
Lo decisivo en nuestra experiencia de fe, la experiencia fundante, es la de sentirnos amados por Dios en el encuentro personal con el Resucitado. En Jesucristo experimentamos ese amor. Y desde ahí podemos sentir que el camino de construcción de nuestra vida que nos desvela la verdad de lo que somos y lo que estamos llamados a ser, pasa por esa experiencia cotidiana de amor y fraternidad que nos va rehaciendo y que nos hace vivir.
5º Domingo Pascua