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La HOAC pospone su XIV Asamblea General a 2023 

Nota de prensa

La HOAC pospone su XIV Asamblea General a 2023 

16 enero 2021

El Pleno General de Representantes (PGR) extraordinario, realizado hoy sábado, ha refrendado la decisión dialogada por toda la militancia de este movimiento de trabajadores cristianos, de suspender la próxima Asamblea General de la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC), prevista para este año, posponer su celebración a agosto de 2023.

La reunión del PGR, máximo órgano decisorio entre asambleas generales, realizado por videoconferencia con la participación de más de un centenar de militantes en representación de 42 diócesis y de la comisión permanente, ha refrendado la decisión de las asambleas diocesanas de militantes de suspender el proceso de preparación y celebración de la XIV Asamblea General, posponer su celebración a agosto de 2023, y definir, el próximo mes de marzo, un plan de trabajo para el bienio 2021/2023. Esta decisión ha tenido el apoyo mayoritario del 84% de los votos.

El proceso de pandemia, su impacto, y las incertidumbres que presenta en todos los ámbitos de la vida, motivó la apertura de un diálogo entre toda la militancia de la HOAC, realizado en asambleas diocesanas, para compartir dos opciones relacionadas con la celebración de su asamblea general. La otra opción planteada, de continuar con el proceso de preparación, con una reducción significativa de asistencia, ha tenido un apoyo del 13% de la militancia. Un 2,6% de los votos han sido en blanco.

Tareas prioritarias de los trabajadores cristianos

Con la decisión de aplazar la Asamblea General, que conlleva un proceso preparatorio muy intenso de diálogo y profundización, continúan vigentes las tareas prioritarias para la misión de este movimiento de trabajadores cristianos de Acción Católica para la Pastoral del Trabajo. En este sentido, durante este año 2021 seguirá con sus objetivos de trabajo, entre los que destacan: Continuar desarrollando y viviendo medios para construir prácticas de comunión de bienes, vida y acción con el mundo obrero empobrecido; Seguir impulsando la campaña «Trabajo digno para una sociedad decente», como proceso de concienciación, oportunidad para acompañar y favorecer el encuentro con personas y colectivos, y herramienta de incidencia pública, que prioriza la dignidad de las personas; extender este planteamiento en la Iglesia y en la sociedad, abriendo y manteniendo espacios de diálogo y acción también con organizaciones sociales y sindicales. Reforzar las dinámicas de participación en la iniciativa «Iglesia por el trabajo decente», especialmente en las convocatorias del 1º de Mayo y de la Jornada Mundial por el Trabajo Decente, en torno al 7 de octubre. Junto con el crecimiento del cultivo de la espiritualidad y en la vivencia de la formación, y el cuidado de la vida comunitaria y eclesial, tanto presencial como telemáticamente.

Además, este año la HOAC seguirá realizando la celebración de su 75 aniversario, profundizando en su historia, recuperando y actualizando su memoria agradecida. Un proceso que concluirá en noviembre de 2021. Alrededor de mayo, en el marco de la convocatoria del Día de la HOAC, se profundizará y reflexionará sobre la situación y retos del mundo del trabajo. Y, en junio, acometerá la elección de los nuevos miembros de la Comisión Permanente de la HOAC, renovando las responsabilidades de Presidencia, Formación y Difusión.

ITD llama a “moverse” por un nuevo sistema productivo que ponga a la persona en el centro

Iglesia

ITD llama a “moverse” por un nuevo sistema productivo que ponga a la persona en el centro

02 octubre 2020

• El manifiesto de Iglesia por el Trabajo Decente (ITD) para la Jornada Mundial por el Trabajo Decente, del próximo 7 de octubre, anima a movilizarse contra el aumento de la precariedad provocada por el impacto social de la pandemia y en defensa del trabajo decente y accesible

• Reivindica condiciones dignas para los empleos esenciales para la vida

Convocatorias en las diócesis. Imágenes para redes sociales. Etiqueta #NosMovemosPorElTrabajoDecente

Las entidades de inspiración cristiana que impulsan en España la iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente (ITD) lanzan un llamamiento a celebrar el 7 de octubre la Jornada Mundial por el Trabajo Decente “moviéndose” y alzando la voz “en nuestros barrios, ante las organizaciones sindicales y en las instituciones de gobierno” para reclamar un nuevo modelo productivo que, en pleno impacto social de la pandemia, garantice empleo digno y accesible.

En el manifiesto para esta jornada bajo el lema “Nos movemos por el trabajo decente”, y que ITD convoca en España por sexto año consecutivo, se denuncia la precariedad que sufren millones de trabajadores y trabajadoras “aumentada por la situación de emergencia sanitaria provocada por la pandemia mundial de la COVID-19” y que ha puesto de relieve “las debilidades estructurales del Estado de bienestar en España y la necesidad del trabajo decente para el desarrollo de una sociedad fraterna”.

Millones de personas se están quedado atrás

“Esta crisis –señala ITD—nos ha enseñado que se puede consumir menos y mejor, que el servicio de aquellos oficios menos valorados, social y económicamente son los que sostienen la vida y el cuidado comunitario”. Denuncian, en ese sentido, que “la realidad en que nos encontramos está visibilizando las consecuencias de un modelo productivo incapaz de generar empleo con alto valor añadido y caracterizado por las altas tasas de precariedad laboral”.

ITD identifica los síntomas de la gravedad de la situación, como son la galopante destrucción de empleo, con unas cifras de ERTE y paro disparadas; una protección social que no está llegando a quienes tienen derecho y peor lo están pasando, como en el caso del ingreso mínimo vital o la prestación para las empleadas de hogar, y que deja fuera a miles de personas sin posibilidad de acceso por ejercer su actividad en la economía sumergida; y la persistencia de demasiados empleos considerados esenciales que mantienen condiciones laborales tan precarias que rozan la indecencia.

Las últimas cifras aportadas por el Instituto Nacional de Estadística y CCOO así lo confirman:
– Hay 3.368.000 personas en paro (15,3% de tasa de desempleo). Entre los menores de 25 años, es del 39,6%; entre los mayores de 55 años, el 11,6%. La tasa de paro masculina, es del 14,13%, mientras la femenina es del 16,72%
– El 34% de los desempleados lleva más de un año buscando empleo y un 22% más de dos.
– El número de asalariados temporales sufre el mayor descenso trimestral (671.900 menos, un 16,22%), mientras el número de asalariados con contrato indefinido muestra una cifra de caída trimestral más moderada (-2,91%, con 361.400 asalariados indefinidos menos). La tasa de temporalidad se sitúa en un 22,35%, casi 4 puntos menos que al inicio de 2020 (26,1%).
– Hay 1.063.000 personas inactivas (han dejado de buscar empleo por el confinamiento y la coyuntura) y 1.150.00 hogares con todos sus miembros activos en paro.

Junto a ello, el informe Análisis y Perspectivas 2020 de la Fundación FOESSA constata el notable incremento (30%) de familias en situación de pobreza severa (67,8%), con unos ingresos inferiores a los 370 € mensuales para una persona y menos de 776 € para dos adultos y dos menores de edad.

Señala, además, que solo 1 de cada cuatro hogares se puede sostener del empleo; que el 60% de los hogares en exclusión grave ha visto cómo empeoraba su estado psicoemocional durante el confinamiento, mientras que el 26% consideran que ha empeorado su estado físico; y que uno de cada tres hogares (34%) está disminuyendo el rendimiento escolar de sus hijos e hijas al no poder seguir el ritmo marcado (cuando este ha existido) por el centro de enseñanza.

Solidaridad y unidad en la adversidad

Este grave deterioro del empleo y, por tanto, de la vida, “está suponiendo –se afirma en el Manifiesto— que multitudes se vean abocadas a acudir a los servicios sociales públicos, a los recursos sociales de las organizaciones de la Iglesia o a la ayuda de las comunidades parroquiales y vecinales para poder subsistir. Es aquí donde se ha manifestado la mayor experiencia de solidaridad y apoyo común que hemos descubierto en esta circunstancia tan extraordinaria, una experiencia de unidad en la adversidad que ha hecho que nos movamos por el bien común”. Por ello, “tenemos que valorar el trabajo humano en la medida que nos dignifica como hijas e hijos de Dios, corresponsables con el cuidado de la vida y la creación”.

Una jornada reivindicativa

Ante esa situación, ITD invita a “movernos en comunidad, aunar esfuerzos, buscar apoyos y seguir reclamando un trabajo decente”. Urge, para ello, “a adoptar las medidas necesarias para conseguir que el trabajo decente sea una realidad accesible para todas las personas, con condiciones que permitan mantener una vida digna y que la protección social llegue a todas las personas que lo necesitan”. De forma concreta, ITD reivindica:

● Apostar por un nuevo sistema productivo, capaz de generar empleos con alto valor añadido y que ponga a la persona en el centro.
● Lograr el reconocimiento social y laboral de los empleos esenciales para la vida, con unas condiciones laborales dignas que permitan a las personas salir de la pobreza.
● Reconocer el derecho a la protección social sin que esté supeditado a la vida laboral.
● Garantizar que el ingreso mínimo vital sea una realidad para las personas que lo necesitan, dotando a las instituciones de los recursos necesarios para su gestión.
● Asegurar la percepción del subsidio extraordinario a las trabajadoras de hogar y que se reconozca su derecho a la prestación por desempleo al igual que para el resto de personas trabajadoras.

Las organizaciones que impulsan la iniciativa ITD han organizado una agenda de actos reivindicativos y celebrativos tanto en espacios virtuales como en todas las plazas y parroquias de las diócesis, cumpliendo los protocolos de seguridad.

Asimismo, animan a sumarse en las redes sociales a la movilización por el trabajo decente a través del hashtag #NosMovemosPorElTrabajoDecente.

Manifiesto

Imágenes para redes sociales

Valencia | Conversación en torno al libro «No os dejéis robar la dignidad»

Convocatorias

Valencia | Conversación en torno al libro «No os dejéis robar la dignidad»

04 octubre 2019

El próximo lunes 7 de octubre, a las 19h, con motivo de la Jornada Mundial por el Trabajo Decente, las entidades promotoras de la iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente (ITD) de Valencia (Cáritas, Hermandad Obrera de Acción Católica -HOAC- y el Servicio Jesuita a Migrantes -SJM-), han convocado, en el Colegio Mayor Rector Peset de Valenciauna conversación pública en torno al libro No os dejéis robar la dignidad. El papa Francisco y el trabajo, de Abraham Canales.

En esta conversación, dinamizada por la periodista Olivia Pérez, intervendrán Arturo Ros, obispo auxiliar de la archidiócesis de Valencia; Arturo López, secretario general de Comisiones Obreras del País Valenciano; Víctor Navarro, técnico de formación y empleo de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) y Abraham Canales, autor del libro y responsable de publicaciones de la Hermandad Obrera de Acción Católica.

Esta obra de editada por la HOAC, movimiento de Acción Católica Especializada, la primera de estas características que se publica en España, es una recopilación comentada de textos, a modo de compendio, que recoge el compromiso del papa Francisco con el trabajo decente, expresado en Evangelii gaudium y en Laudato si’, dos de sus aportaciones de referencia tanto para la Iglesia como para las «personas de buena voluntad» del planeta. Una constante que ha ido desarrollando en los distintos diálogos realizados con las organizaciones de los trabajadores y con los movimientos populares; en diversas visitas pastorales; y en las principales instituciones políticas, económicas y laborales.

No os dejéis robar la dignidad invita a sumergirse en este pensamiento para seguir profundizando en él y comprometerse en esta «prioridad humana y cristiana», más si cabe cuando el Papa, en este tiempo de profundos cambios en el mundo del trabajo, exhorta a que el trabajo, como actividad creadora que otorga dignidad a la persona, sea la clave esencial con la que situarse en este mundo, rápidamente cambiante, y ayude a lograr una «vida buena», evitando la precarización y el descarte de millones de personas, y favorezca el cuidado de la casa común.

Recursos.
Cata de las primeras páginas​.

Vivir el sueño misionero de llegar a todas las personas

Colaboraciones, Iglesia

Vivir el sueño misionero de llegar a todas las personas

23 julio 2019

Luis Manuel Romero | Director del secretariado de la Comisión Episcopal de Apostolado Seglar de la Conferencia Episcopal Española.

Deseo compartir la ilusión y la esperanza que tenemos puesta en la preparación del Congreso Nacional de Laicos, que se va a celebrar en Madrid del 14 al 16 de febrero de 2020.

Esta iniciativa surgió a raíz de la celebración de la Asamblea Plenaria del mes de abril de 2018, que trató como uno de los temas nucleares la cuestión de los laicos en la Iglesia y en el mundo. Entonces se decidió encomendar la organización de un congreso de Laicos a la Comisión Episcopal de Apostolado Seglar.

Este congreso está pensado como un acontecimiento que forma parte de un proceso, de un itinerario, que tiene una fase previa diocesana y una etapa posterior, en la que tras la celebración del congreso, se marquen las líneas fundamentales para dinamizar el laicado en los próximos años.

En estos momentos, fase previa (precongreso), se está trabajando un Documento-Cuestionario en grupos de reflexión, que se han creado en las diócesis, porque queremos escuchar a los laicos, cuáles son sus inquietudes, sus dificultades, sus retos y desafíos para esta Iglesia, Pueblo de Dios en salida. La participación, en estos grupos de reflexión, está siendo bastante amplia y descubro, día a día, una gran ilusión y entusiasmo en los delegados de Apostolado Seglar y responsables de movimientos y asociaciones, en todo lo que respecta a la preparación y animación del congreso.

A continuación, en torno a finales del mes de octubre, se aconseja que se celebre en las diócesis una Jornada de Laicos, en la que se ponga en común las síntesis de las aportaciones de lo que se ha reflexionado en los grupos.

Las aportaciones de las diócesis, movimientos y asociaciones se enviarán a la Comisión de Laicos que está organizando el congreso y realizará un Instrumentum laboris. Este material de trabajo se mandará, posteriormente, a los delegados diocesanos de Apostolado Seglar, como base de lo que se va a tratar en el congreso.

La segunda etapa es propiamente la relativa al congreso, que se celebrará en Madrid del 14 al 16 de febrero. En él participarán representantes de todas las diócesis españolas y de los diferentes movimientos y asociaciones de apostolado seglar. Se trabajarán cuatro itinerarios que nos atañen a todos: el primer anuncio, el acompañamiento, los procesos formativos y la presencia en la vida pública. Todo el congreso tendrá dos líneas transversales fundamentales: la sinodalidad (comunión) y el discernimiento.

La tercera etapa no se concibe como el final del proceso, sino como el inicio de nuevos caminos que permitan concretar lo reflexionado en la fase diocesana y lo vivido con motivo del congreso.

El congreso, como no podía ser de otra manera, desea subrayar las claves evangelizadoras de la Iglesia universal desde el Concilio Vaticano II hasta hoy. En estos momentos nos sirve de gran orientación el programa pastoral diseñado por el papa Francisco en la exhortación apostólica Evangelii gaudium (2013), en la que define a la Iglesia como «una Iglesia en salida».

El papa Francisco piensa que, en esta dinámica de Iglesia en salida, necesitamos un laicado en salida: «Necesitamos –subrayó– laicos bien formados, animados por una fe sincera y límpida, cuya vida haya sido tocada por el encuentro personal y misericordioso con el amor de Cristo Jesús. Necesitamos laicos que se arriesguen, que se ensucien las manos, que no tengan miedo de equivocarse, que salgan adelante» (Discurso del papa Francisco a los participantes en el Consejo Pontificio para los laicos, 17/06/2016).

El congreso pretende que todo el pueblo de Dios, los laicos, junto con los pastores y la vida consagrada, nos planteemos seriamente nuestra vocación bautismal y la llamada que estamos recibiendo del Señor a una conversión pastoral misionera, que nos lleve a descubrir como algo fundamental la dimensión sociopolítica de nuestra fe, el compromiso en la vida pública (familia, trabajo, educación, economía, política, medios de comunicación…).

Necesitamos profundizar también, desde un discernimiento personal y comunitario, en lo que significa la sinodalidad (caminar juntos). La sinodalidad es el camino que la Iglesia del siglo XXI está invitada a transitar. No estamos tanto ante un tema para reflexionar, sino más bien frente a una actitud, un modo de trabajar juntos en la Iglesia.

Para poder crecer en sinodalidad es necesario que todos nos sintamos partícipes, corresponsables en la misión de la Iglesia. Que aprendamos a trabajar no por oficinas, sino por proyectos, que son los que nos ayudan a ir creciendo en la búsqueda de objetivos y logros comunes. Desde mi punto de vista, esta cuestión es clave también para evitar caer en la tentación del clericalismo y reconocer el protagonismo de la mujer en la Iglesia.

Para la difusión del congreso se ha elaborado una página web, pero, especialmente, se necesita la implicación de todos, desde nuestras posibilidades: obispos, sacerdotes, miembros de la vida consagrada y laicos.

Estamos ante una oportunidad para reflexionar sobre un tema común a todos: la dimensión evangelizadora de nuestra fe cristiana. Todos estamos llamados a ser protagonistas de esta misión. Contamos contigo. Los laicos no sois el futuro de la Iglesia, sino el presente, el ahora de una Iglesia sinodal y en salida.

Y mi deseo final es que todo este proceso lo vivamos desde la alegría y la esperanza, cuya fuente está en Cristo resucitado y es el motor de la evangelización.

Como dice el papa Francisco: «Tenemos necesidad de laicos con visión de futuro, no cerrados en las pequeñeces de la vida… tenemos necesidad de laicos con sabor a experiencia de vida, que se atrevan a soñar…» (ibídem).

Os animo a vivir un sueño, el sueño misionero de llegar a todas las personas, de un laicado en acción, que sea Pueblo de Dios en salida… ¡soñemos, soñemos con alegría!

 

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Entrevistas a los miembros salientes de la Comisión Permanente de la HOAC

Iglesia

Entrevistas a los miembros salientes de la Comisión Permanente de la HOAC

27 junio 2019

Fernando, Carmen y Milagros han culminado el tiempo de dedicación a la Comisión Permanente de la HOAC para el que fueron elegidos. Ha llegado el momento de valorar su trayectoria, sus vivencias y de compartir algunas de las experiencias vividas. Es lo que tratamos de reflejar con estas tres entrevistas. 

 

Fernando Díaz Abajo, consiliario: “Debemos concretar cómo buscar justicia juntos”

¿Cómo valora su paso por la Comisión Permanente de la HOAC?

Visto lo visto, quizás es pronto para valorar. Estos primeros cuatro años han sido una experiencia impagable, por lo vivido y aprendido en el trabajo cotidiano con los miembros de la Comisión Permanente, en dos etapas distintas. Sobre todo, por las hermanas y hermanos, por esta familia que gratuitamente me habéis regalado estos años.

Y también por la riqueza que supone el conocer y compartir la vida de la militancia en las distintas diócesis, de primera mano, cuando las visitamos; por poder experimentar la acogida, la comunión… Por poder ser testigo de muchas vidas entregadas, de tanto compromiso; por experimentar la vida de la Iglesia más allá de la propia diócesis… porque, de vez en cuando, parece que uno ayuda a realizar ese camino común, y, desde luego, en todo eso, por seguir experimentando día a día que conviene fiarse de Dios, que sale a cuenta fiarse de Dios. En definitiva esta experiencia es un regalo como solo Dios sabe hacerlos. Aquí vino un consiliario, y ahora hay otro distinto.

¿Cómo ha evolucionado la relación con los obispos de la Conferencia Episcopal, y en especial con los responsables de Apostolado Seglar y de Pastoral Obrera?

Indudablemente no estamos donde estábamos hace cuatro años. Eso seguro. Creo que los obispos nos han perdido el miedo y han deshecho prejuicios –algunos antiguos, y casi todos infundados- respecto a la HOAC, en particular, y a los Movimientos especializados de Acción Católica, en general. El acompañamiento que, en estos años, ha realizado Carlos Escribano como Obispo Consiliario, desde la escucha y la cercanía; el que realiza en estos momentos Antonio Gómez, actual Obispo Consiliario o la relación con Javier Salinas, presidente de la Comisión Episcopal de Apostolado Seglar (CEAS), por citar los más cercanos a nuestro quehacer, son muy de agradecer. Por descontado, queda la relación con Antonio Algora desde su responsabilidad en Pastoral Obrera, pero Antonio es de casa, es de la familia. El cariño que nos tiene –y nosotros a él- es especial. Es de agradecer también la cercanía de muchos otros obispos. Quizá por significativa la de Ricardo Blázquez, que ya se manifestó con su presencia en la XIII Asamblea, y en la Asamblea del Movimiento Mundial de Trabajadores Cristianos (MMTC) en 2017.

Hoy podemos hablar de la HOAC, de la Pastoral Obrera, de la misión evangelizadora de nuestro quehacer apostólico, de la evangelización en el mundo obrero, del laicado, de muchas cuestiones, con casi todos los obispos. Es verdad que seguimos encontrando alguno que, si visitamos la diócesis no nos recibe, o que sigue anclado en estereotipos pasados sobre la HOAC, pero son un número no significativo. En general hoy podemos decir que hay cauces de encuentro y diálogo con nuestros obispos y mayor sintonía y escucha mutua en muchos temas. La Iniciativa Iglesia por el trabajo decente (ITD) ha sido un elemento esencial en esta posibilidad, porque ha permitido mostrar nuestra aportación a la misión de la Iglesia.

El proceso de reflexión sobre nuestro ser Acción Católica ha sido muy valorado por los obispos de la CEAS que han participado en el proceso. Esto no significa que esté todo hecho. Queda mucho por hacer aún. Hay que seguir trasladando al conjunto de la Conferencia Episcopal la significativa ministerialidad eclesial que supone la Acción Católica Especializada, y la importancia y necesidad de su implicación pastoral en este caminar. La situación vivida con relación a las candidaturas de consiliarios generales, no solo en la HOAC, pone de manifiesto cuánto queda por seguir dialogando.

El fruto de todo el proceso, creo que, especialmente, se traduce en la recuperación de esos cauces normalizados de diálogo y encuentro entre el episcopado y los movimientos especializados que posibilitan ir haciendo camino y misión  compartidos. Podemos decir que el fruto del proceso es más faena para todos.

Y respecto a la Pastoral Obrera queda abierta su configuración en la renovación de la estructura de la Conferencia Episcopal que tendrá lugar, posiblemente, en noviembre próximo. A partir de ahí, ya veremos. Aunque nos movemos en unos tiempos “interesantes” que casi es lo mismo que decir complejos. La importancia que el papa Francisco dedica al trabajo en su magisterio no tiene un reflejo adecuado en la estructura pastoral de la Iglesia. Sigue siendo un reto hacer una pastoral obrera de toda la Iglesia.

¿Qué dificultades todavía existen para mejorar la relación entre la Iglesia y el las organizaciones de trabajadores?

También en este ámbito se van dando pasos significativos. Algunos más de los que son públicos y conocidos, pero yo me quedaría con la foto que propició la celebración de la Asamblea del MMTC en Ávila, en julio de 2017, y el encuentro que se produjo allí entre distintos obispos y representantes sindicales. Esa foto se actualizó a raíz del Encuentro Internacional de organizaciones sindicales que organizó ese mismo año el Vaticano, y hay un trabajo continuado que va propiciando encuentros, deseados por obispos y por las organizaciones sindicales, para descubrir que hay quehaceres en los que podemos encontrarnos al servicio del mundo obrero, especialmente al servicio de quienes viven la precariedad y la exclusión.

Los sindicatos, en general, valoran muy positivamente la iniciativa ITD y posicionamientos concretos de la Iglesia en el mundo del trabajo, y siguen viendo como necesaria la aportación que la Iglesia hace, al igual que es valorada también por la Oficina de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en España.

Y queda trabajo, claro. Ese buscar justicia juntos que el papa Francisco formuló como proyecto de trabajo en el encuentro del Vaticano, puede y tiene que concretarse más en nuestra Iglesia y en las organizaciones sindicales en caminos que estamos llamados a transitar juntos.

Creo que hoy no hay especiales dificultades para ello, pero sí pasos que ir dando. Se es más consciente de la necesidad de ese encuentro, de las sinergias que pueden producirse y de lo que mutuamente se puede aportar en la construcción de esa humanidad. La HOAC seguimos tendiendo puentes en este campo. Siempre lo hemos hecho, y los seguimos haciendo.

¿Qué expectativas deposita en el proceso congresual de laicos que culminará en 2020?

Las justas y necesarias. Ni más ni menos. No pongo la esperanza en los eventos puntuales. Ya va uno teniendo edad y experiencia en estas cosas. Pero indudablemente es una ocasión que debería servir para crecer en la conciencia de que somos una Iglesia laical, de que no podemos mantener estructuras clericales como modo de funcionamiento, y que hemos de crecer en la sinodalidad como modo de ser Iglesia, propiciando cauces de participación y corresponsabilidad efectiva del laicado en la Iglesia. Hay fórmulas, instancias, estructuras, que ya lo permiten, incluso lo exigen, que solo requiere que se crea en ellas y se activen. Falta quizá la conciencia que da la conversión pastoral. El congreso debería servir para ahondar en esta conciencia. Y, ello, requiere de fondo una actitud de confianza en el laicado que, a su vez, pide apostar por la formación del laicado, y creerse eso de que el Espíritu Santo guía a la Iglesia, incluso cuando apostando por esto nos equivocáramos y hubiera que volver a ensayar otros caminos. Solo eso nos permitirá ir acertando.

Creo que actualizar las intuiciones de Los Cristianos Laicos, Iglesia en el mundo (CLIM) –alguna de las cuales está aún por estrenar- es necesario, pero eso es algo que habremos de hacer en relación con el contenido de la evangelización que hoy tenemos que realizar. Es importante que en los niveles diocesanos de preparación del congreso se puedan plantear estas cuestiones y dialogarlas.

Con respecto a su responsabilidad concreta, ¿de qué se siente más satisfecho? ¿Qué le hubiera gustado abordar mejor?

Hay muchas cosas que, desde la Comisión Permanente, cuando se viven en primera persona se experimentan como un gran logro, como un signo de la presencia de Dios en este camino, aunque sean cosas chiquitas. Creo, por decir alguna, que la reunión general de consiliaría y animación de la fe nos ayudó a situar convenientemente la responsabilidad y la función de la Consiliaría y la de Animación de la Fe, a descubrir la necesidad de animar esa experiencia de fe en nuestra vida militante, a valorarlas de manera renovada en la HOAC y a abrir cauces para su ejercicio. Creo que en esto, que puede parecer algo poco significativo, hemos avanzado mucho, hacia una comprensión más eclesial de la animación de la fe.

Y abordar mejor… todo. A mí me queda mucho por aprender, hay cosas que aún no sé, en las que me sigo equivocando. Soy un insatisfecho, siempre creo que se pueden hacer mejor las cosas, siempre creo que se puede avanzar más, que no he hecho lo suficiente… en fin… Creo que tenemos que seguir haciendo más y mejor teología del trabajo; quiero decir que desde la experiencia de la vida obrera hemos de ser capaces de hacer nuestra reflexión sobre Dios para ofrecer al conjunto de la Iglesia claves de vida y misión que solo surgen de los talleres, de las fábricas… del acompañamiento cotidiano de la vida de las personas… del dar a luz experiencias alternativas a este mundo que, por evangélicas, sean contraculturales. Aunque en ello nos vaya la vida; que es en esto en lo que nos debe ir.

Me parece que, teniendo un importante patrimonio de espiritualidad en la HOAC, todavía queda camino para que, de verdad, la espiritualidad sea el sustento real de nuestra vida y nuestro compromiso en la vida de cada militante. Afrontar la preparación de la XIV Asamblea General de la HOAC nos dará posibilidad de hacer lo que aún esté pendiente y de mejorar las cosas. Aquí no se acaba nunca; dicen que solo, después de la muerte. Queda mucho por hacer para seguir viviendo la experiencia del amor de Dios como fuente de nuestra espiritualidad militante, por descubrir cómo vivir la fe de modo militante en las distintas situaciones vitales por las que pasamos, por ver cómo los “equipos de dolor” que vamos teniendo en la HOAC son necesarios para nuestra misión y vinculamos su situación a nuestro quehacer, por descubrir modos de vivir, con intensidad vital, la triple comunión con los empobrecidos del mundo obrero, y quedan caminos por recorrer en nuestro ser Acción Católica para la Pastoral Obrera que la Iglesia necesita y que nosotros estamos llamados a ofrecer.

 

 

Carmen Perea, responsable de Organización y Vida comunitaria: “En la gestión y organización palpita la vida de comunión”

¿Cómo ha vivido este tiempo de servicio a la HOAC?

Como un tiempo de gracia que me ha transformado profundamente. Una experiencia privilegiada, que me dado la oportunidad de compartir compromisos, reflexiones, inquietudes, celebraciones, y tantas cosas más, con militantes, simpatizantes y personas de otros movimientos y organizaciones; de acompañar la vida de las diócesis, experimentando la maravilla de ser tan diversos y tan iguales a la vez, unidos por lo esencial; de admirarme ante su creatividad y derroche de alegría y esperanza que expresan los gestos y actos diocesanos; de darme cuenta de que ante todo lo que buscamos es ser fieles a nuestra misión…

He vivido intensamente todo lo que implica el servicio en la Comisión Permanente, con sus alegrías e ilusiones y sus momentos más dificultosos, intentando ser instrumento en manos de Dios, Padre y Madre.

Aunque en estos años he aprendido mucho, son sobre todo mis hermanos y hermanas de las dos Comisiones Permanentes de las que he formado parte los maestros que en el día a día, cada uno con su estilo, me han ido enseñando la labor que teníamos encomendada y me han mostrado que es una tarea común, en la que todos nos implicamos y apoyamos. Ha sido una profunda experiencia de comunión.

Empecé este servicio queriendo mucho a la HOAC, y lo finalizo queriéndola mucho más, porque la conozco y la comprendo de una manera muy diferente a como lo hacía antes. Me llevo mucho amor y un profundo agradecimiento.

Desde la posición que ha ocupado, al frente de los presupuestos, ¿en qué medida ha crecido la comunión de vida, bienes y acción entre los integrantes de la HOAC?

Es un camino que vamos recorriendo desde la convicción profunda de que la única manera de seguir a Jesús es creciendo en pobreza evangélica y en comunión de vida, bienes y acción con el mundo obrero empobrecido y con la Iglesia.

En nuestra XIII Asamblea General nos planteamos que todo lo que hacemos va encaminado a que vivamos la comunión, a seguir cambiando nuestra vida desde Jesucristo para pasar del individualismo que nos destruye a la comunión que nos humaniza. En estos cuatro años, desde Organización y Vida Comunitaria hemos intentado ayudar a profundizar y a ir desarrollando medios concretos que nos ayuden a vivir desde la lógica del don y la gratuidad y a avanzar en prácticas de comunión, a poner en marcha el Fondo de Solidaridad Diocesano, replantearnos el uso y destino de nuestros bienes, a revisar la aportación que hacemos desde nuestras circunstancias vitales a la vida comunitaria y a los presupuestos… Son procesos que duran toda la vida, que ya venían de antes y que continuarán después. Cada persona y cada diócesis va haciendo su camino, con sus logros y sus dificultades, pero mientras sigamos intentando avanzar en comunidad, dejándonos guiar por el Espíritu, vamos en la dirección correcta.

Destaco especialmente que hemos crecido en el cuidado mutuo, que se refleja, entre otras cosas, en la preocupación por aportar al presupuesto general puntualmente para que dispongamos de los medios necesarios en cada momento. A la Comisión Permanente nos llegan continuamente el cariño, la preocupación y los cuidados de las diócesis.

¿Cómo ha sido la comunicación y disposición que ha encontrado en las diócesis a la hora de aceptar las novedades en la gestión?

En estos últimos cuatro años se han producido cambios legales importantes en la gestión que han afectado a la forma en la que hasta ese momento hacíamos las cosas: el Impuesto de Sociedades, la rendición de cuentas, las novedades en la desgravación del IRPF, los cambios de normativa en protección de datos…Ello ha supuesto, y sigue suponiendo, un gran reto para la HOAC, ya que ahora es imprescindible la colaboración de todas y cada una de las diócesis para tareas y obligaciones de la HOAC en las que antes no lo era.

En estos años hemos avanzado gracias al esfuerzo común, y me siento inmensamente agradecida por toda la colaboración y el apoyo recibido, y especialmente por la paciencia y comprensión de los y las responsables de organización y vida comunitaria, que son los que más han sufrido estos cambios, a veces muy complejos a pesar de que  hemos intentado que todo fuera lo más sencillo posible. Es un tema en el que seguir creciendo en los próximos años.

Como responsable de Organización y Vida Comunitaria, uno de mis grandes desafíos ha sido intentar que las tareas más organizativas no se comieran la parte fundamental de la responsabilidad, el aliento a la vida comunitaria, y el transmitir a las personas responsables de las diócesis que las tareas organizativas se pueden mirar desde otra perspectiva para percibir toda la vida de comunión que palpita en ellas. Espero haber ayudado a que haya sido así.

¿Cómo ve hoy a la HOAC? ¿Qué fortalezas ha podido descubrir y cuáles las debilidades a atender?

Veo una HOAC empeñada en ser fiel a la misión que nos ha encomendado la Iglesia, que se esfuerza por descifrar los signos de los tiempos para encarnarse en el mundo obrero y mostrarle la propuesta de liberación que nos ofrece Jesús.

Somos una HOAC en marcha, comprometida con los acuerdos que tomamos en nuestra última Asamblea General para crecer en comunión con el mundo obrero empobrecido, que se traducen en una manera de situarnos y actuar en la sociedad desde las cuatro claves centrales en nuestra tarea evangelizadora: acompañar la vida de las personas, colaborar al cambio de mentalidad y a la transformación de las instituciones para que estén al servicio de las personas, y promover y dar visibilidad a experiencias alternativas en la forma de ser y trabajar.

Creo que nuestra principal fortaleza viene de nuestra fe, de la vida entregada y comprometida de los y las militantes fortalecida por el contraste permanente fe y vida que es nuestra formación, y del sentirnos parte de una comunidad (el equipo, la diócesis, la HOAC general, la Iglesia) que nos sostiene y acompaña.

En cuanto a los principales desafíos, ahora que iniciamos la preparación de la XIV Asamblea General, creo que uno de ellos es seguir adelante con todos los procesos que hemos impulsado desde la última asamblea general a la vez que revisamos y nos planteamos el próximo sexenio. Otro gran reto es continuar renovando la espiritualidad y la vida comunitaria como antídoto al individualismo destructor de humanidad que cada vez nos acecha más. Como me decía una militante hace muy poco: la grandeza de vivir la HOAC como una gran familia es que sientes la fuerza y la ternura de Dios a través de la comunidad.

 

 

Milagros Villamarín, responsable de Compromiso y Relaciones Internacionales: “Vamos pasando de un yo a un nosotros en Cristo”

¿Cómo valora su paso por la Comisión Permanente de la HOAC?

Como una experiencia inolvidable. Muy, muy intensa. Desde el primer día hasta el último, ha sido un continuo reto personal. El sí que dije cuando me propusieron formar parte de la candidatura hace cuatro años lo he repetido cada día, cada vez que me encontraba en situación de debilidad e impotencia para realizar el sinfín de quehaceres de cada día, de todo tipo, desde escribir papeles hasta hablar en público en nombre de toda la HOAC, ¡Dios! ¡Qué responsabilidad! Cuando te sientes así, no te queda otra que ponerte en manos de la comunidad y de Dios en medio de ella, entonces descubre y aprendes que todo es posible, y que afortunadamente las cosas no dependen solo de ti.

He descubierto a un Dios que no nos pide más de lo que podemos dar y que nos ha dado las herramientas necesarias para vivir su propuesta de liberación. Solo nos propone desarrollar al máximo nuestra humanidad, la de todas las personas que formamos este universo.

He descubierto una HOAC impresionante. Humilde, pequeña, con contradicciones, pero con mucha fuerza, constancia y permanencia, con un deseo de fidelidad absolutamente desmesurados, con un mensaje claro y alto que no renuncia a expresar en cualquier ámbito que sea necesario, Iglesia, sociedad, instituciones… Capaz de unirse con todos aquellos que desean que el mundo del trabajo viva con la dignidad que les corresponde por ser personas, personas sagradas. Una HOAC que es capaz de visibilizar el mensaje de liberación de Jesucristo en cada diócesis, a nivel general e internacional. Finalmente, he descubierto que al ponerme en manos de Dios y de la comunidad, se superan miedos e inseguridades para seguir diciéndole sí a Él.

Teniendo en cuenta su implicación en la coordinación de la Iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente (ITD), ¿en qué momento considera que se encuentra y qué pasos le gustaría ver en el futuro?

Aunque la iniciativa lleva ya cinco años, podríamos decir que la tarea está en sus inicios. La Iglesia en España a través, de las entidades promotoras de ITD (Cáritas, CONFER, JEC, JOC, Justicia y Paz y HOAC), recoge el guante lanzado por el Vaticano. Ponernos de acuerdo ha sido más fácil de lo que pensábamos y la grandeza de todo esto es que en las diócesis además de estas entidades son otras diferentes las que se van sumando.

El gran reto que tenemos es que toda la Iglesia, que el último cristiano, la última cristiana de la última parroquia, del último pueblo de nuestro país, el último miembro de todas las entidades eclesiales y religiosas de nuestro país, comprenda que sin el trabajo no somos capaces de ser auténticos hijos e hijas de Dios porque faltaría una parte fundamental que nos constituye como personas

Lo que comenzó como un compromiso para secundar la convocatoria de la Jornada Mundial por el Trabajo Decente, de 7 de octubre ha permitido crecer en común-unión; desarrollando nuevas convocatorias, como la del Primero de Mayo. En ambos días claves se genera un dinamismo evangelizador muy relevante. Con un mayor compromiso de entidades, grupos y parroquias. Con mayor capacidad de incidencia en los medios de comunicación y en las redes sociales.

El futuro de ITD tiene mucho recorrido, la exigencia de trabajo decente y respeto para la persona sigue siendo una preocupación de primer orden, también debemos seguir explorando nuevos caminos que generen puentes con la Conferencia Episcopal, con los sindicatos, con la Organización Internacional del Trabajo (OIT)… Hay una dimensión internacional en el quehacer de ITD que está por desarrollar y que será inevitable ya que esta exigencia de trabajo decente lo es en todo el planeta Además, la buena práctica que está suponiendo es un modelo que despierta interés en otros países.

Tenemos algunas herramientas importantes, nos las mostró Jesús de Nazaret que nos ayudarán en este camino: El mensaje de que es posible un mundo de justicia y fraternidad. Es responsabilidad de toda la Iglesia, de la comunidad, no de unos pocos. Tenemos que ser referentes. Tendremos que empezar a vivir, sin aún no lo hacemos, el trabajo como fundamental. También a nivel particular los cristianos que tenemos contratadas a personas en nuestras casas o en nuestros negocios o empresas.

¿Cómo calificaría el proceso de construcción del compromiso comunitario de los militantes en sus diócesis?

Está suponiendo un cambio de mentalidad importante, está implicando cambios en valores y actitudes y en la forma de actuar ante los problemas del mundo obrero. El sentido y valor del compromiso está pasando de un yo a un nosotros, de un nosotros a un nosotros en Cristo. Esto significa comprender que, para evangelizar, para expresar y exigir hoy que otro mundo es posible, es necesario el testimonio de la comunidad que ya camina viviendo de la forma que proponemos y que queremos hacerlo teniendo a Cristo en el centro de la comunidad. En el centro de nuestra comunidad debe estar nuestra hermana o hermano más empobrecido (precarizado, excluido) del mundo del trabajo, porque ese es el mismo Cristo. He tenido la posibilidad de descubrir a nuestros militantes con el deseo profundo de querer dar respuesta a esta forma de vivir, con una fuerte preocupación por ser fieles al mensaje de Jesús

¿Qué valoración hace de la marcha del Movimiento Mundial de Trabajadores Cristianos (MMTC)? ¿Y cuál es la salud del Fondo de Solidaridad Internacional (FSI) de la HOAC?

Colaborar en la organización de la Asamblea General del MMTC en Ávila significó un mayor conocimiento mutuo, también gracias a la implicación de muchos militantes de la HOAC de diversas diócesis. El MMTC está caminando hacia una única voz en cada país y en las instituciones internacionales, respectando la realidad e idiosincrasia de cada movimiento. Creo que esta organización es deseo de Dios porque es capaz de perdurar a pesar de la diversidad, en un tiempo de cambio de paradigma en el mundo del trabajo y su futuro.

Respecto al FSI tiene una salud bastante aceptable. El reto es crecer y de seguir contactando con los movimientos y organizaciones que en esos continentes realizan este trabajo y compartir con ellos nuestra vida. En nuestras diócesis, el reto es comunicar la vida que otros movimientos están viviendo en sus países y animar a hacer comunión de bienes a todo el que nos rodea.

Con respecto a su responsabilidad concreta, ¿con qué se queda?

Con todo. Creo que todas las tareas que desarrolla esta responsabilidad son complementarias. Son diferentes aspectos y todos ellos son los que configuran el compromiso de la HOAC y de sus militantes.

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Acompañar en la precariedad

Iglesia

Acompañar en la precariedad

25 noviembre 2018

Comunicado de las XXIV Jornadas Generales de Pastoral Obrera

Con el lema “Acompañar en la precariedad” el Departamento de Pastoral Obrera, de la CEAS de la Conferencia Episcopal Española ha celebrado, del 23 al 25 de noviembre en Ávila, las XXIV Jornadas generales de Pastoral Obrera, cuyo objetivo ha sido profundizar en cómo acompañar a las personas empobrecidas del mundo obrero.

La ponencia presentada por D. José Luis Segovia Bernabé, Vicario de Pastoral Social e Innovación de la Archidiócesis de Madrid, ha señalado la necesidad de reconocer que la precariedad, fruto de la injusticia en el trabajo y de la vulneración de los derechos personales de los trabajadores y los derechos sociales de las familias, es un elemento de este sistema que deshumaniza; evitable, por tanto.

Ha invitado a no olvidar que está en la misma naturaleza de la Iglesia acompañar en la precariedad la vida de tantos trabajadores desde la encarnación en sus mismas condiciones de vida, haciéndose sacramento de la impotencia compartida. Desde esta sacramentalidad, que hemos de vivir toda la Iglesia, hemos de ofrecer a Jesucristo, salvación para todos, en la tarea política de construir humanidad que sane, reconstruya, y reconcilie la relación humana, social y con la creación.

Hemos compartido la experiencia de acompañamiento en la precariedad, desde la Asociación de Barrios ignorados de Andalucía, que nos ha llamado la atención sobre las fracturas vitales que la precariedad provoca, la pobreza que genera, el aislamiento y descarte social de familias enteras, especialmente de los jóvenes que los habitan, a quienes se aboca a un presente de exclusión, carente de sentido y un futuro sin esperanza.

La experiencia del acompañamiento al precariado desde el sindicato, que hemos escuchado, nos reafirma en la necesidad de pedir a las organizaciones sindicales que realicen su imprescindible función social, poniendo en el centro a los trabajadores precarizados, a los desempleados, a los trabajadores pobres, para, como pide el papa Francisco, construir justicia juntos.

Desde esas reflexiones y experiencias hemos acogido retos y llamadas:

A hacernos Sacramento de la impotencia compartida viviendo en la precariedad, como Iglesia que habita en medio de las casas de sus hijos e hijas para poder compartir en la esperanza su propio camino de humanización. La evangelización pasa por el camino de la compasión, de la pasión compartida, para crecer en comunión con los empobrecidos.

A recordar a toda la Iglesia el ineludible camino de seguimiento de Jesucristo en medio de los gozos y las tristezas de toda la humanidad y, especialmente, del mundo obrero que comporta nuestra fe. El mundo obrero precarizado y empobrecido sigue existiendo. Solo con los pobres podremos recorrer los caminos del Evangelio.

A exigir de todas las Administraciones la inclusión social de todos los descartados —personas, familias, barrios— mediante políticas que hagan reales los Derechos Humanos: derecho a trabajo decente, a vivienda, a educación, salud… Y a exigir que realicen su tarea ineludible al servicio del bien común desde la restauración de la dignidad del trabajo humano, de las personas trabajadoras y sus familias.

Como dice el papa Francisco, “cualquier forma de trabajo tiene detrás una idea sobre la relación que el ser humano puede o debe establecer con lo otro de sí.” (LS 125) “El hombre es el autor, el centro y el fin de toda la vida económico-so­cial. No obstante, cuando en el ser humano se daña la capacidad de contemplar y de respetar, se crean las condiciones para que el sentido del tra­bajo se desfigure. (CA 37) Tenemos necesidad de preservar el trabajo humano, por eso es necesa­rio que se siga buscando como prioridad el objetivo del acceso al trabajo por parte de todos”. (LS 127)

“El gran objetivo debería ser siempre permitirles a los pobres una vida digna a través del trabajo, porque el trabajo es una necesidad, parte del sentido de la vida en esta tierra, camino de ma­duración, de desarrollo humano y de realización personal.” (LS 128)

En la precariedad, la esperanza. ¿Cómo hacer para no dejarse robar la esperanza en las «arenas movedizas» de la precariedad? Con la fuerza del Evangelio.1

En este día contra la violencia de género en que hemos orado desde el dolor de las víctimas, y con esta esperanza, nos convocamos para la celebración el año próximo de las XXV Jornadas, en la celebración del veinticinco aniversario de la publicación del documento de la CEE La Pastoral Obrera de toda la Iglesia.

Ávila, 25 de noviembre de 2018.

Fiesta de Jesucristo, rey del Universo.

1 Mensaje del santo padre Francisco a los participantes en el Congreso Nacional de la Conferencia Episcopal Italiana (CEI),  24-26 de octubre de 2014, Salerno.

Noticias Obreras | Monedas sociales

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Noticias Obreras | Monedas sociales

03 septiembre 2018

Ya de vuelta de un tiempo de descanso, presento el sumario de contenidos y la portada de la revista Noticias Obreras, una mirada cristiana del trabajo humano y el bien común, de septiembre de 2018 (número 1.609).

Las palabras claves son: #TrabajoFraterno, #Laicado, #Precariedad,
#Medioambiente, #CuidadoCreación #MonedasSociales.

NNOO digitalEditorial • Trabajo digno y fraternidad. En vísperas de la Jornada Mundial por el Trabajo Decente del 7 de octubre, queremos subrayar en esta ocasión la importancia decisiva que, para avanzar hacia un trabajo digno, tienen las organizaciones de trabajadores. Se publicará en la web y en las redes sociales el próximo 17 de septiembre. Te animamos a su valoración y a compartirlo con la etiqueta #TrabajoFraterno. Si lo prefieres, puedes hacer llegar tu opinión a participacion@noticiasobreras.es

Tema del Mes • Monedas sociales y complementarias. Por ser una herramienta de la economía social, las monedas sociales y complementarias ocupan el presente Tema del Mes. Hay experiencias en todo el mundo, también en España, que tratan de devolver la moneda a su función originaria: facilitar el intercambio y el sentido de pertenencia a una comunidad, además de poner en contacto los recursos no utilizados con las necesidades de las personas que el dinero tradicional no ha podido satisfacer. Nos acerca al tema la periodista Elvira Corona. Ilustrado con la viñeta de Chipola. En esta sección, nos ponemos a la escucha. Puedes hacer tus aportaciones al tema a través de las redes sociales con la etiqueta #MonedasSociales o al correo participacion@noticiasobreras.es.

Opinión • Una propuesta para dialogar sobre el laicado en una Iglesia en salida. De cumplirse las previsiones, en el año 2020 se celebrará un congreso para impulsar el papel de los laicos en la Iglesia española, que debería ser resultado de un proceso de reflexión de las diócesis y delegaciones, asociaciones y movimientos, parroquias y comunidades. Por Gonzalo Ruiz, presidente general de la HOAC.

Política • El cuidado de la Creación inspira la plataforma Residuo Cero Vega Baja. La Vega Baja del río Segura, con una población de 275.000 habitantes que se duplica en verano, carece de vertederos y plantas de tratamiento de residuos. La gestión de las basuras ha sido en la Vega particularmente tormentosa en los últimos años. Ante este fuerte embate, la asociación de vecinos junto con miembros de la HOAC han creado la plataforma Residuo Cero. Por Manuel Gómez, militante de la HOAC. Ilustrado por Javiñetas.

Iglesia •  Los obispos latinoamericanos apuestan por la conversión ecológica. Con el fin de «escrutar a fondo los signos de la época e interpretarlos a la luz del Evangelio, de forma que la Iglesia pueda responder a los interrogantes de la humanidad», el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) ha elaborado una audaz propuesta a la luz de la encíclica Laudato si’. Por Mercedes Expósito, de la Pastoral del Cuidado de la Creación de Coria-Cáceres.

Entrevista • Tras su visita y diálogo en los Cursos de Verano de la HOAC, conversamos con responsables de los tres principales sindicatos españoles. Joaquín Pérez, de USO: «Para propiciar cambios, la formación es fundamental»; Cristina Antoñanzas, de UGT: «El futuro del trabajo pasa por fortalecer a los sindicatos»; y Carlos Gutiérrez, de CCOO: «La precariedad laboral es el mejor instrumento para disciplinarnos». Por Ester Calderón, periodista.

El Atrio • Un verano en Gracia de Dios.Los Cursos de Verano de la HOAC son una oportunidad de parar, de encuentro y de cuidar la relación con personas que hace mucho que no vemos, pero nos alegra sinceramente coincidir y ponernos al día. Por Marta Oter.

Vidas precarias • «Éramos invisibles, como si un hada limpieara las habitaciones». Miriam Barros es la presidenta de Las Kellys (las ke-limpian) organización que agrupa a más de 2.000 camareras de piso en 17 asociaciones de todo el Estado. En Lanzarote son unas 200 asociadas, pero «activas», es decir, no clandestinas, que puedan dar la cara sin temor a represalias, son solo unas catorce personas. Por Olivia Pérez, responsable de Comunicación de Cáritas Valencia.

Laboral • Poner fin al abuso estructural de la contratación temporal. El uso estructural del empleo temporal ha sido la característica distintiva del mercado de trabajo español desde que en 1985 se descausalizó la contratación temporal. El abuso en la utilización de esta contratación por parte del tejido empresarial español se comprueba en su elevado diferencial con la tasa de temporalidad europea, en particular, en las etapas de crecimiento, cuando ha llegado a afectar a un tercio de los trabajadores asalariados. Por Bruno Estrada, economista.

Economía • Cada vez más endeudados.Una de las estrategias que han servido para salir de la crisis en la que estamos ha sido el endeudamiento. Endeudarse puede producir crecimiento económico y este parece que ha sido el camino elegido por las principales autoridades económicas mundiales para lograr la recuperación de la senda de crecimiento mundial. Por Enrique Lluch.

Otra vida familiar es posible • Tiempo de encuentro en La Vecilla. Una de las actividades más significativas del calendario de la interdiocesana de Castilla y León, es la convivencia de verano. A ella se han sumado desde el inicio de la misma, las diócesis de La Rioja y de Vitoria y juntos compartimos vida, bienes y acción. Por Pilar Gallego.

GlobalizAcción • Cuidar la casa común, salvar el planeta. «Escuchen con el corazón los gritos cada vez más angustiosos de la tierra y sus pobres en busca de ayuda y responsabilidad». Con estas palabras comenzaba el saludo de bienvenida que el papa Francisco nos dirigía en la conferencia convocada por el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral con motivo del tercer aniversario de la publicación de la encíclica Laudato si’. Por Toni Martínez, coordinador del MTCE.

Cultura • En la plaza, a vueltas con la laicidad. Estamos en la Plaza Nueva. Esto es un ir y venir de personas, familias, jóvenes, mayores, gentes de aquí y de allá, rostros diferentes, lenguas y acentos que nos trasladan a otras latitudes, criaturas que corretean, músicos callejeros, migrantes con mil abalorios y algunos paraguas. Por Maite Valdivieso.

Libros • La creación de la conciencia. José Luis Palacios nos reseña Cuidar la casa común con los cinco sentidos de Araceli Caballero, periodista y colaboradora de Noticias Obreras.

El trabajo es para la vida • Muertes injustas de Juani Sosa.

El cuidado de la creación • Trabajar menos y mejor. Por Araceli Caballero.

La Mundialización  El trabajo decente se deteriora en el mundo, aportación de Francisco Porcar.

El Termómetro • Creación continuada y trabajo de Jesús Espeja.

El Evangelio en tu vida • Con el artículo Todo lo ha hecho bien; de Fernando Díaz Abajo.

Cine • Con Visión amplia de nuestro crítico Iñaki Lancelot.

Dos Minutos • Con José María Toro y su texto Lo que se puede ganar al perder un mundial de fútbol.

La oración de cada día con «Yo soy el camino, la verdad y la vida» de Àlvar Miralles.

 

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Rogad por nosotros

Iglesia

Rogad por nosotros

30 marzo 2018

Fernando Díaz Abajo | En pleno camino de Cuaresma hacemos memoria de los obreros muertos en el campo de honor del trabajo y de la lucha, con la esperanza de que lo débil de Dios es más fuerte que la muerte; más que cualquier muerte y desaliento. Terminaremos este mes en la oscuridad de la noche del sábado santo, en vigilia esperanzada, velando junto al sepulcro, deseosos de vida, confiados en el amor entrañable de Dios, en la fuerza de su amor, sabiendo que amanecerá, de nuevo, la gran luz de la misericordia.

Esperanzados en ese mismo y entrañable amor vivieron su vida hermanos y hermanas nuestras que han culminado su Pascua definitiva, para dejarse acoger por el entrañable abrazo de la Misericordia.

El 29 de octubre abría esta marcha Consuelo Ribes, militante de Valencia. En el recordatorio de su muerte se dice: «Cuando una persona buena y noble ha vivido a nuestro lado, no nos es arrebatada completamente, queda tras ella como una luz de estrellas que se ven desde el cielo después de muchos años».

Domingo Rodríguez-Bolardo militante de Córdoba, partía inesperadamente a la casa del Padre el 6 de noviembre. Los militantes de la HOAC de Córdoba lo recordaban con estas palabras: «Domingo siempre ha preferido pasar desapercibido… pero no podía. No tenía madera de líder… pero estuvo al frente de mil batallas por la dignidad de la clase obrera, por la de todas aquellas personas empobrecidas. No era de grandes demostraciones de su fe… pero la destilaba en cada gesto, en cada decisión, en cada momento de su vida».

Pepe Camacho dejaba un sentimiento de orfandad en la HOAC de Almería, de la que fue impulsor, al fallecer tras una larga enfermedad el 13 de diciembre, sin faltarle en todo ese tiempo el cariño de Begoña, su esposa, militante también de la HOAC, ni el de los militantes de la diócesis. Recientemente, en la visita a la diócesis nos decían que aun siendo menos, se encuentran más ilusionados. Se nota que Pepe les sigue acompañando en la espera de la resurrección definitiva.

Comenzado el año recibíamos la noticia del fallecimiento de Etelvino López Avúlez, el 8 de enero en Tenerife. Fue durante algunos años consiliario de la HOAC diocesana, además de estar muy cerca del mundo de la enfermedad como capellán de diversos centros hospitalarios.

El 28 de enero culminaba su Pascua Paco Medina, primer presidente diocesano de la HOAC de Cádiz. Nació en el seno de una familia obrera, su padre oficial de 1ª de Astilleros y miembro de la CNT, su madre en la casa cuidando sus seis hijos. Trabajó en una sastrería y posteriormente a partir de 1940 en Astilleros hasta su jubilación. En 1948 unos compañeros le hablan de la HOAC y comienza a asistir a conferencias y ejercicios que organizaban los Hombres de Acción Católica. En 1950 el obispo de Cádiz le nombra presidente de la HOAC.

Cuando ya estaba cerrada esta memoria, el 20 de marzo, de manera abrupta e inesperada, nos dejó Paco Gómez Luque, a los 77 años de edad, consiliario diocesano de Málaga, que falleció por complicaciones posteriores a una intervención quirúrgica, sumiéndonos en un desconcierto del que solo es posible salir con la luz de la fe y la esperanza en la Resurrección que celebraremos en pocos días. Como recordaba su primo Pepe en el funeral, Paco fue “palabra mediante la cual Dios nos cuenta su historia”.

En todos ellos se sembró la semilla de la HOAC. No estuvieron en la HOAC; fueron de la HOAC. En cada uno de ellos hay un testimonio de vida entregada y sembrada, fructificada en signos sencillos del Reino. De todos ellos, nuestros mayores, podemos aprender los que seguimos aquí, a vivir la fe, la esperanza y el amor, construyendo una vida de comunión en la pobreza, la humildad y el sacrificio, con alegría. De ellos aprendemos que en esto no hay jubilación.

El mundo obrero sigue necesitando vidas humanas, sencillas, entregadas, de creyentes, como las de estos hermanos y hermanas que han hecho de la suya un camino para amar. Los primeros cristianos decían que la sangre de los mártires era semilla de nuevos cristianos. Nosotros podemos decir, porque lo hemos comprobado, que los militantes muertos en el campo de honor del trabajo y de la lucha, abren caminos de humanización en el mundo obrero, y que –más temprano que tarde– florecen en nuevos militantes, hombres y mujeres de Dios y de su Iglesia para ser testigos del Amor en medio de la vida del mundo obrero. Ellos descansan en paz. Dios les paga. Sigamos aprendiendo de sus vidas.

Nuestro mejor recuerdo y homenaje es avanzar en nuestro camino hacia la Pascua de liberación que celebraremos, hacia la Pascua de la vida, sentida en la sencillez de lo cotidiano, sembrándonos también como el grano de trigo, que al morir, da fruto; hacia el abrazo entrañable del Dios que nos crea, nos sostiene y cobija, y nos llama a la vida plena.

Hermanas y hermanos de la HOAC del cielo, rogad por nosotros.

 

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Declaración final del Movimiento Mundial de Trabajadores cristianos

Iglesia, Internacional, Mundo obrero y del trabajo

Declaración final del Movimiento Mundial de Trabajadores cristianos

21 julio 2017

Convocados para dialogar y renovar nuestro compromiso de acercar el Evangelio al mundo del trabajo, concluyen los trabajos del Seminario Internacional y la Asamblea General cuyo lema ha sido “Tierra, techo y TRABAJO para una vida digna”,  que nos ha reunido en Ávila, España, del 15 al 21 de julio de 2017 a 120 delegados y delegadas de 42 movimientos de trabajadores cristianos de África, América, Asia y Europa.

En estos días hemos compartido vida, solidaridad y fraternidad. Hemos sido testigos de la acogida de la ciudad, de su diócesis, de sus medios de comunicación, sintiéndonos muy afortunados. Nos acompañaron a nuestro encuentro los principales responsables de la Iglesia y representantes sindicales de España, que nos alentaron a seguir construyendo puentes entre la Iglesia y el mundo del trabajo.

Hemos dado gracias a Dios, por estos 50 años de presencia cristiana en el mundo del trabajo y de camino al lado de tantos hermanos trabajadores, compartiendo sus gozos y esperanzas, sus alegrías y sus penas.

Nos sentimos acompañados en nuestra tarea evangelizadora por el papa Francisco, que en su mensaje a los participantes de este encuentro, a través del obispo de Ávila, nos emplaza a un “renovado impulso para acercar el Evangelio al mundo del trabajo y también para que la voz de los trabajadores siga resonando en el seno de la Iglesia”, y a “luchar para que todo el mundo viva conforme a su dignidad y nadie se vea descartado”.

En nuestra mirada creyente, hemos compartido la vivencia y presencia en las distintas realidades en los lugares de origen de los movimientos que integran el MMTC. En este discernimiento nos han aportado su experiencia la Organización Internacional del Trabajo (OIT),  la Confederación Europea de Sindicatos (CES) y el movimiento popular de barrios ignorados; profundizando en la enseñanza del papa Francisco en relación a la pastoral obrera, la economía del descarte y el trabajo decente.

Compartimos nuestra preocupación por el desempleo, la falta de empleo digno y la alta precarización de las relaciones laborales en todo el mundo, que generan dolor, sufrimiento muerte, insolidaridad, desesperación, guerra, violencia, emigración. El dominio del lucro se sustenta bajo un modelo de relaciones laborales basado en el debilitamiento del derecho laboral, de la negociación colectiva, de la protección y los derechos sociales, de la representación y defensa de los trabajadores y las trabajadoras… en definitiva, un empobrecimiento de la vida y la deshumanización y desigualdad del trabajo. Estas condiciones atentan contra la vida de millones de personas y de familias enteras, sin distinción de edad, género, raza o lugar… especialmente jóvenes, mujeres y niños (trabajo infantil).

Una realidad sufriente que es fruto de un sistema basado en la cultura del descarte que convierte a las personas en mercancías. Estos rasgos son comunes en todos los países en el marco de una globalización económica que se desentiende de la solidaridad y del respeto a la casa común.

Nos sentimos interpelados. Es también nuestro el dolor de toda la familia trabajadora. Queremos ser y mostrar signos de esperanza personal y comunitariamente. Depende de nuestro compromiso personal mantener una actitud que refuerce nuestra presencia entre nuestros hermanos y hermanas trabajadoras para escuchar, acompañar, formar, denunciar… aportando así procesos de humanización y transparentando a Jesús a través nuestro, como gesto y acción de amor a los demás en nuestros  ámbitos más cercanos, precarios y pobres, pero también con el compromiso explícito con la dimensión internacional de nuestros movimientos para así crecer en solidaridad global.

Nuestros desafíos pasan por seguir evangelizando el mundo del trabajo, anunciando la buena noticia que supone el proyecto de humanización que Dios tiene para todos y situando a la persona, a su imagen y semejanza, en el centro de todas las preocupaciones…

Somos consciente de nuestras limitaciones en esta tarea pero también somos sabedores del compromiso de otros actores protagonistas, que coinciden en la lucha por la sagrada dignidad de la persona, con el clamor compartido de tierra, techo y trabajo para una vida digna; que construyen alternativas, por pequeñas o grandes que sean, y son esa poesía social que el papa Francisco anima a seguir realizando. El proyecto puente que constituye el Movimiento Mundial de Trabajadores Cristianos quiere seguir creciendo, en alianza con otras realidades, para ir construyendo un mundo más justo, solidario y sostenible.

Ofrecemos nuestro compromiso, nuestro trabajo y nuestras luchas, a todos los trabajadores del mundo, desde el ámbito local, regional y global para responder a nuestra misión evangelizadora y, con ello, adecuar la organización del MMTC para responder mejor a esta tarea.

Asumimos:

1. Fortalecer nuestro estilo de vida militante, nuestra formación y Revisión de Vida, en coherencia con nuestra fe en Jesucristo, el Evangelio y la Doctrina Social de la Iglesia.

2. Impulsar la relación entre los movimientos y el ministerio pastoral. Construyendo con ello pastoral obrera: siendo voz en la Iglesia y voz en el mundo del trabajo, con especial atención en los más excluidos y precarios.

3. Analizar la situación regional de los trabajadores y las trabajadoras, para establecer dinámicas de trabajo que denuncien las situaciones de vulnerabilidad de derechos y protejan la dignidad de la persona. Favorecer la igualdad de oportunidades para hombres y mujeres en todos los ámbitos, también en nuestras organizaciones. Contribuir a la formación de jóvenes trabajadores cristianos.

4. Animar alianzas con otros actores protagonistas en los ámbitos locales y regionales cuyos planteamientos por el trabajo decente y la construcción del bien común sean objetivos compartidos.

5. Potenciar la solidaridad y la acción común con los movimientos populares, a través de los Encuentros Mundiales en diálogo con el Papa y mediante Encuentros específicos de zona o región.

6. Seguir convocando a todos los movimientos de trabajadores cristianos a sumarse a la Jornada Mundial por el Trabajo Decente (7 octubre), junto con el movimiento sindical mundial, la Organización Internacional del Trabajo y otras organizaciones.

7. Proponer a nivel local y regional una confluencia de organizaciones de inspiración católica para poner en marcha una iniciativa de Iglesia universal por el Trabajo Decente.

8. Exigir un trabajo decente para todos.

9. Reclamar a los Estados a que garanticen un salario social o renta de ciudadanía, que evite el descarte de millones de personas, en los casos de que no se garantice el acceso a un trabajo decente.

 

En la Universidad de la Mística de Ávila, España. Julio 2017

Zaragoza | La HOAC denuncia con un vídeo la precariedad laboral que niega la dignidad de la persona

Mundo obrero y del trabajo, Videos

Zaragoza | La HOAC denuncia con un vídeo la precariedad laboral que niega la dignidad de la persona

27 junio 2016

La HOAC de la diócesis de Zaragoza ha elaborado un primer vídeo para el desarrollo de la campaña “Trabajo digno para una sociedad decente”.

Los militantes de esta diócesis se plantean, con esta campaña, denunciar la precariedad laboral al considera que ésta niega la dignidad de la persona; fomentar alternativas que promuevan la dignidad de la persona en el mundo del trabajo. Junto con dar voz a trabajadores y trabajadoras que sufren la precariedad laboral con acciones concretas y, por último, ofrecer alternativas organizativas a las personas precarias para que puedan ser protagonistas en la transformación de la realidad.

En este sentido se enmarca el vídeo que quiere servir de denuncia a la precariedad laboral y se plantean recoger testimonios de personas que están sufriendo estas condiciones. Para ello, además de este medio multimedia, se apoyarán en la elaboración de un díptico que explique e informe la campaña en Zaragoza, un quehacer colectivo que se está desarrollando en las diócesis del país.

Con ambos materiales, se quiere hacer llegar la campaña a lugares de trabajo, asociaciones, parroquias diocesanas, etc, con presencia de militantes de la HOAC, para realizar una tarea de sensibilización, información y establecer un diálogo colectivo en torno a esta realidad doliente. También buscan tener un impacto y una visualización en ámbitos digitales como la “mensajería WhatsApp, el correo electrónico o las redes sociales”. Con ello, quieren además favorecer la participación de los trabajadores y las trabajadoras para que alcen su voz contra las condiciones laborales injustas, mediante la realización de una foto que, posteriormente, sería incluida en la ampliación del vídeo cuya proyección y difusión se realizará el próximo 7 de octubre, día que se celebra la Jornada Mundial por el Trabajo Decente, que impulsa la iniciativa “#Iglesiaporeltrabajodecente” y el movimiento sindical internacional.

Para incorporar “tu grito” por un trabajo decente al próximo vídeo, envía tu fotografía al correo electrónico zaragoza@hoac.es con la frase de anuncio o denuncia que quieras aportar.

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