Mundo obrero y del trabajo >> , ,

Heleno Saña, filósofo: «Detrás de la fachada de la sociedad abierta se incuban el etnicismo y el racismo»

21 noviembre 2016 | Por

Heleno Saña, filósofo: «Detrás de la fachada de  la sociedad abierta se incuban el etnicismo y el racismo»

José Luis PalaciosLa ideología del éxito (PPC) es un recorrido por la sabiduría clásica en busca de un programa vital que responda a la esencia del ser humano. Esta obra de Heleno Saña, nacido en Barcelona en 1930 y residente en Alemania desde 1959, es un regalo filosófico para despertar conciencias y apostar por el desarrollo pleno del ser humano.

¿Cómo nació este recopilatorio filosófico que contiene todo un programa de vida que busca conciencias despiertas?

Desde mis primeros pasos de escritor, mi atención ha estado centrada en la parte irracional e inhumana que he visto en torno mío. Mi mirada se ha dirigido instintivamente allí donde habitan las víctimas del mal y la injusticia. Y este punto de partida motivacional es lo que me ha impulsado a buscar el legado de los grandes maestros del pensamiento universal y apoyarme en ellos para hacer comprender a los lectores la esencia del bien y la verdad.

La civilización de la técnica y la prosperidad es también la que mayor dolor, injusticia e insatisfacción produce?

Sin negar en absoluto la parte positiva de la civilización moderna, se trata de un modelo de vida que en conjunto se distingue por su carácter fundamentalmente destructivo y letal, lo que a su vez explica el fondo de amargura y frustración que se esconde en el ánimo del individuo contemporáneo.

Sin embargo, el filósofo Javier Gomá defiende que nuestra época es la mejor de la historia universal, tanto por progreso material, si nos fijamos en occidente, como desde el punto de vista moral…

Hablar de progreso material en una época que el gran filósofo George Pitch ha denominado con razón «la era del hambre mundial» me parece sencillamente tan inadmisible como escandaloso, no solo, pero en primer término, porque su apología del statu quo significa implícitamente un acto de desprecio hacia los condenados de la tierra que padecen hambre y sed de justicia. Pero no menos, e incluso más incomprensible, es el himno de alabanza que entona a favor de la condición moral de nuestro tiempo, que es en esencia y, con no muchas excepciones, la moral del éxito a toda costa, de la voluntad de poder nietzscheana, de la guerra de todos contra todos de Hobbes, del culto ciego a la crematística y del hedonismo a ras del suelo.

El sistema imperante dedica los recursos materiales, técnicos y científicos de que dispone, no para humanizar y mejorar las condiciones de vida de la humanidad, sino para fomentar el espíritu de lucro y el afán de poder de los estratos hegemónicos de la sociedad. Lo único que cuenta son los negocios del gran capital, no las necesidades físicas, humanas y espirituales del hombre.

¿Considera que la ideología del éxito ha adulterado el sentido de la vida y nos ha introducido en un nuevo ciclo nihilista?

Ya desde Platón la filosofía humanista ha calificado de enfermedad, nósos, todo lo que aleja al alma de la virtud y el bien, que es lo que ocurre exactamente hoy tanto a nivel individual como colectivo. Entre los síntomas principales de este lamentable estado de cosas está la alienación, la robotización y la masificación del tipo medio de individuo y su incapacidad para pensar por su cuenta y desentrañar la verdadera índole de la sociedad en que está ubicado. Esta pérdida de la conciencia personal ha conducido asimismo a un descenso vertiginoso de las relaciones interpersonales y de lo que Martín Buber llamaba la cultura del tú-yo que, en el fondo, no es otra cosa que la cultura dialógica practicada por Sócrates. El otro ha dejado en general de ser el compañero, el amigo o el hermano para pasar a ser el rival o el enemigo abierto.

No es fácil de explicar que con el acceso a la información y el conocimiento que hay hoy en día sean tan pocos quienes reparen en este hecho…

Precisamente porque la sociedad tardocapitalista está basada en una gran mentira que engendra a ritmo cada vez más rápido toda clase de aporías, dramas y catástrofes tanto personales como colectivas, los amos del mundo recurren a la estrategia de propagar el optimismo sistemático y hacer creer a la gente que vivimos en el mejor de los mundos posibles. Y este lavado de cerebro en permanencia es cumplido en general y devotamente por los medios de comunicación.

Su crítica alcanza a las clases trabajadoras. ¿Han renunciado a sus sueños para entrar en paraíso del consumo?

Mi posición sobre los estratos dirigentes, sus lobbies y sus organizaciones no podía dejar de ser implacablemente crítica. Pero ello no ha impedido que mi juicio sobre las clases asalariadas no sea tampoco muy halagador, ya que a la inversa de la época clásica de la lucha de clases, han dejado de hecho de ofrecer resistencia digna de este nombre a las clases culpables de su explotación como mano de obra y a su degradación como seres humanos. Esta actitud resignada y pasiva está determinada en gran parte por la influencia masiva que los cantos de sirena sobre las supuestas delicias de la sociedad de consumo ejercen sobre el promedio de trabajadores.

El nacionalismo y la xenofobia reverdecen en la Unión Europea. ¿Es para asustarse?

El resurgimiento del morbo nacionalista y xenófobo demuestra por sí solo la incultura humana, ética e intelectual reinante, en mayor o menor grado, en los países europeos y, por supuesto también en Norteamérica. Demuestra asimismo que el liberalismo, el pluralismo y el cosmopolitismo que Raimund K. Popper adjudicaba a la supuesta open society o sociedad abierta del mundo occidental se está convirtiendo en una fachada detrás de la cual se incuban patologías psíquicas de tan baja índole como son el etnicismo y el racismo.

Los sabios de la antigüedad y las tradiciones religiosas lejos de alentar al éxito personal y social, hablaban de perfeccionamiento, de contención de los instintos…

Todas las culturas, sistemas axiológicos y religiones gestadas en la Antigüedad Clásica han tenido como objetivo prioritario la formación de la persona como sujeto moral, una intencionalidad motivacional existente no solo en el pensamiento grecorromano y el cristianismo, sino compartida también por la filosofía china y la religión india. Ello explica la importancia capital que todas estas cosmovisiones asignaban a la pedagogía. El común denominador de la educación era el de fomentar la virtud y contener los bajos instintos. El fin de esa visión elevada y altruista era el de preparar al hombre como ente social y capacitarlo para convivir pacíficamente con sus conciudanos en la polis o comunidad. Todo eso empezó a pasar a mejor vida a partir del advenimiento de la burguesía como clase dominante y ha alcanzado su punto culminante en la sociedad competitiva de nuestros días, en la que lo único que cuenta es tener éxito e imponerse como sea a los demás.

Insiste en su libro que sin revolución interior no habrá revolución social. ¿Qué actitudes, qué compañías pueden favorecerla?

Esta es la llave maestra para dejar de ser individuos fabricados en serie y encontrar el camino que nos permita llegar al fondo de nosotros mismos, que es, como nos enseñan Platón y S. Agustín, la raíz y fuente de la verdad. El hombre medio se ha convertido hoy en un ser externalizado y pendiente continuamente del mundo cosificado que le sale al paso por doquier. Liberarse de esta influencia externa a través de la autorreflexión es la condición previa para su autoliberación.

Son muchas las personas que optan por «cultivar su jardín», por recluirse en su intimidad y círculo más cercano…

La mayor parte de personas viven hoy recluidas en la caverna que Platón describe en su Politeía para ilustrar metafóricamente su estado de alienación y su falta de perspectiva cognoscitiva. No otra cosa es el culto que en la sociedad de consumo se rinde a la privacy como el no va más de la plenitud y la autorrealización. De ahí que se hayan convertido en mónadas solitarias y desvinculadas de todo lo que no sea su vida particular. Pero vida verdadera y digna de este nombre es vida en común y vida compartida con nuestros semejantes, sobre todo con quienes están necesitados de nuestro calor y nuestro apoyo. El gesto social más genuino es el de buscar la compañía de nuestros prójimos, no solo pero en primer lugar la de los desventurados de la tierra. Y recordaré al paso en este contexto que los griegos llamaban idiotés a las personas entregadas exclusivamente a sus intereses y negocios particulares.

¿Qué valores y experiencias del movimiento obrero y de las comunidades cristianas considera que puede seguir inspirando y alimentado el proyecto de la HOAC en la actualidad?

Desde las primeras comunidades cristianas al movimiento obrero del siglo XIX y primer tercio del XX, las clases humildes han postulado y practicado valores y modos de ser y de organización social que por muy silenciados que sean por las tribunas mediáticas, conservan, en esencia, su plena vigencia y podrían contribuir, por ello, a fecundar el proyecto actual de la HOAC, entre ellos el espíritu solidario, el apoyo mutuo, el sentido de la igualdad, el amor a la cultura y la voluntad de autodeterminación como norma básica de conducta, temas que por su trascendencia histórica, social, humana y espiritual he abordado a fondo, con mejor o peor fortuna, en varios de mis libros.

¿Qué tendrían que cambiar los movimientos sociales y las comunidades para contribuir a la mejora de la humanidad?

Solo revalorizando y reactualizando la herencia espiritual y cultural que nos han transmitido los movimientos sociales y comunitarios estaremos en condiciones de poner en marcha el proceso de humanización general que el mundo tan urgentemente necesita. Pero esta tarea de renovación requiere, a su vez, un proceso de autoconcienciación y catarsis moral que nos permita reconocer la falsedad de los eslóganes y lugares comunes difundidos por el sistema para legitimarse a sí mismo y seguir despertando esperanzas e ilusiones que nunca va a poder cumplir.

¿Cuál sería su consejo para llevar una vida plena con relaciones verdaderamente humanas que no rehuya de la contemplación del dolor, ni se canse de intentar mejorar la vida de los demás?

Mi primer consejo consiste en volver la espalda al fetichismo consumista hoy imperante, conformarse con una vida material sencilla y elegir como columna vertebral de nuestra conducta el cultivo de los valores del alma, que son la condición previa para ser útiles a nuestros prójimos y dar a nuestro paso por la tierra el mayor sentido posible. Pienso, no solo desde hoy, que toda vida no consagrada al bien es una vida malograda y perdida. Todo modelo de autorrealización que no se atenga a este principio es, a mi juicio, pura vanidad de vanidades y traición a los atributos más nobles y elevados de nuestra naturaleza.

faldon portada y sumario

tantoportanpoco560-05

faldonsumario2-02

Revista TU!

Acceso a la suscripción.
■ Edición digital www.hoac.es/tu

Nuevo libro

Ultimo cuaderno

Redes Sociales

Instagram


© 2024 HOAC.

| Diseño original | DET | Adaptación de ACF | Desarrollado con WordPress | CM/Admo