«Temo quedarme sin salario y sin prestación»

«Temo que me pase algo, caer enferma, porque no tengo derecho a nada y si no trabajo no cobro», relata Isabel, de 56 años de edad y en España desde 2002, con intervalos. En la actualidad, trabaja por horas en labores de cuidado, pero sin contrato.

Cuando irrumpió la pandemia estaba sin trabajo y tuvo que enfrentarse a un desahucio y cortes de agua y luz. En 2021 y 2022, pudo trabajar como cocinera en la Escuela de Verano de la Fundación Don Bosco. «Me gustaría formarme en cocina, pero el hecho de tener que buscarme la vida no me permite formarme», reconoce.

«Tengo dos familias a las que limpio la casa y cuido de una señora mayor hasta que se acuesta por las noches», expone la trabajadora de origen brasileño que ahora vive en Jaén. «Al ser trabajos por horas es difícil que me aseguren», reconoce, aunque, en total, «echo casi media jornada todos los días».

Como empleada de hogar señala que «en muchas ocasiones, no nos sentimos valoradas y parecemos invisibles. La mayoría somos inmigrantes». En su opinión, debería ser un trabajo con derechos, bajo un convenio colectivo, como tienen otros trabajadores, donde se reconozcan las enfermedades profesionales, tanto de la limpieza como de los cuidados.

«Nos exponemos a salpicaduras, inhalación y exposición a sustancias nocivas y contagios», añade, además de señalar que hay «muchos riesgos físicos y químicos y también desgaste emocional, estrés, déficits de atención e incluso depresión y ansiedad».

Apunta que «nuestra precariedad consiste en no poder darte de alta en algún trabajo, porque no es compatible con algunas prestaciones que nos permiten sobrevivir». Detalla que «las prestaciones duran como mucho un año, pero puede ocurrir que te den de alta en el trabajo y fallezca la persona dependiente y te despidan», de modo que es fácil «quedarte sin prestación y sin salario». Las normas laborales, opina, tendrían que contemplar estas situaciones que se dan con mucha frecuencia. «Tenemos que avanzar», proclama.

Discernimiento

«Es urgente que ahora nos hagamos cargo de los que tienen hambre de comida y de dignidad, de los que no tienen trabajo y luchan por salir adelante. Y hacerlo de manera concreta, como concreto es el pan que Jesús nos da. Hace falta una cercanía verdadera, hacen falta auténticas cadenas de solidaridad. Jesús en la Eucaristía se hace cercano a nosotros, ¡no dejemos solos a quienes están cerca nuestro!» (papa Francisco, Homilía del Corpus Christi, 14 de junio de 2020)

Actúa y transforma

¿Cómo podemos avanzar en hacernos cercanos y ayudar a las personas que llevan tiempo en paro, con trabajos precarios y en la economía sumergida?

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