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IKEA deja sin descanso dominical a sus trabajadores de Madrid

13 julio 2011 | Por

IKEA deja sin descanso dominical a sus trabajadores de Madrid

Todos los domingos, desde el pasado 1 de junio, son hábiles para las compras en los tres centros de IKEA en Madrid. Para la multinacional sueca no hay descanso dominical en la comunidad de Esperanza Aguirre, gracias a una interpretación dudosa de una norma pensada para las tiendas de muebles situadas fuera de los núcleos urbanos.

Las tiendas situadas en San Sebastián de los Reyes, Alcorcón y el Ensanche de Vallecas abren todos los domingos y festivos en su horario habitual, de 10.00 a 22.00, excepto el 15 de agosto, el 1 de noviembre y el 25 de diciembre. Un decreto aprobado por la Comunidad de Madrid en 2002 permite abrir a las tiendas de muebles, siempre que estén al lado de una carretera y fuera del centro urbano.

Sin embargo, los sindicatos CC.OO. y UGT –el sindicato considerado por muchos como «amarillo» FETICO no se ha pronunciado– consideran más que dudoso que IKEA pueda acogerse a esta legislación, ya que tiene licencia de gran establecimiento comercial, se rige por el Convenio de Grandes Superficies y además, sus tiendas están ubicadas en centros comerciales dentro de los núcleos urbanos. Por eso, han recurrido a la Dirección General de Comercio para que se pronuncie al respecto, sin haber recibido hasta el momento respuesta alguna. De ahí que las organizaciones de trabajadores critiquen al gobierno regional por, mediante su silencio e inactividad, «dejar en manos del mercado una regulación necesaria».

IKEA, que alardea en su publicidad de crear «repúblicas independientes» en la casa de sus clientes, ha optado por mermar la libertad de su plantilla a la hora de disfrutar del descanso dominical en familia. Tampoco parece que las fórmulas a las que han recurrido para aumentar sus beneficios sean tan creativas como dicen ser sus diseños. El recurso a un horario comercial ampliado sin tener en cuenta las necesidades de las plantillas y la progresiva precarización de las condiciones de trabajo parecen más bien medidas de tiempos que creíamos superados.

Por más que intente proyectar una imagen de empresa moderna, respetuosa con el medio ambiente, con los derechos laborales e incluso de utilidad social, lo cierto es que IKEA en Madrid, en su afán por hacer sonar las cajas durante todos los días de la semana y atraer a las familias a sus instalaciones incluso en domingo, no se aleja del tópico de las grandes compañías que ponen su avaricia por encima de cualquier otro principio.

La dirección de la multinacional en Madrid alega que la apertura en domingos y festivos «es una oportunidad para 194 trabajadores que han aumentado voluntariamente sus horas y sus ingresos y para 224 personas que han encontrado un nuevo trabajo».

Román Alonso, de CC.OO. matiza las declaraciones públicas de la marca nórdica: «Los puestos de trabajo creados son precarios y temporales, de ocho a doce horas de trabajo a la semana, con bajos salarios. Aunque hablen de voluntariedad, lo cierto es que la gente tiene contratos de pocas horas, salarios penosos; necesitan las horas del domingo para redondear un poco el sueldo, por no hablar del miedo existente en una plantilla que ha visto cómo se despedía de modo improcedente a unas 90 personas».

La estrategia del departamento de Recursos Humanos, según este sindicalista, no es otra que sustituir a los trabajadores con más antigüedad y contratos a tiempo completo por otros con menos derechos, con contratos por horas, con sueldos más bajos dispuestos a aceptar las condiciones que la empresa quiera imponer.

CC.OO. (presente en los tres centros y con mayoría en el Comité de Empresa) y UGT (presente en, al menos, un centro) expresaron infructuosamente su desacuerdo con la decisión de abrir todos los domingos y han convocado ya varias acciones de protesta a la entrada de las tiendas de IKEA en Madrid. «Queremos ser suecos» gritaban los participantes en las movilizaciones que insistieron en que ellos también tenían familia y querían disfrutar de ella.

La compañía de muebles cuenta en España con 6.800 trabajadores, de los que unos 1.000 trabajan en la Comunidad de Madrid. En los 15 años que lleva en España ha invertido unos 1.000 millones de euros en trece tiendas, un centro comercial y dos centros de distribución. En 2011 espera abrir una nueva tienda en Valladolid y en 2012 otra en Sabadell (Barcelona).

Las movilizaciones de los trabajadores continuarán al menos hasta que la Comunidad de Madrid aclare si IKEA tiene o no permiso para convertir los 365 días del año en laborables para su plantilla. En caso de que den la razón a la empresa, analizarán si la propia administración está incumpliendo sus propias leyes y a buen seguro alertarán a los trabajadores de las grandes superficies de las políticas liberalizadoras que desde la autonomía regida por el PP podrían exportarse a otros lugares.

Los sindicatos estudian también presentar una denuncia por «modificación sustancial de las condiciones de trabajo» de la plantilla de Madrid y han pedido a los ayuntamientos competentes que tomen cartas en el asunto, para evitar que una empresa se aproveche de una interpretación interesada de la legislación para hacer «competencia desleal con otros formatos comerciales».

Mientras tanto, los 1.000 trabajadores y sus familias de IKEA en Madrid van a tener que padecer serios inconvenientes para pasar juntos el domingo y resto de festivos. Todo para estimular el consumo que beneficia la cuenta de resultados de las empresas y perjudica seriamente la salud de las familias.

Ver también:

Las Iglesias europeas a favor del domingo libre

 

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