A lo largo de toda su vida pública, Jesús va a ser tentado, es decir, va a ser incitado a desviarse de su línea mesiánica, del compromiso expresado en su bautismo. ¿No experimentamos también nosotros la tentación de abandonar y traicionar la evangelización de los obreros con la excusa de las dificultades y otras asquerosas pamplinas?