Iñaki Lancelot | La tradición judaica conminaba a impedir que el leviatán, ese terrible monstruo marino, procreara. Pues en tal caso su pareja sería la reencarnación de la serpiente de Adán y Eva. Y entonces nada se le interpondría en la destrucción del mundo de los honestos. En una playa del mar de Barents relumbra el […]
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