Ante las víctimas de la crisis, convocados por la Iglesia diocesana de Getafe a través de su Delegación de Pastoral Obrera y reunidos en la Pª de Santa Maravillas de Getafe, personas de distintos lugares de nuestra diócesis, queremos compartir con el resto de la Iglesia Diocesana que:
- La crisis no es el resultado de ningún “accidente” o casualidad, es consecuencia de la injusticia.
- Es una grave crisis económica y social, pero es más aún una profunda crisis cultural, moral y de nuestra humanidad: el resultado de una forma injusta de organizar la vida social y de una forma de vida deshumanizadora.
- Las “respuestas” a la crisis no están corrigiendo el rumbo, sino aprovechando la ocasión para reforzar la situación que ha provocado la crisis.
- Entre las víctimas fundamentales de la crisis están los trabajadores, sobre todo los trabajadores más vulnerables.
- La situación de desesperanza que ha provocado la crisis está convirtiendo a nuestra sociedad en una sociedad “deprimida” y “resignada”.
Por lo que afirmamos y proponemos que debemos:
- Pasar del sentimiento de crisis al de esperanza como manera de vivir la crisis.
- Mantener una actitud de realismo cristiano: ni “profetas de calamidades” ni “falsos profetas” que edulcoran la realidad.
- Poner la confianza en Dios para vivir de otra manera: ser místicos en el seno del mundo obrero y del trabajo.
- Acoger, construir y compartir otra forma de vivir en el mundo obrero y del trabajo: la propuesta de vida de Jesucristo.
- Asumir la situación de los empobrecidos y dejarnos afectar por su dolor, acercándonos desde la compasión como criterio fundamental de humanidad.
- Vivir radicalmente el compromiso por la justicia debida a los empobrecidos, como concreción de la compasión.
- Colaborar a humanizar y moralizar la sociedad convirtiendo el Evangelio en cultura.
- Llevar a lo concreto, los principios humanizadores que propone la Iglesia en el Evangelio y la Doctrina Social, en las situaciones cotidianas de la vida del mundo obrero y del trabajo: en lo personal-familiar, en lo comunitario-eclesial, en lo social y en lo político.
Nuestro modelo es la imagen de María, al pie de la Cruz, con la mirada puesta en Dios, pero sin moverse del crucificado. A ella, María de los pobres pedimos su intercesión, para que Jesucristo su hijo, el divino obrero de Nazaret nos conceda Vida y vida en abundancia (Jn10,10).
Getafe, 26 de Febrero de 2011
Delegación Diocesana de Pastoral Obrera