El cuidado socioambiental

No habrá trabajo decente sin combatir el descarte de millones de personas trabajadoras y frenar la explotación de la naturaleza. Por eso, la apuesta de la HOAC por la cultura del cuidado supone incorporar la ecología integral.

El papa Francisco insiste en la idea de que no somos dueños de la creación, sino administradores llamados a engrandecer la casa común para generaciones futuras. «La tierra nos precede y nos ha sido dada», dice en Laudato si’, por lo que estamos llamados a «labrar y cuidar» el jardín que es el mundo y a desarrollar el «amor social» que inspira «grandes estrategias que detengan eficazmente la degradación ambiental y alienten una cultura del cuidado que impregne toda la sociedad».

El cambio necesario de las estructuras económicas, políticas y sociales pasa por el encuentro y la fraternidad. Así, resulta imprescindible escuchar el clamor de la Tierra y de las personas empobrecidas, tender puentes, crear sinergias y colaborar con el mundo del trabajo, pero también, con movimientos ambientalistas y ecofeministas comprometidos con las propuestas del «buen vivir», basadas en el ser, la sencillez, la sobriedad, los cuidados y la conexión con la naturaleza.

El lema ecologista de «pensar globalmente, actuar localmente» recuerda la importancia de combinar la dimensión universal del cuidado por la casa común y la atención a las realidades más cercanas. Precisamente, en diócesis como Málaga y Córdoba, la HOAC se ha unido a otros colectivos para caminar juntos en la exigencia de barrios habitables, transporte público sostenible, consumo responsable y acceso a las energías renovables, pero también comparte lugares comunes con comunidades cristianas que han asumido el compromiso de extender el magisterio social de la Iglesia, de cambiar estilos de vida, de trabajar por el bien común, de cuidar el planeta… Fruto de esta labor, por ejemplo, es la Plataforma Ecosocial Laudato si’ de Málaga.

Reflexión

La HOAC, en su reto por acompañar a las personas del mundo obrero más precario, promover una nueva cultura de la fraternidad, colaborar a la transformación de las instituciones y apoyar iniciativas alternativas al modelo de producción y consumo actual, ha asumido como organización la perspectiva del cuidado, que abarca, como no, la defensa de la casa común que habita la humanidad entera.

La conversión ecológica que propone el papa Francisco, con especial énfasis, desde los planteamientos de Laudato si’ y de la exhortación Laudate Deum, afecta a los modos de vida y consumo tanto personal, como comunitariamente, al funcionamiento de las instituciones, pero también a las respuestas a la situación de las personas más vulnerables y empobrecidas de aquí y de allá y a los procesos, algunos ya iniciados y otros por estrenar, para hacer operativa la comunión con Dios, con los demás y con la creación.

La campaña de la HOAC para los próximos dos años «Cuidar el trabajo, cuidar la vida», quiere incidir también en la necesidad de comprender el trabajo, con el que los seres humanos no solo se construyen a sí mismos y contribuyen al avance de la sociedad, también transforman su entorno natural, como pieza clave de la cultura del cuidado que frene la degradación del planeta, seriamente amenazado, y la exclusión social que corroe nuestras sociedades.

Laudate Deum, la última exhortación pontificia, publicada poco antes de la celebración de la próxima cumbre del clima, COP28, urge a la comunidad internacional, a los Gobiernos y autoridades a cumplir con los compromisos adquiridos en la lucha contra el calentamiento global, pero también llama a las persona de bien y a la propia comunidad eclesial a comprometerse a desarrollar nuevos hábitos más respetuosos con el medio ambiente y más atentos a las necesidades de las poblaciones más vulnerables.

«Invito a cada uno a acompañar este camino de reconciliación con el mundo que nos alberga y a embellecerlo con el propio aporte, porque ese empeño propio tiene que ver con la dignidad personal y con los grandes valores», se dice en esta exhortación, donde Francisco reconoce que «que las soluciones más efectivas no vendrán solo de esfuerzos individuales, sino ante todo de las grandes decisiones en la política nacional e internacional».

«Todo suma, y evitar entre todos un aumento de una décima de grado en la temperatura global ya puede ser suficiente para evitar algunos sufrimientos a muchas personas». Eso sí, destaca que «no hay cambios duraderos sin cambios culturales, sin una maduración en la forma de vida y en las convicciones de las sociedades, y no hay cambios culturales sin cambios en las personas».

Para recorrer «la senda del cuidado mutuo» hay que empezar alejándose del «estilo de vida irresponsable ligado al modelo occidental», sin olvidarnos de «las indispensables decisiones políticas», nos pide Francisco en Laudate Deum, un llamamiento que, evidentemente y en coherencia con las decisiones de sus militantes, hace suyo la HOAC, ahora más que nunca.

Referencias

Plataforma ecosocial Laudato si” de Málaga

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