Iñaki Lancelot | Elena Martín, protagonista y directora debutante, ha abordado su experiencia como estudiante Erasmus en la encantadora ciudad de Berlín.

Ha tratado con preciosa sinceridad la iniciación en la independencia personal, la toma de decisiones adultas, el paso adelante que deja atrás elementos queridos y antes fundamentales, el primer amor… Completando un cuadro que la retrata y en el que se mirará en un futuro, cuando se pregunte cómo sentía ella y qué le inquietaba a los veinticinco años.

Hablando de sí misma, compone un hábil retrato de toda su generación. La obra absorbe tanto el descubrimiento de la forma de vida de los universitarios alemanes (ese cierto desapego, la exigencia incluso entre pares), como el punto de partida de la estudiante española (esa infantilización).

Trascienden la pantalla la ilusión inicial de la protagonista, sus incertidumbres, las dificultades iniciales o las barreras inabordables. También aquellas que van cayendo, para transmitir con gran precisión el sentimiento de no reconocer ningún lugar como propio a su retorno. Es bellísima la secuencia que describe la llegada a Berlin, donde todo es extraño. La supera aquella cuando al regreso no sabe donde situarse en lo que había sido su casa natal. Un momento cumbre de la obra, cuando provoca en el espectador el desconcierto que está experimentando el personaje.

Martín describe muy bien la evolución personal, la transformación propia mientras el mundo parece haberse congelado en el tiempo y pretender que todo siga igual. Entra en la intimidad del figurante con delicadeza y profundidad. Como actriz, realiza una gran actuación, perfectamente ajustada. Cuenta con una banda sonora espectacular. Lo cuenta en alemán, catalán y algo de castellano. Y culmina una película sensacional.

Júlia ist
Director: Elena Martín
Nacionalidad: España
Intérpretes: Elena Martín, Laura Weissmahr, Jakob D’Aprile, Oriol Puig
Premios: Mejor película de la sección Zonazine en Málaga
Estreno: 16/6/17

Verano 1993

Carla Simón retrocede a su infancia para descubrirnos a través de sus ojos de niña, el momento en que murió su madre.

Recibimos la información a través de los silencios de unos adultos que toman decisiones sobre la vida de la protagonista sin consultarla, y vamos encajando el puzzle como debió de ir haciéndolo ella misma.

Simón ha tomado la vía de la sinceridad, evitando cualquier atisbo de reproche. Describe el esfuerzo de quienes la acogieron y la afectuosidad de su tío Esteve (qué bien David Verdaguer), pero también la dificultad de la empresa. Tratando finalmente la paternidad y cómo el deseo de hacerlo bien, no exime de cometer errores.

La obra, rodada íntegramente en catalán, es dura con sus tíos y con la propia protagonista. Quien no deja de reflejar incomodidad, un dolor de fondo aún sin digerir. Solo a su hermana adoptiva dedica un retrato sin dobleces, tan delicado como emotivo.

El estilo contenido de la presentación casa con la barrera protectora en torno a la niña. Se alarga la duración de los planos y se retrasa el ritmo de la narración, como sucede en los momentos importantes, cuando el tiempo parece detenido. Lanzando a las salas un mensaje conmovedor, nada contemplativo, doliente y vital.

Verano 1993
Director: Carla Simón
Nacionalidad: España
Intérpretes: David Verdaguer, Bruna Cusí, Laia Artigas, Paula Robles, Montse Sanz, Isabel Rocatti
Premios: Mejor película española en Málaga, Mejor ópera prima en Berlin
Estreno: 30/6/17

Estrenos de agosto

«La hora del cambio». Ficarra y Picone, Italia 2017. La corrupción difusa en tono de comedia. Estreno: Día 11.

«Verónica». P. Plaza, España 2017. Terror psicológico asentado en la realidad. Gran realización del codirector de la tetralogía «Rec». Estreno: Día 25.