“Mayor que estos no hay ningún otro mandamiento”. Estos dos mandamientos son los que deben regir nuestra vida de cada día. ¡Qué insensatez la pretensión de aquellas piedades religiosas que se imaginan honrar a Dios mientras se olvidan del hombre/mujer! ¿Y no es olvidarse del hombre/mujer despreocupase de la lucha por la justicia y los derechos sociales? Pero también, ¿se puede luchar por la justicia sin amar con todo el corazón al Dios liberador?