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Gonzalo Ruiz: “Un empleo digno es fundamental para que la persona se sienta útil y plenamente integrada en la sociedad”

Mundo obrero y del trabajo

Gonzalo Ruiz: “Un empleo digno es fundamental para que la persona se sienta útil y plenamente integrada en la sociedad”

08 octubre 2020

Entrevista de Gonzalo Ruiz, presidente de la HOAC. Por José Manuel Vidal, director de Religión Digital.

Entrevistamos al presidente de la HOAC, Gonzalo Ruiz, en el marco de las reivindicaciones por un trabajo decente lideradas por movimientos de trabajadores católicos. “La pandemia ha venido a empeorar más aún la situación de precariedad e inestabilidad de cientos de miles de trabajadores y trabajadoras”, resume Ruiz. Que valora que el discurso de Francisco, las tres “T”, está gestando una conciencia que defiende con más fuerza la necesaria dignidad del trabajo.

¿Dónde queda con la pandemia el trabajo decente?

La llegada de la pandemia ha puesto el foco en la situación de los trabajadores y trabajadoras con empleos más precarios e inestables. Ha venido a agravar y agudizar las malas condiciones de vida y trabajo de muchos trabajadores y trabajadoras, no solo empeorando sus condiciones de trabajo, ha acrecentado además notablemente la inestabilidad e incertidumbre en el puesto de trabajo. Al mismo tiempo ha dejado en una situación muy difícil, dramática en muchos casos, a los trabajadores y trabajadoras de la economía sumergida. Es decir la pandemia ha venido a empeorar más aún la situación de precariedad e inestabilidad de cientos de miles de trabajadores y trabajadoras.

¿El coronavirus tapa o justifica una mayor precariedad?

La situación generada por el COVID-19 está suponiendo un nuevo ajuste en las condiciones laborales de los trabajadores y trabajadoras, y este normalmente consiste en empeorar las condiciones laborales, en acelerar la puesta en marcha de la digitalización, del teletrabajo con medidas que lejos de mejorar y favorecer las condiciones de trabajo las hacen más difíciles para la vida del trabajador, dificultando la vida personal, difuminando la separación entre vida familiar y vida laboral, empeorando en muchos casos la conciliación entre vida familiar y vida laboral. En torno a 900.000 trabajadores siguen afectados por ERTE en nuestro país.

Hace años que la HOAC viene reflexionando sobre el trabajo precario. ¿Hay salida para esta situación de precariedad que se perpetúa? ¿Cómo?

Efectivamente, la HOAC venimos reflexionando desde hace muchos años sobre el trabajo precario, la economía sumergida, sobre la necesidad del reparto del trabajo, de poner las condiciones para la creación de empleo digno porque entendemos que tener o no tener empleo, un empleo digno, es fundamental para que la persona se sienta útil y plenamente integrada en la sociedad. San Juan Pablo II decía que “el trabajo es el elemento central de la cuestión social”, el papa Francisco ha hecho de la defensa del trabajo digno, de la imperiosa necesidad de que el trabajador tenga un empleo, “de ganarse el pan”, un elemento esencial de su pontificado, “no os dejéis robar la esperanza” suele decir, refiriéndose a los trabajadores que pierden su empleo.

Para que el trabajo sea digno hay que colocar en el centro de la vida social y económica a la persona, tal y como recoge la Doctrina Social de la Iglesia. Para nosotros, el problema no es que haya malas condiciones de trabajo, es que hay malas condiciones para ser personas. Solo colocando a la persona en el centro, siendo sus necesidades personales familiares y sociales las que han de tenerse en cuenta a la hora de crear un trabajo digno, tal como recoge Benedicto XVI en Caritas in veritate. Hay ejemplos cada vez más abundantes en la economía social y solidaria, en las cooperativas, en la economía de comunión…

¿Esa salida no necesita un cambio de sistema económico, como acaba de decir el Papa?

Dentro del sistema económico en el que vivimos, se hace difícil la creación de trabajo decente, porque el principio en el que se fundamenta está en la ganancia y el ánimo de lucro por encima de todo, la persona es un elemento más de los que intervienen en la producción. El capital, cada vez más, quiere a individuos dispuestos a trabajar en cualquier momento, tiempo y lugar, sin importarle para nada la situación personal del trabajador, la familia, el arraigo social… La dimensión social corporativa en muchas empresas ha desaparecido.

Por ello como dice el papa Francisco es necesario construir un sistema alternativo, porque “este sistema mata”. Para ello se necesitan hombres y mujeres que vivan y promuevan los valores del Evangelio en la sociedad y en las empresas, una tarea nada fácil, que requiere un largo caminar, pero que como cristianos hemos de impulsar y animar. De ahí todas las iniciativas que desde el Vaticano se están impulsando. Tenemos que impulsar proyectos que promuevan una economía social y solidaria donde todos estos valores sean el centro de la actividad económica y de las relaciones laborales.

¿El movimiento por el trabajo decente se está extendiendo casi tanto como el de la ecología o el feminismo o todavía le queda recorrido para llegar a esas cotas?

El recorrido de esta iniciativa en la Iglesia española aún es corto, seis años, pero en el tiempo transcurrido su extensión está siendo muy importante en la gran mayoría de las diócesis españolas. Lo que empezó siendo un gesto con motivo de la jornada mundial por el trabajo decente, se ha ido convirtiendo en un conjunto de actividades y actos que se vienen celebrando en torno a esa fecha, y que además se ha extendido a la celebración del 8 de marzo y al 1º de Mayo. Evidentemente hay aún mucho camino por recorrer, es muy importante que todos los creyentes tomemos conciencia del lugar central que ocupa en la vida de las personas, tener o no tener trabajo, que este sea decente, para poder vivir una vida digna. Que vaya calando en la Iglesia la importancia de defender y promover el trabajo decente en la sociedad y en las instituciones eclesiales.

¿La iniciativa Iglesia por un trabajo decente sigue siendo un revulsivo en ese sentido?

Las entidades promotoras de la iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente coordinan animan e impulsan la realización de las distintas actividades, pero es en cada realidad diocesana donde diseñan y planifican las distintas convocatorias que se realizan. Siendo cada vez más numerosos los colectivos, parroquias y organizaciones eclesiales que se suman a la iniciativa. La realidad es muy diversa, hay diócesis en la que organizan gran cantidad de actos y gestos y otras donde se suelen concentrar en un único acto o gesto. Este año bajo el lema “Nos movemos por el trabajo decente” queremos seguir luchando, alzando nuestra voz y concienciando a nuestra sociedad sobre este problema que afecta al mundo del trabajo. Creemos que esta tarea junto a las personas que sufren estas situaciones, es una posibilidad, una oportunidad para humanizarnos y ser mejores personas.

¿El Papa Francisco es un buen aliado en esta lucha por el trabajo decente?

El papa Francisco ha hecho de la defensa del trabajo decente, de la defensa de una vida digna para los trabajadores y trabajadoras, de la denuncia de las condiciones de miseria y pobreza de la inmensa mayoría de los trabajadores y trabajadoras del mundo, uno de los ejes fundamentales de su pontificado. El papa Francisco es un referente, con sus gestos, actos y denuncias nos muestra el camino a seguir en nuestra tarea apostólica. Nos sentimos acompañados, acogidos e impulsados en nuestra encarnación en el mundo obrero y del trabajo.

¿Qué pide al Gobierno (de izquierdas) que tenemos en el país respecto al trabajo decente?

La actuación del gobierno con respecto al trabajo está siendo positiva, pero insuficiente. Es necesario que las Administraciones Públicas den ejemplo en la creación de trabajo decente. Es inconcebible que siga habiendo tan alto índice de precariedad en muchos trabajadores y trabajadoras de la sanidad, la enseñanza, los servicios sociales… La escasez de sanitarios tiene su origen sobre todo en la falta de estabilidad en el puesto de trabajo, en la incertidumbre profesional, en los bajos salarios. Por ello el gobierno debe legislar, para que no sea posible fomentar la precariedad desde las Administraciones Públicas.

El ingreso mínimo vital es una iniciativa magnífica, que sin embargo no está llegando a cientos de miles de trabajadores y trabajadoras en situación extrema, debido a una maraña burocrática que hace muy difícil socorrer con eficacia y prontitud las necesidades de estar personas, ahondando en su indefensión y estado de abandono. Paliado en parte al ser socorridos y acogidos por la solidaridad ciudadana y las organizaciones sociales y eclesiales de acción caritativa y solidaria.

Además, hay colectivos de trabajadoras que están soportando situaciones muy precarias o sin redes de protección social como las empleadas del hogar. Y trabajadores que sufren condiciones indecentes, como es el caso de “los temporeros”, o, la necesidad de una regularización administrativa de muchos trabajadores migrantes…

Finalmente, una apuesta decidida por el trabajo decente pasa necesariamente por modificar muchos aspectos de la actual legislación laboral, tantas veces impuesta desde la lógica económica del lucro y la rentabilidad. Necesitamos una reforma estructural de las relaciones laborales orientada, en un proyecto de país, que potencia y promueve el trabajo decente frente a la estructural precariedad laboral que solo genera empobrecimiento y exclusión. Son cuestiones esenciales que debe y puede atender el Gobierno.

¿Y a la jerarquía de la Iglesia? ¿No debería denunciar con más fuerza el trabajo precario e indecente?

La Iglesia además de denunciar el trabajo precario e indecente, debe alentar y promover buenas prácticas laborales en las diversas organizaciones eclesiales, colegios, universidad, organizaciones diocesanas, patronatos…Tenemos que predicar con el ejemplo, las buenas prácticas es el mejor camino para crecer en coherencia y credibilidad. Pues como decía Pablo VI: “Para la Iglesia no se trata solamente de predicar el Evangelio…, sino de alcanzar y transformar con la fuerza del Evangelio…”.

Asamblea General JEC | Gonzalo Ruiz: Hoy más que nunca es necesaria la presencia de los movimientos especializados de Acción Católica

Iglesia

Asamblea General JEC | Gonzalo Ruiz: Hoy más que nunca es necesaria la presencia de los movimientos especializados de Acción Católica

05 agosto 2020

Gonzalo Ruiz, presidente de la HOAC, ha trasladado a la Asamblea General de la Juventud Estudiante Católica (JEC) un saludo para subrayar que “hoy más que nunca es necesaria la presencia de los movimientos especializados de Acción Católica” y que “busquemos cuales son los problemas y causas que dificultad” el desarrollo integral de las personas y proponer a Jesucristo “como propuesta de liberación integral de la personas y referente en una sociedad más justa y solidaria”.

La JEC está celebrando, desde hoy hasta el 8 de agosto, su XXXVIII Asamblea General de Militantes, con un desarrollo semipresencial, debido a pandemia de la COVID-19. En esta asamblea, los militantes de este movimiento de jóvenes de Acción Católica especializada se reflexionan y dialogan sobre como acercar “este proyecto pastoral a la actualidad, siendo críticos y críticas con nuestra realidad, pero con apertura a nuevas formas de hacer militancia que respondan mejor a la juventud de hoy, cuáles son los cambios y cuál es nuestra respuesta”.

Cada tres años la asamblea de la JEC define las líneas de orientación, hoja de ruta del movimiento y sus militantes; y renueva las responsabilidades del Equipo Permanente. La convocatoria en modalidad semipresencial permite la participación del mayor número de militantes, para compartir la experiencia de comunidad y de vida, además de cumplir con las medidas de protección del coronavirus, en un momento tan importante para el movimiento. La asamblea de debatirá utilizando videoconferencias y en grupos de trabajo de jóvenes. Presencialmente, delegaciones representativas de cada diócesis junto con el Equipo Permanente, entrante y saliente, se reunirán en Madrid, en una sesión de trabajo que será retransmitida en directo.

Acompañamiento y testimonios

En la asamblea esta prevista la participación por videoconferencia, de María José Rodríguez Moreno, militante de la HOAC de Granada; y de José Ramón Pascual García, sacerdote de la diócesis de Calahorra y La Calzada-Logroño, quienes ayudaran en la dinamización de la formación para la etapa universitaria. Así mismo, compartirán su testimonio y compromiso, antiguos militantes y entidades como CANAE o Fridays for Future.

Gonzalo Ruiz: “El ingreso mínimo vital es una excelente noticia para los trabajadores y las familias que están en situación de pobreza”

Mundo obrero y del trabajo

Gonzalo Ruiz: “El ingreso mínimo vital es una excelente noticia para los trabajadores y las familias que están en situación de pobreza”

30 mayo 2020

El presidente de la HOAC, Gonzalo Ruiz, en declaraciones a la revista Vida Nueva, ha valorado que el ingreso mínimo vital aprobado ayer por el Gobierno de España es “una excelente noticia para los trabajadores y familias que están en situación de pobreza”.

La situación de absoluta vulnerabilidad en la que se encuentran miles de trabajadores y de familias “no tiene espera”, opina Ruiz, para que pueda ser atendida esta emergencia social es “fundamental que esta importante medida se ponga en marcha sin dilación, para que rápidamente las familias afectadas puedan hacer uso de esos recursos económicos y puedan afrontar su futuro con cierta esperanza”. En este sentido, el ingreso mínimo vital debe de ser una medida más, entre otras, que sean “el camino para que las personas y colectivos más vulnerables no se queden en la estacada y la brecha social no se agrande. No debemos olvidar que España es uno de los países europeos con mayor desigualdad social y mayores índices de pobreza”.

En este sentido, la iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente, en su manifiesto del Primero de Mayo reclamaban, entre otras medidas urgentes, el reconocimiento de un ingreso mínimo garantizado en un programa articulado que integre las políticas sociales en España, para atender la emergencia social ya existente y ante la debacle del empleo que se está produciendo. Según estimaciones de propio Gobierno, este nuevo derecho podrá llegar a 850.000 hogares en los que viven 2,3 millones de personas, con especial incidencia en los hogares en los que viven menores, y supondrá la práctica erradicación de la pobreza extrema, que actualmente afecta a 600.000 hogares y 1,6 millones de personas.

Para Gonzalo Ruiz, en sintonía con la Doctrina Social de la Iglesia, es esencial recordar “que la dignidad de la persona está por encima de cualquier otra circunstancia y condición, por tanto los Estados están obligados a procurar un ingreso mínimo que les permita vivir con dignidad y poder desarrollarse plenamente como personas. Si queremos construir una sociedad más justa y solidaria, no hay más remedio que contribuir con recursos económicos para que aquellos y aquellas que están en una situación de vulnerabilidad y precariedad, no queden descartados y excluidos”.

Evitar la burocratización

Finalmente, el presidente de la HOAC alerta de los procesos burocráticos que puede tener esta medida “y que dificulta sobremanera que muchas personas puedan acceder a ellas. Convirtiéndose la obtención de la ayuda en una auténtica carrera de obstáculos, como muchas veces denuncian los militantes comprometidos en los barrios ignorados“.

Gonzalo Ruiz: “En esta crisis del coronavirus, o se rescata a las personas, o se hunde la sociedad entera”

Opinamos

Gonzalo Ruiz: “En esta crisis del coronavirus, o se rescata a las personas, o se hunde la sociedad entera”

27 abril 2020

Entrevista a Gonzalo Ruiz, presidente de la HOAC, publicada en la revista Vida Nueva. Por José Lorenzo, redactor jefe de Vida Nueva.

 “Cuando se rescató a los bancos, nadie puso el grito en el cielo por su coste”, asegura
“Los Estados están obligados a procurar una renta mínima para que las personas vivan con dignidad”

Con un horizonte de paro de alrededor de cinco millones de personas a consecuencia de la pandemia del coronavirus, desde la HOAC tienen muy claro que la renta básica –o ingreso mínimo vital, como lo denomina en Gobierno– es un derecho que los Estados tienen que procurar a sus ciudadanos. Es una de sus reivindicaciones ineludibles en vísperas del Primero de Mayo, porque si hay algo que rescatar en esta crisis económica que ya tenemos encima, es, como sostiene Gonzalo Ruiz, presidente de la HOAC, a las personas, “cueste lo que cueste”.

PREGUNTA.- ¿Qué le parece la petición que ha hecho el papa Francisco de un salario universal para los trabajadores más desfavorecidos?

RESPUESTA.- Es una cuestión que lleva mucho tiempo planteándose. Que el papa Francisco lo proponga, pone de manifiesto su cercanía y sensibilidad hacia los colectivos más pobres y desprotegidos, que conoce de primera mano cuáles son las necesidades y la situación en la que se encuentran millones y millones de trabajadores y trabajadoras precarios.

Los derechos de los trabajadores y trabajadoras no pueden vincularse a tener empleo o no tenerlo. Sus derechos están vinculados a su condición de personas. La dignidad de la persona está por encima de cualquier otra circunstancia y condición, por tanto, los Estados están obligados a procurar una renta mínima que les permita vivir con dignidad y poder desarrollarse plenamente como personas.

Cubrir las necesidades básicas de las familias

P.- España va poner en marcha en unas semanas un ingreso mínimo vital. ¿Qué cuantía mínima cree que debería tener y a quién beneficiar?

R.- No soy técnico en la materia, pero ha de ser una cantidad que permita cubrir las necesidades básicas, vitales de las personas y las familias. Se habla de que debería estar entre los quinientos y los seiscientos euros. Debe ir dirigida a todas las personas que se encuentran en situación de desempleo y no tengan prestación por el mismo.

Estos ingresos mínimos han de darse con la suficiente agilidad y rapidez como para que no pasen meses en situación de desamparo total las personas afectadas, como es el caso en miles de ellas. Además, debe permitir que en el momento en que una persona en situación de precariedad pierda el empleo, que, por lo general, es temporal y precario, automáticamente vuelva a tener de nuevo la renta mínima, con objeto de que estas personas se muestren activas en la búsqueda de empleo.

P.- Hay un millón de parados en nuestro país que no tienen prestación por desempleo. Los efectos económicos de esta pandemia dejarán en España un nivel de paro superior al 20%. Todavía con los efectos de la Gran Recesión de 2008 en el horizonte, ¿está preparada nuestra sociedad para asumir las consecuencias derivadas de esta destrucción de empleo y su impacto en las familias?

R.- Nunca una sociedad está preparada para sufrir este impacto tan brutal, y menos la nuestra. Porque a esta situación viene a sumarse las consecuencias que todavía estamos padeciendo de la crisis anterior. Los sectores más desfavorecidos de nuestra sociedad, parados de larga duración, mayores de 45 años, jóvenes, mujeres, migrantes, familias monoparentales… han quedado seriamente dañadas por la crisis anterior, a ellos no ha llegado aún la recuperación económica que a nivel macroeconómico se ha producido en estos años.

Por tanto, esta crisis viene a golpear de nuevo –y más fuertemente que a los demás– a los más débiles, a los más desprotegidos. Como dice Francisco, estos colectivos sufren doblemente ante esta situación que estamos viviendo, quedan sin empleo, sin recursos económicos y tienen más dificultad que los demás para vivir el confinamiento por la falta de condiciones de sus viviendas y el hacinamiento que sufren.

Por tanto, el Gobierno, los poderes públicos, han de poner todos los medios para que se pongan en marcha todo tipo de ayudas económicas y sociales para paliar la situación de los trabajadores y trabajadoras, evitando que pierdan sus empleos, y a aquellos que llevan años y años sin empleo, sin ningún tipo de rentas y ayudas, que las administraciones públicas las pongan en marcha para que no queden definitivamente expulsados de esta sociedad, descartados, como gusta decir al Papa. Es la ocasión para que todos y todas salgamos adelante, que nadie se quede atrás.

Reivindicar los servicios públicos

P.- ¿Qué enseñanzas nos puede dejar el impacto de esta pandemia a la hora de valorar y dignificar el trabajo de tantos trabajadores que están en primera línea en servicios esenciales y que, por lo general, no son bien valorados, además de mal pagados?

R.- Si durante años y años no se hubiera centrado el crecimiento económico en la creciente desprotección de los trabajadores y trabajadoras, no se hubiera precarizado hasta el extremo sus condiciones laborales, con una pérdida continua y constante de sus derechos laborales y no se hubiera hecho un trasvase brutal de la renta de los trabajadores a las rentas del capital, ahora estaríamos en muchísimas mejores condiciones para afrontar esta crisis. De igual manera, si no se hubiera producido el deterioro de la sanidad pública, la situación precaria de muchos trabajadores y trabajadoras del sector sanitario, donde está instalada plenamente la precariedad laboral, estaríamos respondiendo mucho mejor a los desafíos que nos plantea esta pandemia.

Para que nuestra sociedad sea cada vez más justa e inclusiva, son necesarios unos servicios públicos suficientes. Necesitamos una sanidad pública eficiente, que se garantice el derecho a una prestación sanitaria universal para todos y todas, unos servicios sociales y comunitarios, suficientes para atender a todas las personas que están en situación precaria, un sistema educativo que garantice una educación de calidad para todos y todas, que no ponga de manifiesto la brecha que sufre el alumnado según su origen o procedencia social, como se está poniendo de manifiesto con esta crisis. En definitiva, necesitamos unas prestaciones de los servicios públicos que ayuden a paliar las diferencias sociales y que permitan vivir con dignidad a todas las personas que vivimos en esta sociedad.

Se pone de manifiesto también cuáles son los verdaderos servicios que hacen posible que una sociedad funcione, frente a tanta superficialidad y falsas expectativas que esta sociedad nos pone como señuelos, centrando la felicidad y realización de las personas en consumir, tener, poseer, gozar; frente al ser, compartir, acompañar, respetar.

Millones de personas en la cuneta

P.- ¿Cree que ante la nueva recesión (o depresión, según algunos especialistas) la salida es volver a incidir en los recortes económicos como se hizo en la crisis precedente?

R.- Si se siguiera el mismo camino que en la crisis anterior, el resultado sería un desastre total. Se acabaría rematando a los millones de personas que aún no han superado la crisis anterior, además de tirar a la cuneta a millones de personas más. En esta ocasión, o se rescata a las personas o esto no va a tener solución, se hundirá la sociedad entera.

Para que la salida de esta crisis haga posible que vayamos construyendo una sociedad mejor, hay que pensar en rescatar a las personas, cueste lo que cueste, se endeude el Estado lo que se endeude. Es curioso que cuando se habla ahora de establecer una renta mínima, enseguida se resalte el coste que ello va a tener y se pone el grito en el cielo. Sin embargo, cuando se rescató a los bancos dándoles miles de millones, ese endeudamiento parecía no tener importancia.

Gonzalo Ruiz, presidente de la HOAC: «Nuestra democracia no está dando respuesta a los trabajadores pobres, precarios y excluidos»

Iglesia, Mundo obrero y del trabajo

Gonzalo Ruiz, presidente de la HOAC: «Nuestra democracia no está dando respuesta a los trabajadores pobres, precarios y excluidos»

20 septiembre 2019

Publicamos la versión extendida de la entrevista publicada en el número 1.620 de la revista Noticias Obreras (septiembre 2019) en la que, por razones obvias de espacio, aparece solo una síntesis.

Abraham Canales, director de Noticias ObrerasPasados dos años desde que fue elegido presidente general de la HOAC, nos atiende para conversar sobre la situación laboral, social y eclesial en este complejo tiempo y sobre los retos más inmediatos.

¿Cómo es el pulso en la HOAC en estos momentos?

Estamos esperanzados y preocupados. Seguimos empeñados en vivir las alegrías y las penas de nuestros hermanos y hermanas de trabajo, acompañando a hombres y mujeres que sufren las consecuencias del paro y la precariedad, que no ven salidas a las situaciones de inseguridad y provisionalidad en que muchas familias viven su día a día. Seguimos caminando con esperanza, porque sabemos de Quién nos fiamos, pero también con preocupación, porque son muchos y muy graves los problemas que aquejan a amplios sectores del mundo obrero y del trabajo más empobrecido. Veo mucho dinamismo e implicación de los y las militantes en sus realidades más cercanas. Comunitariamente seguimos estando muy presentes en las realidades diocesanas más precarias y empobrecidas.

¿Cuáles son las prioridades del próximo bienio?

Para el bienio 2019-2021 hemos acordado centrarnos en tres prioridades. La primera tiene que ver con «los medios para construir prácticas de comunión de bienes, vida y acción con el mundo obrero empobrecido». Se trata principalmente de seguir desarrollando los procesos y dinámicas, que desde hace cuatro años venimos desarrollando, para ir haciendo vida las líneas de actuación aprobadas en la anterior asamblea general.

La segunda prioridad, «crecer en vida de comunión en la HOAC al servicio de la triple comunión con el mundo obrero empobrecido». Crecer en la triple comunión es uno de los elementos centrales de lo acordado en nuestra XIII Asamblea General, por ello transcurridos ya cuatro años de la celebración de la asamblea, nos planteamos cómo seguir creciendo en la triple comunión y que avances hemos tenido en estos últimos años, para seguir impulsándolos e incrementándolos.

La tercera prioridad, «preparar y celebrar la XIV Asamblea General de la HOAC», va a requerir del esfuerzo y participación de todos y todas las militantes de la HOAC, por todo lo que supone de reflexión y discernimiento comunitario para seguir dando respuesta a los retos que la realidad del mundo obrero y del trabajo nos plantea para seguir desarrollando en él nuestra tarea evangelizadora.

La situación de precariedad y de descarte es galopante. Hemos salido de la Gran Recesión económica, pero permanece una gran crisis social. Según FOESSA, millones de personas, además de sufrir este sistema, se sienten desvinculadas…

Para la HOAC, la suerte de estos más de ocho millones de personas que se encuentran en situación de paro, precariedad en el empleo, exclusión social… han de ser el eje vertebrador de cualquier acción de gobierno que se precie de procurar el bien común. El gran problema de nuestra democracia es que no está sabiendo dar respuesta a estos millones de personas, que no solamente no están mejor que antes de la crisis sino que están peor y se ha cronificado su situación. Nuestra sociedad es cada vez más dual, las desigualdades entre unos sectores y otros de la sociedad son cada vez mayores y eso genera una gran desestructuración social, familiar y personal, con todo lo que ello conlleva de sufrimiento de las personas. Con esas personas, en esos lugares estamos llamados a estar presentes, acompañando, recorriendo el camino juntos, mostrando nuestro solidaridad y cercanía, la Iglesia ha de estar allí donde la persona sufre, donde se le niega su dignidad de hijos e hijas de Dios.

¿Cómo acompañan los militantes de la HOAC estas precariedades? ¿Es la campaña Trabajo digno para una sociedad decente una respuesta?

En unos casos, son los propios militantes de la HOAC los que están en situación de precariedad, por tanto, ellos mismos, junto a sus compañeros y compañeras de trabajo, tratan de concienciarse y luchar por sus derechos y su dignidad. En otros, están presentes en las realidades obreras de nuestros barrios y pueblos, participando en distintos colectivos y entidades, en las mismas empresas y centros de trabajo, en la acción sindical o política.

La campaña Trabajo digno para una sociedad decente no solo pretende denunciar la situación, sino que pretendemos acompañar a estos trabajadores y trabajadoras en su lucha por conseguir un trabajo digno y con derechos que les permita vivir con dignidad a ellos y sus familias.

La valoración de la campaña es muy positiva, pues, aunque modestamente, está sirviendo para concienciar a los trabajadores y a la sociedad, mediante la denuncia, también en el acompañamiento de las personas, y en la aportación de propuestas para conseguir que el trabajo sea cada más digno y con derechos. Poco a poco, la campaña está sirviendo para poner en el centro de nuestra tarea evangelizadora el trabajo como elemento central para la consecución de una sociedad decente.

De cara la próxima asamblea general (agosto 2021), una de las características del proceso es que toda la militancia participa… ¿Podría contarnos cómo se construyen las propuestas o temas? ¿Sobre qué prioridades cree usted personalmente que puede profundizar la asamblea?

En la próxima reunión de Comisión General que celebraremos el 8 y 9 de noviembre tendremos un primer diálogo sobre el contenido de la misma, a partir de ahí se elaborará una propuesta que será enviada a los miembros de Comisión General que en la reunión del mes de marzo, una vez dialogada, aprobará una propuesta que será enviada a los militantes y equipos para su reflexión y dialogo en las asambleas diocesanas, que a su vez mandaran sus aportaciones para ser dialogadas en el Pleno General de Representantes del mes de julio de 2020. De ahí surgirá la propuesta de contenidos a tratar en la Asamblea General. Una vez hecho esto las propuestas vuelven a los militantes para tratarlas de nuevo incorporando nuevas aportaciones e ir avanzando en las propuestas y acuerdos, que de nuevo son tratadas en las asambleas diocesanas y en un nuevo Pleno General de Representantes a celebrar en junio de 2021, donde se ordenan los acuerdos y propuestas que serán dialogadas en la Asamblea General a celebrar en agosto de 2021.

Como puede apreciarse, es un proceso muy participativo y dinámico en el que están implicados todos los y las militantes hoacistas.

Por lo que venimos dialogando en los distintos espacios comunitarios existentes, hay un acuerdo muy generalizado en seguir profundizando y haciendo vida las distintas propuestas de vida y acción acordadas en la anterior asamblea, son propuestas de largo recorrido que necesitan tiempo para asentarse y hacerlas vida comunitariamente, tendremos que seguir profundizando en los retos que nos plantea la evangelización del mundo obrero más empobrecido y excluido. Cómo dar respuesta a las necesidades más apremiantes de los trabajadores precarios, pobres, excluidos…, es un reto permanente para la Iglesia y para la HOAC dentro de ella. Estar cerca de los pobres, de los que sufren, de los marginados, de los excluidos es una exigencia evangélica que permanentemente nos llama a salir a su encuentro, buscar soluciones, innovar…

También deberemos profundizar en la extensión de la HOAC, en nuestra presencia pública como movimiento de la Acción Católica para la Pastoral Obrera y en la iniciación e incorporación de nuevos militantes al movimiento.

La cultura del encuentro frente a la cultura del descarte que provoca este sistema. ¿Cuáles son los retos para promoverla?

Está claro, el papa Francisco nos lo recuerda continuamente, esta es una sociedad del descarte y la exclusión, frente a ella no queda otra que proponer una cultura del encuentro, en la que el centro sea la persona. Tenemos que promover una cultura en la que prime el acuerdo y el diálogo, en la que se procure el bien de las personas, que haga posible una vida digna para todos y todas, que les permita desarrollarse en su totalidad, en su integridad. Para ello es necesario promover una cultura del encuentro donde prevalezca el acuerdo y el diálogo, donde sea posible la comunión y cooperación por la existencia, donde se promuevan y desarrollen los valores del Evangelio, en definitiva una sociedad en la que el Evangelio se haga cultura. Donde pasemos de «luchar por la existencia» a «cooperar por la existencia», como decía Guillermo Rovirosa.

Con una trayectoria muy consolidada de la iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente… ¿qué opinión le merece?

Me parece un acierto total haber promovido esta iniciativa, ha abierto un camino nuevo de cooperación intraeclesial muy interesante. Está permitiendo sumar fuerzas y promover acciones que, de otro modo, tendrían menos repercusión e incidencia tanto en la sociedad como en la Iglesia. Por otra parte me parece esencial que distintas organizaciones de Iglesia trabajen en común sobre un asunto que, en mi humilde opinión, debería ser central para toda la Iglesia, como es la pretensión de promover el trabajo decente como elemento fundamental para que los trabajadores y trabajadoras puedan desarrollar una vida digna para ellas y sus familias y puedan aportar y contribuir al desarrollo y promoción de una sociedad decente para todos y todas, sin excluidos y descartados.

Sería interesante, que habiendo transcurridos ya unos cuantos años desde su puesta en marcha, se hiciera una valoración y se reflexionara sobre que otros pasos se podrían dar para seguir avanzando en propuestas concretas  que nos ayuden a desarrollar actuaciones que nos ayuden a ir consiguiendo un trabajo decente en nuestra sociedad.

Finalizado el proceso de reflexión con la Conferencia Episcopal Española (CEE), ¿cómo seguir avanzando? ¿Qué debería reforzar la Iglesia hoy?

Hay que avanzar en un mayor protagonismo de los laicos al interior de la Iglesia, todo ello tiene que traducirse en medidas concretas que hagan posible una mayor corresponsabilidad laical en las tareas pastorales. Es necesario que se establezcan cauces de diálogo permanente de nuestros obispos con los movimientos de la Acción Católica, General y Especializada, para seguir abordando cuestiones relacionadas con nuestra tarea y misión. Sobre todo, en lo referido a nuestra presencia en los distintos ambientes, propios de nuestros movimientos donde estamos llamados a hacer presente el Evangelio.

Para que los laicos tengamos cada vez más protagonismo en la Iglesia es necesario ir adecuando las estructuras eclesiales a la realidad social que estamos viviendo y a la necesidad de salir al encuentro de nuestros hermanos y hermanas del mundo obrero y del trabajo para darles a conocer a Jesucristo. En este sentido es necesario dar un apoyo decidido a los movimientos apostólicos, darlos a conocer en muchas realidades eclesiales dónde ni siquiera se les conoce y dotarles de medios humanos y materiales para que puedan desarrollar mejor su tarea evangelizadora.

¿Está en la agenda de la CEE un nuevo encuadramiento para la HOAC en el ámbito de la pastoral?

Oficialmente no sabemos nada, pero parece que en la reestructuración de la organización que está preparando la Conferencia Episcopal hay intención de encuadrar la Pastoral Obrera dentro de la Pastoral Social. Lo importante para nosotros, más allá de donde esté encuadrada la Pastoral Obrera, es que pueda seguir desarrollándose y haciéndose vida la tarea que tenemos encomendada por la Iglesia de evangelizar al mundo obrero y del trabajo. Creemos que esta tarea es más necesaria que nunca, sobre todo en los sectores más empobrecidos y excluidos, donde no dejan de aumentar el paro y la precariedad y como consecuencia de ello la pobreza y la exclusión social. La Iglesia tiene que seguir haciéndose presente en esas realidades, acompañando a las personas, denunciando las situaciones de injusticia, promoviendo la dignidad de las personas, acompañándolas en la promoción personal y familiar que les permita salir de las situaciones de postración en las que se encuentran. Ahí es necesario estar, seguir ofreciéndoles el proyecto de humanización que nos ofrece Jesucristo.

Para la CEE, una de las prioridades del próximo curso es la celebración del Congreso de Laicos, ¿cual está siendo la implicación de la HOAC?

Allí dónde hay militantes de la HOAC hay implicación en la preparación del Congreso, bien sea participando en las reuniones preparatorias que se han convocado en las distintas diócesis, o bien haciendo aportaciones a los departamentos o delegaciones de apostolado seglar existentes en las diócesis. La implicación varía según las diócesis, ya que la estructura organizativa no es homogénea.

Además, la Comisión Permanente está participando en las distintas jornadas generales que a lo largo de este tiempo se han convocado. Por otra parte, también hay algunos militantes de HOAC participando en la Comisión de contenidos que está preparando el congreso.

¿Qué valoración hace de la trayectoria de la Pastoral Obrera de Toda la Iglesia después de 25 años de recorrido?

La valoración de estos veinticinco años es muy positiva, se han desarrollado numerosas iniciativas y reflexiones en la mayoría de las diócesis durante todo este tiempo y, a nivel general, se ha orientado y potenciado toda esta actividad pastoral mediante las jornadas anuales que desde entonces se han venido celebrando, que han sido sin duda un lugar de encuentro y reflexión muy importante. Destacando que todo ello no hubiera sido posible sin la coordinación y animación realizada por el Departamento de Pastoral Obrera de la Conferencia Episcopal.

Como decía anteriormente, la Pastoral Obrera hoy es más necesaria que nunca, ya que las condiciones de trabajo y vida de millones de trabajadoras y trabajadores no han hecho sino empeorar en los últimos años. Por tanto, la atención pastoral de tantos hermanos y hermanas nuestras no creo que esté en discusión. La Iglesia tiene que seguir haciéndose presente, ya que el trabajo, como dice el papa Francisco, es clave en toda la cuestión social y, por tanto, hemos de acompañar esas realidades obreras que sufren el paro, la pobreza y la exclusión.

Esta tarea pastoral ha de seguir realizándose en las realidades obreras de nuestros barrios y pueblos, en los centros de trabajo, en las organizaciones sindicales y ciudadanas y, en general, en todas aquellas realidades donde estén presentes hombres y mujeres del mundo del trabajo. Nuestra presencia no ha de ser de cualquier manera, ahí hemos de estar acompañando a las personas, contribuyendo a un cambio de mentalidad, que haga posible ir construyendo otra vida, más acorde con los valores del Evangelio, dónde la persona pueda desarrollarse en su integridad y pueda tener una vida digna para él y su familia. Promover un cambio en las instituciones para que estén cada vez más al servicio de las personas, en especial de las más pobres, promoviendo iniciativas, proyectos, empresas que hagan visible que otra forma de construir la sociedad es posible, donde la persona esté en el centro y no el lucro.

Recientemente, la CEE ha considerado revitalizar las Semanas Sociales para «la difusión de la Doctrina Social de la Iglesia (DSI), especialmente en cuestiones como el desempleo o la vida cultural y política». Estamos ante un nuevo proceso de carácter general, ¿qué opinión le merece este instrumento?

Me parece una iniciativa muy interesante. Si de algo estamos especialmente necesitados los cristianos es de fortalecer y potenciar la dimensión social de nuestra fe, tenemos una grave carencia. La DSI es una gran desconocida, no solo entre los laicos sino entre los sacerdotes. Por tanto, hay que felicitarse por esta iniciativa que se quiere poner en marcha. Estaremos atentos a su desarrollo.

¿Qué le ha parecido el proceso de investidura del Gobierno de España?

Nos falta cultura política del pacto y el acuerdo. Los millones de trabajadores y trabajadoras que siguen sumidos en la precariedad, el paro, la exclusión y la pobreza, no están para dilaciones y experimentos. Los dirigentes políticos, en general, son poco sensibles a las verdaderas prioridades que el mundo obrero y del trabajo tienen. La falta de gobierno posterga la toma de medidas urgentes que permitan a estos millones de personas que se encuentran en la exclusión y la pobreza severa vivir con mayor dignidad y, sobre todo, les permita salir de esa situación de deterioro personal y familiar en el que se encuentran.

La falta de gobierno hace que las reformas estructurales, necesarias y urgentes que necesita nuestra sociedad no se acometan y por tanto prolonga la incertidumbre y el sufrimiento de los colectivos más débiles y desfavorecidos: inmigrantes, mujeres, jubilados, mayores de 45 años, jóvenes, niños…

¿Cómo son las relaciones con el mundo del trabajo, con los sindicatos?

Están en un buen momento, son unas relaciones muy fluidas. El contacto con ellos es muy natural, al hilo de las tareas cotidianas. Nos une la preocupación por las condiciones de vida y trabajo de millones de trabajadoras y trabajadores. Cada uno, desde su especificidad, puede aportar todo su saber para que la atención y acompañamiento, sobre todo de los trabajadores precarios y en paro, no sean dejados de lado y sea una prioridad central en el hacer diario de la actividad sindical y en nuestra tarea apostólica.

Los sindicatos valoran muy positivamente la actuación decidida del papa Francisco poniendo el trabajo digno como un elemento esencial para que el trabajador y la trabajadora puedan vivir con dignidad, formar una familia y poder participar de una forma plena en la vida social en la que viven.

¿Considera necesario tener un espacio propio de relación entre la CEE y los principales sindicatos del país?

La Iglesia ha de estar atenta a cuanto ocurre en la realidad social, a la que está llamada a evangelizar, a llevar el Evangelio a todos los rincones de nuestro país, por tanto, si esto es así, ha de estar preocupada por lo que les ocurre a los millones y millones de trabajadores y trabajadoras que conforman nuestra sociedad, ha de estar interesada por cómo se resuelven los problemas que les afectan. Los primeros y principales vienen por las malas condiciones de trabajo, precariedad en el empleo, paro, retribuciones insuficientes, siniestralidad laboral, etc., que llevan a la exclusión y a la pobreza. Uno de los actores principales para la resolución de estos problemas son los sindicatos, por tanto, si nuestros obispos están preocupados por la suerte de estas familias trabajadoras han de conocer su situación y problemática y han de alentar la toma de medidas que tiendan a la resolución de estos problemas, y han de abogar, entre otras cuestiones, por impulsar el diálogo social y la puesta en marcha de medidas que resuelvan las situaciones existentes.

Ahora bien, este diálogo se ha de producir de forma paulatina, en la medida que esa preocupación social se vaya haciendo más patente, participando en foros sociales, propiciando encuentros y diálogos desde lo concreto. Poniendo de manifiesto aquello que nos une en la preocupación por la promoción humana de las personas, para que vivan con dignidad y puedan desarrollar su vida personal y familiar con plenitud.

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Gonzalo Ruiz: “No podemos conformarnos con una sociedad configurada por una economía profundamente injusta y deshumanizadora”

Comunicados

Gonzalo Ruiz: “No podemos conformarnos con una sociedad configurada por una economía profundamente injusta y deshumanizadora”

16 julio 2019

■ La dignidad de la persona y el bien común son la orientación fundamental para favorecer una cultura del encuentro que posibilite una vida digna, mediante un trabajo decente inclusivo, solidario y respetuoso con el medioambiente

“Es necesario generar una nueva atmósfera cultural, una nueva mentalidad, que haga posible una sociedad decente y el trabajo digno”, ha subrayado Gonzalo Ruiz, presidente general de la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC), quien ha estado acompañado por Berchmans Garrido, responsable de Formación, y Abraham Canales, responsable de Publicaciones, en el transcurso de una rueda de prensa celebrada esta mañana en la Casa de la Iglesia del obispado de Salamanca, para presentar los cursos de verano. 

Unas 300 personas, de las diócesis del país, asisten estos días a este espacio de oración, formación, diálogo y convivencia, convocado bajo el lema «Una cultura del encuentro para superar la economía del descarte», del 15 al 21 de julio, momento privilegiado “para reflexionar y ahondar en las dificultades y planteamientos del mundo obrero y del trabajo”, en palabras de Gonzalo Ruiz.

Sistema que descarta a las personas y al planeta

El presidente de la HOAC ha denunciado el callejón sin salida en el que, a su juicio, se encuentra la sociedad española y el planeta. “Hay 8,5 millones de personas en exclusión, 1.200.000 más que en 2007. En ese año, había 600.000 personas en exclusión severa y ahora hay 1,8 millones. Si esto lo unimos a la degradación del planeta, estamos, como dice Francisco, en un callejón sin salida. O tomamos medidas drásticas o iremos dejando a millones de personas en la cuneta”.

Refiriéndose al último informe FOESSA, el presidente de la HOAC, ha señalado que vivimos en “una sociedad en mutación, en la que aumenta la desigualdad, se erosionan las instituciones públicas y se está dando una gestión individualizada de la crisis, que ha traído particularismo, y comportamientos reactivos abiertamente xenófobos”. 

“La HOAC quiere humildemente poner su granito de arena para caminar hacia otros horizontes”, ha reconocido Ruiz. “Somos una gota dentro del océano, pero queremos seguir encontrándonos  con todos los hombres y mujeres que luchan por una sociedad más equitativa y más justa”, ha declarado.

Por eso, este movimiento de trabajadoras y trabajadores cristianos defiende “una nueva cultura que propicie el encuentro y ponga a la persona en el centro”. Lo que supone, que “no solo queremos condiciones de trabajo más dignas que permitan a las personas vivir con dignidad”, sino que también apostemos por “una nueva cultura”, ha manifestado su presidente.

Política y economía al servicio de la persona

Entre los elementos destacables para promover una nueva mentalidad, Ruiz ha citado, “una nueva visión de la empresa, menos mercantilista y más social”, “abierta a la participación de los trabajadores”; un “tiempo de descanso, que no se convierta en tiempo de consumo y evasión”; el reconocimiento del “conjunto de derechos sociales de todas las personas, para que puedan vivir con dignidad, tener una familia, participar activamente en la sociedad”; la revalorización de las “organizaciones de trabajadores, el sindicalismo, fundamental para extender esta nueva mentalidad y concepción del trabajo”; y una comprensión de “la política y la economía al servicio del bien común y por tanto de la persona”.

En definitiva, los cursos de verano quieren contribuir con el llamamiento del papa Francisco, que en su mensaje para el evento Economy of Francesco, insiste: “es necesario corregir los modelos de crecimiento que son incapaces de garantizar el respeto del medio ambiente, la acogida de la vida, el cuidado de la familia, la equidad social, la dignidad de los trabajadores, los derechos de las generaciones futuras. Desgraciadamente, sigue sin escucharse la llamada a tomar conciencia de la gravedad de los problemas y, sobre todo, a poner en marcha un nuevo modelo económico, fruto de una cultura de comunión, basado en la fraternidad y la equidad”, ha remarcado el presidente de la HOAC.

Programa de trabajo

Por su parte, Berchmans Garrido, responsable de Formación de la HOAC, ha presentado el programa de los cursos de verano, que constan de tres momentos.

Los días 15 y 16 de julio, dedicados a descubrir “cómo el servicio de animación a la Fe que desempeñan, dentro del movimiento, consiliarios, seminaristas y militantes, sirve para acompañar vidas que testimonien comunión y hagan germinar en el mundo obrero y del trabajo la cultura del encuentro”, ha apuntado Garrido.

Del 17 al 19 de julio, durante las jornadas abiertas de profundización y diálogo se abordará “desde el Evangelio y la doctrina social de la Iglesia, cuál es el horizonte de cambio de paradigma económico, de trabajo digno y de sociedad decente que deseamos y cuál ha de ser esa mentalidad que nos ha de permitir colaborar en el crecimiento de una cultura de fraternidad y solidaridad”. 

Por último, del 20 a 21, la jornada de reflexión propone un itinerario a través de la bienaventuranzas, que permita “leer nuestras vidas como creyentes y militantes y orar en torno a las promesas de esperanza y justicia que anhelamos como cristianos y cristianas”, ha añadido el responsable de Formación de la HOAC.

Finalmente, Abraham Canales ha señalado que durante las jornadas de profundización y diálogo, del 17 al 19 de julio, se informará a los medios de comunicación de la agenda de trabajo; las distintas ponencias, el panel de experiencias y las visitas institucionales previstas, como la de Unai Sordo, secretario general de CCOO. 

Para el jueves 18 de julio, a partir de las 19h, se realizará la celebración de la Eucaristía, en la Iglesia de San Sebastián; y, a continuación, la realización de un gesto público, manifestación de compromiso Por una cultura del encuentro. Los cursos acabarán con un comunicado de conclusiones. Durante estos días se podrá seguir la actualidad informativa en www.hoac.es y en los perfiles de las redes sociales Facebook (hoac.es), Twitter (@hoac_es) e Instagram (@hoac_es). 

En redes sociales #SuperarElDescarte

Gonzalo Ruiz: “El objetivo de la HOAC es acompañar y denunciar la situación de los colectivos más maltratados laboralmente”

Iglesia, Mundo obrero y del trabajo

Gonzalo Ruiz: “El objetivo de la HOAC es acompañar y denunciar la situación de los colectivos más maltratados laboralmente”

09 julio 2019

Reproducimos la entrevista al presidente de la HOAC, Gonzalo Ruiz, realizada por la periodista de Vida Nueva, Elena Magariños, al término del pasado Pleno General de Representantes.

Durante los días 6 y 7 de julio, 120 militantes de la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) se han reunido en la Universidad de la Mística de Ávila para celebrar el Pleno General de Representantes (PGR), en el que “se han renovado las responsabilidades de Organización y Vida Comunitaria, Compromiso y Consiliaría de la comisión permanente”. En este contexto, Vida Nueva habla con Gonzalo Ruiz, presidente de la HOAC, sobre los principales desafíos a los que se enfrenta la organización, que se encuentra a dos años del 75 aniversario de su instauración.

¿Qué objetivos tienen para los dos próximos años?

Tenemos tres prioridades. La primera, continuar desarrollando y viviendo medios para construir prácticas de comunión de bienes, vida y acción con el mundo obrero empobrecido que estamos llamados a acompañar, en su ambiente, en su trabajo. Estar con ellos y ellas para construir una vida distinta, de acuerdo a los valores del evangelio.

Creemos que es importante acompañar para cambiar la mentalidad de nuestros ambientes e instituciones. Tenemos muy asimilada la cultura de la sociedad en la que vivimos, que se caracteriza, sobre todo, por el afán de lucro, de consumir, de poseer. Por eso, para que podamos tener una sociedad distinta tenemos que vivir desde otros valores y esto, para nosotros, son los valores del evangelio. Por otra parte, queremos contribuir a que las instituciones estén realmente del lado de las personas que más dificultad tienen, así como construir, junto con otros, una nueva forma de ser y de vivir, de tal manera que se vaya visibilizando que se puede vivir y actuar de una manera distinta a la habitual. Todo esto, vivido desde el cultivo de la espiritualidad.

También vemos como prioritario crecer como vida comunitaria eclesial que, siguiendo a Jesucristo y por amor, opta por vivir desde la pobreza, la humildad y el sacrificio. Con una serie de acciones que hemos desarrollado en los últimos años queremos hacer una reflexión sobre qué supone esto para crecer en vida comunitaria. Además, estos años van a estar marcados por la preparación de la XIV Asamblea General en agosto de 2021, que coincide, por otra parte, con la celebración del 75 aniversario de la HOAC.

 ¿Cuáles son los principales retos para la HOAC ante la realidad laboral de España?

Lo principal es que hay muchos trabajadores y trabajadoras que, a pesar de tener un empleo, son pobres, y eso es algo que hay que denunciar para que lo vayamos superando. Otro reto importante es como, a través de la robotización y la digitalización, los trabajadores salen nuevamente perdiendo. No se trata de parar este proceso, ya que creemos que se tiene que aprovechar para hacer el trabajo de forma más eficiente. El problema está en la forma organizativa, que lleva a que los trabajadores tengan unas condiciones más precarias, no puedan tener una vida digna o no puedan dedicar parte de ella a socializar.

Uno de los puntos importantes ha sido la continuidad de la campaña ‘Trabajo digno para una sociedad decente’. ¿Qué la hace tan necesaria?

Estamos muy lejos de alcanzar un trabajo digno y una sociedad decente. Sobre todo lo que nos planteamos es el ayudar a las personas, denunciar las situaciones de injusticia que se dan, especialmente maltratados laboralmente como son los inmigrantes o las personas encargadas del trabajo doméstico. Queremos sacarlo a la luz, darle visibilidad y que esto se pueda ir mejorando o ir recuperando derechos que antes si que había pero que se han ido perdiendo.

Lejos de ir disminuyendo la situación precaria que viven muchos trabajadores y trabajadoras en España, se va agravando. Esto es algo que ha puesto de manifiesto, hace poco, el informe FOESSA. En él se revela que, efectivamente, hay más personas trabajando, pero que hay un núcleo que no solo no están mejor sino que están peor que hace unos años, y que esto se está convirtiendo, en gran medida, en una situación crónica. Constituyen grupos de trabajadores que, a menudo, son olvidados por las instituciones y es necesario que se ponga sobre la mesa. La Iglesia tiene que estar al lado de los que peor lo están pasando. No se trata de ir y darles una solución, sino estar a su lado, ver juntos qué es lo que más les conviene y darles visibilidad.

Ahora mismo, con el verano, llega la época de los contratos temporales y de unas condiciones bastante mejorables. ¿Cómo enfocan desde la HOAC la situación de tantas personas que van a acceder a un trabajo pero de esta manera particular?

Ante todo intentando denunciar y concienciar, pero, sobre todo, ayudando a estas personas para que pongan sus problemáticas en manos de sindicatos y colectivos. En verano la HOAC organiza unos cursos que sirven de apoyo al trabajo y la reflexión que hacemos durante todo el año. Ahí podemos sentarnos a reflexionar sobre la problemática a la que se enfrenta el mundo del trabajo y muchos sectores de la población.

¿Qué puede suponer la situación laboral de los jóvenes para el futuro de España?

Puede repercutir de forma muy negativa, y viene dado porque en España se ha optado, para salir de la crisis, por precarizar el empleo. Muchos de nuestros jóvenes salen de nuestro país en busca de unas condiciones que aquí no se les ofrece. La emigración supone un empobrecimiento para el país, porque no se devuelve a la sociedad el talento que se ha estado formando.

Gonzalo Ruiz: “Sí podemos actuar en solidaridad con los trabajadores precarios”

Nota de prensa

Gonzalo Ruiz: “Sí podemos actuar en solidaridad con los trabajadores precarios”

17 julio 2018

La HOAC denuncia las situaciones de injusticia que viven los trabajadores en desempleo, con contratos temporales y precarios.

Esta mañana, en la sala Jovellanos de la Casa de la Iglesia de Salamanca, se han presentado los Cursos de Verano de la HOAC convocados bajo el lema “Ante el futuro del trabajo, fraternidad y justicia”, en una rueda de prensa en la que han participado el presidente y el responsable de Formación de este movimiento de Acción Católica especializado en el mundo obrero, Gonzalo Ruiz y Berchmans Garrido, respectivamente.

Garrido ha explicado el programa y las características de estos cursos, a los que asisten unas 300 personas, entre militantes y simpatizantes de la HOAC de 42 diócesis, señalando que “son un espacio privilegiado para reflexionar y profundizar conjuntamente y en diálogo con otras organizaciones sobre la misión que como movimiento de Acción Católica para la Pastoral Obrera está llamado a llevar a cabo ante el futuro del trabajo y la creciente precarización de las relaciones laborales y las condiciones de vida”. Durante el desarrollo de los cursos está previsto, para el jueves 19, un gesto público en la plaza de Anaya para denunciar, de una forma creativa y dinámica, las situaciones de injusticia que genera un sistema “que mata” (en palabras del papa Francisco) y anunciar alternativas posible. Así mismo se realizará una celebración de la Eucaristía en la parroquia de San Sebastián, junto con la Unidad Pastoral del centro histórico.

Por su parte, Ruiz ha señalado que la HOAC “no podemos cambiar las leyes, pero sí podemos actuar para que los trabajadores que están en mejor situación se solidaricen con los que peor lo pasan. Por eso hablamos de fraternidad y justicia, elementos esenciales para que cambien la sociedad y tome un nuevo rumbo”.

El presidente de la HOAC ha continuado subrayando la necesidad humana de preservar el trabajo, clave para el desarrollo, y “hacemos nuestras las preocupaciones del papa Francisco, en especial cuando dice que cuando la persona del trabajo no encuentra trabajo pierde parte de su dignidad”. También ha recordado que el Santo Padre ha insistido a los sindicatos a que sigan siendo expertos en solidaridad, cuiden y amplíen su función social en defensa de los trabajadores y eduquen conciencias en solidaridad, respeto y cuidado”.

En su opinión, ante el futuro del trabajo, cada vez más precarizado, “no solo hay que denunciar sino que también hay que concienciar a las personas para que seamos capaces de construir otra cultura capaz de fomentar una sociedad más humana a la medida de la persona, de poner a las instituciones al servicio de las personas, sobre todo, de las más empobrecidas y poner en marcha salidas solidarias ante esta situación”.

Los cursos contarán con la participación de Joaquín Pérez, secretario general de USO; Cristina Antoñanzas, vicesecretaria general de UGT y Carlos Gutiérrez, responsable de Juventud y Nuevas Realidades de Empleo de CCOO (finalmente Unai Sordo, secretario general de CCOO, no ha podido asistir) sobre qué modelo de organizaciones sindicales y qué actuaciones son necesarias para atender a los trabajadores más precarizados y superar las situaciones de precariedad y exclusión.

Igualmente, habrá espacio durante las jornadas para dar a conocer las experiencias de colectivos de trabajadores precarios que se han organizado en busca de una respuesta colectiva a sus demandas. Rafaela Pimentel, del colectivo de empleadas de hogar Territorio Doméstico, Miryam Barros, de las camareras de piso conocidas como Las Kellys y Felipe Diaz, mensajero de una plataforma digital, compartirán sus respectivas trayectorias.

Miembros de la HOAC, cuyo compromiso social se desarrolla dentro de las organizaciones de trabajadores darán también su testimonio de lucha y promoción ante la precariedad. También habrá ocasión para abordar cómo actualizar y acrecentar la espiritualidad de las personas comprometidas con la promoción de las personas trabajadoras más desfavorecidas y qué tipo de acompañamiento es necesario para que puedan ser protagonistas de sus propias vidas.

La HOAC, como ha explicado su presidente, lleva años orientado su labor en los trabajadores en paro y en precario, tanto a través de su campaña “Trabajo digno para una sociedad decente” como en colaboración con otras organizaciones eclesiales a través de la iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente.

“Nos centramos en estos sectores, para ver cómo dar respuesta a sus problemas y necesidades. Son los que quedan fuera de las medidas y políticas que se suelen adoptar”, ha justificado Ruiz. También ha explicado que como movimiento especializado de Acción Católica, no solo ponemos de manifiesto las situaciones de precariedad sino que también intentamos encontrar respuestas para salir de esa situación, a pesar de que no es nada fácil”.

Gonzalo Ruiz, presidente de la HOAC, asiste al Congreso de la USO

Convocatorias

Gonzalo Ruiz, presidente de la HOAC, asiste al Congreso de la USO

21 noviembre 2017

El presidente general de la HOAC, Gonzalo Ruiz, asiste a la apertura del 11 Congreso Confederal de la Unión Sindical Obrera(USO) que se celebra del 22 al 24 de noviembre en Santander, con el lema “En marcha por tus derechos”. La HOAC quiere acompañar así la tarea que realiza el sindicato y reconocer la gran labor del que ha sido su secretario general desde el 2005, Julio Salazar.

El hasta ahora secretario general de la USO, quien concluye los tres mandatos consecutivos establecidos estatutariamente como el tiempo máximo de permanencia en el cargo, ha mantenido una relación fluida con la HOAC y ha demostrado en innumerables ocasiones su disponibilidad para encontrar espacios de diálogo. Gonzalo Ruiz, presidente de la HOAC, acompañará al sindicato en este momento tan importante en la vida sindical de esta organización que se declara expresamente inspirada en el humanismo cristiano.

Los 300 delegados y delegadas que debatirán y votarán las líneas de actuación principales que regirán el sindicato durante los próximos años, deberán pronunciarse sobre quien sustituirá a Salazar al frente de la USO, en el congreso que se inicia mañana. Joaquín Pérez, actual secretario de Comunicación y Formación, es el único candidato, hasta el momento, para ocupar la máxima representación del sindicato.

El 11 Congreso Confederal se ha marcado como objetivo continuar construyendo el proyecto sindical de la USO, preparándolo para los retos y necesidades que tienen y tendrán los trabajadores y las trabajadoras en los próximos años. Contará con la presencia de destacados representantes del panorama sindical español e internacional, de organizaciones sociales y de los partidos políticos.

Para seguir el Congreso de la USO en Youtube, pincha aquí

Gonzalo Ruiz, presidente de la HOAC, participa en el debate “La #AcciónSocial de la Iglesia” del Congreso Católicos y Vida Pública

Convocatorias

Gonzalo Ruiz, presidente de la HOAC, participa en el debate “La #AcciónSocial de la Iglesia” del Congreso Católicos y Vida Pública

17 noviembre 2017

Se celebra el sábado, 18 de noviembre, a las 18:15 hrs, en el Aula Magna del campo universitario que la Universidad San Pablo CEU tiene Montepríncipe, Alcorcón (Madrid)

En el coloquio, moderado por Justino Sinova, director de “El Debate de Hoy” y profesor emérito de Periodismo de la Universidad CEU San Pablo, participan además del presidente de la HOAC, Santiago Cantera, prior de la Abadía Benedictina del Valle de los Caídos, Luis H. de Larramendi, presidente de Acción Social Empresarial y Marisa San Juan, presidenta de las Hermandades del Trabajo.

Esta cita, que lleva por lema el mismo que el del debate, está organizado por la  Asociación Católica de Propagandistas y su Obra la Fundación Universitaria San Pablo CEU, como ámbito de encuentro  y reflexión para cuantos católicos se hayan interesados en conseguir que la luz del Evangelio ilumine todos los aspectos de la vida, tanto en sus dimensiones personal como social.

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