El presbítero de la diócesis de Bugos, Gregorio Burgos Contreras, que entre otras responsabilidades fue consiliario general de la HOAC y secretario del Departamento Episcopal de Pastoral Obrera, ha celebrado, el mismo día de su ordenación, sus 50 años de ministerio presbiterial, acompañado de familiares, amigos y militantes de la HOAC de su misma diócesis, pero también de Logroño y Vitoria, en la sede de esta organización en Miranda de Ebro, donde actualmente ejerce como párroco, además de como consiliario diocesano.

Gregorio Burgos celebrando sus 50 años de ministerio con familiares, amigos y militantes.

Gregorio Burgos, familiarmente llamado Goyo, nació en el pueblo burgalés de Sasamón el 17 de septiembre de 1944, siendo ordenado presbítero en la Catedral de la diócesis el 11 de julio de 1967. Su primer destino como párroco fue en Lermilla y Quitanarruz para más tarde pasar por la Parroquia de san Nicolás en Miranda de Ebro y luego en Orbaneja del Castillo, desde donde fue llamado a cumplir el servicio militar como capellán castrense en Barcelona.

A su regreso de la “mili”, fue nombrado vicario parroquial en Espinosa de los Monteros, hasta convertirse en párroco en Santa Olalla y Quintanilla Sobresierra. Antes de convertirse en consiliario general de la HOAC, entre 1995 y 1999, había sido nombrado delegado diocesano de Pastoral Obrera, a mediados de los años 80. Terminada su etapa en la Comisión Permanente de la HOAC, fue designado como secretario del Departamento Episcopal de Pastoral Obrera, tras lo cual quedó incardinado en la diócesis de Getafe durante cinco años.

Después volvió a su querida diócesis de origen. Desde entonces ha sido párroco de san José Obrero y del Espíritu Santo en Miranda de Ebro y consiliario de la HOAC de Burgos y, de nuevo, Delegado de Pastoral Obrera, además de Consiliario del Consejo Diocesano de Acción Católica. Para el sacerdote, Miranda de Ebro supuso el verdadero inicio de su servicio como cura al mundo obrero y confía en que sea también el broche final a su desempeño.

Fue en el otoño de 1970 cuando conoció la HOAC, por invitación del también presbítero Agustín Peña, ya fallecido. Eran los años posconciliares, llenos de ilusión y optimismo, tal vez, ingenuo, donde se abrió el diálogo con la sociedad y se pusieron en marcha novedosas acciones misioneras. A mediados de los años 80, comenzó a funcionar la Pastoral Obrera, en la que se involucró desde el principio tanto en el diálogo con los obispos, como con la relación con los movimientos apostólicos especializados y la atención a las personas y familias trabajadoras de las comunidades eclesiales.

El pasado 10 mayo de 2017, fiesta de san Juan de Ávila en el seminario de san José no solo se celebró al patrón de los sacerdotes, sino que se rindió especial homenaje a aquellos que cumplían 60, 50 y 25 años de servicio ministerial en el año en curso, entre ellos el citado Gregorio Burgos.