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Bolivia: ¡Lucho Pueblo!

30 marzo 2015 | Por

Bolivia: ¡Lucho Pueblo!

En este mes de marzo, tan prolijo en conmemoraciones, el presbítero de la diócesis de Burgos ahora destinado a Bolivia tras su paso por la Comisión Permanente de la HOAC, Isaac Nuñez, recupera la figura inolvidable de Luis Espinal, cuyo legado está pudiendo conocer de primera mano.

ISAAC NÚÑEZ (Bolivia). El 22 de marzo de 1980 apareció tirado en un basural el cadáver torturado y muerto de Luis Espinal. Jesuita, especialista en cine, radialista, articulista, fundador y director del semanario “Aquí”. Predicaba en todos esos medios el evangelio de la vida, de la justicia, de la libertad en una situación de dictaduras militares, como profeta de denuncia y de anuncio liberador y salvador. Sabía que lo buscaban para matarlo, pero asumía el riesgo y no se precavía. Los viernes veía la película de la semana que estrenaban; y de aquel viernes, después de ver la película, volvía de noche a su casa, cerquita de aquí –donde resido yo ahora-, dos hombres lo forzaron a subir a un jeep, lo torturaron durante la noche, lo acribillaron a balazos y lo tiraron al basural en Achachicala, cerca de Panticirca, donde un campesino lo encontró al día siguiente.
Fue el 22 de marzo. El 24 de marzo asesinaron a Osca A. Romero. El entierro de L. Espinal fue multitudinario, como un reto a la dictadura militar. Le llaman “Lucho Pueblo” y tiene calles, plazas, colegios rotulados con su nombre.

Este año es el que más actos conmemorativos del martirio de L. Espinal estoy viendo que se celebran: presentación de un libro y proyección de un video de 35 minutos en la Cinemateca; Eucaristía en “Café Semilla” –que yo concelebré- con testimonios de personas que compartieron su tarea; acto oficial en la Cámara de Diputados, con la proclama de un reconocimiento oficial de dicha Cámara y el anuncio oficial del Presidente del Senado de la concesión de una máxima condecoración que entregaran a los Jesuitas y la petición oficial al Papa de la “santificación” de L. Espinal… En ese acto en el Parlamento, me impresionaba que entre intervención e intervención, la presentadora recitaba poemas-oraciones de “Oraciones a quemarropa” de Luis Espinal; como si fuera un acto religioso –impensable en Europa-. Y otro día, proyección de un documental en la embajada argentina.

También SICSAL ha cursado una carta al Papa –que yo también he firmado- pidiendo que en la visita del Papa a Bolivia, en julio, visite el lugar donde L. Espinal fue encontrado muerto.

Añado que Teresa Subieta, directora de Contexto, en 1980 era jovencita y, junto con L. Espinal y otras mujeres, hicieron una huelga de hambre (19 días) en el arzobispado, que luego se extendió por toda Bolivia, con unos 1.200 piquetes de huelga, y que fue efectiva para la caída de la dictadura militar del momento.

El pueblo reconoce a sus testigos, sus libertadores, sus mártires. Este es un caso claro. L. Espinal era español. Llega a La Paz en 1968. Se nacionaliza boliviano en 1970 y pierde la nacionalidad española. Nunca volvió a España –no le dejarían volver a Bolivia-. Mártir a los 48 años.

Curioso también que los pastores de la Iglesia –obispos y curas- no dicen nada sobre L. Espinal. Es el pueblo el que habla. ¡Lucho Pueblo!

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