
La Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC), organización de personas trabajadoras cristianas, apoya el paro laboral convocado por Comisiones Obreras (CCOO) y Unión General de Trabajadoras y Trabajadores (UGT), el próximo 15 de octubre de 2025, en el marco de la jornada de lucha y solidaridad con el pueblo palestino y por el fin del genocidio que el Gobierno de Israel está perpetrando en la Franja de Gaza.
Son numerosas las convocatorias a lo largo y ancho del país que cuentan con la presencia de personas creyentes, militantes de la HOAC y de tantas y tantas personas trabajadoras. Asimismo, nuestro medio de comunicación, Noticias Obreras, informa diariamente de lo que sucede en Palestina, así como de los posicionamientos de apoyo por parte de la Iglesia católica y de los organismos internacionales. Por tanto, que este movimiento especializado de la Iglesia española respalde esta movilización es un gesto coherente, con el que anima a todas las personas trabajadoras a secundar la convocatoria como expresión consciente de su rechazo a la “masacre inhumana” en Gaza, tal y como ha denunciado la Conferencia Episcopal, y en la defensa de los derechos humanos y la legalidad internacional.
La HOAC comparte las palabras de los sindicatos convocantes: “el mundo del trabajo, el mundo de los sindicatos, desde la realidad de los centros de trabajo, también puede decir ¡basta ya!, ¡fin al genocidio!, ¡stop al genocidio en Gaza y en Palestina!”. En primer lugar, por humanidad y solidaridad con aquella población, pero también porque los Gobiernos de Israel y de Estados Unidos están llevando al mundo a una situación de enorme inestabilidad, con claras repercusiones en las personas trabajadoras, especialmente en las más vulnerables.
El papa Francisco habló sin ambigüedades contra la guerra. Afirmó que toda guerra es inmoral y se apartó de las doctrinas de la “guerra justa”. Dejó claro que todas las guerras son malas: “el que mata a un ser humano es como si hubiera matado a toda la humanidad”, y clamó: “nunca más la guerra”. (Fratelli tutti, 258)
Parafraseando sus palabras, ¿qué más le queda al pueblo palestino que no haya sufrido ya? ¿Cómo es posible que su grito desesperado de auxilio no impulse a los responsables de las naciones a poner fin a este conflicto regional, conscientes de las consecuencias que puedan derivarse a nivel mundial? ¿Es demasiado soñar que las armas se callen y dejen de provocar destrucción y muerte? Dejemos que el Jubileo nos recuerde que los que “trabajan por la paz” podrán ser “llamados hijos de Dios” (Mt 5, 9; cfr. Bula jubilar Spes non confundit, La esperanza no defrauda)
Con el papa León XIV abogamos por “una paz desarmada y desarmante” y hoy más que nunca la humanidad coincide con los sueños de Dios que nos manifiesta el profeta Isaías (2, 4): “Entonces harán de sus espadas arados, de sus lanzas podaderas. No alzará la espada pueblo contra pueblo ni se prepararán para la guerra”.
Comunicado_CP_HOAC_PAROLABORAL_15102025