En la vida de todo creyente hay momentos de gracia que nos descubren nuestra indigencia, pobreza y pecado. Que nos hacen reconocer la inutilidad de las respuestas propias, de las que nos damos a nosotros mismos, cuando nos mueven nuestros planes y nuestro amor propio. Momentos en que nos quedamos sin palabras, salvo para reconocernos […]
Continua leyendo






















