Mira el año terminado y el que está comenzando; pese a todo lo vivido míralos con agradecimiento y esperanza. Descubre la bendición de Dios derramada en tu vida y en la vida obrera en el año que termina. Pide recorrer este nuevo año de la mano de María de Nazaret, tras los pasos del Resucitado. Acoge la Bendición de Dios.