Antonio Quintana | Dieciséis profesionales ponen en marcha un proyecto de recuperación de una zona del norte con un grupo de parados. Una idea y un proyecto se convierten en realidad también en el norte.

Ya lo está siendo en el sureste de Gran Canaria, donde tres ayuntamientos del sureste están desarrollando un Plan de Actuación para convertir la comarca en un ejemplo mundial de desarrollo sostenible. Todo empezó hace tres años cuando cuatro personas preocupadas por la situación social, con experiencia a nivel vecinal, deciden dar un paso más y elaborar un documento que plasma unas bases éticas como marco irrenunciable para trabajar.

Al poco tiempo registran la Asociación de Ciudadanos para el Desarrollo de Arucas y Comarca Norte de Gran Canaria (Aciudesa) sin ánimo de lucro. Se conforma una coordinadora de 14 miembros, cuyas decisiones se toman de forma democrática y con el mayor consenso posible. Su hasta hace poco presidente, Jorge Guerra, indica que el siguiente paso es dar a conocer su proyecto a colectivos y a los diez alcaldes del norte de Gran Canaria. La comarca tiene 123.000 habitantes. En el último lustro ha duplicado sus personas desocupadas, al pasar de 9.500 parados de 2006 a 17.941 en enero de 2014.

El colectivo se propone elaborar un proyecto de sostenibilidad con una serie de políticas encaminadas a reactivar y potenciar ciertos sectores claves. Aciudesa crea en su seno cuatro comisiones de trabajo que diseñan los cuatro pilares de su proyecto. El pilar alimentario «engloba al sector primario y la producción local que nos lleve a paliar en lo posible nuestra dependencia alimentaria del exterior, que en Canarias se sitúa en casi un 90%, de productos básicos importados». A través del pilar energético, promueven la implantación y utilización de energías alternativas para aliviar la dependencia de energías provenientes de los fósiles y abaratar el recibo de la luz.

Con el pilar hidrológico quieren disponer de agua para agricultura y para domicilios, a precios razonables, mediante la utilización de las tecnologías actuales. Y, mediante el pilar cultural, se proponen usar la cultura como la actitud responsable de cada individuo para participar en la realidad que le rodea y aportar al común.

Aciudesa, con el objetivo de afrontar problemas del paro y la exclusión social, ha creado un banco de tierras con acuerdos con propietarios dispuestos a ceder sus terrenos. La primera finca, llamada Fuente del Hierro, se comenzó a trabajar hace unos nueve meses, cedida por la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios. Tiene 9,5 hectáreas, de las cuales cinco son productivas. En ellas cinco personas en paro se están beneficiando de su trabajo en la finca para su autoconsumo de productos hortofrutícolas. Su propósito es convertirse en cooperativa y poder así comercializar sus productos. Entre las iniciativas puestas en marcha está una revista cultural.

Igualmente, entre sus proyectos está la creación de arrecifes artificiales basados en pecios (barcos hundidos) que tras desguazarlos y descontaminarlos se hundirían en principio tres de ellos en la costa de Arucas. «Queremos, en un par de años, la regeneración de la flora y fauna marítima. Con estos barcos generaríamos economía y empleo por el atractivo que estos arrecifes suscitan en un turismo con alto nivel adquisitivo como es el de buceo», resalta Jorge Guerra.

También cuentan con un segundo proyecto para aprovechar las excelentes condiciones orográficas de la comarca grancanaria del norte, debido a la inclinación de sus numerosos barrancos, que albergan, además, alrededor de 50 presas infrautilizadas. «Se trata de aprovechar la fuerza del agua en su caída para generar electricidad y volver a embalsarla creando así un ciclo productivo, es decir microcentrales eléctricas autoalimentados», apuntan desde Aciudesa.

Por otro lado, el grupo no cuenta con el apoyo institucional esperado y se topan «con la engorrosa y lenta burocracia» que les dé un impulso para poder andar sola y sin más ayudas. En cualquier caso existe expectación y algún que otro temor entre ciertos sectores de la zona.

Tras dos años de su fundación, sus creadores reconocen que «cuando nos sentamos en una charla distendida y echamos la vista atrás es cuando nos percatamos del inmenso trabajo realizado y, sobre todo, de que esta asociación está enraizando, lo cual nos obliga y anima a seguir para completar la labor y que este proyecto se consolide en el tiempo».

Conscientes de que la suma hace la fuerza, el colectivo ha comenzado una campaña de captación de socios. «Pero, sobre todo, nuestras perspectivas están puestas en consolidarnos en los diez municipios de la comarca para que cada uno de ellos adapte este proyecto a sus especificidades pero siempre con la vista puesta en mancomunar proyectos», comenta Guerra. Además, Aciudesa tiene previsto iniciar el trabajo en otras fincas para seguir dando salida al desempleo a través de la agricultura.

En cuanto a la experiencia, Jorge Guerra asegura que «está siendo muy enriquecedora. He podido convencerme de que si las personas se conciencian para aportar cada una de ellas su granito de arena a un proyecto común, la sociedad bien organizada puede ser imparable». «Aunque soy muy escéptico en cuanto a esta sociedad, creo que el ser humano tiene unos valores y un potencial que si los pusiera al servicio de la comunidad las cosas irían muchísimo mejor», añade.

Para Jesús Antonio Marín, uno de los parados beneficiarios del trabajo en las tierras, el proyecto le parece «interesante, porque es una forma de mantener a mi familia». «Para mí es una experiencia nueva. Nunca había trabajado en el campo. Pero es un proyecto interesante, porque en Canarias nos hemos dedicado a la construcción y al turismo, abandonando el campo e importando productos de primera necesidad».

Este colectivo está convencido de que «la sociedad actualmente necesita con urgencia plataformas ciudadanas autónomas, mínimamente organizadas, pero con propuestas claras y contundentes, técnicamente viables, que respondan a lo necesario y no solo a lo posible, sin dependencia partidista, con capacidad de diálogo con las instituciones o con las entidades políticas, sindicales o empresariales, que apoyen con visión de protagonismo colectivo un frente coordinado ante esta prolongada crisis no casual».

Con tales propuestas quieren responder a la construcción del Bien Común. «Lo demás es hacer el juego al sistema que no genera en la práctica responsabilidad colectiva, sino individualismo puro y duro ni saca a la democracia del vacío real en que se encuentra. Si compartimos experiencias, tiempo y medios, las siguientes generaciones nos lo agradecerán», aseguran.

En la coordinación están su promotor Fernando Carrascosa, del Movimiento Cultural Canario, y Rafael Falcón, militante de la HOAC, que se dedica a la promoción de debates. Dos militantes, vinculados a Guillermo Rovirosa, que, junto a los cristianos Pedro Bolaños y Sergio Niño, aportan su grano de arena en esta experiencia solidaria, facilitada también por los hermanos de San Juan de Dios con la aportación de terrenos.