
El comienzo de un nuevo curso supone siempre un nuevo desafío, que nos pide habitar la Cruz, como lugar de residencia habitual. Con las resonancias de la reciente asamblea, mirando la Cruz del mundo obrero como nuestro lugar de residencia, acojo las situaciones, las vidas, las personas a las que con alegría estoy invitado a entregarme con amor.
22º Domingo TO
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