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Murcia | Pobreza laboral crónica vs oportunidad para construir un mundo nuevo

29 abril 2020 | Por

Murcia | Pobreza laboral crónica vs oportunidad para construir un mundo nuevo

Comunicado de la HOAC de Cartagena-Murcia del 1 de Mayo de 2020

Sin duda que este año el 1º de Mayo que se celebrará será único en la Historia desde que comenzaron a vivirse como jornada de concienciación del movimiento obrero, tras el llamado de la Segunda Internacional en 1889, aunque no fuese tras la Primera Guerra Mundial, 1919, cuando empezase a establecerse como jornada festiva y reivindicativa en la mayoría de las naciones del mundo, hasta el día de hoy (en Estados Unidos y Canada el Labor Day se celebra en septiembre).

En la mayoría de las naciones, la producción está parada como consecuencia de la pandemia provocada por la COVID-19, pandemia que ha afectado, como siempre, a la clase trabajadora, ya que muchos de los enfermos son trabajadores, otros muchos al recluirse están obligados a no trabajar, no tener recursos con los que sacar sus familias adelante, perder el trabajo… Otros sin embargo, están echando horas extras que no les serán reconocidas, y, demostrando a la Humanidad que gracias a su esfuerzo, al trabajo por bien de la comunidad, es como se puede salir adelante en las peores circunstancias, así quisiera comenzar con el reconocimiento a la labor de nuestros hermanos obreros de la salud (personal sanitario, administrativo, de limpieza, de los hospitales y centros de Salud), y a todos los que jugándose la vida, continúan en sus puestos de trabajo sirviendo a los mas débiles y necesitados (trabajadores de residencias, sociales…)

Junto a ellos, en nuestro país, si ha sido posible vivir un mes encerrados, sin faltar alimentos (al menos a la mayoría) ha sido gracias al trabajo de los empleados de supermercados, de los trabajadores del campo,de las industrias agroalimentarias, personal de limpieza, cuidados, etc., así como de los transportistas, que perdiendo muchas de las condiciones que hacían sus trabajos más llevaderos, se exponen al contagio, a no ver ni disfrutar de sus familiares más directos, e incluso, en ocasiones, al rechazo social por parte de sus vecinos que los consideran un “riesgo” si vuelven a sus domicilios. Ellos son los obreros del siglo XXI, que están salvando a nuestra sociedad, una sociedad que cuando han hecho huelga o reivindicado la defensa de la Sanidad pública, se ha mostrado indiferente e incluso le ha dado la espalda.

Pero estas nuevas circunstancias no pueden dejarnos impasibles, ante la oportunidad de reconstruir la sociedad y hacer Historia, y hacerlo poniendo al ser humano y sus necesidades como centro de la sociedad que resurja de esta crisis que estamos viviendo. Callarnos, sería dar pie a que tras lo vivido, se intente seguir construyendo un mundo neocapitalista que nos ha llevado hasta aquí y que puede provocar crisis peores que las que estamos viviendo.

Por ello, es el momento de aplaudir, pero también el de proponer, y de empezar a construir una sociedad donde el ser humano y sus necesidades ocupe el centro, donde lo importante no sea el capital, la producción y la ganancia o beneficio, sino la vida, la vida del ser humano, de la naturaleza, de la creación, una vida en armonía con todo lo que existe, que nos permita vivir en paz y en armonía con nosotros mismos, la familia, los vecinos, la comunidad, y con todo lo creado.

“Por un salario universal”

“Los males que aquejan a todos, a ustedes los golpean doblemente”, denuncia Francisco. Un pueblo con dificultades mayores para el confinamiento cuando la vivienda es precaria o “carece de un techo”, cuando se vive “el día a día sin ningún tipo de garantías legales que los proteja”, como sufren los trabajadores y las trabajadores “independientes o de la economía popular” que Francisco cita: “los vendedores ambulantes, los recicladores, los feriantes, los pequeños agricultores, los constructores, los costureros, los que realizan distintas tareas de cuidado”, y que “no tienen un salario estable para resistir este momento”.

Vemos como el parar, el estar encerrado, nos ha llevado a una disminución de la contaminación, la limpieza del aire y del medio ambiente, esto en unos momentos donde todo iba muriendo: no se podía respirar en Madrid ni en Barcelona, incluso en Murcia teníamos ya nuestra nube de polución sobre la ciudad… El Mar Menor muerto, y parece ser que muchos están más preocupados en recuperarlo para disfrutar de su casa o piso en la playa, que de recuperarlo para que vuelvan a verse los caballitos de mar… Una sociedad donde en base a las ganancias todo se informatiza, se mecaniza y el ser humano se va dando de baja, donde el anciano que iba a cobrar su pensión estaba siendo enseñado a hacerlo en cajero automático y sin ayuda de personal, pues los bancos tienen previsto reducir más personal… Se va más a lo industrial que a lo artesanal, aunque lo segundo tenga más calidad y de mejor calidad de vida…. Una sociedad global donde el primer mundo consume lo fabricado en el tercer o cuarto mundo por obreros, a veces niños, en condiciones de esclavitud, al tiempo que impide el paso de esas personas que vienen al primer mundo huyendo de la explotación y miseria que nuestras políticas socioeconómicas generan en sus países de origen….

Desde HOAC de Cartagena-Murcia pensamos que esta crisis es una oportunidad parar revertir esto, para dar un giro e ir cambiando. Pero esto no lo van a hacer nuestros políticos ni nuestros gobernantes, ni Europa, ni el FMI, ni la ONU, eso lo tenemos que lograr nosotros, lo tienen que lograr los mismos que están logrando la victoria sobre la COVID-19: el obrero, el ser humano que trabaja, que se da, y se da y trabaja no sólo ni principalmente por un salario o unas ganancias, sino por los otros, por los demás, que también deben trabajar por él y por los demás.

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