El pasado 17 de febrero el Parlamento Vasco aprobaba una proposición no de ley basada en la campaña “El trabajo es para la vida. Lana bizigai”. La proposición dice lo siguiente “El Parlamento Vasco insta al Departamento de Empleo y Asuntos Sociales a que, en el presente periodo de sesiones, elabore un protocolo orientativo de pautas de actuación de las empresas para con los familiares de los trabajadores o las trabajadoras que hayan sufrido un accidente laboral, en colaboración con el organismo autónomo Osalan y con los sindicatos y asociaciones empresariales”. La proposición formulada por el grupo Nacionalistas Vascos y consensuada con el Grupo Socialistas Vascos, fue aprobada por 73 votos a favor y 2 abstenciones de los 75 votos emitidos

Esta iniciativa acoge una de las peticiones realizadas desde la campaña “El trabajo es para la vida. Lana bizigai” promovida por los Secretariados Sociales de las Diócesis Vascas, los movimientos HOAC y JOC y el Secretariado Diocesano de Pastoral Obrera de Bilbao, que el curso pasado contó con el apoyo de 6.100 firmas.

En los encuentros mantenidos con la Presidenta del Parlamento Vasco y la Comisión de Políticas Sociales, Trabajo e Igualdad en abril de 2010, se transmitió la necesidad de no escatimar esfuerzos económicos, profesionales y humanos a la hora de garantizar una mayor atención a las víctimas de un accidente laboral y sus familias. Se demandaba formación, recursos, protocolos de actuación, acompañamiento, reconocimiento. Ante estas situaciones es importante garantizar el cumplimiento de la legislación en materia de prevención, pero resulta imprescindible no olvidar la parte más sensible, las personas afectadas y sus familias, cuidando desde el momento en el que se produce el accidente la comunicación, la cercanía, pudiendo contar con los apoyos necesarios.

En el debate mantenido en la sesión parlamentaria, reconociendo que es una realidad que no se está atendiendo suficientemente dentro de la agenda política, se percibía un claro interés por seguir avanzando en el camino de reducir los actuales índices de siniestralidad laboral. A nivel legislativo se han ido poniendo bases en cuanto a la prevención, aunque todavía quedan pasos por dar. Se constataba también la limitación en todo lo concerniente a la atención a las secuelas de tipo psicológico, afectivo, a los trámites jurídicos que suelen seguir a un hecho de este tipo.

No conviene olvidar que el trabajador, la trabajadora no es un “engranaje” más en el sistema de producción. Se trata de una persona que debe ver reconocido su derecho a un trabajo en condiciones dignas y seguras. Tampoco se puede obviar que en cada persona confluye un círculo de familiares, amigos, vecinos, … que viven, se alegran y sufren con él, con ella. Un amplio mundo de relaciones que no puede dejarse al margen. Son muy importantes las medidas preventivas, pero se necesitan también recursos jurídicos, psicológicos, acompañamiento… Cuando fallece un trabajador, una trabajadora no fallece un albañil, un camionero, una limpiadora… fallece Javier, Itziar, José, Niko … padre o madre de familia, hermano, hija.. Para sus familias la vida ya no va a ser la misma.

Contar con un protocolo que permita establecer unas pautas de actuación para con las familias de los trabajadores o trabajadoras fallecidas, permite no dejar a la improvisación o al buen hacer de quien se encuentra ante un hecho de este tipo, una encomienda, que puede requerir en la mayoría de los casos de ayuda especializada. Los seres queridos más cercanos no pueden ser los últimos en recibir la noticia o bien recibirla de forma fría o distante. Cuidar estos momentos ayudará a abordar los pasos siguientes en mejores condiciones, pudiéndose canalizar más fácilmente las necesidades que puedan darse en el plano tanto personal, como en el técnico-jurídico, y sobre todo, reconocer que el ámbito laboral es un ámbito donde lo más importante son las personas.

Desde los impulsores de la campaña agradecer especialmente el interés manifestado por los parlamentarios y parlamentarias ante esta realidad, su acogida a la propuesta, su trabajo y sus aportaciones. Esperamos que desde el esfuerzo de todos y todas ir haciendo realidad que “El trabajo es para la vida. Lana bizigai”

Aprovechar también este espacio para comunicar que se sigue trabajando en distintas iniciativas de sensibilización, denuncia y contacto con las familias afectadas. Destacar que para el 28 de abril, día de la Jornada Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo se está preparando un acto público en Sestao, en el entorno donde se encuentra el Monumento a la Clase Trabajadora, que recoge la siguiente inscripción: “A la memoria de cuantos obreros, hombres y mujeres, dieron su salud y su vida por el futuro de Euskadi” recuerdo y reconocimiento que hacemos extensivo a todos los trabajadores y trabajadoras y sus familias.

Un pequeño gesto de solidaridad y denuncia

Con el objetivo de manifestar la solidaridad y la denuncia ante la pérdida de vidas humanas en accidente laboral, desde la Campaña “El trabajo es para la vida. Lana bizigai” se está dando a conocer un pin, que recoge un lazo negro con un casco amarillo. Colocarlo en la solapa cuando haya fallecido una persona por esa causa, en nuestra realidad cercana, puede ayudar a hacer más visible esta problemática que padecen muchas familias y que en la mayoría de ocasiones queda reservada al ámbito de lo privado. Suscitar la pregunta ¿Por qué el pin? ¿Qué expresa? ¿Pero, podemos hacer algo? … Esto puede ser el inicio de una conversación, una forma de explicitar que como sociedad no podemos ser indiferentes a esta realidad, que hay que ponerse manos a la obra. Según datos de Osalan (Instituto Vasco de Seguridad y Salud laborales), en la Comunidad Autónoma Vasca, en la última década se han perdido 20.000 años de vida en accidentes de trabajo mortales. En 2010 fueron 58 personas las fallecidas. ¡No más víctimas en el trabajo!

Más información: Pastoral Obrera diócesis de Bilbao