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Burgos: Manifiesto de la marcha silenciosa en solidaridad con los más golpeados por la crisis

27 noviembre 2014 | Por

Burgos: Manifiesto de la marcha silenciosa en solidaridad con los más golpeados por la crisis

“Esta economía mata” • Manifiesto del GESTO SOLIDARIO de la Diócesis de Burgos • 28 de noviembre de 2014

“Esta economía mata”. Con tan sólo estas tres palabras, el Papa Francisco ha sido capaz de reconocer y de hacer un análisis breve, directo y certero del mundo y el tiempo que nos ha tocado vivir.

Así como el mandamiento de “no matar” pone un límite claro para asegurar el valor de la vida humana, hoy tenemos que decir “no a una economía de la exclusión y la inequidad. (E.G. nº 53)

Vivimos un tiempo y un mundo marcado por sus muchas luces, pero también por las sombras de un sistema que genera pobreza y precariedad concentrada cada vez más en los grupos tradicionalmente de riesgo; mujeres, población inmigrante, jóvenes, personas solas, parados de larga duración… en los que se cronifica su situación teniendo, entre otros problemas, cada vez más dificultades para acceder a los servicios sociales.

Estamos abrumados por la galopante corrupción, por la realidad lacerante de injusticia, por la violencia que se manifiesta en múltiples formas, por la pobreza creciente que desemboca en el desánimo y en la falta de esperanza.

Y esta situación es así; no haría falta recordarlo, no sólo si miramos al mundo en su globalidad, sino también si acercamos la lupa a nuestro entorno más cercano. A lo largo de estas semanas, estamos conociendo los datos que ha recogido Cáritas en su acreditado y reconocido “Informe FOESSA”, que no hace sino poner nombre y apellidos, y rostros concretos, a cada uno de los problemas con los que diariamente convivimos.

La Iglesia, como institución que forma parte de esta sociedad, también es partícipe de esas luces y sombras que planean en el devenir de nuestros días. Es cierto que muchos cristianos, grupos, comunidades, asociaciones… están haciendo una labor valiente (en ocasiones escondida), de lucha y alternativa a este sistema injusto; pero también hemos de reconocer, que no siempre somos eficaces ni ejemplo personal e institucional de la rica y exigente herencia recibida de Jesús de Nazaret.

Por eso salimos hoy a la calle. Porque formamos parte de esta Iglesia que debe escuchar el latido de la calle, y formamos parte de esta sociedad. Porque queremos juntarnos a toda esa corriente de aquellas personas que desde diferentes opciones luchan por un mundo mejor, sabiendo que cometemos errores, pero que también podemos aportar nuestra visión y esfuerzos por hacer un mundo más fraterno, más pacífico, más solidario.

Es verdad que una parte de la solución a los problemas que estamos poniendo en evidencia esta tarde, está en las personas, y a esa transformación personal e individual apelamos. Pero bien sabemos que eso no basta. Nuestra economía, nuestra cultura, nuestra política, nuestras relaciones sociales forman un sistema; el actual, que necesita también y urgentemente cambios institucionales y estructurales valientes y decididos. Todos somos responsables, es cierto, pero no todos tenemos, ni de lejos, la misma responsabilidad en la creación y en la solución de los problemas.

Si “la gloria de Dios es que el hombre viva” y viva con dignidad, tenemos el rumbo fijado y la tarea por delante. Hoy, esta premisa no se cumple. Y nosotros, como cristianos y ciudadanos, reivindicamos una nueva forma de hacer las cosas en todos los ámbitos de la vida, respetando aquello que nos ha hecho y nos hace crecer en humanidad, y transformando aquello que nos aleja del bien-ser y el bien-estar de todo hombre y mujer, de todos los hombres y mujeres.

Desde aquí queremos agradecer los esfuerzos realizados hasta hoy, vuestra presencia en este gesto, y a la vez, nos invitamos a seguir uniendo esfuerzos en la tarea de anunciar y denunciar que todo el mundo tiene derecho, en palabras del Papa Francisco, “a un techo, a un trabajo y a una tierra”.

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Bajo el lema “Esa economía mata” y que reproduce unas palabras del papa Francisco, la diócesis de Burgos convocó el 28 de noviembre un gesto público de solidaridad con quienes sufren la crisis y la falta de medidas.

El acto comenzó a las 20.00 horas con una marcha en silencio, desde a la plaza Mayor y entrando a la calle Laín Calvo por la Divina Pastora. En Laín Calvo se leyeron algunos textos del papa Francisco. La marcha llegó a la plaza de San Fernando, donde se expresaron algunos testimonios, una canción y se leyó un comunicado para finalizar el gesto.

La iniciativa parte de la Pastoral Obrera de Burgos, que sugirió al Consejo de Gobierno de la diócesis la conveniencia de hacer un gesto público solidario con los más golpeados por la actual crisis. La organización del acto fue encomendada al departamento de Formación Sociopolítica de la diócesis.

La situación crítica de muchas personas que sufren con agudeza la actual crisis justifican la realización de este gesto, «la Iglesia tiene que estar atenta al latido de la calle y esto significa escuchar el grito de socorro de quienes más sufren la crisis».

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