Sin compromiso no hay trabajo decente

La iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente (ITD) somos conscientes de que la dignidad del trabajo y el trabajo decente es una prioridad humana y, por ello, una prioridad cristiana y compromiso de toda la Iglesia. 

En palabras del papa Francisco: «El mundo del trabajo es una prioridad humana. Y, por lo tanto, es una prioridad cristiana, una prioridad nuestra y también una prioridad del Papa. Ha existido siempre una amistad entre la Iglesia y el trabajo, comenzando por Jesús trabajador. Donde hay un trabajador, ahí está el interés y la mirada de amor del Señor y de la Iglesia».

Desde el año 2021 la economía se ha ido activando y se ha reducido la tasa de desempleo. Sin embargo, la temporalidad, la intermitencia, los bajos salarios y la precariedad de los contratos, hacen que muchas personas, a pesar de tener un trabajo, no consigan salir de la pobreza. Siendo los sectores más vulnerables (mujeres, personas jóvenes, personas de origen inmigrante y personas en situación de exclusión social), los que están sufriendo, como siempre, un mayor impacto.

Nos mantenemos en un sistema que prioriza el beneficio económico y «descarta» a las personas. Con un modelo de relaciones laborales que no asegura a miles de trabajadores y trabajadoras acceder a un trabajo decente que permita atender necesidades básicas como llegar a fin de mes, conciliar la vida laboral y familiar, el acceso a la vivienda, la seguridad y salud laboral, el confort energético, la participación social, etc. Por eso, la iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente (ITD) considera que es urgente abordar esta situación en la que nos encontramos, especialmente, las personas más vulnerables.

Sin compromiso no hay transformación posible, por ello, estamos llamados a trabajar en este compromiso por la defensa del trabajo decente desde la Iglesia y desde nuestras organizaciones, como parte de la misma. Consideramos fundamental para ello, por un lado, conseguir una mayor participación y protagonismo de las entidades que impulsan la Iglesia por el Trabajo Decente en las diócesis del país que, además, acerquen la iniciativa a parroquias, movimientos, comunidades cristianas, centros educativos, etc. Este año, la iniciativa ha querido insistir en que «sin compromiso no hay trabajo decente».

Cada vez somos más organizaciones las que participamos de la Iniciativa y crece la colaboración y unidad entre nosotras, respetándonos y teniendo presentes nuestras posibilidades, necesidades y limitaciones, construyendo desde lo que nos une, y, en esa unidad, somos reconocidos como Iglesia sensible que defiende el trabajo decente.

Y, por supuesto, como parte de la sociedad que somos, consideramos fundamental el diálogo y colaboración con los sindicatos y otras organizaciones de la sociedad civil para que se impliquen y nos alineemos en un mensaje común que nos haga más fuertes en la defensa del trabajo decente.

Por otro lado, es necesario reforzar e incrementar el apoyo de los obispos a través de la relación iniciada con la Conferencia Episcopal Española, que haga crecer este camino sinodal por el trabajo decente. Aspecto este fundamental para el crecimiento de la Iniciativa y que venimos trabajando desde sus inicios. Algunos obispos la han apoyado escribiendo cartas pastorales animando a la celebración y, desde el pasado año, mantenemos relación fluida y trabajo conjunto con Pastoral del Trabajo.

Un compromiso que crece y se hace fuerte entre nosotras y nosotros, representados a través de nuestras organizaciones y con el apoyo fundamental de los obispos, en la convicción de que se necesita un cambio de mentalidad por parte de toda la sociedad y de las instituciones como nuestras representantes, para que la persona sea el centro y las políticas se dirijan a garantizar su bienestar y pongamos el foco en que las personas necesitan unas condiciones de trabajo decentes, que les permitan desarrollar su vida y sus intereses más allá de motivos puramente económicos.

En salida

Es fundamental nuestro papel, como Iglesia, de informar, sensibilizar, visibilizar y hacer llegar el mensaje por la defensa del derecho al trabajo decente. Un aspecto fundamental para la vida de millones de personas, como es el trabajo, preocupación fundamental para las personas y familias cristianas, tiene que convertirse en una aspiración común para la Iglesia.

Y en este camino común es clave el apoyo de los obispos, siendo esta la prioridad en la acción de la iniciativa durante este año, manteniendo el foco en los días clave para la promoción de la dignidad del trabajo: convocatoria del Primero de Mayo y Jornada Mundial por el Trabajo Decente, del 7 de octubre.

En estos días, desde las mesas diocesanas se preparan diferentes actos públicos, celebraciones de eucaristías y vigilias, comunicados, etc., en los que desde la ITD invitamos y animamos a participar a todos los hombres y mujeres comprometidos, ya que la visibilidad y reconocimiento en estos días es fundamental para poder llegar cada vez más y mejor y que bajo nuestro simbólico paseo/carrera avancemos para que el trabajo decente pueda convertirse en una realidad alcanzable para todas las personas.

Reflexiona

Es necesario y urgente un compromiso político y social que garantice el derecho al trabajo «especialmente trabajo decente y no de cualquier modo», como reclama el papa Francisco; para lo que es fundamental seguir vigilando y regulando las condiciones laborales para que estas sean decentes.

Toda la comunidad cristiana está llamada a visibilizar y denunciar la situación de desigualdad en el acceso al trabajo decente y la negación de dignidad que esto supone. Todos y todas podemos hacer algo desde nuestras organizaciones, parroquias o lugares de compromiso.

Y, dentro de este compromiso, por coherencia evangélica y por el testimonio que estamos llamados a dar, también estamos obligados a reflexionar sobre las realidades laborales en nuestros movimientos y organizaciones, así como en los espacios en los que nos movemos y de los que formamos parte. Ya que tenemos que empezar por mirar dentro de nuestra propia forma de conformarnos y organizarnos y ser conscientes de nuestra necesidad de mejora.

Recursos

Convocatoria Iglesia por el trabajo Decente
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Publicaciones
Cuaderno HOAC 22: Soñar el trabajo digno. Construyendo prácticas de comunión.

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