No puede haber unidad perfecta, consolidada, permanente, si no está basada en esa fe en un Padre Común. Cristo nos dio la llave de este gran tesoro. Miembros unos de otros, formando un solo cuerpo. Unidad, que pone al hombre al servicio del otro hombre con todos sus sacrificios, por encima de todos los intereses y de todas las pasiones. Unidad en Cristo: Lo que hiciereis al más pequeño, a mí me lo hacéis. Que todos seamos uno, y todos y cada uno de nosotros al servicio de todos (Guillermo Rovirosa).
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