemísticamente llamados «colaboradores», en realidad «falsos autónomos». Salvo que los usuarios indiquen, clic a clic, otra cosa.

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«Urge recuperar el amor como principio constitutivo del trabajo humano»

Iglesia

«Urge recuperar el amor como principio constitutivo del trabajo humano»

23 febrero 2018

Archidiócesis de Burgos | El trabajo, lugar humano, lugar teológico, lugar eclesial fue título y núcleo de la conferencia ofrecida esta semana por Fernando Díaz Abajo, consiliario general de la HOAC.

El sacerdote y máster en Doctrina Social de la Iglesia Fernando Díaz Abajo pronunció el pasado martes en la Facultad de Teología una conferencia convocada por la Hermandad Obrera de Acción Católica y titulada El trabajo, lugar humano, lugar teológico, lugar eclesial. Durante su exposición, el ponente fue desgranando el título de la conferencia desde la óptica de la Doctrina Social de la Iglesia y de las aportaciones que a la misma está realizando el papa Francisco, unas aportaciones que, lejos de quedarse en meras palabras e intenciones, cobran mucho más sentido cuando van acompañadas de los innumerables gestos que jalonan su papado, entre ellos, la visita a la empresa siderúrgica Ilva de Génova (marzo de 2017), de cuyo discurso se ha entresacado el título de la conferencia.

Díaz Abajo partió de la visión del trabajo como lugar humano: solo el ser humano, hombre y mujer, puede trabajar. «Es la aportación que hace a la creación, al plan de Dios para toda la humanidad. Las máquinas hacen tareas, pero la capacidad de trabajar, de colaborar, de construir conscientemente la sociedad, de profundizar en las relaciones con otras personas, es propia del ser humano. El trabajo es propio de la persona, de toda persona. El empleo, lo que entendemos como trabajo remunerado, parece que se ha adueñado del concepto de trabajo de modo que fuera de él parece no existir nada. Pero, muy al contrario, el trabajo como labor humana destinada a transformar la realidad y humanizarla está presente en muchos más campos de la vida. Los trabajos de cuidados, los voluntariados y muchas otras manifestaciones de gratuidad merecen el reconocimiento social por su necesidad y por la importancia de su labor. Ese reconocimiento no está solo en la remuneración económica, aunque debe ser planteable por el impacto que tiene sobre nuestra sociedad».

Pero además, el trabajo también es lugar teológico. Dios sale al encuentro del ser humano en todas las facetas de su vida, no solo en su presencia en la comunidad cristiana o en la celebración de los sacramentos. Se hace presente en la vida de cualquier persona allí donde ésta vive, se relaciona, crece… Por ello, es también en el desarrollo del trabajo, un lugar de encuentro con el Dios liberador, el Dios comprometido, el Dios amor. Un Dios que se abre a la vida de sus hijos y que anima al compromiso transformador también desde el mundo del trabajo. Para el ser humano, la dimensión social de su existencia es una llamada al encuentro con los demás y a construir esas relaciones de hermandad y solidaridad en la sociedad. Por esto es el mismo Dios quien alienta que la persona se humanice desde la concepción de un trabajo colaborativo y digno, que construya la sociedad y ayude al crecimiento de los hombres y mujeres de nuestra sociedad.

El trabajo, lugar eclesial

Como dice el comienzo de la constitución pastoral Gaudium et spes (CV II): «Los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren, son a la vez gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos de Cristo». Es por ello por lo que la Iglesia debe hacerse presente también en este mundo del trabajo. No puede eludir su responsabilidad por acompañar la vida de tantas personas que, de una u otra forma, desarrollan tantos aspectos de su vida ligados a la concepción del trabajo. Los lugares de la iglesia son los lugares de la VIDA con mayúsculas, son espacios para encarnarse, para batirse codo con codo con el ser humano y su afán de cada día.

En la situación actual que vive el mundo del trabajo, urge dar una respuesta evangelizadora desde la Iglesia y desde cada uno de los cristianos: recuperar el amor como principio constitutivo del trabajo humano para luchar contra la actual deshumanización que propone el sistema económico, social y cultural; humanizar ese mundo del trabajo con la seguridad de que esto repercute en que nos humanicemos nosotros mismos; una nueva comprensión de nuestro ser Iglesia y de su/nuestra tarea evangelizadora; dar vida, y una vida digna; animarnos a recorrer un camino de evangelización de la mano de quienes sufren; ser testigos vivos de Jesucristo en el mundo y en las realidades del ser humano; y acoger el amor de Dios y construir todos los aspectos de nuestra vida desde Él.

Y se nos propone un camino a recorrer comunitariamente, que se puede concretar en estos cuatro aspectos: acompañar la vida de las personas en sus ambientes para crear las condiciones en las que podamos vivir nuestra humanidad de manera más plena, contribuir a un cambio de mentalidad y de la atmósfera cultural en la que vivimos, colaborar al necesario cambio de las instituciones para que estén más al servicio de las necesidades de las personas, en particular de los empobrecidos, y ayudar a construir y dar visibilidad a experiencias alternativas en la forma de vivir, personal y socialmente.

Joaquín Pérez, secretario general de USO: «A las empresas que degradan el trabajo hay que zumbarlas en la cartera y en la reputación»

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Joaquín Pérez, secretario general de USO: «A las empresas que degradan el trabajo hay que zumbarlas en la cartera y en la reputación»

23 febrero 2018

Abraham Canales, director de Noticias Obreras | Este maestro de Educación Física y licenciado en Psicopedagogía ha resultado elegido secretario general de la USO en su 11º Congreso Confederal. Madrileño de 40 años, casado y padre de dos hijos, ha pasado por la Federación de Enseñanza de Madrid y se incorporó a la Comisión Ejecutiva Confederal en 2009.

¿Qué ha dejado atrás la USO en su último Congreso?
Una generación de sindicalistas ante los que hay que quitarse el sombrero. Han luchado desde finales del franquismo día a día en las empresas, son aquel sindicalismo de los orígenes, cuando te costaba dinero, la carrera profesional, la familia y en algunos casos la cárcel. También se queda atrás un sindicalismo que ya no nos vale porque ha cambiado todo, la sociedad, los medios de comunicación, la política, las formas de hacer… nos han cambiado también a nosotros, somos más individualistas y han debilitado el movimiento sindical intencionadamente. No podemos tener la estrategia de los años 70 y 80. No podemos lamentarnos de que antes la gente se unía antes y se sindicalizaba. Eso está bien para una conversación, pero luego hay que concretar y trabajar en el día a día.

¿Qué prioridades se ha marcado su sindicato?
La USO es el tercer sindicato y quiere que se reconozca su lugar. Hay una Ley Orgánica de Libertad Sindical y una ley de Elecciones sindicales que nos perjudica y blinda el bisindicalismo. Seguramente es lo que había que hacer en la Transición, no sé, pero parece que hemos superado ya el bipartidismo y ahora hay que superar ese bisindicalismo. Con CCOO y UGT nos unen infinidad de objetivos comunes, por supuesto, pero son modelos sindicales distintos y el sindicalismo tiene que ser plural como la sociedad. Sería bueno que donde ahora hay cinco haya seis o siete. Las rutinas en el diálogo social y la negociación colectiva se superarían…, no es un “quítate tú para que me ponga yo”, sino para sumar. Somos la alternativa a otras fuerzas sindicales y así se nos tiene que ver.

En el plano interno, tenemos ya desarrolladas nuestras cinco federaciones profesionales, estamos en todas las provincias. A nivel territorial, tenemos que apuntalar nuestra presencia territorial y la atención a la afiliación. Vivimos de las cuotas sindicales, eso nos da autonomía sindical, pero también supone algunas carencias. Nuestros ingresos proceden de las cuotas sindicales, que representan 80%. Está surgiendo una nueva base de sindicalistas jóvenes. En el 2017 más de la mitad de nuestras nuevas afiliaciones tienen menos de 35 años. No sé cuántas organizaciones pueden decir lo mismo, pero para nosotros es una satisfacción. Ahí está el futuro y esa es nuestra apuesta. En fin, tratamos de estar en condiciones de servir mejor a los trabajadores, eso supone modernizar las estructuras, digitalizar el sindicato y aplicar nuevas maneras de hacer las cosas.

¿Le parece necesario impulsar un cambio de modelo productivo?
Es una urgencia. Tenemos un sector de servicio muy potente del que dependemos mucho. Pero se puede, ya se ha hecho antes, legislar mejor. Luego está el sector industrial, los nuevos sectores…, ya llegamos tarde, pero no podemos seguir lamiéndonos las heridas, sino avanzar desde el punto de partida. Ahí está el I+D, la reindustrialización, las infraestructuras… Con la crisis parece que la urgencia ha sido rascar más, no sé sabe bien de dónde, en vez de mirar a largo plazo… Tenemos reformas laborales y de pensiones que muestran la desidia que hay para abordar los grandes problemas del mundo del trabajo. Falta voluntad para hacerlo, como con los nuevos empleos. Hay documentación, hay información… Solo hay que crear una comisión, ver los datos de falsos autónomos o asalariados y legislarlo. Ha pasado con la directriz europea de contratación pública que no se ha aprobado hasta que no ha llegado la fecha límite. Lo teníamos que haber hecho hace mucho tiempo, pero no se ha hecho porque no interesaba. Eso hace mucho daño. No creo que los políticos quieran hacer daño, pero no se entiende que no aborden estas cosas y en cambio se pongan de acuerdo en segundos para cambiar la Constitución.

La economía digital va avanzando como por generación espontánea generando condiciones cada vez más individualizadas. ¿Están preparados los sindicatos organizativamente para responder a estas realidades?
Si lo hubiéramos estado, las movilizaciones de los «riders», los mensajeros de Deliveroo, Glovo, Amazon…, las habrían liderado los sindicatos. He echado de menos una gran movilización de desempleados en España, con la que nos ha caído. El mundo sindical ha caído a veces en la sectorización, en la individualización del trabajo, atendiendo a la gente de las fábricas y olvidándonos de los que quedaban fuera o tenían trabajos precarios.

El sindicalismo ha estado a la defensiva, reaccionando ante cada legislación que nos ponían encima. Y cuando hemos intentado sacar a la gente a la calle, hemos estado flojos, hay que reconocerlo. Esto ha pasado por algo. En nuestro congreso hemos aprobado una resolución para no ir siempre por detrás y ver que lo que nos viene no todo es obligatorio. Lo que hay que hacer es humanizar todos los trabajos. Eso seguramente significa que los sindicatos tenemos que pedir reparto del trabajo y avanzar más y de verdad hacia la conciliación en todos los sectores. Si lo hacemos bien, será un paso para vivir mejor y trabajar menos. Será una manera de que la productividad de las empresas, beneficie a la sociedad. Ahora bien, el aire que viene tiene un tufo muy diferente, es cierto. La Unión Europea ha reaccionado en el último año, ante el descontento generado por la austeridad. Ha dado un paso con la agenda social y España lo tiene que hacer. Si el camino es la inacción y dejamos a los jueces legislen las relaciones laborales, será peor. Si no hacemos nada, mañana puede ser que el camarero vaya a porcentaje de cañas…

¿Cómo se prepara la USO para abordar estas nuevas realidades?
Primero hay que denunciar. Es verdad que cuando un falso autónomo se acerca al sindicato hay miedo. Por supuesto, han individualizado también el miedo y no hay arma más poderosa que el miedo, en este caso al desempleo, a no poder desarrollar tu vida. La gente ahora trabaja por lo que sea. El sindicato tiene que adaptar sus estructuras, especialmente territoriales, que es donde operan las empresas, para atender a ese trabajador. Y luego, aquí sí que hay que mirar atrás, hacer lo que se hacía hace 50 años, unir a esos trabajadores por unos objetivos y estrategia comunes, olvidándonos de las siglas.

¿Qué papel ha jugado la Caja de Resistencia Sindical de la USO creada en 1986?
Está muy valorada dentro del sindicato. Es la solidaridad más auténtica del sindicato. Un trocito de la cuota que paga cada afiliado, según lo que cobra cada uno, se destina a la caja que sirve para que los compañeros y compañeras que en el ejercicio de sus obligaciones sindicales tienen algún tipo de perjuicio. En este último año hemos añadido una nueva protección para cubrir no solo el fallecimiento, la invalidez permanente o absoluta sino también en caso de violencia de género. Eso nos ha permitido torcer el brazo muchas veces. Pasó en el conflicto con los mineros. Estamos hablando de 2,3 millones de euros en el periodo 205-2015. La gente ve que en un conflicto grave ha tenido el apoyo de su sindicato, eso es hermandad sindical.

¿Apuesta su sindicato por la renta de ciudadanía, por algún sistema de rentas mínimas?
Hablamos de renta social mínima y pedimos corregir las rentas mínimas existentes porque no tienen sentido las diferencias que hay entre comunidades. Tiene que haber un plan global que rescate a toda esa gente que no ha podido superar la crisis económica, ni en lo laboral, ni en lo social, ni en lo familiar. Hay un porcentaje de gente precaria que se van salvando de lo más urgente con lo asistencia y otro que no llega ni a eso.

Hay un discurso muy dañino. Dicen que eso puede desincentivar la búsqueda de empleo y subsidiar a la gente. Una renta mínima lo único que hace es dignificar el trabajo. Mientras haya unos mínimos cubiertos nadie trabajará por 400 euros, pero es que no es digno que alguien trabaje por ese dinero, porque con 400 euros no se puede vivir con dignidad. La renta mínima nos haría dar un salto como sociedad, en los económico y laboral. Lo curioso es que quienes critican esta propuesta no cuestionan las bonificaciones a las empresas por la contratación, por la formación para el empleo de muy baja calidad. Según a quien vaya el dinero, se cuestiona o no.

Se insiste en que una renta universal pone en riesgo el Estado de bienestar…
El riesgo es el nuevo empleo si no se regula y se humaniza. En el momento en que no hay natalidad, no hay consumo interno, no hay protección, hay riesgo. En España se están dando muchas comidas al día, mucha ropa a la gente… Esto sí es un atentado contra el Estado del bienestar.

¿Qué le parece que el cálculo de las pensiones se realice con los 25 mejores años de cotización?
Es una buena medida puntual, introduce un principio de igualdad, si se toman los 25 mejores años de cotización. A igual volumen cotizado, independientemente de en qué tramo de edad haya sido, la pensión debe ser igual. También evita el fraude de las empresas. ¿Para que van a cotizar más, si al final solo cuentan los últimos años? Honestamente, es una de las medidas que hemos aprobado en nuestro congreso. Pero el problema del sistema no es ese.

Todo el mundo sabía lo que iba a pasar con las pensiones. ¿Qué políticas a largo plazo se han puesto en marcha? Ninguna. Lo que se ha hecho han sido dos ‘pensionazos’ que han tocado los gastos y no los ingresos. Eso significa que paga el más débil. Escuché a Pedro Sánchez y puedo estar de acuerdo con el impuesto a la banca y el impuesto de transacciones financieras. Pero eso es un 12% de los ingresos que necesita el sistema. Hay que ir más allá y no hay otro camino que tocar los ingresos, salvo que se quiera apretar todavía más a los pensionistas. Las empresas, todas, no solo los bancos, tienen que pagar más. La cuenta de resultados de las principales grandes compañías están en récord de beneficios. Tienen menos costes laborales y son más productivas. En época de crisis había menos productividad y nos decían a los trabajadores que había que repartir las pérdidas. ¿Y ahora que se ha disparado la productividad no hay que repartir las ganancias? Por tanto, vía impositiva habrá que repartir los beneficios con los trabajadores y la sociedad. Hay muchas posibilidades. La formación en las empresas, el 0,6% de la empresa y el 0,1% de los trabajadores se puede ver. Ese dinero no se ha gestionado bien y a lo mejor se puede destinar a otras cosas y destinarlo a otros ministerios. Hay muchas otras más vías sin necesidad de que todo tengan que venir de la nómina del trabajo. Habrá que tocar los presupuestos generales y no contentarnos con que haya una caja para las pensiones que no puede recibir aportaciones que no vengan del trabajo. Pero es que hay que cambiar la composición del mundo del trabajo. Porque lo mejor para las pensiones es que haya empleo digno y estable y bien remunerado.

No es que lo digan los sindicatos, nos lo dice el Parlamento Europeo y hasta la ministra de Trabajo. Hace falta una subida salarial. Evidentemente con dos millones más de cotizantes y salarios más altos y no 400.000 con contratos de menos de una semana y 500.000 personas con contratos de tres días al mes las cuentas mejoran. Si no cambiamos esto, cada vez que el aire venga mal, ya sabemos lo que hay, denigrar las pensiones.

¿Cómo se encuentra en la actualidad el diálogo social con los empresarios?
El diálogo social en España ha sido muy ineficaz siempre. Los últimos acuerdos han servido para poco. No se puede estar siempre hablando de subida salarial, eso es hablar en los términos que le interesan al empresario. Esos acuerdos no valen para nada. Los convenios colectivos van por otro lado. El último acuerdo fijaba hasta 1%, de risa. No puedes ir con eso a la empresa. Ya de partida, el diálogo social está mal conformado. Tendría que ser vinculante y estar abierto a todos los agentes. CCOO y UGT tienen el 66 o 67% de los delegados de España. Ahí tiene que haber más gente, no solo la USO. A nivel local y autonómico hay sitios donde con el 3 o el 5% ya tienes representación parlamentaria.

En cuanto, al contenido, la patronal sabe lo que ha logrado con esta crisis y sería de locos perderlo. En España el 95% son pymes y un montón son autónomos con uno o dos trabajadores como mucho. Pero quien gana no son ellos con estas negociaciones sino el gran empresario. Hay que hablar de la contratación, de utilizar mecanismos de control para detectar el fraude. A muchos sitios los sindicatos no llegamos. De conciliación en serio. Del propio control de la patronal que perjudica al pequeño empresario y al autónomo. Esos repartidores han cerrado muchas pequeñas empresas y han quitado el empleo a autónomos que mal que bien se iban defendiendo. De calidad en el empleo…. Al final, que a un trabajador que cobra 600 euros que le suban un 1 o 2% no le supone gran cosa. Ese no es su problema sindical.

¿Qué papel juega la formación en su organización? ¿Tanto la interna como la orientada al acceso y mejora del empleo?
Nuestra formación está financiada 100% por los afiliados. Tenemos el nivel básico como forma de acercar a la gente a la organización y que se sienta parte del proyecto de la USO. De ahí pasar a formar parte de los cuadros del sindicato. Este sería el nivel medio, para ello están los cursos integrales de formación de cuadros. Una semana, mañana y tarde, con unas 25 personas. Ha habido 41 ediciones. Esto es un abrazo a la realidad sindical, te relacionas con compañeros de otros sectores, de otros territorios, te abre la mente. Ahí te das cuenta de que merece la pena trabajar en un proyecto común y entiendes que el sindicalismo no solo es si mi empresa nos sube o no el sueldo, sino que hay una visión de conjunto. También hay seminarios técnicos sobre temas como los ERE, los cambios legislativos, para dotar a los delegados y miembros de comité de empresa de conocimientos para servir mejor a los trabajadores. Se van a tener que sentar en mesas de negociación, enfrentar a la contabilidad de la empresa o comunicar lo que pasa en su empresa. Y luego está el nivel superior o especial sobre asuntos muy importantes para generar intelectualidad sindical que supere los tópicos con la ayuda de gente de fuera que ofrezca una visión nueva, que no sea solo hablar nosotros de nosotros mismos.

Y luego está el curso de dirigentes para el futuro, que dura tres años y algo más con el fin de tener a gente lo mejor preparada para cuando llegue a cargos de responsabilidad. No es condición para llegar, eso depende de la democracia del sindicato, pero si llegan que les pille preparados. Es para jóvenes hombres menores de 35 años y mujeres menores de 40 años. También, para quienes llevan muchos años en su opción en la empresa, con mucho rodaje en la organización, pero nunca han dado el paso hacia la dirección. Se trata de evitar que la gente no dé el paso porque no esté preparada y no esté preparado porque nunca van a dar el paso. En definitiva, la formación interna persigue que los miembros de la organización cumplan con rigor, con profesionalidad sindical, su tarea, y también hacer más sindicato.

La formación para el empleo durante muchos años ha servido para financiar estructuras sindicales y patronales. Menos del 3% de los trabajadores que recibían la formación mejoraban en su puesto o encontraban un empleo. Datos del ministerio de hace seis años. Se han tirado muchos millones de euros y el fraude ha sido inmenso. En prensa siempre sale el fraude sindical pero el fraude patronal ha sido mucho mayor. Ha sido una formación exclusiva. Nuestra gente ha ido a cursos de otros sindicatos o de las patronales y hemos tenido que pelear durante más de 18 años hasta que hemos podido acceder a la formación para el empleo. Y lo hemos hecho ejemplarmente, con un protocolo de transparencia, y llegando al máximo de gente posible, no solo a la nuestra.

Los sindicatos y organizaciones patronales tenemos que estar en el diseño y evaluación de la formación, pero el dinero de formación no tiene por qué pasar por nuestras cuentas corrientes. No quiero tirar piedras contra mi tejado ni contra el del vecino, pero es que esto ha hecho mucho daño a la imagen de las organizaciones sindicales. Todo el mundo conoce a alguien con el título de francés que no ha hecho el curso o si lo ha hecho no le ha servido para nada, porque era malísimo. Ahora se miden las horas de conexión a internet, pero quién cree que esos sea lo mismo que atender. Es mucho dinero tirado cuando la gente lo necesitaba. Si se hubiera hecho bien no habría tanta falta de cualificación.

Si es que íbamos con un cacito a las comunidades autónomas a ver cuánto nos daban para la formación. Cuando llega la crisis y no había, se arma el follón. Antes, porque nadábamos en la abundancia, no pasaba nada si no se cumplían los objetivos. Pero cuando hay escasez, se exige que se cumplan y nos damos cuenta de que el sistema no vale para nada. Entonces se privatiza todavía más, solo que sin intermediarios que se queden con los gastos de gestión. Pero sigue siendo igual de inútil. ¿Qué cuesta, por ejemplo, abrir los institutos de la red pública por las tardes y desarrollar cursos de empleo para aquellos nichos de actividad que de verdad generan puestos de trabajo? Nadie defiende esto porque nadie se queda con el dinero por ello. Se puede hacer bien con muy poco, pero no interesa.

El último congreso ha suprimido la limitación de mandatos del secretario general, ¿por qué?
Lo ha decidido el congreso en contra de la ejecutiva. Aquí no hay codazos por coger el puesto. No suele haber dos candidatos para un mismo puesto. Solo una vez ha pasado en el nivel confederal. La organización ha entendido que la limitación era más problema que solución. Es verdad que te dejas la carrera profesional, horas de sueño y te llevas muchos disgustos. En muchos sitios no se podían renovar las ejecutivas porque nadie se presentaba. No se convocaban congreso porque no había relevo de garantías y cuando lo había no le gustaba a la base. En el fondo, es profundamente democrático que no haya limitación. Que me echen el primer año, que no esperen a que me tenga que ir porque he agotado el mandato. Si hay alguien que lo hace mejor, adelante.

¿Vislumbra nuevas formas de lucha sindical para defender los derechos de las personas trabajadoras?
¿Cuántas veces hemos llenado la calle de un modo que condicionara una política concreta o generara cambios legislativos? La última victoria en la calle que conozco ha sido la de los desahucios. Esto significa que la gente ya no se echa a la calle. En Cataluña, a lo mejor, pero no por motivos laborales y sociales. Hay que cambiar de estrategia y darles donde les duele, en la cartera. El empleo se precariza por economía. Esa estrategia es ingeniería económica. Hay que empezar a hablar, por ejemplo, de desinstalar aplicaciones. No se trata de que la gente viva aislada o al margen, pero si Amazon hace lo mismo que Deliveroo, habrá que hacer una huelga de compra de una semana. No nos va a pasar nada por no comprar durante ese tiempo. A la gente joven esto sí le llega y no le llega que vayamos con un silbato y una pancarta a la puerta del Congreso. También les duele todo lo que tiene que ver con la reputación, la imagen de marca. Las compañías están tirando de etiquetas para avalar sus buenas prácticas o su sensibilidad ecológica, como una carta de presentación de sus productos. Si de verdad es así, pues bien. Pero nosotros tenemos que hacerlo al revés, poner etiquetas negras y conseguir que la gente compre productos convencidas de que en su elaboración no se ha hecho daño a nadie, aunque les cueste un poco más. En vez de tener seis jerséis tenemos que tener cuatro, pero fabricados con respeto. Si conseguimos introducir la responsabilidad individual en el concepto colectivo daremos un paso en la incidencia sindical.

Luego está la originalidad. Tenemos un volumen de información brutal, es imposible leer y ver todo lo que llega. Hay que ser muy originales para conseguir llegar a la gente y dar con el punto sindical adecuado. Todos tenemos un corazoncito, la gente se siente bien cuando hace algo bueno. Hay que conseguir que cuando uno compra, se sienta bien y que cuando defienda a un trabajador, sobre todo si no tiene que ver con su sindicato o con su convenio, se sienta bien como trabajador. Si el individualismo que se ha introducido en las relaciones laborales llega también al consumismo, será una guerra de guerrillas muy costosa. Si todos damos ese paso, las organizaciones sindicales, los movimientos sociales, los movimientos de la Iglesia, y ganamos esa conciencia, la mitad del camino estará hecho.

¿Cómo es la relación con CCOO y UGT?, ¿es partidario de la unidad de acción sindical?
Compartimos espacio a nivel internacional, estamos también en la Cumbre Social con otras más de 170 organizaciones. Nació como algo muy bueno y lo sentíamos como propio por principio, defendiendo la pluralidad, pero poco a poco se ha descafeinado y no ha habido en los últimos meses grandes actuaciones.

Nos duelen los sectarismos que hemos sufrido. Sé que hay que olvidarlo y entenderlo en el contexto histórico, pero, claro, cuando ves que eso perjudica a los trabajadores no te puedes resistir. En la negociación de los convenios a veces te hacen la pinzan para aceptar peores condiciones o en una lucha contra gente muy poderosa te dejan solo y luego al final se apuntan, eso duele. Los sindicatos somos herramientas, ojalá la USO tenga el doble de afiliados y delegados, pero si lo hemos hecho bien siendo los mismos, tampoco pasa nada. El objetivo no es crecer porque sí, hay que crecer para ser más influyente, hacer más cosas y mejor. El problema es que un trabajador en las empresas solo conoce a CCOO y UGT, y tal vez la USO pueda hacerlo mejor. Hay que quitarse la boina de las siglas y buscar la herramienta que mejor le sirva.

Hemos ido junto mil veces en las empresas, tenemos muchas estrategias comunes, por supuesto. Sin duda, tenemos que conseguir una unidad de acción para conseguir los objetivos compartidos a favor de los trabajadores. La patronal sí sabe unirse cuando le hace falta.

¿Qué valoración hace del reciente encuentro entre el Vaticano y las organizaciones sindicales?
Una de las grandezas de este Papa es que ha dicho nítidamente cosas muy importantes. La Iglesia tiene que estar ahí, no puede estar con los pobres y no denunciarla en el trabajo, contra la injusticia y no denunciar lo que pasa en los centros del trabajo, contra los abusos y no decir nada de los abusos laborales… Me satisfizo ver lo que pasaba, la pena es no haber podido ir porque coincidió con nuestro congreso. Consiguió sentar en el Vaticano a organizaciones sindicales con procedencia e ideologías muy distintas para hablar con profundidad y que todo el mundo salga muy satisfecho, no lo puedo conseguir cualquiera, diría que nadie además de él a nivel internacional.

¿Hay posibilidad de aproximación con la Iglesia de modo que puedan abrirse ámbitos de colaboración que beneficien a las personas y familias trabajadoras?
Tenemos mucha representación de los profesores de religión y contactos con delegados diocesanos, pero no hay en los últimos años, y espero poder recuperarlo, una dirección directa e institucional con la Conferencia Episcopal. Quizás la Iglesia, puede que también las organizaciones sindicales tengamos responsabilidad, ha tomado distancias. Por supuesto tenemos buena relación con los movimientos especializados de la Iglesia. Es difícil que el mundo obrero no se identifique con lo que defiende la Pastoral Obrera y es una pena que esto no se sepa más. Para nosotros es fundamental la relación con la Iglesia, porque tiene un papel con los que peor lo pasan, con las personas vulnerables y con la construcción de la propia sociedad. No se entiende Europa sin la tradición cristiana y su concepto de la familia, del desarrollo comunitario, de la sociedad… Y todo eso el capitalismo salvaje se lo lleva por delante. El concepto de trabajo, de ser humano, la renta mínima social, inmigración, refugiados… son ámbitos de confluencia y de trabajo muy importantes que se pueden desarrollar.
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Para Francisco, el trabajo es clave en la Justicia Social

Iglesia, Mundo obrero y del trabajo, Videos

Para Francisco, el trabajo es clave en la Justicia Social

22 febrero 2018

Vatican News, el servicio informativo del Vaticano, ha publicado un pequeño vídeo con algunas de las intervenciones sobre el mundo del trabajo del papa Francisco, con motivo del Día Mundial de la Justicia Social, promovido por la ONU, que se celebra el 20 de febrero. La Justicia Social es un concepto que abarca la erradicación de la pobreza, la promoción del empleo pleno y el trabajo decente, la igualdad entre los sexos y el acceso al bienestar social sin discriminaciones.

 

 

¡Tú! | Por la Justicia Social

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