Guillermo Rovirosa Albet nace en Vilanova i la Geltrú (Barcelona) el 4 de agosto de 1897. Pierde a su padre, José, a la edad de 9 años y a su madre, Ana María, cumplidos los 18. Terminado el bachillerato hace estudios superiores en Barcelona especializándose en Dirección de Industrias Eléctricas y de Mecánica Aplicada. A los 25 años se casa con Catalina Canals Riera. Ejerce su profesión en Barcelona y en 1929 se traslada con su esposa a trabajar a París.
Apasionado por la verdad desde su infancia, a una gran capacidad intelectual une ahora su preparación técnica. Todo ello está en la base de su condición de investigador en el terreno científico y de buscador de la verdad en todos los órdenes de la vida, de una manera especial en el religioso, el del sentido de la existencia.
La religiosidad tradicional de su familia y la del colegio en que ha estudiado no le han aportado respuestas a los interrogantes que se plantea y a los 18 años ha abandonado la fe cristiana. Vive un tiempo de desorientación y búsqueda de la verdad en las filosofías y corrientes religiosas del momento. Son años de incredulidad y escepticismo en los que su fuerte personalidad se estrella con lo que se le presenta como clave de respuesta. Concluirá reafirmándose en que sólo en la ciencia se halla con certeza la verdad que el hombre puede comprender.
Un suceso marcará su vida. En mayo de 1932 pasa casualmente por delante de la Parroquia de San José, donde el Cardenal de París, Monseñor Verdier, está predicando. Movido por la curiosidad se acerca a verle. Y oye que está diciendo: “El cristiano es un especialista en Cristo…, el mejor cristiano es el que más sabe de teoría y práctica de Jesús”. Esta afirmación tocó su corazón y se le impuso la evidencia de que él no conocía a Cristo. Su honestidad le hacía ver que estaba negando lo que no conocía realmente. Y comienza desde ese momento un proceso de búsqueda de la verdad de Jesús que le llevará a conocerlo y admirarlo como figura histórica. Por entonces repetidas hemoptisis le hacen revivir el brote de tuberculosis que 10 años antes le había obligado a interrumpir el último curso de sus estudios de ingeniero y el matrimonio Rovirosa decide pasar unos meses de recuperación en El Escorial. Allí conocerá al agustino padre Fariña que le ayudará a aceptar a Jesús no sólo como hombre sino como Dios y redentor, y en la Navidad de 1933 hará con clara conciencia su “segunda Primera Comunión”.
Comienza aquí una etapa de vivencia cristiana apasionada, caracterizada por la austeridad, la exigencia de perfección y la entrega apostólica. Su esposa, que largamente había pedido a Dios la conversión de su marido, ha acompañado su camino de reincorporación a la fe de la Iglesia. Ahora los dos hacen lo que llamarán el “pacto tripartito” con Dios, según el cual ellos, que no tenían hijos, se comprometen a dedicar al trabajo apostólico todo su tiempo, su profesión y su vida matrimonial y a Dios le pedían que dispusiera las cosas de modo que ellos cubrieran sus necesidades viviendo pobremente.
Se queda a trabajar en Madrid y se entrega con entusiasmo a la lectura de las grandes obras de la teología y espiritualidad cristianas; una primera aproximación a cursos de enseñanza social católica le defrauda profundamente por su enfoque carente de base evangélica. Allí le sorprende la guerra civil; es nombrado presidente del Comité Obrero de su empresa. Organiza una “capilla clandestina” en su casa, donde diariamente se celebra misa. En los sótanos de su vivienda se halla la biblioteca de la institución de los jesuitas “Fomento Social”. Esto le pondrá en contacto con la Doctrina Social de la Iglesia, lo que le ayudará a organizar su pensamiento y sus planteamientos sociales con rigor, y a descubrir y valorar definitivamente la dimensión comunitaria del cristianismo, lo que él llamará su “segunda conversión”. Terminada la guerra, bajo la acusación de haber sido presidente del Comité Obrero de su empresa, es condenado a seis años de cárcel. Sólo cumplirá uno y parte de éste saliendo a trabajar durante el día al Instituto Llorente.
A finales de 1940 se incorpora a la Acción Católica en su parroquia de San Marcos. Le buscan para que forme parte del Consejo Diocesano de Madrid. Hace los tres cursos del Instituto Central de Cultura Religiosa Superior. Va transformando la vocalía social diocesana en un auténtico Secretariado Social, tras su sueño de devolver a Cristo a los pobres, al mundo obrero.
En mayo de 1946 la Junta de Metropolitanos de España acordó la fundación de la Hermandad Obrera de Acción Católica como movimiento especializado para los obreros adultos, dentro de la Acción Católica. El Consejo Nacional de los Hombres de AC se dirige al Consejo Diocesano de Madrid y encarga a Rovirosa la tarea de organizar y poner en marcha la HOAC. Este entiende que Dios ha aceptado el compromiso de su conversión y desde ese momento, lleno de gozo, se entregará por entero al apostolado en el mundo del trabajo viviendo como un obrero pobre. Deja su puesto en el Instituto Llorente y marcha a Montserrat (el Monasterio será siempre un referente al que volverá una y otra vez para retirarse a orar, para recuperarse y escribir). Desde allí publica la hoja “HOAC”, preparando la Primera Semana Nacional de la HOAC, que en el mes de septiembre reúne a más de 300 obreros y significa el comienzo de la Acción Católica Obrera en España
En esta Primera Semana se aprueba la publicación de un semanario obrero. Rovirosa se encarga de sacarlo adelante y el 1 de diciembre de 1946 sale a la calle el “¡Tú!”, periódico que llegará a editar hasta 43.000 ejemplares en unos años en que la prensa estaba férreamente controlada y la mentalidad imperante en absoluto era propicia a los planteamientos que en él se hacían. Porque el contenido y el mensaje de la publicación, transmitiendo criterios evangélicos en una realidad obrera sangrante, con un tono realista y enérgico, no dejaba indiferente a nadie. Esto provocó que en 1952 fuera definitivamente prohibido por la autoridad civil. Este semanario, de amplia difusión, así como el “Boletín de la HOAC” —durante años obra en gran parte de Rovirosa—, dirigido a los militantes, aciertan a transmitir el conocimiento del Evangelio y de la doctrina social de la Iglesia despertando las conciencias y presentando la verdad transformadora de Jesucristo y de su Espíritu como salvación en la vida real de las personas y de la sociedad.
Un episodio ciertamente doloroso sucede entonces. Su esposa, que había estado siempre a su lado en el camino hacia la fe, en su alegría de converso y en sus proyectos de apostolado, pensando que su presencia podría restar algo de la dedicación de su marido a la tarea que Dios le confiaba como apóstol obrero, decide dejarle totalmente libre. Cuando Rovirosa vuelve de la Segunda Semana Nacional, en 1947, Catalina Canals desaparece dejando esta nota: “parto para que puedas seguir libremente tus caminos; no me busques; que Dios te bendiga como yo te bendigo”. Pese a haberlo intentado, no se ha vuelto a tener noticia de ella. El propio Guillermo Rovirosa vivirá con gran dolor este hecho y en adelante su dedicación apostólica incluirá también este matiz de fidelidad a su esposa.
Su gran obra, la HOAC, crece y se extiende. Diseña planes y métodos de formación: cursillos nocturnos, semanas de estudio, “Plan Cíclico” de formación cristiana, grupos obreros de estudios sociales (GOES), partiendo de la realidad vivida, analizándola con la luz del Evangelio y de la Doctrina Social de la Iglesia, volviendo a ella para transformarla según el proyecto de Dios. Asume los valores, los anhelos y realizaciones del movimiento obrero que no son incompatibles con la fe cristiana. Se hace presente en todas las diócesis, con su palabra directa, incisiva, evangélica, transmisora de una experiencia vital que contagia. Su conocimiento bíblico y teológico es serio y su espiritualidad muy honda. Todo ello queda reflejado en los contenidos de sus escritos y de sus charlas: el amor y la misericordia de Dios demostrados en Jesús que provocan nuestra respuesta agradecida, el bautismo y la santidad vivida en el trabajo de cada día, la vida trinitaria y la llamada a la comunión que implica, la pobreza y la debilidad como signos donde la fuerza de Dios se manifiesta, la humildad, la pobreza y el sacrificio como virtudes del militante cristiano… son temas recurrentes que Rovirosa vive y plantea.
Como buen discípulo de Cristo, también él será signo de contradicción. Su trabajo evangelizador entre los obreros pone en evidencia las incoherencias de muchas actitudes supuestamente cristianas y las contradicciones de un sistema que se pretendía cercano a la Iglesia. Es objeto de sospecha y de calumnia, hasta el punto que la Jerarquía eclesiástica lo aleja de los puestos directivos de la HOAC. Guillermo Rovirosa, desde su conversión, vive su pertenencia a la Iglesia con inmenso amor y agradecimiento, pues se sabe traidor perdonado; su aprecio y defensa del Papa y de los obispos es sincero y notorio. Con la misma docilidad que aceptó entonces -mayo de 1946- el encargo que se le hizo de organizar la HOAC, acepta ahora -mayo de 1957- la decisión que se le impone de dejar el servicio que prestaba en ella. Fue una lección más de su talante eclesial, que él vivió con una gran paz.
Poco después, en un accidente de tranvía pierde el pie izquierdo; supone para él una experiencia de dolor físico y de limitación que evoca y le une a la cruz de Jesús. En adelante Rovirosa hará largas estancias en Montserrat, donde alternará trabajos técnicos de electricidad con la oración, la reflexión, el diálogo con los monjes, la colaboración en el “Boletín de la Hoac” y una amplia correspondencia con militantes y amigos. Será éste un tiempo muy fecundo. De profundización espiritual y de avance en su pensamiento tal como queda reflejado en sus obras escritas entonces (“Cooperatismo integral”, “Dimas”, “Judas”, “La virtud de escuchar”, “Fenerismo”, “Terciarios”…).
En 1963 acepta la invitación de un grupo de militantes de la HOAC a colaborar en la creación de una editorial dedicada principalmente a la edición y difusión en ambientes populares de libros de carácter social. Se trata de la Editorial ZYX, de la que será el primer presidente y también el autor del primer libro editado: “¿De quién es la empresa?”.
Tan sólo unos días después de la presentación de este libro sufre una embolia cerebral en su casa de Madrid y el 27 de febrero 1964 fallece en el Hospital Clínico madrileño. Por entonces el Concilio Vaticano II trataba de describir el cristiano de los tiempos nuevos. Guillermo Rovirosa presentaba justamente el perfil de cristiano laico adulto, testigo auténtico de la fe en el mundo actual, que el Concilio diseñaba. Un regalo de Dios a su Iglesia.
Datos biográficos
1897 • Nace el 4 de agosto en Vilanova i la Geltrú (Barcelona). A los pocos meses, su madre queda afectada por una parálisis total. La familia se traslada a su finca agrícola de Rocacrespa.
1904 • La familia regresa a Vilanova.
1906 • Muerte del padre.
1908 • Empieza el bachillerato en los Escolapios, en internado.
1914 • Empieza estudios de preparación para ingeniero de caminos en Madrid.
1915 • Muerte de la madre. Rompe con la vida cristiana.
1917 • Ingresa en la Escuela de Directores de Industrias Eléctricas de Barcelona. Contrae la tuberculosis, lo que le hace interrumpir el último curso de carrera.
1921 • Publica dos libros sobre cuestiones eléctricas.
1922 • Se casa con Catalina Canals.
1923 • Se dedica a la fabricación de juguetes mecánicos. Especialista en arreglo de vinos. Se inicia en el espiritismo y, más tarde, en la teosofía.
1929 • Stand de juguetes mecánicos en la Exposición Internacional de Barcelona. Se traslada a París.
1930 • Invento sobre el cine. Acude a las diferentes doctrinas y filosofías en busca de la verdad de Dios. Cada vez más escéptico ante lo que no sea la verdad científica.
1932 • Una frase ocasionalmente escuchada al Cardenal Verdier le lleva a querer conocer a Jesucristo y su Evangelio.
1933 • Extensos ejercicios Espirituales en El Escorial. En la madrugada de Navidad hace “segunda primera comunión”. Se incorpora a la Iglesia.
1933 • Director técnico de la Casa Rifá Anglada, en Madrid.
1936 • Guerra civil. Es elegido presidente del Comité Obrero de su Empresa. Conoce la Doctrina Social de la Iglesia. Elabora su planteamiento sobre el “Comunitarismo”. Organiza una capilla clandestina.
1939 • Acabada la guerra, es condenado a seis años de prisión a causa de su cargo de presidente del Comité Obrero de la Empresa. Se le autoriza a trabajar durante el día en el Instituto Llorente.
1940 • El día 24 de septiembre: libertad. Forma parte de la primera promoción del Instituto de Cultura Religiosa Superior. Se incorpora a la Acción Católica. Campo de actuación apostólica: barrio de las Latas, en Vallecas.
1946 • Los obispos españoles deciden la creación de la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC). Encargan a Rovirosa su organización. En septiembre, Primera Semana Nacional: queda constituida la HOAC. Nace el semanario “¡TÚ!”. Vive en Montserrat.
1947 • Inicia el “Boletín de la HOAC”. Su esposa le abandona a fin de que pueda dedicarse totalmente al apostolado, y desaparece.
1948 • Regreso a Madrid. Publica el “Manifiesto Comunitarista”, que la jerarquía no admite como cosa de Acción Católica. Entra en relación con personas relevantes del mundo católico. Cada año toma parte en las “Conversaciones Católicas Internacionales” de San Sebastián. Miembro de la Junta Permanente de las “Semanas Sociales” de la Iglesia. Organiza los Grupos Obreros de Estudios Sociales (GOES). Elabora, junto a D. Tomás Malagón, el Plan Cíclico de formación de militantes.
1957 • El cardenal primado, presionado por diferentes conductos, ordena que cese en la Comisión Nacional de la HOAC. En un accidente de tranvía pierde el pie izquierdo. Pasa largas temporadas en Montserrat. Escribe diversos libros, que él mismo imprime de modo artesanal.
1963 • Colabora en la creación de la Editorial ZYX.
1964 • Muere el 27 de febrero en el Hospital Clínico de Madrid, a consecuencia de una embolia cerebral.
Escritos y publicaciones
1921 • Fabricación de condensadores y carretes (Ed. Calpe).
1922 • Fabricación de cables eléctricos (Ed. Calpe).
1946-52 • Numerosos artículos en el semanario “¡TÚ!”.
1947-57 • Numerosos artículos en el “Boletín de la HOAC”.
1948 • Manifiesto Comunitarista.
1951 • Cómo se inicia un centro HOAC.
1951 • La HOAC, ¿qué es esto?
1951 • Cómo nos gobernamos en la HOAC.
1951 • Cursillos Nocturnos (libro del profesor).
1951 • Profesión (Cómo se profesa la HOAC).
1955 • El Plan Cíclico de la HOAC.
1959 • COOPeratismo Integral (dos cuadernos).
1960 • Cursillo nocturno COPIN (dos cuadernos: director y cursillista).
1960 • El primer santo cristiano: Dimas el ladrón.
1960 • El primer traidor cristiano: Judas de Keriot el Apóstol.
1962 • Fenerismo.
1962 • La virtud de escuchar.
1963 • Almanaque de los Hogares Obreros. “Año de la Comunidad”.
1963 • El compromiso temporal.
1963 • Terciarios.
1964 • ¿De quién es la Empresa?