La ciudad es espacio que nos urge a las prisas, al movimiento e incluso al estrés…. Acoger el evangelio en la ciudad es todo un reto ¿verdad? ¿Qué música o “ruido” de fondo tenemos? Ahora es el tiempo, no de preocuparse de si esto se acaba o no se acaba. Es tiempo de seguir a Jesús, no de buscar las seguridades en la Ley (Lc 10,25ss) o el dinero y las posesiones (Lc 18,18ss). Es tiempo de dar testimonio (13). Es tiempo de confiar en que Jesús no abandona nunca al discípulo en el camino (15). Es el tiempo de acoger la salvación, que se nos da hoy, no al final: Anda, haz tú lo mismo que aquel samaritano (Lc 10,37). En la ciudad y el “tiempo” (es tiempo): aquí surge la llamada, el grito a seguirle como militantes obrero. Es tiempo de militancia.
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