Según el último informe de la FAO, el Fondo Internacional de Desarrollo Agrario y el Programa Mundial de Alimentos, «Estado de la inseguridad alimentaria en el mundo», una de cada ocho personas en el mundo es víctima de hambre crónica. En el periodo 2010-2012 el número de hambrientos crónicos era de 868 millones de personas, y en 2013 es de 842 millones.
Es una injusticia que atenta radicalmente contra la vida de las personas, porque recursos para alimentar suficientemente a todos existen. Por ello, estos organismos internacionales plantean que es imprescindible redoblar los esfuerzos para alcanzar el objetivo de hambre cero, para lo cual no es suficiente el crecimiento económico, sino plantear como objetivo específico y prioritario lograr la seguridad alimentaria de todas las personas.