El paseo en asno de Jesús, su ruptura de la imagen tradicional del mesías, nos obliga a los cristianos a deshacernos de los baratos triunfalismos que se nos pegan; nos obliga a la autocrítica: ¿estamos dispuestos a la reforma de las instituciones eclesiales y sociales, siendo verdaderos discípulos de Jesús, siguiendo el camino que él recorrió, hasta el final?