Iñaki Lancelot | El tópico señala a las actrices como mujeres muy guapas y caprichosas. Pero los tópicos han de ser rebatidos si lo merecen. Para ello, hemos entrevistado a Macarena Gómez y hemos encontrado a una persona tan accesible como bella, con una mirada inolvidable.

Hemos charlado del oficio de actriz, y descubierto su tesón para sacar adelante diferentes proyectos, junto a su deseo de protagonizar más cine social. Quien empezara a ser conocida por su actuación en la tv movie «Padre coraje» e impresionara con su naturalidad y frescura en «El calentito», obtuvo su gran papel protagonista en la reciente «Musarañas». Durante este mes, estrena «Secuestro», encarnando un papel fundamental en la trama. El de una mujer que confía y lucha, trabaja y sale adelante. Un personaje creíble e inolvidable.

En su trayectoria, ha participado en muchas primeras y segundas películas de directores. ¿Hasta qué punto es decisión suya?

Creo que soy persona accesible. Que mi imagen en el mundo del cine es la de estar muy dispuesta a seguir al director y entregarme a su causa. Ello facilita que me llamen realizadores independientes, que saben que no pongo reparos. Por otro lado, suelen hacer un cine más osado y menos convencional. Me llaman para papeles freakies y saben que no tengo problema en hacer de rarita. En mi opinión, ello no afecta negativamente a mi carrera, sino que la potencia. Me divierte representar roles opuestos a mí. Aunque es cierto que deseo que me llegue el papel de gran dama, superatractiva, donde pueda lucir mi físico. Me encantaría interpretar, por ejemplo, a una ejecutiva triunfadora.

Volviendo a lo anterior, les ofrezco mi apoyo y me gusta aportar desde mi experiencia. De hecho, he actuado en gran número de cortometrajes. Me leo todos los guiones de cortos que me envían a mi correo electrónico y, en muchos casos, llego a producirlos, porque me gusta el cine y me involucro. Es habitual que los directores, cuando llegan al largo, cuenten conmigo y ello hace que participe en primeras películas. Aunque no siempre sucede, porque en ocasiones, no tienen la capacidad de decisión sobre los actores con los que quieren contar.

También es importante su faceta como actriz en cine social. Por ejemplo, recogió el premio a la mejor actriz en el Festival de Cine Social de Castilla La Mancha, hace dos años.

Es cierto, con el corto «Lo estipulado»*. Sin embargo, he hecho mucho menos cine social del que me gustaría. Solo el telefilme «Padre coraje» (la historia real del asesinato de un joven cajero de una gasolinera en Jerez de la Frontera y la lucha de su padre por esclarecer el crimen, llegando a infiltrarse en los círculos de la droga en su ciudad), en mis comienzos. Estoy deseando hacer más. El corto «Lo estipulado» muestra una entrevista de trabajo en la que se evidencian las asimetrías de la relación laboral ante la falta de empleo disponible.

¿La carrera de actriz requiere formación o es un trabajo que se realiza desde la intuición?

Ambas cosas. Yo en primer lugar me he formado. Estudié Arte Dramático en Londres para tener las herramientas y aprender las técnicas que me ayuden en mi trabajo como actriz, el cual es muy gratificante. Pero primero de todo soy actriz de vocación, lo cual decidí siendo muy niña. También de formación. Y por supuesto, de intuición. Esta última es fundamental para mí, cuando tengo que transmitir en pantalla lo esencial de un personaje. Y entre los piropos de los directores que más me agrada recordar, cuento los de Manuel Iborra durante el rodaje de «La dama boba», halagando mi intuición para interpretar en rodaje lo que pedía el guion a mi personaje.

Hablando de técnica actoral, ¿una actriz tiene que controlar los sentimientos o debe hacerlos aflorar?

Una actriz debe controlar la expresión de sus sentimientos. Tiene que dejar que afloren, pero no cualquiera de ellos, sino el que corresponde a lo que está representando. El adecuado sí, el erróneo no. La herramienta principal es la sustitución. Yo tengo que estar muy enamorada del personaje que tengo delante, pero no del actor. Entonces, cuando le beso, estoy viendo ante mí a la persona de la que sí estoy realmente enamorada. Los actores negociamos con los sentimientos para que aguarden su turno y aparezcan solo cuando deben.

De entre tus películas más recientes, «Musarañas», hace dos años, ¿ha sido tu principal actuación protagonista?

Sí, realmente. Me va muy bien el papel de una persona atormentada por dentro, pero contenida. Me adapto bien a los personajes oscuros, con un mundo interior subyacente poderoso.

Una dificultad del trabajo de actor es su poca intervención en el acabado del film. La actriz va al rodaje después de leer el guión, pero posteriormente llegan las fases de montaje y efectos especiales, procesos en los que ya no interviene ningún intérprete.

Efectivamente, y una puede llevarse sorpresas como que durante el montaje se modifique el argumento. Y cuando ve la película acabada, descubre un final diferente al que interpretó ante la cámara. De hecho, hay películas que vemos acabadas pocos días antes de su estreno en pantalla, cuando ya es imposible que nuestra opinión pueda facilitar un eventual retoque.

Respecto a la profesión de actor, ¿existe una línea entre quienes han logrado un papel protagonista en una película con éxito de taquilla y ya tienen un estatus seguro y el resto?

Ser el o la protagonista no es lo único importante. Hacer cine es lo interesante. En mi caso, valoro la continuidad. Y, si no me llaman, no me quedo de brazos cruzados. Participo en cine independiente, sin detenerme porque el sueldo sea bajo, produzco cortos…, y ello da sus frutos.

Hablemos de su actual estreno, «Secuestro», que tiene lugar durante este mes de agosto. ¿Vuelve a representar a una embarazada?

Sí, cierto. Lo curioso es que en las tres ocasiones que lo he representado, no lo estaba de verdad. De hecho, en «Secuestro», rodé un mes después de que naciera mi hijo. También es cierto que ello ha limitado la necesidad de maquillaje. Por otro lado, ha sido un rodaje muy tranquilo y agradable, en el que me he sentido bien conectada con su directora, Mar Targarona.

Y en la que se ha reencontrado con actores de «Padre Coraje» como Antonio Dechent y Vicente Romero, contigo tres andaluces. ¡Qué grande el cine andaluz!

Sí, pero fíjate que yo solo he rodado en Andalucía dos veces. Fue con «Padre coraje» y con «Blas Infante, una pasión singular», ambas más de diez años atrás. La realidad para los actores andaluces es complicada. Nos encontramos en los rodajes fuera de Andalucía, porque hemos tenido que salir para impulsar nuestras carreras. Ello me apena porque yo llevo a gala mi origen cordobés.

De hecho, ha recibido reconocimientos como cordobesa del año y por la promoción de Córdoba en el exterior.

Sí. Reconocimientos que aprecio especialmente.

¿Puede hablarnos de tus próximas películas?

Sí, claro. Ya hemos terminado de rodar «Pieles», de Eduardo Casanova (jovencísimo actor que interpretó a Fidel Martínez en la serie «Aída» y debuta como director a sus veinticinco años. El film trata sobre gente de aspecto nada común, y las dificultades sociales inherentes a su peculiaridades físicas). También «249. La noche en que una becaria encontró a Emiliano Revilla» (trata sobre el caso real de la periodista, entonces en paro, que dio la exclusiva de la liberación de Emiliano Revilla, secuestrado a manos de ETA. La periodista recibió el premio de periodismo Ortega y Gasset y relanzó su carrera).

Como puede verse, además de su gran capacidad cómica de la que puede disfrutarse a diario en la serie de televisión «La que se avecina», y de su facilidad para el género de terror, Macarena Gómez da rienda suelta a su versatilidad como actriz con temáticas de gran interés social, de las que ella quiere más. Porque Macarena, coinciden el nombre artístico y el real, no se detiene. Conocerla es un placer.

Para ver el cortometraje «Lo estipulado», pinchar este enlace.