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La HOAC asiste al grupo de Coordinación del Movimiento de Trabajadores Cristianos de Europa

Internacional

La HOAC asiste al grupo de Coordinación del Movimiento de Trabajadores Cristianos de Europa

17 enero 2020

Se abordará el plan de trabajo de 2020: actividades, reunión de coordinación, seminario europeo, asamblea general, finanzas,…

Está previsto un encuentro con el secretario general de las Conferencias Episcopales de la Unión Europea (COMECE), el sacerdote Manuel Enrique Barrios Prieto.

El responsable de Compromiso de la HOAC, Paco Álamos, y el coordinador del MTCE y militante de Sevilla, Toni Santamaria, asisten a esta reunión de los trabajadores cristianos de Europa convocada del 17 al 19 de enero en Wezemall (Bélgica). En esta reunión se realizará una valoración del trabajo del año 2019 y se abordará el plan de trabajo previsto para 2020. Además, entre los temas para el diálogo están la revisión de los Estatutos y el Reglamento de Orden Interno, y las relaciones con la COMECE, entre otras cuestiones.

Valencia | La HOAC participa en la XI marcha por el cierre de los CIE

Inmigrantes

Valencia | La HOAC participa en la XI marcha por el cierre de los CIE

16 diciembre 2019

La HOAC de Valencia se suma, un año más, a la XI Marcha por el cierre de los Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE) convocada el 18 de diciembre a las 19h desde la plaza del Ayuntamiento de la ciudad.

Coincidiendo con el Día Internacional del Migrante, diversas organizaciones sociales y sindicales, así como plataformas y foros de Valencia han convocado una nueva manifestación que finalizará en la puerta del CIE de Zapadores para seguir exigiendo el cierre «de esas cárceles donde se encierran a personas que no han cometido delito alguno».

La HOAC participa de esta marcha y se suma al grito de que migrar es un derecho, «aunque no debería de ser una obligación para miles de personas que no tienen más opción, si no quieren vivir de manera indigna en su país e incluso morir». Este movimiento de trabajadores cristianos hace una apuesta decidida en «estar junto a todas esas personas que luchan para tener un mundo más humano, que los deje desarrollarse como hijas e hijos de Dios, igual que nosotros  y nosotras, porque “fui forastero, y me acogiste”» (Mt 25, 35).

Del mismo modo, este movimiento de la Iglesia, anima a todas las personas a adherirse a este convocatoria que reclama un acto de justicia y de misericordia «para las personas que no tienen papeles, que no han cometido ningún delito, pero son encerradas en estos centros en unas condiciones indignas e injustas».

Luigino Bruni: «La nueva cultura económica nacerá de la praxis y del pan de cada día»

Colaboraciones

Luigino Bruni: «La nueva cultura económica nacerá de la praxis y del pan de cada día»

13 diciembre 2019

Abraham Canales y José Luis Palacios, director y redactor jefe de Noticias Obreras, respectivamente.

El director científico del evento «Economía de Francisco» es una autoridad mundial en la denominada economía civil o economía de comunión que, además, está muy implicado en la promoción de iniciativas empresariales más humanas. Responde la entrevista con Noticias Obreras a través del correo electrónico.

En Laudato si’ Francisco subraya que «para que surjan nuevos modelos de progreso, debemos “cambiar el modelo de desarrollo global”, lo que implica reflexionar responsablemente sobre el significado de la economía y de su finalidad, para corregir sus disfunciones y distorsiones…».

El papa Francisco ha convocado en Asís, en el mes de marzo de 2020, a jóvenes economistas y emprendedores de todo el mundo para mostrar y pensar una economía diferente de la que hoy excluye y «mata» a millones de personas en el mundo. Francisco ha dado siempre una enorme importancia a la necesidad de una economía sostenible y ecológica, que tenga cuidado de la casa común y que no lleve a la exclusión de los más frágiles y pobres.

El hecho de que el Papa vaya a Asís, con el fin de hacer un pacto con los jóvenes para cambiar la economía de hoy y de mañana, es un gesto profético. La idea de Francisco es que los jóvenes no son el futuro, sino que son el presente. Se concederá un gran protagonismo al pensamiento y a la praxis de los jóvenes, que dirán su idea sobre el mundo, porque lo están cambiando ya en el frente de la ecología, la economía, el desarrollo, la pobreza. Estarán presentes jóvenes académicos y emprendedores, así como innovadores de todo el mundo que traerán las voces y la presencia de los últimos y de los más débiles.

The Economy of Francesco no será un congreso, sino un proceso que se traza, a un ritmo lento, que permita pensar y preguntarse sobre huellas a seguir, y en los lugares de san Francisco, qué significa hoy construir una economía nueva o quiénes son los marginados de nuestros días. Será, sobre todo, el momento en el que los jóvenes sellarán un pacto solemne con el papa Francisco, asegurando su compromiso personal para el cambio de la economía. Este será el corazón del encuentro.

¿La economía civil es un enfoque válido hoy?

La economía civil es una tradición de pensamiento que hinca sus raíces en el pensamiento clásico, en la Edad Media cristiana y en el humanismo civil mediterráneo, cuya idea central consiste en concebir el mercado y las relaciones económicas como una expresión de la ley general de la sociedad civil, la reciprocidad. La crisis de los últimos diez años ha creado las precondiciones culturales idóneas para comprender la relevancia económica, social y ética de una visión de la economía y de las finanzas diversa y sostenible.

La economía civil para salvar la economía de mercado, le remite a su vocación antigua y originaria como aliada del bien común. Conviene recordar, en efecto, que los mercados reales no son nunca lugares éticamente neutrales porque o son civiles o son incivilizados. Si las finanzas y los mercados no crean valor y valores, si no crean empleo, si no respetan y tienen cuidado del medioambiente, son simplemente incivilizados. La economía civil, por tanto, hoy más que nunca, habla a toda la economía y a la sociedad, ofrece un criterio de juicio y de acción para las decisiones de los gobiernos, de las multinacionales; para las de los consumidores y de los ahorradores; es un proceso abierto e inclusivo donde hay espacio para quien cree y trabaja para empresas comunitarias y solidarias, para quien concibe el mercado como práctica de las virtudes civiles, de compromiso ético y espiritual.

El capitalismo es un paradigma económico, pero también cultural, que ha evolucionado. ¿Cómo lo ve hoy un economista humanista?

Entre lo que llamamos hoy capitalismo y lo que hemos conocido en los dos siglos anteriores, hay muchas diferencias, algunas de ellas tan radicales que hacen muy complicada la elección de la misma palabra. Aunque, si el capitalismo actual, por su alianza con la tecnología, prefiere presentarse como uno de los lugares de máxima racionalidad, como civilización totalmente laica y posideológica, hoy es más que nunca evidente que, en el crepúsculo de los dioses tradicionales, se ha convertido en la única verdadera «religión» popular del siglo XXI. Y la fuerza cultural del capitalismo radica en haber llegado a ser una «experiencia» global, omnicomprensiva y envolvente.

Si miramos bien nuestro siglo, nos damos cuenta de que el capitalismo es un conjunto de prácticas cotidianas y reiteradas de ceremonias de compra, venta e inversión. También en las empresas, que durante el siglo XX eran pensadas en general y vividas desde el modelo de la «comunidad», está creciendo la misma cultura comercial: hoy la «cultura» se respira en los grandes centros comerciales, en los bancos y, cada vez más, en los medios de comunicación social. Pero de todo esto, deriva también una consecuencia muy interesante: para superar la religión/idolatría capitalista se necesitan nuevas prácticas, nuevas experiencias. No basta con escribir libros y artículos, no es suficiente construir teorías, porque también la nueva cultura económica (que tantos queremos más humana, más inclusiva, circular) nacerá de la praxis y del pan de cada día.

¿Es posible corregir el curso de la economía con las mismas instituciones que nos han llevado a la Gran Recesión?

Durante mucho tiempo, hemos dicho y pensado que los responsables de la crisis financiera han sido solamente las instituciones y los bancos, olvidando la otra cara de la verdad: que ha habido y sigue habiendo una oferta financiera altamente especulativa y desprejuiciada, y, por otra, ha habido y sigue habiendo una demanda de estos productos que procede, en gran medida, de las familias, de nosotros mismos.

No entraremos en una nueva fase económica y financiera sin una nueva cultura individual, que comience a mirar con más atención crítica, y, ojalá, un poco profética, las decisiones financieras y económicas cotidianas. Es necesaria una atención civil sobre las finanzas y la economía, que son demasiado importantes para dejarlas exclusivamente en manos de los expertos. Nos hemos distraído demasiado, y en esta distracción han ocurrido cosas perversas, sobre todo, para los más pobres y para los descartados. Ahora estamos llamados a tener cuidado de la casa y de sus reglas –oikos nomos: economía–, a estar más presentes en los procesos de los mercados, a habitar más los lugares económicos, porque en los lugares abandonados y desiertos se esconden sinvergüenzas y fieras.

La economía y las finanzas siguen siendo cosas buenas, actos imperfectos y mejorables, pero esenciales para imaginar y lograr una sociedad más buena. Y de esta mirada buena, debemos volver a esperar, a vigilar, a actuar. ¡A partir de los jóvenes! Los jóvenes son ya el cambio en curso. Deben empezar hoy y no esperar a mañana. Hay un pensamiento de los jóvenes, sobre todo, alrededor de temáticas como la economía y el medioambiente, pobreza y dignidad humanas, respeto por la naturaleza y el desarrollo sostenible, que está mucho más avanzado que el pensamiento de los adultos. Y este pensamiento debe ser tomado muy en serio.

¿Cómo piensa que la Cuarta Revolución Industrial (inteligencia artificial, big data, robotización…) influirá en el trabajo, en su significado y en su concreción?

Ya es un motivo frecuente proyectar escenarios sombríos sobre el futuro del trabajo. Es urgente discutirlos y, posiblemente, enriquecerlos y rectificarlos. Ante todo, deberíamos comprender que el trabajo moderno es, sobre todo, una inmensa innovación que ha dado vida a la más grande cooperación que la actividad humana haya conocido jamás en su larga historia. Trabajando y llenando el mundo del trabajo de derechos y deberes, hemos creado una red, cada vez, más amplia. Los productos y los servicios que pueblan nuestra vida son el fruto de una cooperación de millones y millones de personas. El mercado es esta gran cooperación, incluso cuando toma la forma de la competencia; cooperamos cuando competimos de forma correcta y legal en los mercados. Aprendiendo a trabajar, y a trabajar con los otros, hemos orientado nuestras energías y nuestra creatividad de manera que pudieran florecer plenamente y alcanzar y servir a un número cada vez mayor de personas. No es cierto, pues, que el trabajo acabará. Quien lo dice minusvalora la inteligencia y la creatividad de las mujeres y de los hombres.

Haremos trabajos diferentes, muchos más servicios y menos cadenas de montaje, pero continuaremos trabajando, cooperando y queriéndonos en el trabajo. Y dentro de poco bendeciremos la tecnología que nos ha liberado de trabajos poco interesantes para poder hacer otros mejores. Hemos sido capaces de producir máquinas y robots tan inteligentes que (casi) podrían prescindir de nosotros, porque hemos trabajado mucho, juntos, y hemos puesto en el trabajo nuestra mejor inteligencia. Mientras haya alguien que invente algo para satisfacer la necesidad de otro, mientras creemos ocasiones siempre nuevas de mutua ventaja, el trabajo no acabará. Trabajaremos de manera diferente, pero continuaremos trabajando. No tenemos otra cosa mejor que hacer.

Las organizaciones de trabajadores, desde los gremios al movimiento obrero, han desempeñado un papel humanizador del trabajo, con sus luces y sus sombras. ¿Es posible una transición justa y sostenible sin ellas?

En el «mercado» del trabajo (siempre entre comillas) las partes no están en el mismo plano de poder y de fuerza; la ideología liberal dominante en todo el mundo, en nombre del mercado libre, está reduciendo drásticamente las mediaciones no relacionadas con el mercado, en las crisis y disputas corporativas. A esto, se añade la fragilidad de muchas empresas, que son a menudo las víctimas de una economía frágil e incierta (a veces, son filiales de multinacionales donde sus directivos están sometidos a fuertes presiones de dueños invisibles y muy lejanos). Debemos reinventarnos políticas industriales nuevas, en un mundo que ha cambiado. Ahora la política es lejana y confusa, las empresas líquidas y los sindicatos ya no bastan, tienen con frecuencia categorías del siglo XX que, a duras penas, son capaces de gestionar las nuevas crisis del siglo XXI. Hay necesidad imperiosa de un nuevo pacto social y económico entre trabajadores, empresas, sindicatos, política, sociedad civil, que parta del convencimiento de que todos somos más frágiles que hace unas décadas, que la crisis del 2008 ha roto verdaderamente el equilibrio del sistema y no hemos logrado todavía recrear uno nuevo. Ha acabado un mundo y el mundo nuevo requiere de nuevas herramientas. Las disputas, las mesas, ya no son adecuadas, son lenguas muertas que han dejado de hablarse o se hablan poco y mal. Se necesita más creatividad, hace falta un pensamiento no ideológico que no lleve a mirar a quienes dan empleo como «dueños» malvados y explotadores, y, desde la otra parte, que no se mire a los trabajadores como una banda de vagos y maleantes. Más respeto y estima recíproca. Pero, sobre todo, hace falta más capacidad creativa por parte de todos. La innovación no es hoy una prerrogativa de los emprendedores. Los trabajadores también tienen que innovar, experimentar y atreverse mucho más.

 

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La paz como camino de esperanza: diálogo, reconciliación y conversión ecológica

Iglesia

La paz como camino de esperanza: diálogo, reconciliación y conversión ecológica

12 diciembre 2019

Mensaje del papa Francisco para la celebración de la 53 Jornada Mundial de la Paz1 de enero de 2020.

La paz como camino de esperanza: diálogo, reconciliación y conversión ecológica

1. La paz, camino de esperanza ante los obstáculos y las pruebas

La paz, como objeto de nuestra esperanza, es un bien precioso, al que aspira toda la humanidad. Esperar en la paz es una actitud humana que contiene una tensión existencial, y de este modo cualquier situación difícil «se puede vivir y aceptar si lleva hacia una meta, si podemos estar seguros de esta meta y si esta meta es tan grande que justifique el esfuerzo del camino»1.  En este sentido, la esperanza es la virtud que nos pone en camino, nos da alas para avanzar, incluso cuando los obstáculos parecen insuperables.

Nuestra comunidad humana lleva, en la memoria y en la carne, los signos de las guerras y de los conflictos que se han producido, con una capacidad destructiva creciente, y que no dejan de afectar especialmente a los más pobres y a los más débiles. Naciones enteras se afanan también por liberarse de las cadenas de la explotación y de la corrupción, que alimentan el odio y la violencia. Todavía hoy, a tantos hombres y mujeres, niños y ancianos se les niega la dignidad, la integridad física, la libertad, incluida la libertad religiosa, la solidaridad comunitaria, la esperanza en el futuro. Muchas víctimas inocentes cargan sobre sí el tormento de la humillación y la exclusión, del duelo y la injusticia, por no decir los traumas resultantes del ensañamiento sistemático contra su pueblo y sus seres queridos.

Las terribles pruebas de los conflictos civiles e internacionales, a menudo agravados por la violencia sin piedad, marcan durante mucho tiempo el cuerpo y el alma de la humanidad. En realidad, toda guerra se revela como un fratricidio que destruye el mismo proyecto de fraternidad, inscrito en la vocación de la familia humana.

Sabemos que la guerra a menudo comienza por la intolerancia a la diversidad del otro, lo que fomenta el deseo de posesión y la voluntad de dominio. Nace en el corazón del hombre por el egoísmo y la soberbia, por el odio que instiga a destruir, a encerrar al otro en una imagen negativa, a excluirlo y eliminarlo. La guerra se nutre de la perversión de las relaciones, de las ambiciones hegemónicas, de los abusos de poder, del miedo al otro y la diferencia vista como un obstáculo; y al mismo tiempo alimenta todo esto.

Es paradójico, como señalé durante el reciente viaje a Japón, que «nuestro mundo vive la perversa dicotomía de querer defender y garantizar la estabilidad y la paz en base a una falsa seguridad sustentada por una mentalidad de miedo y desconfianza, que termina por envenenar las relaciones entre pueblos e impedir todo posible diálogo. La paz y la estabilidad internacional son incompatibles con todo intento de fundarse sobre el miedo a la mutua destrucción o sobre una amenaza de aniquilación total; sólo es posible desde una ética global de solidaridad y cooperación al servicio de un futuro plasmado por la interdependencia y la corresponsabilidad entre toda la familia humana de hoy y de mañana»2.

Cualquier situación de amenaza alimenta la desconfianza y el repliegue en la propia condición. La desconfianza y el miedo aumentan la fragilidad de las relaciones y el riesgo de violencia, en un círculo vicioso que nunca puede conducir a una relación de paz. En este sentido, incluso la disuasión nuclear no puede crear más que una seguridad ilusoria.

Por lo tanto, no podemos pretender que se mantenga la estabilidad en el mundo a través del miedo a la aniquilación, en un equilibrio altamente inestable, suspendido al borde del abismo nuclear y encerrado dentro de los muros de la indiferencia, en el que se toman decisiones socioeconómicas, que abren el camino a los dramas del descarte del hombre y de la creación, en lugar de protegerse los unos a los otros3. Entonces, ¿cómo construir un camino de paz y reconocimiento mutuo? ¿Cómo romper la lógica morbosa de la amenaza y el miedo? ¿Cómo acabar con la dinámica de desconfianza que prevalece actualmente?

Debemos buscar una verdadera fraternidad, que esté basada sobre nuestro origen común en Dios y ejercida en el diálogo y la confianza recíproca. El deseo de paz está profundamente inscrito en el corazón del hombre y no debemos resignarnos a nada menos que esto.

2. La paz, camino de escucha basado en la memoria, en la solidaridad y en la fraternidad

Los Hibakusha, los sobrevivientes de los bombardeos atómicos de Hiroshima y Nagasaki, se encuentran entre quienes mantienen hoy viva la llama de la conciencia colectiva, testificando a las generaciones venideras el horror de lo que sucedió en agosto de 1945 y el sufrimiento indescriptible que continúa hasta nuestros días. Su testimonio despierta y preserva de esta manera el recuerdo de las víctimas, para que la conciencia humana se fortalezca cada vez más contra todo deseo de dominación y destrucción: «No podemos permitir que las actuales y nuevas generaciones pierdan la memoria de lo acontecido, esa memoria que es garante y estímulo para construir un futuro más justo y más fraterno»4.

Como ellos, muchos ofrecen en todo el mundo a las generaciones futuras el servicio esencial de la memoria, que debe mantenerse no sólo para evitar cometer nuevamente los mismos errores o para que no se vuelvan a proponer los esquemas ilusorios del pasado, sino también para que esta, fruto de la experiencia, constituya la raíz y sugiera el camino para las decisiones de paz presentes y futuras.

La memoria es, aún más, el horizonte de la esperanza: muchas veces, en la oscuridad de guerras y conflictos, el recuerdo de un pequeño gesto de solidaridad recibido puede inspirar también opciones valientes e incluso heroicas, puede poner en marcha nuevas energías y reavivar una nueva esperanza tanto en los individuos como en las comunidades.

Abrir y trazar un camino de paz es un desafío muy complejo, en cuanto los intereses que están en juego en las relaciones entre personas, comunidades y naciones son múltiples y contradictorios. En primer lugar, es necesario apelar a la conciencia moral y a la voluntad personal y política. La paz, en efecto, brota de las profundidades del corazón humano y la voluntad política siempre necesita revitalización, para abrir nuevos procesos que reconcilien y unan a las personas y las comunidades.

El mundo no necesita palabras vacías, sino testigos convencidos, artesanos de la paz abiertos al diálogo sin exclusión ni manipulación. De hecho, no se puede realmente alcanzar la paz a menos que haya un diálogo convencido de hombres y mujeres que busquen la verdad más allá de las ideologías y de las opiniones diferentes. La paz «debe edificarse continuamente»5, un camino que hacemos juntos buscando siempre el bien común y comprometiéndonos a cumplir nuestra palabra y respetar las leyes. El conocimiento y la estima por los demás también pueden crecer en la escucha mutua, hasta el punto de reconocer en el enemigo el rostro de un hermano.

Por tanto, el proceso de paz es un compromiso constante en el tiempo. Es un trabajo paciente que busca la verdad y la justicia, que honra la memoria de las víctimas y que se abre, paso a paso, a una esperanza común, más fuerte que la venganza. En un Estado de derecho, la democracia puede ser un paradigma significativo de este proceso, si se basa en la justicia y en el compromiso de salvaguardar los derechos de cada uno, especialmente si es débil o marginado, en la búsqueda continua de la verdad6. Es una construcción social y una tarea en progreso, en la que cada uno contribuye responsablemente a todos los niveles de la comunidad local, nacional y mundial.

Como resaltaba san Pablo VI: «La doble aspiración hacia la igualdad y la participación trata de promover un tipo de sociedad democrática. […] Esto indica la importancia de la educación para la vida en sociedad, donde, además de la información sobre los derechos de cada uno, sea recordado su necesario correlativo: el reconocimiento de los deberes de cada uno de cara a los demás; el sentido y la práctica del deber están mutuamente condicionados por el dominio de sí, la aceptación de las responsabilidades y de los límites puestos al ejercicio de la libertad de la persona individual o del grupo»7.

Por el contrario, la brecha entre los miembros de una sociedad, el aumento de las desigualdades sociales y la negativa a utilizar las herramientas para el desarrollo humano integral ponen en peligro la búsqueda del bien común. En cambio, el trabajo paciente basado en el poder de la palabra y la verdad puede despertar en las personas la capacidad de compasión y solidaridad creativa.

En nuestra experiencia cristiana, recordamos constantemente a Cristo, quien dio su vida por nuestra reconciliación (cf. Rm 5, 6-11). La Iglesia participa plenamente en la búsqueda de un orden justo, y continúa sirviendo al bien común y alimentando la esperanza de paz a través de la transmisión de los valores cristianos, la enseñanza moral y las obras sociales y educativas.

3. La paz, camino de reconciliación en la comunión fraterna

La Biblia, de una manera particular a través de la palabra de los profetas, llama a las conciencias y a los pueblos a la alianza de Dios con la humanidad. Se trata de abandonar el deseo de dominar a los demás y aprender a verse como personas, como hijos de Dios, como hermanos. Nunca se debe encasillar al otro por lo que pudo decir o hacer, sino que debe ser considerado por la promesa que lleva dentro de él. Sólo eligiendo el camino del respeto será posible romper la espiral de venganza y emprender el camino de la esperanza.

Nos guía el pasaje del Evangelio que muestra el siguiente diálogo entre Pedro y Jesús: «“Señor, si mi hermano me ofende, ¿cuántas veces tengo que perdonarlo? ¿Hasta siete veces?”. Jesús le contesta: “No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete”» (Mt 18, 21-22). Este camino de reconciliación nos llama a encontrar en lo más profundo de nuestros corazones la fuerza del perdón y la capacidad de reconocernos como hermanos y hermanas. Aprender a vivir en el perdón aumenta nuestra capacidad de convertirnos en mujeres y hombres de paz.

Lo que afirmamos de la paz en el ámbito social vale también en lo político y económico, puesto que la cuestión de la paz impregna todas las dimensiones de la vida comunitaria: nunca habrá una paz verdadera a menos que seamos capaces de construir un sistema económico más justo. Como escribió hace diez años Benedicto XVI en la Carta encíclica Caritas in veritate: «La victoria sobre el subdesarrollo requiere actuar no sólo en la mejora de las transacciones basadas en la compraventa, o en las transferencias de las estructuras asistenciales de carácter público, sino sobre todo en la apertura progresiva en el contexto mundial a formas de actividad económica caracterizada por ciertos márgenes de gratuidad y comunión» (n. 39).

4. La paz, camino de conversión ecológica

«Si una mala comprensión de nuestros propios principios a veces nos ha llevado a justificar el maltrato a la naturaleza o el dominio despótico del ser humano sobre lo creado o las guerras, la injusticia y la violencia, los creyentes podemos reconocer que de esa manera hemos sido infieles al tesoro de sabiduría que debíamos custodiar»8.

Ante las consecuencias de nuestra hostilidad hacia los demás, la falta de respeto por la casa común y la explotación abusiva de los recursos naturales —vistos como herramientas útiles únicamente para el beneficio inmediato, sin respeto por las comunidades locales, por el bien común y por la naturaleza—, necesitamos una conversión ecológica.

El reciente Sínodo sobre la Amazonia nos lleva a renovar la llamada a una relación pacífica entre las comunidades y la tierra, entre el presente y la memoria, entre las experiencias y las esperanzas.

Este camino de reconciliación es también escucha y contemplación del mundo que Dios nos dio para convertirlo en nuestra casa común. De hecho, los recursos naturales, las numerosas formas de vida y la tierra misma se nos confían para ser “cultivadas y preservadas” (cf. Gn 2, 15) también para las generaciones futuras, con la participación responsable y activa de cada uno. Además, necesitamos un cambio en las convicciones y en la mirada, que nos abra más al encuentro con el otro y a la acogida del don de la creación, que refleja la belleza y la sabiduría de su Hacedor.

De aquí surgen, en particular, motivaciones profundas y una nueva forma de vivir en la casa común, de encontrarse unos con otros desde la propia diversidad, de celebrar y respetar la vida recibida y compartida, de preocuparse por las condiciones y modelos de sociedad que favorecen el florecimiento y la permanencia de la vida en el futuro, de incrementar el bien común de toda la familia humana.

Por lo tanto, la conversión ecológica a la que apelamos nos lleva a tener una nueva mirada sobre la vida, considerando la generosidad del Creador que nos dio la tierra y que nos recuerda la alegre sobriedad de compartir. Esta conversión debe entenderse de manera integral, como una transformación de las relaciones que tenemos con nuestros hermanos y hermanas, con los otros seres vivos, con la creación en su variedad tan rica, con el Creador que es el origen de toda vida. Para el cristiano, esta pide «dejar brotar todas las consecuencias de su encuentro con Jesucristo en las relaciones con el mundo que los rodea»9.

5. Se alcanza tanto cuanto se espera10

El camino de la reconciliación requiere paciencia y confianza. La paz no se logra si no se la espera.

En primer lugar, se trata de creer en la posibilidad de la paz, de creer que el otro tiene nuestra misma necesidad de paz. En esto, podemos inspirarnos en el amor de Dios por cada uno de nosotros, un amor liberador, ilimitado, gratuito e incansable.

El miedo es a menudo una fuente de conflicto. Por lo tanto, es importante ir más allá de nuestros temores humanos, reconociéndonos hijos necesitados, ante Aquel que nos ama y nos espera, como el Padre del hijo pródigo (cf. Lc 15, 11-24). La cultura del encuentro entre hermanos y hermanas rompe con la cultura de la amenaza. Hace que cada encuentro sea una posibilidad y un don del generoso amor de Dios. Nos guía a ir más allá de los límites de nuestros estrechos horizontes, a aspirar siempre a vivir la fraternidad universal, como hijos del único Padre celestial.

Para los discípulos de Cristo, este camino está sostenido también por el sacramento de la Reconciliación, que el Señor nos dejó para la remisión de los pecados de los bautizados. Este sacramento de la Iglesia, que renueva a las personas y a las comunidades, nos llama a mantener la mirada en Jesús, que ha reconciliado «todas las cosas, las del cielo y las de la tierra, haciendo la paz por la sangre de su cruz» (Col 1, 20); y nos pide que depongamos cualquier violencia en nuestros pensamientos, palabras y acciones, tanto hacia nuestro prójimo como hacia la creación.

La gracia de Dios Padre se da como amor sin condiciones. Habiendo recibido su perdón, en Cristo, podemos ponernos en camino para ofrecerlo a los hombres y mujeres de nuestro tiempo. Día tras día, el Espíritu Santo nos sugiere actitudes y palabras para que nos convirtamos en artesanos de la justicia y la paz.

Que el Dios de la paz nos bendiga y venga en nuestra ayuda.

Que María, Madre del Príncipe de la paz y Madre de todos los pueblos de la tierra, nos acompañe y nos sostenga en el camino de la reconciliación, paso a paso.

Y que cada persona que venga a este mundo pueda conocer una existencia de paz y desarrollar plenamente la promesa de amor y vida que lleva consigo.

Vaticano, 8 de diciembre de 2019

***

1 Benedicto XVI, Carta enc. Spe salvi (30 noviembre 2007), 1.
2 Discurso sobre las armas nucleares, Nagasaki, Parque del epicentro de la bomba atómica, 24 noviembre 2019.
3 Cf. Homilía en Lampedusa, 8 julio 2013.
4 Encuentro por la paz, Hiroshima, Memorial de la Paz, 24 noviembre 2019.
5 Conc. Ecum. Vat. II, Const. past. Gaudium et spes, 78.
6 Cf. Benedicto XVI, Discurso a los dirigentes de las asociaciones cristianas de trabajadores italianos, 27 enero 2006.
7 Carta. ap. Octogesima adveniens (14 mayo 1971), 24.
8 Carta enc. Laudato si’ (24 mayo 2015), 200.
9 Ibíd., 217.
10 Cf. S. Juan de la Cruz, Noche Oscura, II, 21, 8.

Un laicado en una Iglesia en salida. Cuaderno 18 @edicionesHOAC

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Un laicado en una Iglesia en salida. Cuaderno 18 @edicionesHOAC

02 diciembre 2019

▪Nuevo cuaderno de Ediciones HOAC. El número 18 de esta colección, pretende favorecer un diálogo que promueva la corresponsabilidad y participación del laicado en la vida de la Iglesia y comprometidos en el mundo.

▪Accede a la publicación en formato papel o digital. [Índice Autores • Ficha técnica] En twitter: #EnSalida.

La primera parte del cuaderno es una presentación extendida realizada por la Comisión Permanente de la HOAC. En ella, se subrayar la necesidad de avanzar hacia una conversión integral de la Iglesia y de quienes la formamos para poner en el centro de todas las preocupaciones a los empobrecidos; ofreciendo un mayor testimonio de vida cristiana; en una Iglesia laical, al servicio de la comunión y de la misión.

Una segunda aportación es la realizada por el profesor Sebastián Mora, que presenta un contexto de transición en el que vivimos y arraigados desde el espacio tensional de la misión, donde emergen múltiples apelaciones de la realidad…, para proponer algunos procesos históricos de compromiso y de presencia laical.

Y una última aportación elaborada por la teóloga y militante de la HOAC, Maite Valdivieso, quien apunta la importancia de la vocación, de la formación, de nuestro ser Iglesia sinodal en misión, conscientes de nuestras debilidades, en un mundo marcado por la cultura del descarte de personas y del planeta.

 

 

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 Índice 

Presentación. Comisión Permanente de la HOAC

I. El laicado: misión en el mundo y para el mundo. Sebastián Mora Rosado
Un mundo en transición. Una Iglesia en «salida tensional». Escenarios de misión y compromiso. «Interrumpir la historia»: desvelar, vincular y recrear. Desvelar procesos sociales. Vincular relaciones. Recrear alternativas. Procesos históricos de compromiso y presencia laical. Movilidad humana forzada. La «Res novae» del mundo del trabajo. Movimiento feminista. Ecología integral.

II. Laicos y laicas en el mundo y en la Iglesia, Pueblo de Dios en salida. Maite Valdivieso Peña
Vocación, nos habla de llamada, de vivir desde el otro, desde Dios. Vocación laical. Incorporados a Cristo por el bautismo. Vocación y formación. Ser Iglesia, sentir con la Iglesia. Iglesia evangelizadora. Somos misión y soy misión. Vivir este tiempo como oportunidad, son nues tros tiempos apostólicos, conscientes de nuestra debilidad. Siendo Iglesia samaritana en un tiempo marcado por la deshumanización y la cultura del descarte. Es tiempo de ser audaces, soñar nuevos modos, conscientes de nuestra debilidad, de nuestras inercias. Es tiempo de discernimiento. Siendo del mundo, en el mundo. No hay territorio comanche para Dios. Vivir en profundidad la dimensión social de la fe, desde la referencia a la Doctrina Social de la Iglesia. Siendo Iglesia, sacramento de Jesucristo. Haciendo verdad que somos familia humana. Compartir la mesa-Eucaristía. Templos del Espíritu, constructores de espacios sagrados. Construyendo comunión, no se trata solo de corresponsabilidad. Sinodalidad y misión. Oración final. Cuestionario

Citas.

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 Autores 

Sebastián Mora Rosado. Málaga, 1966. Es licenciado en Filosofía por la Universidad Pontificia de Comillas, donde actualmente es docente. Ha investigado y enseñado en el ámbito de la intervención sociosanitaria, especialmente sobre colectivos de exclusión severa. Ha sido secretario general de Cáritas Española y director ejecutivo de la Fundación FOESSA.

Maite Valdivieso Peña. Bilbao, (1960). Militante de la HOAC. Con estudios de Teología en la Universidad de Deusto. Directora del Secretariado para el Laicado y de la Pastoral Obrera de la diócesis de Bilbao y miembro del Consejo Asesor del Departamento de Pastoral Obrera de la Conferencia Episcopal Española.

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 Ficha técnica  

Título: Un laicado en una Iglesia en salida
Subtítulo: Corresponsabilidad, sinodalidad y participación para responder al clamor por la justicia.
Autores: Sebastián Mora Rosado y Maite Valdivieso Peña.

ISBN 978-84-92787-50-0
Depósito Legal M-36896-2019

Formato: tapa blanda
Edición: 1ª
Fecha de aparición: diciembre 2019
Colección: Cuadernos HOAC
Nº páginas: 54
Ilustraciones: no
Portada: Publicaciones HOAC.
Tamaño: 210×150
PVP: 1,5 euros (IVA incluido)
Tirada: 3.600

Baterias IBIC:
HRCV Vida y práctica cristianas
HRCX Instituciones y organizaciones cristianas
HRCX6 Pensamiento y actividad social cristianas
HRCX7 Misión y evangelización cristianas

El grupo de trabajo de Formación de la HOAC actualiza los cursillos disponibles

Convocatorias, Mundo obrero y del trabajo

El grupo de trabajo de Formación de la HOAC actualiza los cursillos disponibles

27 noviembre 2019

El grupo de trabajo de Formación de la HOAC se ha reunido en Madrid con la Comisión Permanente para repasar la programación del próximo bienio y valorar las tareas que pudieran desprenderse en relación con el acompañamiento a los y las militantes en su proceso formativo.

En concreto, se dialogó sobre la actualización de los diversos cursillos que se imparten a petición de las organizaciones diocesanas, en particular, sobre los dedicados a la Doctrina Social de la Iglesia y los Sacramentos.

También se intercambiaron puntos de vista sobre cómo realizar un acompañamiento efectivo de los Planes de Formación de las distintas zonas en las que se agrupan las diócesis y reforzar la dinámica de las responsabilidades y de las personas encargadas de animar los procesos de formación.

De igual manera, se compartieron las conclusiones de la pasada Comisión General y los acuerdos allí tomados, en especial, las relacionadas con el buen desarrollo de la XIV Asamblea General de la HOAC, prevista para el año 2021.

Insignia Pro Ecclesia Diocesana a Jesús Fernández-Pacheco, militante de la HOAC

Iglesia

Insignia Pro Ecclesia Diocesana a Jesús Fernández-Pacheco, militante de la HOAC

11 noviembre 2019

Jesús Fernández-Pacheco Caba, militante de la HOAC, ha sido una de las doce personas distinguidas por las Insignias Pro Ecclesia Diocesana, de Orihuela-Alicante. Estas insignias fueron creadas para reconocer el servicio pastoral que algunas personas, preferentemente laicos y laicas, que están o han dado un largo y constante testimonio de servicio y entrega generosa en la sociedad y a la Iglesia diocesana. En el marco del Día de la Iglesia Diocesana celebrado el domingo 10 de noviembre, la entrega de este reconocimiento se celebró en la sede del obispado, con la presencia del obispo de la diócesis, Jesús Murgui.

Este año las distinciones han recaído en doce personas, nueve mujeres y tres hombres. De todos ellos llama la atención su dedicación, en la mayoría de casos durante toda una vida, al bien de la comunidad y al trabajo por ayudar a los demás. Todos ellos han mostrado un gran compromiso con la sociedad y la Iglesia de Orihuela-Alicante desde diferentes movimientos, congregaciones, delegaciones, colegios, instituciones, compromisos y tareas. En esta ocasión proceden de las localidades de Alicante, Pilar de la Horadada, San Bartolomé, Orihuela y Elche.

Jesús Fernández-Pacheco Caba. Nació hace 60 años en Manzanares (Ciudad Real) y vive en Alicante desde los 15 años. En la parroquia de la Inmaculada de Alicante, durante más de 20 años, fue catequista poniendo en marcha el Consejo de Pastoral de la misma. Formó parte también de la primera Coordinadora de Jóvenes de la Diócesis, participando en la puesta en marcha de la revista Cosas de Casa, antesala del NODI. Es miembro de la HOAC, donde ha sido responsable en la Comisión Permanente de la misma de 2013 a 2017. Actualmente es director del Secretariado de Pastoral Obrera.

 

La Comisión Permanente de la HOAC visita las diócesis de Huelva, Toledo, Cádiz-Ceuta, Coria-Cáceres, Mondoñedo-Ferrol y Tui-Vigo

Convocatorias

La Comisión Permanente de la HOAC visita las diócesis de Huelva, Toledo, Cádiz-Ceuta, Coria-Cáceres, Mondoñedo-Ferrol y Tui-Vigo

11 noviembre 2019

Estas visitas diocesanas son momentos de encuentro, diálogo, acompañamiento y comunión entre la Comisión Permanente de la HOAC, equipos de militantes, obispos y medios de comunicación.

Durante esta semana, del 11 al 15 de noviembre, los miembros de la comisión permanente visitarán las diócesis de Huelva, Toledo, Cádiz-Ceuta, Coria-Cáceres, Tui-Vigo, Santiago y Mondoñedo-Ferrol. En estos encuentros se fortalece la vida comunitaria, el acercamiento a los equipos de militantes y a las comisiones diocesanas. Además, son momentos que se propicia un diálogo con los obispos de las diócesis visitadas, y con entidades eclesiales y del mundo obrero y del trabajo que mantienen relación con la HOAC. De esta forma, se conocen las experiencias, posibilidades y dificultades que se van encontrando los militantes en el desarrollo de la tarea evangelizadora. De igual forma, se fortalecen las tareas comunitarias que se realizan, acompañando el momento actual que vive el movimiento.

Diócesis de Huelva

Los días 11 y 12 de noviembre, Berchmans Garrido, responsable de Formación, y  Fernando Díaz, consiliario general de la HOAC, estarán en Huelva. En el marco de esta visita, compartirán diálogo con la comisión diocesana y los distintos equipos de militantes. Está prevista reunión con el obispo de la diócesis, D. José Vilaplana Blasco.

Diócesis de Toledo

El 11 y 12 de noviembre, Teresa García, responsable de Difusión, y Paco Álamos, responsable de Compromiso, visitarán Toledo. Se reunirán con el equipo de militantes. Está previsto, además, asistir a la Televisión Diocesana.

Diócesis de Tui-Vigo

También el 11 y 12 de noviembre, Gonzalo Ruiz y Angelines Bayo, presidente y responsable de Organización y Vida Comunitaria de la HOAC, respectivamente, estarán en la ciudad de Vigo. Compartirán diálogo con los equipos de militantes y está previsto un encuentro con el obispo, D. Luis Quinteiro Fiuza.

Archidiócesis de Santiago de Compostela.

El 12 de noviembre, el presidente y la responsable de Organización y Vida Comunitaria, Gonzalo Ruiz y Angelines Bayo, respectivamente, estarán en A Coruña con el equipo de militantes.

Diócesis de Cádiz-Ceuta

Del 13 al 15 de noviembre, Berchmans Garrido y Fernando Díaz, responsable de Formación y consiliario general de la HOAC, respectivamente, estarán en Cádiz. En el marco de esta visita, compartirán diálogo con la comisión diocesana y el equipo de militantes. 

Diócesis de Mondoñedo-Ferrol

El día 13 de noviembre, Gonzalo Ruiz, presidente, y Angelines Bayo, responsable de Organización y Vida Comunitaria, estarán en Lugo. Y los días 14 y 15 de noviembre visitarán Ferrol, para compartir un diálogo con los equipos de militantes.

Diócesis de Coria-Cáceres

El 14 y el 15 de noviembre, Teresa García, responsable de Difusión, y Paco Álamos, responsable de Compromiso, visitarán las ciudades de Coria y de Cáceres. Se reunirán con la comisión diocesana y el equipo de militantes. Tendrán una reunión de trabajo con el obispo, D. Francisco Cerro Chaves.

La comisión general aborda la orientación de la próxima Asamblea General de la HOAC

Nota de prensa

La comisión general aborda la orientación de la próxima Asamblea General de la HOAC

08 noviembre 2019

Durante el fin de semana del 9 y 10 de noviembre, se reúne en Madrid la Comisión General de la HOAC, órgano de dinamización de la vida comunitaria, integrada por las presidencias diocesanas e interdiocesanas junto con los miembros de la comisión permanente.

El objetivo de esta reunión es impulsar las tareas comprometidas, teniendo en cuenta los acuerdos de la última asamblea general y el plan de trabajo del bienio para este periodo, donde se enmarca la comunión de vida, bienes y acción con el mundo obrero y del trabajo. 

Algunos de los diálogos que se mantendrán en la reunión son:

Asamblea General. Prevista para agosto de 2021, coincidiendo con el 75 aniversario de la HOAC, se pretende realizar un primer diálogo, partiendo de la vida y misión de este movimiento de Acción Católica Especializada en el mundo obrero y del trabajo.

Iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente (ITD), con sus primeros cinco años de recorrido, y su vinculación con la Campaña y con el Quehacer Apostólico Comunitario de la HOAC. 

Reunión general de Organización y Vida Comunitaria. Presentación de las orientaciones y contenidos de esta reunión prevista para febrero de 2020.

Día de la HOAC y cursos de verano. Propuestas de orientación, contenidos y fechas de ambas convocatorias que seguirán profundizando en torno a la campaña “Trabajo digno para una Sociedad Decente”.

Fondo de Solidaridad Internacional. Proyectos en desarrollo y previstos para 2020.

Comunión de bienes. Se informará del seguimiento del Presupuesto General y de Publicaciones en el ejercicio 2019 y la propuesta de presupuesto de Publicaciones de la HOAC para 2020.

Barcelona | Comunicado de la Asamblea Diocesana de la HOAC por la sentencia del Tribunal Supremo

Comunicados

Barcelona | Comunicado de la Asamblea Diocesana de la HOAC por la sentencia del Tribunal Supremo

20 octubre 2019

Ante la sentencia del Tribunal Supremo que condena a líderes políticos y sociales hasta un total de 99 años de prisión, la Asamblea Diocesana de la GOAC-Hermandad Obrera de Acción Católica de Barcelona y Sant Feliu queremos expresar:

Nuestro rechazo a unas condenas que quieren penalizar la movilización social y política que siempre han estado y serán herramientas de lucha y avance para la ciudadanía.

Nuestra solidaridad y espaldarazo hacia las personas y familiares que fruto de esta sentencia hoy están sufriendo.

Esta sentencia no ayuda a la solución del conflicto político existente, y abre un escenario de incertidumbre y tensiones que están generando una ruptura de la convivencia.

Denunciar que nuestro sistema democrático sufre hoy un agotamiento que imposibilita dar salidas a las diversas propuestas políticas y sociales.

Ante el desarrollo de las movilizaciones queremos denunciar la estrategia planificada y reaccionaria de criminalizar la amplia respuesta pacífica, ha acabado provocando reacciones violentas.

Reclamamos a las instituciones que actúen para garantizar el derecho y la seguridad de las personas que participen de las diversas protestas.

Desde la GOAC nos reafirmamos en el hecho que la solución pasa por el ejercicio valiente de la política, el diálogo, el pacto y el respeto a la diversidad de opiniones y posicionamientos políticos.

Desde nuestra misión de evangelización en el mundo obrero, y desde nuestro ser Iglesia y nuestra presencia en varios movimientos y plataformas sociales y políticas, las y los militantes de la GOAC se comprometen a continuar implicadas e implicados por la mejora de la vida de las personas trabajadoras y la defensa de los derechos humanos y las libertades.

Asamblea Diocesana de Barcelona-Sant Feliu, 20 de octubre de 2019

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