Jesús nos habla hoy con el corazón traspasado de amor.
Nos inunda de su Espíritu, que nos hace, en Jesús y como Jesús,
hijos del Padre y hermanos.
Esta comunión desbordada de amor divino,
que embriaga nuestro amor humano,
es la máxima aspiración de felicidad personal
que podemos soñar y gozar.
Más oraciones en: Orar desde el mundo obrero