Más trabajo digno

Como culminación de la campaña «Trabajo digno para una sociedad decente», en todas las provincias de Andalucía y Canarias se entregó, el 14 de abril, un manifiesto a los y las responsables políticas de las Delegaciones Provinciales de las Consejerías de Empleo, así como en las Consejería de Empleo y Delegaciones del Gobierno Central en Andalucía y Canarias.

En este manifiesto, planteamos la situación de precariedad que sufren muchas personas del mundo del trabajo y pedimos un compromiso político para «alumbrar un trabajo decente, acorde a la dignidad de la persona, creada a imagen de Dios», exigiendo que la lucha contra la pobreza y la exclusión se sitúe en el centro de la actuación política, trabajando contra la desigualdad y el empobrecimiento causado por la falta de un trabajo digno, prestando especial atención a las personas más vulnerables (migrantes, jóvenes, mujeres), y para que se aborde esta crisis social desde la perspectiva de una ecología integral que cuide de la casa común, fomente el bien común y la fraternidad universal.

Con este gesto público, al que convocamos a otras organizaciones sociales y medios de comunicación, pretendíamos visibilizar que, como se destaca en la Doctrina Social de la Iglesia (DSI), la cuestión del trabajo y de sus condiciones dignas sigue siendo un aspecto clave de la cuestión social y de la lucha por la justicia; y para eso necesitamos que el trabajo sea digno, seguro, con derechos y que permita unas condiciones de vida dignas para todas las personas.

Reflexión: La persona por encima de la economía

Durante los años en que hemos realizado esta campaña a nivel de todo el Estado, hemos estado en cercanía con muchas personas y colectivos que sufren la precariedad laboral, encarnándonos en su sufrimiento, compartiendo sus esperanzas y luchas; y haciéndonos eco de aquellas experiencias que nos hablan de formas de organizar el trabajo más acordes a nuestra dignidad de hijos e hijas de Dios.

Este acompañamiento de las personas ha sido de los aspectos más enriquecedores, porque hemos compartido vida, nos ha interpelado en nuestro ser cristiano y nos anima a querer seguir llevando a Jesús y su estilo de vida a las personas del mundo del trabajo.

Hemos pretendido concienciar de que, si no hay dignidad en el trabajo, la persona no puede desarrollar plenamente su humanidad; por eso se necesitan instituciones sociales, políticas, sindicales y eclesiales que promuevan un trabajo digno para todos y todas, y hemos contribuido para que la precariedad, la flexibilidad laboral y la supremacía de la persona sobre la economía se sitúen en el centro del debate social.

Aunque hemos recibido diferente acogida según las provincias; con este gesto se ha abierto una puerta al contacto con las instituciones responsables de poner soluciones políticas a esta situación, hemos entrado en diálogo con los y las responsables políticos y nos hemos emplazado a seguir dialogando sobre propuestas concretas en la lucha contra la precariedad.

En nuestra XIV Asamblea General, que celebraremos este verano en Segovia, haremos balance de lo hecho, analizando la realidad social y eclesial desde la mirada amorosa de Dios y prestando atención a los retos que esta realidad nos plantea, para seguir siendo fieles a la misión que la Iglesia nos encomienda de construir el plan de justicia y hermandad de Dios en el mundo del trabajo.

Referencias

Publicaciones:
Soñar el trabajo digno. Construyendo prácticas de comunión. Cuaderno HOAC 22.

Información sobre la campaña.

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