El amor va más allá de la ley, más allá de lo que podemos exigir o pueden exigir de nosotros. Trasciende lo debido para entrar en el campo de la gratuidad, del don, de la entrega, de la vida puesta al servicio de que los otros puedan vivir. Es lo que nos empuja a buscar y encontrar una felicidad que solo es tal si también puede ser la felicidad de los demás.