Retiro de Cuaresma de la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) de Jaén para impulsar su proyecto de vida comunitaria en el mundo obrero más empobrecido: ¡Nunca te canses de hacer el bien!
Militantes y simpatizantes de la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) de Jaén han dedicado este fin de semana tiempo de encuentro y oración a reflexionar sobre el Mensaje de Cuaresma del papa Francisco, buscando acogerse unos a otros como regalo que Dios les hace y dispuestos a descubrir los rastros de Dios en la vida de cada uno de ellos y ellas y en la realidad del mundo obrero más empobrecido.
El Mensaje del Papa ha animado a los y las militantes a no cansarse de hacer el bien. Reflexionando sobre la necesidad de emprender un camino de conversión personal y comunitaria para así experimentar en sus vidas y en la vida del mundo obrero la realización de algo nuevo, de algo que está brotando en el yermo. Para ello se les hace necesaria una mística de ojos abiertos que haga percibir en medio de la dura realidad, que parece imponerse, la presencia de Dios que ofrece reconciliación y que alienta la esperanza
Una esperanza que tiene como base un camino de conversión, un cambio de mentalidad que pasa por esa capacidad de amar frente al mal y a la injusticia y esa capacidad de dolernos de ese sufrimiento y dolor del mundo obrero, siendo capaces de tocar las profundidades de la vida y desde ahí ser auténticamente felices, al comprender la angustia ajena que nos llama y conduce a aliviar el dolor.
Todo ello viviendo un camino de comunión, porque nadie se salva solo, pasando del yo al nosotros, de la vida entregada y de la renuncia de los planes y proyectos personales en favor del quehacer y misión comunitaria en las periferias del mundo obrero.
Interiorizando que no pueden cansarse de hacer el bien, de extirpar el mal de sus vidas, de sembrar el bien para los demás, para así liberase de las estrechas lógicas del beneficio personal, procurando acciones gratuitas y siendo conscientes de que el bien, como el amor, la justicia y la solidaridad, no se alcanzan de una vez para siempre, sino que han de ser conquistados cada día.
El retiro ha terminado compartiendo lo que se puede aportar a la vida de la Iglesia y del mundo del trabajo a la luz de esta Cuaresma, así como lo que necesita la Iglesia y el mundo del trabajo de este movimiento de militantes obreros cristianos, que hoy pasa por escuchar más la realidad obrera empobrecida, quitándose los cansancios de los días porque ningún esfuerzo generoso se pierde, acompañando más que liderando, tejiendo relaciones, generando espacios de sanación, volviéndose a Dios a diario, pasando por nuestros barrios, trabajo, organizaciones… haciendo el bien como Jesús. En definitiva, naciendo de nuevo para así no negar a Dios en el mundo, no desfallecer, no abandonar, para no evitar sino intentar implicar, buscar, llamar, visitar y cuidar, estrujando cada militante su responsabilidad en comunión con toda la Iglesia y doliéndose del sufrimiento de los pobres del mundo obrero y llevándoles la vida nueva de Jesús, fuente de sentido y felicidad.