Cada comienzo de curso vuelvo a retomar mi vida donde la dejé, aunque el tiempo de verano no ha dejado de ser vida. Vuelvo a trufarla con deseos, proyectos, esperanzas… Vuelvo a hacerme consciente de mis ataduras y resistencias, y también vuelvo a renovar mi deseo sincero de renunciar a lo que no seas Tú, de seguirte, de despojarme, de hacer mías tus urgencias, y poner en Ti mi confianza.
Cada comienzo de curso… Hoy vuelvo a hacerme consciente de lo que me pides.