Por Pepe Carmona, militante de la HOAC de Orihuela-Alicante.

La Hermandad Obrera de Acción Católica (en adelante HOAC) está de celebración. Este año se cumplen los 75 años de su puesta en marcha como movimiento especializado de Acción Católica para la evangelización del mundo obrero y del trabajo.

Aunque puede parecer obra debida a la voluntad de algún cristiano o grupo de cristianos que, sensibles a la que entonces y ahora se conoce como cuestión social, vio la necesidad de poner en funcionamiento esta acción apostólica, la HOAC debe su puesta en marcha a la voluntad expresa de la jerarquía de la Iglesia, representada entonces, el año 1946, por lo que se conocía como Junta de Metropolitanos de España (los arzobispos). Aquello fue percibido como una valiente innovación, no bien vista por todos, incluidos algunos obispos e incluso la misma Acción Católica.

Sin embargo, el conocido como Consejo Nacional de Hombres de Acción Católica, cuyo presidente era un empresario (Don Santiago Corral) y cuyo consiliario era un sacerdote de ascendencia aristocrática (D. Ignacio Zilueta), asumió el encargo de la jerarquía y se lanzó a la tarea de iniciar la HOAC. Paradójicamente, en una demostración palpable y notoria de que los caminos del Señor son inescrutables, la HOAC, un movimiento de obreros y para la clase obrera, debe sus inicios a la acción de un aristócrata y un empresario.

Sin embargo, aquellos dos hombres de Dios pronto comprendieron que no eran las personas más indicadas para iniciar aquella nueva obra evangelizadora. Si la HOAC había de ser un movimiento para la evangelización del Mundo Obrero, los apóstoles que llevaran a cabo aquella tarea evangelizadora, debían ser los propios obreros.

La persona adecuada la tenían muy cerca. En el Consejo Diocesano de los Hombres de Acción Católica de Madrid se encontraba, a cargo del Secretariado Social, Guillermo Rovirosa. Él fue la persona que, enterado de labios de D. Santiago Corral del propósito de la Iglesia de poner en marcha un instrumento para la evangelización del Mundo Obrero, asumió la tarea de llevar a cabo tal empresa.

Para ser rigurosos, y en otra demostración de que los caminos del Señor son inescrutables, Rovirosa tampoco era un obrero. Ingeniero de profesión, recuperó en edad adulta, la Navidad de 1933, la fe perdida en su juventud y, tras unos años de pertenencia a la Acción Católica encargado del Secretariado Social, vio en las palabras de D. Santiago Corral una segunda llamada, esta vez a la evangelización del mundo obrero y del trabajo.

Todo esto que contamos, empezó a gestarse en el mes de mayo de 1946. Estamos pues a punto de que se cumplan los 75 años de que la HOAC comenzara su andadura apostólica.