Jesús nace para mostrarnos un modelo de sociedad justa e igualitaria y en la que los que más cuentan son los parados, los desahuciados y las víctimas de los recortes sociales.

Los participantes en la eucaristía de navidad que convoca la HOAC queremos manifestar que es posible celebrar la Navidad a pesar de la situación de crisis económica y de la tristeza que se va adueñando de nuestro entorno.

Hemos dado fe de que “Cristo puso su tienda entre nosotros” y no la ha retirado; que Cristo no se cansa de asumir la causa de los desahuciados injustamente y de identificarse con los últimos de la sociedad. Por eso podemos acercarnos a celebrar la Navidad, porque hay una propuesta de sociedad de hermanos que Él nos muestra.

Creemos que los desahucios, los recortes de todo tipo en sanidad, las reducciones en la enseñanza las disminuciones en materia de servicios sociales (dependencia, atención a mayores y situaciones de emergencia social), y cuantos otros recortes y abusos en el Estado de Bienestar se vienen produciendo (tasas de justicia, precios de los transportes públicos y de la energía) son contrarios a los planes de Dios y atentan directamente contra la dignidad de las personas.

Pero también queremos señalar que estas situaciones son fruto de la injusticia que reina en nuestra sociedad en la que los intereses de unos pocos son puestos por delante de los intereses y la dignidad de la mayoría.

Creemos que es precisamente en esas circunstancias en las que Jesús, el Hijo de Dios, prefiere hacerse presente y encarnarse, para acercarse más si cabe a las personas, especialmente a los desheredados y solo nos pide que le sirvamos de instrumento para hacerlo.

En el evangelio hemos proclamado que, al nacer Dios en Belén “Vino a los suyos, pero los suyos no le recibieron. Pero a cuantos le recibieron, a todos aquellos que creen en su nombre, les dio poder para ser hijos de Dios”. Nosotros anhelamos recibir la gracia de vivir coherentemente con nuestra condición de hijos de Dios y ayudar a construir su Nueva Sociedad: el Reinado de Dios.

Por todo ello nos comprometemos, desde los ámbitos en los que vivimos el día a día, a mostrar nuestra indignación ante estas situaciones, y a ayudar a tomar conciencia de ello a los que nos rodean así como a participar activamente en cuantas justas movilizaciones se convoquen. Queremos construir el Reino con Él.

Lo decimos con la fuerza que pone Dios en los empobrecidos al nacer en un pesebre y salvarnos desde la debilidad de últimos de la sociedad.

Madrid a 15 de diciembre de 2012