Santa María, Madre de Dios • 1 enero 2023
Miro el año terminado y el que está comenzando con agradecimiento. Descubro la bendición de Dios derramada en mi vida y en la vida obrera. Pido recorrer este nuevo año de la mano de María de Nazaret, tras los pasos de Dios encarnado en la debilidad de nuestra humanidad. Acojo la Bendición de Dios.
Epifanía del Señor (6 enero)
Descubrir la alegría de dar… y, más aún, la de compartir. No solo regalos, lo que tenemos, sino lo que somos. Nuestra vida, nuestros bienes, nuestro compromiso y acción. Como Dios Trinidad, con generosa desmesura. Para eso, tendremos que ponernos en camino, y en búsqueda.
Bautismo del Señor (8 enero)
La fiesta del Bautismo del Señor es la fiesta de nuestro bautismo, de nuestra dignidad, de nuestra condición laical de ser miembros todos del pueblo de Dios. Es la fiesta de nuestra fidelidad y nuestra misión. Es la ocasión de redescubrir y revitalizar la vivencia de nuestro bautismo, que nos hace Iglesia y capaces de fraternidad.
2º Domingo del Tiempo Ordinario (15 enero)
El seguimiento de Jesús no nos encierra en un círculo de rutina constante, sino que nos hace avanzar en la novedad de la esperanza, sembrando semillas de fraternidad, siendo trabajadores de la paz, de la justicia, movidos por el amor y la misericordia entrañable, acompañando el caminar y la vida de nuestro pueblo, despojándonos de todo aquel peso inútil que nos impide caminar.
3er Domingo del Tiempo Ordinario (22 enero)
El anuncio del Reino comienza en la periferia, entre los descartados del sistema, en los márgenes de la vida, allí donde parece que ya no hay esperanza, ni motivos para la lucha, donde parece que toda justicia es vencida, que el amor ha sido eliminado de las relaciones humanas.
4º Domingo del Tiempo Ordinario
La vida de las bienaventuranzas es la vida de la santidad que es nuestra vocación, y es también la mejor propuesta de construcción de nuevas relaciones humanas, sociales, económicas y políticas en nuestro mundo, porque en las bienaventuranzas aparece claro que Dios es el Dios de todos, pero especialmente de las personas descartadas por este sistema, de los empobrecidos que son sacramento de Dios cuando los ponemos en el centro de nuestra vida personal y social.
5º Domingo del Tiempo Ordinario
El sabor de la vida es su humanidad. La vida verdadera sabe a humanidad. A humanidad plena y digna. Sabe a fraternidad. Sabe a comunión, a trabajo decente, a sanidad universal, a vecindad entrelazada, a soledades habitadas, a condiciones dignas de vida para todas y para todos. Sabe a esperanza, a mañana y a futuro. Sabe a políticas que ponen en el centro la vida de las personas y sus necesidades. Sabe a risa y alegría. Sabe a acogida de los últimos. Sabe a bienaventuranza y a Reino.
6º Domingo del Tiempo Ordinario (12 febrero)
Necesitamos vivir el amor. El amor al otro por ser quien es nos mueve a buscar lo mejor para su vida. Sólo en el cultivo de esta forma de relacionarnos haremos posibles la amistad social que no excluye a nadie y la fraternidad abierta a todos (FT 94).
7º Domingo del Tiempo Ordinario (19 febrero)
Nuestro signo distintivo es este: amar como ama Dios. Y es el signo del Reino que posibilita arrancar la violencia, la injusticia y el mal de nuestro mundo. Un amor que no solo se expresa en las relaciones personales, sino en las relaciones sociales de todo tipo, y que construye vínculos, teje fraternidad, tiende puentes, y hace posible la vida social.
1er Domingo de Cuaresma (26 febrero)
Si la música del Evangelio deja de vibrar en nuestras entrañas, habremos perdido la alegría que brota de la compasión, la ternura que nace de la confianza, la capacidad de reconciliación que encuentra su fuente en sabernos siempre perdonados‒enviados. Si la música del Evangelio deja de sonar en nuestras casas, en nuestras plazas, en los trabajos, en la política y en la economía, habremos apagado la melodía que nos desafiaba a luchar por la dignidad de todo hombre y mujer».
2º Domingo de Cuaresma (5 marzo)
Nuestro camino de conversión no solo nos lleva a reconocer aquello de lo que hemos de despojarnos –la indiferencia, la sordera, la inhumanidad, el deseo de «bienestar»–, sino también aquello que hemos de incorporar a nuestra vida: las esperanzas que atisban los signos de los tiempos…
3er Domingo de Cuaresma (12 marzo)
La que expresa Rovirosa, tendría que ser nuestra sed insaciable. Porque no tenemos otra manera de vivir que no sea siempre en esa presencia de Dios; que no sea vivir toda mi vida desde el criterio de Dios. Lo demás significa gastar la vida recorriendo caminos que no llevan a ningún lugar: tan solo a caminar en círculos a mi alrededor, cuando sigo siendo el centro de mi existencia. Lo demás lleva a ser eternos sedientos.
4º Domingo de Cuaresma (19 marzo)
Las desigualdades sociales, las formas de esclavitud y de explotación, las pobrezas familiares a causa de la falta de trabajo o de un trabajo mal retribuido son realidades que deben encontrar escucha en nuestros ambientes eclesiales. Son formas más o menos de explotación: llamemos a las cosas por su nombre.
5º Domingo de Cuaresma (26 marzo)
Todo este camino de Cuaresma es un camino de luces y sombras. Hoy tengo un día ante mi lleno de signos de vida y de muerte. ¿Cuál va a ser la clave de lectura ante esta realidad que me rodea? Distingo los signos que me rodean. ¿Cómo puedo potenciar vida a mi alrededor? Determino gestos concretos. Me hago el propósito de ser transmisor de vida.
Domingo de Ramos 2023
Se nos convoca de nuevo a la Vida: a la mesa fraterna, a la mesa de la Eucaristía, a la mesa en la que compartir el pan nos permite reconocer al Resucitado presente en la existencia humana, compañero de camino, capaz de rehacer nuestras fuerzas, nuestra ilusión, nuestra esperanza. Capaz de dar impulso nuevo a nuestros compromisos. Se nos convoca de nuevo a la calle, a la tarea, al encuentro.
Domingo de Pascua de Resurrección
La Resurrección de Cristo no es una fiesta con muchas flores. Esto es bonito, pero no es esto, es más; es el misterio de la piedra descartada que termina siendo el fundamento de nuestra existencia. Cristo ha resucitado, esto significa. En esta cultura del descarte donde eso que no sirve toma el camino del usar y tirar, donde lo que no sirve es descartado, esa piedra —Jesús— es descartada y es fuente de vida (Francisco. Homilía Domingo Resurrección 2017).
2º Domingo de Pascua (16 abril)
El encuentro con el Resucitado que nos da su paz nos envía también al encuentro vital con los otros, con nuestras hermanas y hermanos, y nos envía a tender los puentes del encuentro que hacen posible la fraternidad. Y no tenemos otro camino, salvo que malbaratemos la Gracia y acallemos la voz del Espíritu que recibimos también de mano del Resucitado. Así pues, oramos para vivir esa Paz.
3er Domingo de Pascua (23 de abril)
El viaje de los discípulos de Emaús, al final del Evangelio de san Lucas, es una imagen de nuestro camino personal y del camino de la Iglesia. Así, cuando las decepciones dejan espacio al encuentro con el Señor, la vida vuelve a nacer a la esperanza y podemos reconciliarnos, con nosotros mismos, con los hermanos y con Dios.
4º Domingo de Pascua (30 de abril)
Nosotros, acompañando la vida de las personas, y siguiendo al Resucitado, estamos llamados a caminar como buenos pastores con nuestro pueblo. Para hacerles partícipes de esa Vida plena que solo Jesucristo nos puede dar. Solo podremos hacerlo con las mismas actitudes de Jesús, Buen Pastor.
5º Domingo de Pascua (7 de mayo)
Lo decisivo en nuestra experiencia de fe, la experiencia fundante, es la de sentirnos amados por Dios en el encuentro personal con el Resucitado. En Jesucristo experimentamos ese amor. Y desde ahí podemos sentir que el camino de construcción de nuestra vida que nos desvela la verdad de lo que somos y lo que estamos llamados a ser, pasa por esa experiencia cotidiana de amor y fraternidad que nos va rehaciendo y que nos hace vivir.
6º Domingo de Pascua (14 de mayo)
Dios no quiere que pasemos nuestra vida mirándole a él, de espaldas a la realidad y a nuestras hermanas y hermanos. Dios quiere que, experimentando su amor cada día, nos dejemos conducir por su Espíritu, y así poder amar como él ama, a quienes él ama.
Ascensión del Señor (21 mayo)
Las últimas palabras de Jesús son una invitación a vivir el evangelio, a recuperar lo más esencial de su vida y comunicar a todos la buena noticia de la presencia viva del Resucitado entre nosotros y, sobre todo, a seguir esperando contra toda desesperanza. Es una invitación a seguir superando las decepciones y fracasos, y a recomenzar de nuevo cuantas veces haga falta, conscientes de que nuestra entrega tiene sentido por sí misma, aunque no podamos ver los frutos.
Pentecostés 2023 (28 mayo)
Somos comunidad para la misión. Evangelizar es la razón de ser de la Iglesia, y es nuestra razón de ser. El Espíritu que recibimos nos pone en movimiento, nos saca de nuestro temeroso encierro, nos envía a todos los ambientes y realidades en que transcurre nuestra vida.
Santísima Trinidad (4 junio)
Creer en el Dios Trinidad es ir convirtiendo nuestra vida en una vida de encuentro y amistad, de fraternidad y comunión. Es ir dejando que Dios nos moldee a su imagen: comunión de amor. Es vivir cada día la triple comunión de vida, de bienes y de acción que son manifestaciones de amor.