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Impulsar Iglesia por el Trabajo Decente

Editoriales

Impulsar Iglesia por el Trabajo Decente

16 febrero 2023

En La Pastoral Obrera de toda la Iglesia, la Conferencia Episcopal Española (CEE) nos recordaba que, en razón de su misión evangelizadora, «toda la Iglesia ha de sentirse y ha de mostrarse corresponsablemente unida, también en el testimonio cristiano, en el servicio evangélico a los trabajadores y en la voluntad transformadora de las condiciones sociales que tan directamente afectan al mundo obrero».

Fieles a nuestra misión, la Iglesia estamos llamados a mostrarnos «hondamente sensibles al mundo del trabajo y prestarle una atención y dedicación especial». Porque, como subrayó san Juan Pablo II, la causa de la dignidad de las personas trabajadoras es la causa de la Iglesia: «La Iglesia está vivamente comprometida en esta causa, porque la considera como su misión, su servicio, como verificación de su fidelidad a Cristo, para poder ser verdaderamente la Iglesia de los pobres», pues «los pobres… aparecen en muchos casos como resultado de la violación del trabajo humano» (Laborem exercens, 8).

Eso es lo que ha presidido desde su nacimiento la vida y acción de movimientos apostólicos obreros como la HOAC y la JOC. Hemos dado pasos en que esa convicción y empeño sea más de toda la Iglesia, pero aún queda mucho camino por recorrer. En ese sentido tiene un gran valor la iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente (ITD), presente en nuestra Iglesia desde hace unos años. Necesitamos impulsarla con decisión. En el ámbito general es promovida por Cáritas, CONFER, HOAC, Justicia y Paz, JEC y JOC; en los ámbitos diocesanos participan también otras organizaciones y realidades eclesiales. Expresa el trabajo en común de todas ellas en la defensa de la dignidad del trabajo y del trabajo en condiciones dignas, así como para impulsar en la Iglesia esa «atención y dedicación» al mundo del trabajo.

Este año ITD pone una especial atención en que Un Trabajo Decente tiene que ser un Trabajo Saludable, porque la pérdida de la salud y la pérdida de la vida en el trabajo son un problema social extremadamente grave que, como sociedad, necesitamos abordar con mucha más decisión. ITD quiere colaborar a que aumente la conciencia social sobre esta sangrante realidad y sus causas, dándole mucha más visibilidad, porque las respuestas pasan necesariamente por hacer mucho más visible a sus víctimas, por ser mucho más conscientes de esta insoportable situación que atenta contra la vida.

Además, se continuará impulsando la extensión y las acciones de la iniciativa. A través de la promoción de compromisos en fechas muy significativas para el mundo obrero y del trabajo y, cada vez más, también para nuestra Iglesia: el 8 de marzo, el 28 de abril, el 1º de Mayo, y el 7 de octubre, entre otras. Con el impulso del diálogo y la colaboración con el Departamento de Pastoral del Trabajo de la CEE, así como el diálogo con el director de la OIT, ITD pretende consolidar y ampliar su trabajo en las diócesis, con su presentación en muchas más realidades eclesiales, con acciones de sensibilización de los jóvenes… También se plantea impulsar el diálogo y la relación con organizaciones sociales y sindicales comprometidas con el mundo del trabajo, el diálogo con los obispos diocesanos… Colaborando a que las relaciones laborales en la Iglesia promuevan el trabajo decente y la economía del cuidado….

La HOAC estamos convencidos de que todo esto es muy importante para avanzar en hacer realidad dos insistencias que plantea con fuerza el papa Francisco para la sociedad y para la Iglesia: para crecer en justicia y fraternidad en la vida social «el gran tema es el trabajo» y el trabajo es «una prioridad humana y, por ello, una prioridad cristiana».

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Iglesia por el Trabajo Decente prioriza la salud y la seguridad en el trabajo

Opinamos

Iglesia por el Trabajo Decente prioriza la salud y la seguridad en el trabajo

01 febrero 2023

Con el lema “Un Trabajo Decente tiene que ser un Trabajo Saludable”, la iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente (ITD) prioriza sus dinámicas y compromisos, previstos para el año 2023, en torno a la salud y la seguridad en el trabajo.

La pérdida de la salud en el trabajo y, en excesivas ocasiones, de la vida, es un grave problema que necesita ser abordado en profundidad. Por este motivo, la iniciativa de Iglesia por el Trabajo Decente quiere “poner el acento y crear conciencia sobre esta realidad que haga visible a las víctimas de la siniestralidad, porque solo, haciendo visible el problema en el seno de la sociedad podremos empezar a solucionarlo”.

La iniciativa, promovida por Cáritas, CONFER, HOAC, JEC, JOC y Justicia y Paz, es consciente de la dramática realidad de siniestralidad laboral existente en el mundo del trabajo. El dato más significativo es la pérdida de vida en el trabajo: En nuestro país, cada día se producen 2 siniestros laborales con resultado de muerte. En el periodo comprendido entre enero y noviembre de 2022, 770 personas trabajadoras perdieron la vida en accidente laboral y la siniestralidad laboral aumenta dramáticamente, según los datos oficiales del Ministerio de Trabajo y Economía Social.

En este sentido, ITD señala que el magisterio social de la Iglesia enuncia, entre los derechos de los trabajadores y de las trabajadoras, el derecho «a ambientes de trabajo y a procesos productivos que no comporten perjuicio a la salud física de los trabajadores y no dañen su integridad moral». (Compendio de la DSI, 301). Además, esta prioridad de la iniciativa, coincide con el 20 aniversario de la conmemoración del Día Internacional de la Salud y la Seguridad en el Trabajo, que se celebra el 28 de abril y es convocada por la Organización Internacional del Trabajo para promover la prevención de los accidentes del trabajo y las enfermedades profesionales en todo el mundo.

ITD recuerda, por noveno año consecutivo, que la dignidad del trabajo y el trabajo decente es una prioridad humana y, por ello, una prioridad cristiana y, por tanto, compromiso de toda la Iglesia. Por eso, durante 2023, la iniciativa incorporará este aspecto de la siniestralidad laboral en cada una de las convocatoria que tiene previsto desarrollar: en el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer; en el citado 28 de abril; en el 1º de Mayo, Día del Trabajo; y en el 7 de octubre, fecha que se celebra la Jornada Mundial por el Trabajo Decente.

Asimismo, la iniciativa se plantea continuar dialogando con los responsables de la Pastoral del Trabajo de la Conferencia Episcopal Española, así como abrir un espacio de relación bilateral con la Oficina para España de la Organización Internacional del Trabajo

Implantación y desarrollo diocesano

Las convocatorias de ITD tienen un desarrollo específico en las diócesis del país. En estas se potenciará la sensibilización sobre esta iniciativa y sus dinámicas con los obispos diocesanos, en las parroquias, en centros educativos o mediante el diálogo con organizaciones sociales y sindicales.

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Iglesia por el Trabajo Decente denuncia que la siniestralidad laboral “aumenta dramáticamente”

 

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Iglesia por el Trabajo Decente denuncia el alto desempleo estructural

Nota de prensa

Iglesia por el Trabajo Decente denuncia el alto desempleo estructural

29 septiembre 2022

El Gobierno y los agentes socioeconómicos deben comprometerse con el empleo de calidad

ITD se suma, por 8º año consecutivo, a la Jornada Mundial por el Trabajo Decente con la convocatoria de actos por el trabajo decente en plazas y parroquias

La actual situación inflacionista, provocada inicialmente por el aumento desmesurado los beneficios de las empresas de energía, tiene como consecuencia directa el crecimiento del coste de la cesta de la compra y de la vida de las familias trabajadoras. Este contexto es también una amenaza para el empleo que sigue tensionado por el impacto de la pandemia. Con una tasa de desempleo de más del 12 por ciento, la iniciativa Iglesia por un Trabajo Decente (ITD) denuncia que “aún quedan demasiadas situaciones de vulnerabilidad vinculados al trabajo en nuestro país”.

En su manifiesto, “Sin compromiso no hay trabajo decente”, hecho público con motivo de la Jornada Mundial por el Trabajo Decente, del próximo 7 de octubre “para celebrar y reivindicar el trabajo como derecho y actividad para el cuidado de las personas, del bien común y del planeta”, subraya que “todavía hay millones de personas trabajadoras que siguen sin poder acceder a un empleo de calidad”. “El alto paro estructural y el empleo precario aqueja a miles de personas, sobre todo mujeres y jóvenes”, apunta.

Es el caso de Rosa Casillas. Al igual que muchos jóvenes en nuestro país, esta educadora ambiental hace malabares todos los meses para llegar a fin de mes. “Es una situación que vivo con agobio, ya que hay semanas que compagino cuatro trabajos, uno más estable por las mañanas y otros por las tardes y fines de semana. Es frustrante ver cómo a veces ni con todo mi esfuerzo es suficiente para ahorrar por si viene un mes malo. La temporalidad, el pluriempleo, la inestabilidad horaria. No entiendo por qué las jóvenes tenemos que sufrir una precariedad tan denigrante para intentar tener una vida digna”.

Frente a esta situación, ITD reivindica “la necesidad de seguir vigilando y regulando las condiciones laborales para que sean decentes”. Reclama también que se incorpore a la agenda política la atención de las causas que provocan esta “tragedia tan extendida” de siniestralidad laboral, ya que “dos personas trabajadoras mueren cada día en nuestro país, como resultado de no garantizar la seguridad y salud en el trabajo”.

Para ello, hace un llamamiento “al Gobierno y a los agentes socioeconómicos a comprometerse con el empleo de calidad en un contexto inflacionista de subida de precios que no pueden soportar los salarios de las personas trabajadoras”. “El compromiso de quienes son sensibles a estas situaciones son una respuesta necesaria”, subraya.

En este sentido, la iniciativa urge analizar la propuesta del papa Francisco de reducir la jornada laboral (sin que ello redunde en bajada salarial) como medida de creación de trabajo decente. Asimismo, considera que debe “aflorar el trabajo que se desarrolla en el ámbito de los cuidados y convertirse ya, en trabajo decente”.

Siguiendo el lema “Sin hombres y mujeres comprometidas, no será posible el trabajo decente”, ITD anima a participar en los actos reivindicativos y celebrativos en todas las plazas y parroquias de las diócesis. “Que esta toma de conciencia se vaya convirtiendo en compromiso diario por el trabajo decente”, pide la iniciativa en su manifiesto.

La iniciativa Iglesia por el trabajo Decente (ITD) comenzó su andadura en 2014 y está formado por organizaciones de inspiración católica y congregaciones religiosas, entre las que se encuentran Cáritas, la Conferencia Española de Religiosos (CONFER), la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC), Justicia y Paz, la Juventud Estudiante Católica (JEC) y la Juventud Obrera Cristiana (JOC). Su objetivo es sensibilizar, visibilizar y denunciar una cuestión esencial para la vida de millones de personas: el trabajo humano y reivindicar el trabajo decente «hacia el interior de estas organizaciones, hacia la Iglesia en general y hacia la sociedad».

DATOS SOBRE LA SITUACIÓN DEL EMPLEO

  • Población en riesgo de pobreza y exclusión: 13,2 millones de personas (27,8%).
  • En riesgo de pobreza por las condiciones laborales (baja intensidad del empleo): 11,6%
  • Ocupados: 20,4 millones de trabajadores y de trabajadoras
  • Asalariados: 17,3 millones de personas
  • Contrato indefinido a tiempo completo: 13,4 millones de trabajadores y trabajadoras
  • Contratos temporales: 3,8 millones (22,3%)
  • Contratos a tiempo parcial: 2,5 millones (14,7%)
  • Parados: 2,9 millones de personas (12,5%). Hombres: 1,3 millones (11%); mujeres: 1,6 millones (14,2); jóvenes (16-24 años) 32,3%
  • Hogares con todos sus miembros en paro: 990.000
  • Salarios: los salarios pactados en convenio colectivo crecen actualmente al 2,56% frente a una inflación superior al 10%. (-8 puntos de pérdida de poder adquisitivo).
  • Siniestralidad laboral: 611 personas trabajadoras muertas en accidente laboral (2021).

Accede a toda la información de la convocatoria 


 

La HOAC y la UGT comparten preocupación por las condiciones de vida y trabajo

Nota de prensa

La HOAC y la UGT comparten preocupación por las condiciones de vida y trabajo

12 julio 2022

La Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) y la Unión General de Trabajadores y Trabajadoras (UGT) se han reunido este lunes con el objetivo de estrechar lazos entre ambas organizaciones que, desde sus distintas sensibilidades comparten la misma preocupación por las condiciones de vida y trabajo del mundo obrero.

En el encuentro han participado por parte de UGT Pepe Álvarez y Cristiana Antoñanzas, secretario general y vicesecretaria general de este sindicato, respectivamente; y por la HOAC Maru Megina, Fernando Díaz y Paco Álamos, presidenta, consiliario y responsable de Compromiso, respectivamente.

A lo largo del diálogo se ha compartido el análisis en temas de actualidad. Entre los que se ha abordado, destacan la importancia de la tarea y el compromiso militante, porque sin hombres y mujeres que se comprometan no es posible el cambio. En este sentido se ha subrayado la importancia de promover la implicación sindical en la tarea sociopolítica, en la plaza pública, en el barrio…

Respecto al tiempo de pandemia se ha reconocido la gran labor de asociaciones que han llegado donde no lo han hecho las políticas públicas.

También se ha valorado la necesidad cambiar el acceso al ingreso mínimo vital (IMV) para que llegue realmente a las personas que más lo necesitan. Así mismo, se ha destacado la labor del sindicato para atender las reclamaciones de personas tanto en relación con el IMV como con los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE).

Ambas organizaciones han compartido la importante necesidad de atender las situaciones de empobrecimiento, la desigualdad y la pérdida de derechos que afectan a los trabajadores y que condicionan el acceso a una vida digna

Se ha puesto en valor el diálogo social como una herramienta fundamental para el avance de derechos y en el protagonismo de los agentes sociales. De ahí que se haya resaltado la trascendencia de la reforma laboral que supuso un pulso difícil y que, a pesar de tener limitaciones, ha supuesto un importante avance.

En cuanto al pacto de rentas, UGT lamenta de que no se hubiera aceptado en tiempo, por parte de la CEOE las propuestas sindicales para no haber llegado a esta situación que, a fecha de hoy, sigue sin una respuesta concreta.

Además, se ha compartido la necesaria tarea de potenciar la formación de la conciencia política, pieza fundamental para el cambio sociopolítico y se ha analizado cómo la desvinculación social, desestructura la sociedad y favorece planteamientos políticos de extrema derecha. En las empresas se ha visto cómo en aquellas que hay más precariedad hay también menos conciencia política y representación sindical que se traduce en condiciones laborales peores y mayores riesgos de accidentes de trabajo.

La HOAC también ha compartido la experiencia promovida desde el departamento de Pastoral del Trabajo de la Conferencia Episcopal de celebrar un encuentro de cristianas y cristianos comprometidos en organizaciones sindicales. Además de informar de la dinámica de la iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente, que se va extendiendo y consolidando como labor de la Iglesia implicada en el mundo obrero, con los preparativos de la convocatoria de la próxima Jornada Mundial por el Trabajo Decente, prevista para el 7 de octubre.

UGT ha reconocido la labor de la HOAC y la tarea y el compromiso de militantes cristianos en el seno de su organización. Además, el sindicato se ha mostrado favorable a recuperar relaciones institucionales con la Conferencia Episcopal para poder tratar temas fundamentales relacionados con el trabajo decente.

Finalmente, ambas instituciones han coincidido en la importancia de seguir propiciando estos espacios de diálogo en ámbitos más locales (provincias y diócesis) para seguir colaborando sobre el terreno problemas y necesidades concretas.

 

Iglesia por el Trabajo Decente desarrollará sus prioridades con el lema “Sin compromiso, no hay trabajo decente”

Iglesia, Mundo obrero y del trabajo

Iglesia por el Trabajo Decente desarrollará sus prioridades con el lema “Sin compromiso, no hay trabajo decente”

11 marzo 2022

La iniciativa de Iglesia por el Trabajo Decente (ITD) va a seguir defendiendo, en 2022 y por octavo año consecutivo, la importancia del trabajo decente para todas las personas y para que este compromiso sea una responsabilidad de toda la Iglesia. Con humildad, pero con rotundidad, queremos tener de fondo y como lema que “Sin compromiso no hay trabajo decente”. La dignidad del trabajo y el trabajo decente es una prioridad humana y, por ello, una prioridad cristiana y compromiso de toda la Iglesia.

La última encuesta de población activa (EPA) confirmaba la recuperación del empleo a tiempos prepandémicos, pero también mostraba sus grandes debilidades, como son un alto desempleo estructural y la normalización de condiciones laborales precarias y temporales que, durante la pandemia, según FOESSA, ha generado más trabajadores pobres. Esta realidad, se aleja del sueño de Dios y del anhelo de millones de personas que quieren un trabajo decente para alcanzar una vida digna.

Sin compromiso, no hay trabajo decente

La iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente (ITD) considera que es urgente abordar esta situación y centrará sus reflexiones y convocatorias en la celebración del Primero de Mayo, día internacional de las trabajadoras y los trabajadores; y de la Jornada Mundial por el Trabajo Decente, del 7 de octubre. Ambas son dos citas claves en su quehacer y en sus dinámicas para la promoción de la dignidad del trabajo, especialmente entre mujeres y jóvenes.

Un compromiso con el trabajo decente que este año pretende avanzar en varias direcciones. En primer lugar, entre las entidades promotoras que abordarán una reflexión sobre las realidades laborales en nuestros movimientos, por coherencia evangélica y por el testimonio que estamos llamados a dar. En segundo lugar, con un protagonismo mayor de las entidades que impulsan la Iglesia por el Trabajo Decente en las diócesis del país que, además, acerquen la iniciativa a parroquias, movimientos, comunidades cristianas, centros educativos, etc.
Un tercer aspecto será incrementar la relación iniciada con la Conferencia Episcopal Española, a través de su Pastoral del Trabajo, que haga crecer este camino sinodal por el trabajo decente. Y, finalmente, en esta misma orientación de promover la dignidad del trabajo, se pretende dialogar con las organizaciones sindicales y sociales.

Sensibilización y adhesión

ITD también actualizará sus materiales de sensibilización e información, y seguirá promoviendo la adhesión de parroquias, colectivos e instituciones para avanzar en la construcción de “un nosotros” cada vez más grande y se sumen a proclamar la importancia del trabajo decente “hacia el interior de nuestras organizaciones, hacia la Iglesia en general y hacia la sociedad”. •

Manifiesto | Ahora más que nunca trabajo decente

Iglesia, Opinamos

Manifiesto | Ahora más que nunca trabajo decente

30 septiembre 2021

Manifiesto de la iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente. Jornada Mundial por el Trabajo Decente. 7 de octubre 2021. (pdf)

Por séptimo año consecutivo, las organizaciones que integramos la iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente (ITD) celebramos y reivindicamos el trabajo como derecho y medio para desarrollarnos, crecer y realizarnos como personas en esta Jornada Mundial por el Trabajo Decente.

El 9 de mayo de 2021 se puso fin al estado de alarma establecido en España el 14 de marzo de 2020 a causa de la COVID19. En plena pandemia hemos sido testigos e incluso sufrido (en primera persona o a través de familiares, amistades, etc.) la precariedad en el mundo del trabajo: personal de limpieza y sanitario sin Equipos de Protección Individual; las condiciones laborales y falta de medidas de prevención en riesgos para la salud de las trabajadoras de hogar; personas teletrabajando sin disponer de medios tecnológicos y dispositivos por parte de la empresa; trabajadores y trabajadoras que, a pesar de estar en ERTE se han visto obligados a teletrabajar desde casa; horas extras realizadas, además de otras precariedades laborales (hostelería, economía sumergida, falsos autónomos, contratos en prácticas, etc.) que precisamente por esa precarización no han podido acceder a ERTE o cualquier tipo de escudo social. Por otro lado, si hablamos de acceso al trabajo, el modelo de relaciones laborales actual no asegura acceder a un trabajo decente que permita atender necesidades básicas como llegar a fin de mes, conciliar la vida laboral y familiar, el acceso a la vivienda, la seguridad y salud laboral, la participación social, etc; hecho que afecta especialmente a jóvenes y mujeres, víctimas de una de las mayores tasas de desempleo, trabajos peor remunerados y elevada rotación, entre otros.

“Al ser jóvenes se llega a la conclusión de que nos podemos conformar con cualquier cosa/condición con el fin de poder ganar experiencia. Con esto me refiero a trabajar horas extra o realizar cierres con mucha más frecuencia de la acordada” (Rita, 20 años).

“Lo que más frustra y te hace sentir inseguridad es que te pidan experiencia pero no te den la posibilidad de conseguir esa experiencia, rechazándote desde el principio por ser joven”. (Carmen, 23 años).

La nueva “normalidad” no puede ser la precariedad que venimos sufriendo desde antes de la pandemia. El trabajo es expresión de amor, de entrega, nuestra contribución singular y única a la construcción de una sociedad más justa e igualitaria, sin explotación ni opresión de ningún tipo; es nuestra apuesta por crear comunidad para conseguir que esté a la altura de la persona y su dignidad.  Hoy en día, persisten en el funcionamiento de la sociedad muchas formas de injusticia en el mundo, alimentadas por un modelo económico basado en el beneficio, que no duda en explotar y descartar a la persona; ante estas situaciones precisamos desarrollar una moral colectiva en la que defender el trabajo como expresión de la dignidad humana frente al individualismo y comodidad; medios y herramientas para conocer nuestros derechos laborales. Por eso, en esta Jornada Mundial por el Trabajo Decente, desde ITD reivindicamos:

• Que el Estado ponga todas las herramientas y medios humanos necesarios para asegurar el cumplimiento de la normativa sobre las condiciones de trabajo y prevención de riesgos laborales. Haciendo hincapié en las condiciones infrahumanas en las que siguen viviendo muchas personas trabajadoras temporeras en asentamientos de zonas hortofrutícolas.

• Asegurar un empleo de calidad en los sectores privado y público; disminuyendo la contratación temporal y parcial e impulsando la contratación indefinida y la jornada completa.

• Medidas de orientación y formación, no solo para personas desempleadas, sino accesibles a todas las personas trabajadoras, especialmente para aquéllas que sufren subempleo y precariedad en el empleo.

• La subida del salario mínimo, para que se ajuste a las necesidades vitales de la sociedad actual, y que familias sin ingresos tengan una defensa real y la posibilidad de salir adelante; con especial atención a los posibles perceptores del IMV que no pueden acceder a esa cobertura a causa de las trabas administrativas.

• Modificar el Reglamento de Extranjería para evitar la caída en situación de irregularidad sobrevenida de las personas migrantes.

“En una sociedad realmente desarrollada el trabajo es una dimensión irrenunciable de la vida social, ya que no sólo es un modo de ganarse el pan, sino también un cauce para el crecimiento personal, para establecer relaciones sanas, para expresarse a sí mismo, para compartir dones, para sentirse corresponsable en el perfeccionamiento del mundo, y en definitiva para vivir como pueblo”. (Fratelli tutti 162) Como movimientos de Iglesia trabajamos en equipo con el fin de visibilizar el derecho del trabajo decente; que sea una realidad real en la vida de las personas y respete nuestra casa común. Os animamos a participar en los actos reivindicativos y celebrativos en todas las plazas y parroquias de las diócesis, en su organización y difusión.

Nota de prensa  

ITD reclama una “nueva normalidad” que erradique la precariedad laboral previa a la pandemia

Imágenes para redes sociales

Cartas de los obispos por el trabajo decente

Mundo obrero y del trabajo

Cartas de los obispos por el trabajo decente

08 octubre 2020

Varios de los obispos de las diócesis española han dedicado sus cartas pastorales a la Jornada Mundial por el Trabajo Decente, además de animar expresamente a sus respectivas comunidades a participar en las actividades convocadas y reforzar los esfuerzos en defensa de la dignidad del trabajo.

No es para menos, porque, como explica el obispo de Santiago de Compostela, Julián Barrio, “la Doctrina Social de la Iglesia nos urge a recordar la dignidad inviolable de la persona humana, el destino universal de los bienes de la creación, la participación de todos en la búsqueda de bien común, la solidaridad y la subsidiaridad, y nos llama a renovar nuestro compromiso con la cultura del trabajo que exige renunciar a conductas consumistas y materialistas que no lo valoran, y asumir un estilo de vida en austeridad como ayuda al otro”.

“Una sociedad fraterna, tal y como la que Dios sueña para sus hijos e hijas, sólo puede construirse evitando desigualdades profundas y superando el riesgo de que importantes sectores queden excluidos o condenados a la pobreza. Y uno de los instrumentos más eficaces para lograr este objetivo consiste en promover o oportunidades de empleo digno y desarrollo profesional adecuado”, apuntan los obispos de Bilbao, Mario Iceta y Joseba Segura.

“Por su importancia capital, hay que dar prioridad a todos los esfuerzos por salvaguardar el trabajo y de forma que sea “decente”, comenta el obispo de Lugo, Alfonso Carrasco.

Los obispos son muy conscientes de los problemas añadidos o agravados por la pandemia actual “Si cada año es una fecha importante para mirar al mundo del trabajo, este año lo es de modo especial dada la situación que estamos viviendo, donde no solo pensamos en el trabajo decente sino en la cantidad de hombres y mujeres que lo han perdido, que no lo tendrán”, señala el obispo de Getafe, Ginés Beltrán.

Desde la diócesis de Mondoñedo-Ferrol, Luis Ángel de las Heras señala que “las carencias se han agudizado y hemos de seguir buscando entre todos, con mayor empeño si cabe, unas condiciones laborales dignas y justas para todos”. Una misión que entiende como parte indisoluble de la comunidad cristiana:  “Al fin y al cabo, el trabajo forma parte del misterio salvífico de la creación, de suerte que resulta deber indiscutible de los cristianos el empeño de procurar para todos una vida digna a través de un trabajo decente (cf LS 128), con un mismo principio y fin evangélicamente transformadores: “somos hermanos de trabajo”.

Nuevo pacto social

También reclaman renovar el consenso y hasta proponen un nuevo pacto social: “Necesitamos recuperar el sentido comunitario y fraternal de la sociedad buscando el bien común y reivindicando el papel de la política, ejercida con honestidad y transparencia, afirma el obispo de Terrasa, Josep Àngel Saiz Meneses.

Carlos López Hernández, obispo de Salamanca hace suyo el discurso del papa en Terni: “Los diversos sujetos, políticos, sociales y económicos están llamados a promover un enfoque diferente, basado en la justicia y la solidaridad, para garantizar a cada uno la posibilidad de desempeñar un trabajo digno”.

“Es preciso recuperar el contrato social otorgando plena confianza a las personas, más aún, es urgente un nuevo contrato social para el trabajo. La economía productiva debe crear más trabajo decente y sostenible, debe repartirse mejor el trabajo y reducir, si es preciso, la jornada laboral. Se trata de repartir el trabajo y repartir mejor los beneficios”, continúa Barrio.

Saiz Meneses es muy claro al defender el salario universal:Si no llegan unas políticas más activas y eficaces contra el paro, si no se llega a un planteamiento radicalmente distinto de la economía, será cada vez más necesaria una renta básica universal que llegue a todos para ayudar a las personas y las familias menos favorecidas”.

De las Heras plantea: “Hablemos alto y claro, apostando por un nuevo sistema productivo capaz de generar empleo y, sobre todo, empeñado en garantizar que la persona y su dignidad ocupen el centro de la vida. Pidamos el reconocimiento social y laboral —traducido en unas condiciones de empleo dignas— para los llamados “trabajadores esenciales”, haciendo así honor a tal nombre. Exijamos que el derecho a la protección social no esté supeditado a la vida laboral y que se garantice el ingreso mínimo vital para quien lo necesita, así como los subsidios de desempleo. Todo ello, siendo conscientes de que «ayudar a los pobres con dinero debe ser siempre una solución provisoria para resolver urgencias”.

Precariedad

Los pastores de la Iglesia denuncian tanto el desempleo, como la precariedad laboral que lastra el desarrollo integral de las personas, familias y la sociedad misma: “No son admisibles los empleos que a la larga “van quitando la vida”, porque anulan la esperanza de salir de la pobreza”, escribe Carlos López.

Los obispos de Bilbao recuperan el discurso del papa Francisco cuando decía que “toda injusticia que se comete contra una persona que trabaja es un atropello a la dignidad humana (…) la vocación que Dios nos da es muy hermosa: crear, re-crear, trabajar”.

El titular de la diócesis de Lugo, destaca las desventajas que han de enfrentar los colectivos más vulnerables, en particular, “quienes han venido como emigrantes o se han refugiado entre nosotros, por lo que señala que “es urgente, en estos casos, garantizar la dignidad de sus condiciones de trabajo, considerando además que están faltos de la gran red de apoyo que significan la familia y las relaciones más cercanas”.

Pero si en algo hay absoluta unanimidad es en el llamamiento a comprometerse a favor del trabajo humano. “La defensa de un “trabajo decente” es una exigencia de conciencia y una prioridad social en estas circunstancias” (Alfonso Carrasco Rouco).

“La promoción de la justicia social y la erradicación de la pobreza requiere un compromiso decidido a favor del trabajo digno principalmente por parte de los gobiernos y, en la medida correspondiente, por parte de las organizaciones empresariales y de los trabajadores, de la sociedad civil y su sector privado, y también de la Iglesia, en consonancia con su misión propia” (Carlos López Hernandez).

“En la situación actual es apremiante que toda la Iglesia hagamos frente común para denunciar esta situación y acoger a tantas personas que sufren la carencia de dignidad en su día a día a causa de la falta de un trabajo decente” (Ginés Beltrán).

“Empeñarnos en mejorar la calidad del trabajo disponible es un modo de responder a la invitación de Jesús a mirar la realidad desde las necesidades de los afligidos. (…) Los creyentes, colaborando con todas las personas de buena voluntad, debemos hacer lo posible para que la comunidad humana esté cada vez mejor integrada, para lo que es esencial cuidar y promover el trabajo digno como uno de sus pilares”. (Mario Iceta y Joseba Segura).

“Nuestra hermandad laboral ha de ser abierta, sin fronteras, plagada de hechos que transformen la realidad, de modo que, procurando sin descanso  el bien y el trabajo de todos, cada 7 de octubre podamos decir que estamos un poco más cerca del Reino de Dios y su justicia” (Luis Ángel de las Heras).

https://twitter.com/mondonedoferrol/status/1313740037083869184

Un lugar común para la justicia social: el trabajo decente

Mundo obrero y del trabajo

Un lugar común para la justicia social: el trabajo decente

07 octubre 2020

La Jornada Mundial por el Trabajo Decente, que se celebra alrededor del 7 de octubre, vuelve a convocar a instituciones, organizaciones del mundo del trabajo y a entidades de inspiración católica en la exigencia de trabajo decente. 

Esta jornada fue constituida en el congreso fundacional de la Confederación Sindical Internacional (CSI), que agrupa a sindicatos nacionales y federaciones mundiales representando a más de doscientos millones de trabajadores y trabajadoras. Siendo secretario general Guy Ryder, actual director general de la OIT, en aquel congreso histórico, se aprobó poner en marcha una jornada de acción mundial para «fortalecer la lucha internacional por los derechos de los trabajadores y contra la pobreza». Desde el año 2006, el 7 de octubre -o alrededor de este día- se realiza en todo el mundo decenas de convocatorias en torno a un lugar común y a un mismo grito: Trabajo decente para todos y en todo lugar.

Aunque el recorrido histórico sobre el concepto de trabajo decente viene de antes. De hecho, nace en el seno de la OIT -agencia tripartita de la ONU-, en el año 1998 para sintetizar las aspiraciones de las personas trabajadoras durante su vida laboral. Es decir, la oportunidad de tener un empleo, con un ingreso justo, seguro, con protección social y perspectivas de desarrollo personal e integración social, que garantice poder expresar opiniones, la organización y la participación en las decisiones que afectan a la vida de cada uno, y la igualdad de oportunidades y trato para todos. La Iglesia universal, de la mano de san Juan Pablo II -que ya había escrito la encíclica Laborem exercens (1981), sobre el trabajo humano-, lanzó un llamamiento, en el año 2000, para apoyar “una coalición mundial a favor del trabajo decente” y la necesidad de “globalizar la solidaridad”, sumándose a esta exigencia de justicia social. Sobre el concepto de trabajo decente también se expreso el papa Benedicto XVI, en 2009: “un trabajo que (…) sea expresión de la dignidad esencial de todo hombre o mujer: libremente elegido, que asocie efectivamente a los trabajadores, hombres y mujeres, al desarrollo de su comunidad; un trabajo que (…) haga que los trabajadores sean respetados, evitando toda discriminación; que permita satisfacer las necesidades de las familias; (…) que consienta a los trabajadores organizarse libremente y hacer oír su voz; (…) que deje espacio para reencontrarse adecuadamente con las propias raíces en el ámbito personal, familiar y espiritual; que asegure una condición digna a los trabajadores que llegan a la jubilación” (Cfr. Caritas in veritate, 63).

Iglesia por el Trabajo Decente

En esta perspectiva, miembros de organizaciones de inspiración católica, entre las que se encontraba el Movimiento Mundial de Trabajadores Cristianos, se reunieron en Roma (2013) con la Santa Sede y la OIT, con el objetivo de impulsar  el “trabajo decente para todas las personas” entre los Objetivos de Desarrollo Sostenible. De aquel hilo, el compromiso se trasladar a España (mayo de 2015) cuando representantes de las organizaciones de ámbito eclesial: Justicia y Paz, Cáritas, CONFER, JEC, JOC y HOAC, acuerdan poner en marcha la iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente (ITD) para sumar sinergias y promover la defensa del trabajo decente, visibilizar y denunciar la situación de indecencia que hoy se sufre en el mundo del trabajo. La sed de trabajo decente hace crecer las adhesiones a la iniciativa y los relatos que construye, además de abrir modestos espacios en los medios de comunicación, genera dinámicas reivindicativas y celebrativas, con el protagonismo de pueblo de Dios en salida.

Criterio de justicia social, y de desarrollo humano integral y sostenible

La exigencia por el trabajo (libre, creativo, participativo y solidario) respetuoso con la dignidad de la persona, necesario para la inclusión social de los pobres, y esencial para el cuidado de la casa común, es también una insistencia del papa Francisco. Desde el inicio de su pontificado, expresado en sus principales textos: Evangelii gaudium (EG), Laudato si’ (LS) y, más recientemente, en Fratelli tutti (FT, 127, 162, 168…).  Pero además, en su labor pastoral al acompañar y comprometerse con los trabajadores más humildes y excluidos, organizados en movimientos populares, para reclamar tierra, techo y, sobre todo, trabajo, primer juego de 3T convertido en el criterio de justicia social, en este cambio de época que ya vivimos; y al convocar, escuchar, dialogar y tender puentes con el movimiento sindical mundial y ofrecer un segundo juego de 3T, trabajo/tradición, tiempo y tecnología, como criterio de desarrollo humano integral (inclusivo y solidario), o en sus visitas pastorales a las diócesis italianas, con continuos encuentros con el mundo del trabajo. En la fábrica de Ilva, lugar de trabajo y de trabajadores, por tanto del pueblo de Dios, exclamó: “el mundo del trabajo es una prioridad humana. Y, por lo tanto, es una prioridad cristiana, una prioridad nuestra, y también una prioridad del Papa”. (Cfr. No os dejéis robar la dignidad).

La jornada mundial por el trabajo decente en la pandemia

En la convocatoria de este año 2020, en medio de una pandemia global que obliga a un tipo de actos más creativos, los llamamientos de esta jornada se sitúan en demandar “un nuevo contrato social para asegurar que la economía mundial pueda recuperarse y crear la resiliencia necesaria para afrontar los desafíos convergentes de la pandemia, el cambio climático y la desigualdad”, según indica el manifiesto de la Confederación Sindical Internacional, alertando de los efectos “catastróficos” de la pandemia sobre la salud, el empleo, los ingresos y la igualdad de género, en un mundo “fracturado” por un modelo de “globalización fallido” que ha generado una profunda “desigualdad e inseguridad para la gente trabajadora”.

Por su parte, el Movimiento Mundial de Trabajadores Cristianos, subraya que “el modelo económico necesita una reforma” que pasa por reinventar “un modelo de vida más humano y más justo” y emplaza a responder personalmente y “en nuestros barrios, en nuestras empresas, a nivel sindical y político”. En este sentido, su manifiesto apunta algunas orientaciones a favor de una nueva gestión de los tiempos de trabajo, del cuidado de las personas y de la vida, la lucha contra el acoso laboral, la libre sindicación y el diálogo social, leyes laborales “para el bien común” o  promover “un consumo responsable, ético y solidario”.

Para la iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente (ITD), resulta fundamental “un nuevo sistema productivo que ponga a la persona en el centro, llama a movilizarse contra el aumento de la precariedad provocada por el impacto social de la pandemia y en defensa del trabajo decente y accesible. ITD ha convocado actos en las diócesis del país para reclamar “el reconocimiento social y laboral de los empleos esenciales para la vida, con unas condiciones laborales dignas” y la extensión de la protección social. “Garantizar que el ingreso mínimo vital sea una realidad para las personas que lo necesitan, dotando a las instituciones de los recursos necesarios para su gestión y asegurar la percepción del subsidio extraordinario a las trabajadoras de hogar y que se reconozca su derecho a la prestación por desempleo al igual que para el resto de personas trabajadoras”, y nadie se quede atrás.

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En redes sociales: #JMTD2o y #NosMovemosPorElTrabajoDecente

Málaga | Se presenta un libro sobre el papa Francisco y el trabajo

Convocatorias

Málaga | Se presenta un libro sobre el papa Francisco y el trabajo

09 octubre 2019

El viernes 11 de octubre, a partir de las 19.30 horas, tienen lugar los actos de la Jornada Mundial por el Trabajo Decente en la Diócesis de Málaga.

La parroquia Stella Maris (Málaga) acoge la Eucaristía con motivo de la Jornada Mundial por el Trabajo Decente organizada por la iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente (CONFER y HOAC) en Málaga.  A continuación, a las 20:30 horas, Abraham Canales, presentará su libro No os dejéis robar la dignidad. El papa Francisco y el trabajo, que recoge el magisterio del papa Francisco en torno al trabajo hasta el momento. Para darlo a conocer, el autor será entrevistado por la periodista Ana María Medina, de la Delegación Diocesana de Medios de Comunicación y presentadora del programa Periferias de TRECE.

Abraham Canales es responsable de publicaciones de la Hermandad Obrera de Acción Católica. Este libro es una recopilación comentada de textos, a modo de compendio, recoge el compromiso del papa Francisco con el trabajo decente expresado con total nitidez en Evangelii gaudium y en Laudato si’, dos de sus aportaciones de referencia tanto para la Iglesia como para las «personas de buena voluntad» del planeta.

ITD reclama medidas urgentes para que el trabajo decente sea una realidad accesible para todos

Comunicados

ITD reclama medidas urgentes para que el trabajo decente sea una realidad accesible para todos

03 octubre 2019

El manifiesto difundido por Iglesia por el Trabajo Decente, para la Jornada Mundial por el Trabajo Decente del 7 octubre, denuncia cómo el trabajo está lejos de ser un derecho que garantice la dignidad de la persona, mientras aumenta el número de trabajadores y trabajadoras pobres. Convocatorias en las diócesis del país. Imágenes para redes sociales. Etiqueta #DalaChapa

Bajo el lema Frente a la indecente precariedad, trabajo decente, como Dios quiere, las entidades promotoras de la iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente (ITD) –Cáritas, Conferencia Española de Religiosos (CONFER), Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC), Justicia y Paz, Juventud Estudiante Católica (JEC) y Juventud Obrera Cristiana (JOC)— lanzan un manifiesto con motivo de la celebración, el 7 de octubre, de la Jornada Mundial por el Trabajo Decente en el que denuncian “la indecente precariedad que sufre el mundo del trabajo” y urgen “a adoptar las medidas necesarias para conseguir que el trabajo decente sea una realidad accesible para todas las personas”.

En el manifiesto, estas entidades recuerdan la apuesta común alcanzada en junio pasado durante la 108ª Conferencia de la Organización Internacional del Trabajo, en la que se celebró su Centenario, “de aprovechar todo el potencial del progreso tecnológico y el crecimiento de la productividad para lograr trabajo decente y desarrollo sostenible, que permitan asegurar la dignidad, la realización personal y una distribución equitativa de los beneficios para todos”.

Efectos de la precariedad laboral

Al mismo tiempo, y en el marco de este 7 de octubre, desde la ITD se pone el foco en los efectos negativos de la precariedad laboral, que se traduce en “vidas truncadas, vulnerables y violentadas de personas explotadas y abusadas por contratos temporales y eventuales, con sueldos que no concuerdan con las horas realizadas, sin seguridad en el puesto de trabajo y sujetos a una flexibilidad que acaba quebrando la dimensión personal de las personas trabajadoras al imposibilitar una verdadera conciliación entre trabajo, familia, descanso, participación social y ocio”.

Como se afirma en el Manifiesto, “seguimos constatando cómo el trabajo está lejos de ser un derecho que garantice la dignidad de la persona, mientras sigue aumentado el número de trabajadores y trabajadoras pobres”.

Testimonio de Alberto

Para poner voz a esta realidad de precariedad y violación de derechos laborales, se recoge el testimonio de Alberto, un joven trabajador que reside en Madrid, quien explica de forma elocuente su experiencia: «Actualmente trabajo 16 horas semanales y cobro 560 euros. La respuesta de mi jefe las veces que le he comentado el tema del salario, de la categoría siempre han sido: “Ahora no es el momento”, “la cosa está muy mal”, “ya ves cómo está la situación, no hace falta que te cuente”, “ahora no hay dinero” […] Encima hay otras personas que insinúan que quizás es que no te esfuerzas lo suficiente, que no has trabajado todo lo que deberías, que tu trabajo no lo es todo para ti y eso lo nota el jefe, que tu currículum no es lo suficientemente amplio, vamos, QUE LA CULPA ES TUYA».

La ITD recuerda las palabras del papa Francisco cuando denuncia que “la dignidad no nos la da el poder, el dinero, la cultura, ¡no! ¡La dignidad nos la da el trabajo!”. Y un trabajo que sea realmente digno, porque hoy, añade, “tantos sistemas sociales, políticos y económicos han hecho una elección que significa explotar a la persona”.

Propuestas

A la denuncia de esta realidad, las entidades promotoras de la ITD plantean cuatro propuestas concretas:

El compromiso de todos los poderes públicos en la construcción de un sistema económico, social y laboral justo, fraterno y sostenible que sitúe a la persona en el centro.

Un trabajo que garantice la dignidad y la justicia, así como el desarrollo integral de la persona, especialmente de aquellas más descartadas y excluidas.

■ Un modelo de trabajo que sea fuente de reconocimiento social y personal, a través de la dignificación de los cuidados, con nuevos planteamientos de políticas sociales, de género y educativas en igualdad entre mujeres y hombres, sin olvidar el derecho a una conciliación real de la vida familiar y laboral.

■ Y un trabajo que sea realmente para la vida, que se realice en un entorno de seguridad y salud, con condiciones que garanticen la integridad física y psíquica de la persona.

En el Manifiesto, las entidades renuevan su compromiso de acompañamiento de “esta dura realidad social y sus efectos deshumanizadores” y su disposición a “estar alerta para denunciar, desde la ternura, la compasión y el estilo de vida de Jesús de Nazaret, la denigración que está sufriendo la persona y el trabajo”.

Sínodo especial para la Amazonía

Concluyen este llamamiento con una referencia al Sínodo especial para la Amazonía, que acaba de comenzar en Roma y cuya temática atañe directamente a la misión y visión de la Iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente. “La defensa de la Creación –señalan las entidades— nos involucra directamente en la defensa de unas condiciones laborales dignas para quienes se ven sometidos, bajo escandalosas condiciones de explotación, a prácticas productivas insostenibles con la dignidad humana y el equilibrio medioambiental”.

Todas las diócesis del país han convocado actos reivindicativos y de oración con motivo de la Jornada, que pueden consultarse en esta agenda.

 Documentos de interés 
Manifiesto Jornada Mundial por el Trabajo Decente Frente a la indecente precariedad, trabajo decente, como Dios quiere
Materiales de la convocatoria 2019

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 Imágenes para redes sociales 

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