Comunión de bienes para la lucha obrera

Aprobé las oposiciones de Cataluña para profesora de Griego y Latín en 2021, después de 15 años como interina. Como vivo en Valencia, tuve que desplazarme 200 kilómetros, dejando a mi marido y mis hijas de 13 y 17 años en Catarroja.

Veníamos de un curso anterior con muchas movilizaciones pidiendo el cumplimiento de la normativa europea que instaba a la Administración a estabilizar al personal en fraude de ley, y ahora el asunto estaba más candente que nunca.

Así que, con la ayuda de mi equipo de la HOAC y de una buena reflexión, me dispuse a buscar a las compañeras con las que compartía inquietudes para tomar contacto y tantear el terreno.

Fue difícil ya que estaba recién llegada, en un centro nuevo, una comunidad nueva, pero las luchas eran las de siempre y conseguí, junto con otras compañeras y la ayuda del sindicato CGT Terres de l’Ebre, crear una «comisión de rebeldía», encargada de informar de las movilizaciones y gestionar acciones dentro y fuera del centro de manera colectiva. Y llegaron las huelgas…, y yo no tenía ni siquiera para acabar el mes.

La situación económica familiar se había ido al traste con el pago del alquiler y la gasolina, sumado a la hipoteca, el mantenimiento de los cuatro miembros de la familia y la precariedad laboral de mi marido, que trabajaba ocho meses al año a media jornada.

Así que volví a tirar de equipo de vida y se hizo la HOAC presente con su comunión de bienes: el equipo propuso cubrir los días de huelga, con su aportación económica, y eso hicieron durante más de 15 jornadas de huelga, durante dos cursos.

Discernimiento

«[Que Cristo reine en todos los corazones] es solamente la mitad del ideal, puesto que solo se fija en el aspecto individual de la persona humana y hace caso omiso de su aspecto social. Esto desemboca necesariamente en el escándalo de desconectar la religión de la vida, afirmándose que una cosa es Dios y otra el negocio, o la política, o la diversión, o la justicia, etc.».

(Cuaderno Rovirosa 10. El amor de comunión)

«Ahora es el tiempo de actuar. Ahora es el tiempo de los testimonios, y no de las apologías. Ahora es el tiempo de mirar, no lo que hago, sino cómo lo hago. Ahora es más importante pegar carteles en las calles para el servicio de Dios, que hacer cosas muy destacadas por mi capricho».

(Guillermo Rovirosa, Obras Completas, tomo V)

Actúa y transforma

¿Somos conscientes de las situaciones de lucha a nuestro alrededor, en nuestro trabajo, nuestro barrio, nuestras instituciones? Frente a las dificultades que nos surgen, ¿buscamos soluciones colectivas, pedimos ayuda en comunión?

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