La Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) de la Diócesis de Canarias, con motivo de la celebración del Día de la Sagrada Familia el viernes 30 de diciembre, advierte de que el contexto socioeconómico actual está rompiendo cada vez más las familias obreras. A las crisis personales que inciden en las relaciones internas de cualquier hogar, hay que sumar las que imponen el mercado y sus intereses de producción y consumo por encima de las razones del amor humano.
Aunque el trabajo es esencial para la vida, pues permite la realización personal y poder cubrir necesidades básicas, las actuales leyes del mercado están produciendo sufrimiento y graves dificultades en las familias que apenas pueden desarrollar su función de cuidado de la vida y la educación. La HOAC considera que es necesario y urgente que todas las personas tengamos un trabajo digno para poder desarrollar una vida decente.
La legislación laboral, tras múltiples reformas, permite la máxima flexibilidad y crea mayor precariedad. Deja indefensos a los trabajadores, con largas jornadas, salarios muy bajos, desplazamientos forzosos y condiciones poco conciliadoras. Incluso cada vez son más los empleados que se encuentran en situaciones de exclusión social porque sus salarios no les llega para cubrir sus mínimas condiciones de vida. En esta situación hay 65.818 personas, un 14% de los trabajadores. Las altas cotas de paro en las diferentes franjas de edad, que afecta a 280.700 canarios, están dejando a jóvenes, mujeres y mayores de 45 años ante los umbrales de la pobreza y la marginalidad, porque la mitad de ellos no cobra las prestaciones por desempleo.
La instrumentalización de las personas frente a la economía, considerando al ser humano y su trabajo mera mercancía, es totalmente contraria a la vida. La alimentación, la salud, la educación, el hogar y su habitabilidad en condiciones (con luz, agua, seguro, comunicación, etc…) tienen que estar garantizados pues estamos hablando de seres humanos y no de máquinas que se encienden o apagan o cifras que se modifican por imperativos economicistas.
El Día de la Sagrada Familia, donde Dios como cuidador, como madre y padre, se encarna entre los más pobres en la forma vulnerable de un recién nacido, nos hace como cristianos denunciar la situación que sufren las familias trabajadoras, y reclamar no solo derechos individuales de los trabajadores, sino colectivos de las familias, pues la sociedad no puede prescindir de ellas y debe protegerlas.
El movimiento obrero cristiano HOAC entiende que la familia, en sus diversas formas, es la institución básica de la sociedad, que debe ser respetada y defendida de todas estas agresiones por parte de las entidades sociales, culturales, económicas y eclesiales. También pedimos a las instituciones públicas que desarrollen políticas jurídicas, sociales y económicas justas que permitan el desarrollo del trabajo digno para una sociedad decente, que fomenten una cultura colectiva basada en el bien común y una justa distribución de los bienes y servicios respetando la naturaleza.
HOAC de la Diócesis de Canarias