Queridos amigos y amigas.
De nuevo tengo el placer de saludaros en uno de vuestros consejos generales. Para mí es una alegría poder felicitaros por ello y trasmitiros un fuerte abrazo de parte de toda la HOAC. Acercarnos a vuestra tarea nos infunde ánimo, porque sois ejemplo de coherencia en la búsqueda de un mundo mejor y, por tanto, propuesta atractiva para muchos y muchas jóvenes. Hoy, una vez más, queremos dar gracias por vuestro esfuerzo y vuestro trabajo.
Como sabéis, estamos ya en un cambio de época y la cosa no pinta bien para la mayoría de las personas y entre ellos los jóvenes. Con muy buen criterio habéis elegido vuestro lema: Juventud en cambio, movimiento en acción. Con él manifestáis que la incertidumbre ante tantos cambios o el pesimismo ante el futuro no os van a paralizar, al contrario, os impulsan a seguir buscando caminos por donde transitar y llevar la esperanza a tantos jóvenes que buscan otras respuestas diferentes a las que les da este sistema.
Estamos en tiempos especialmente complicados en que las políticas neoliberales y de extrema derecha avanzan, las desigualdades han aumentado claramente y a pesar de los esfuerzos no se consigue una mejor redistribución económica. La polarización impide ver que la política esté al servicio del bien común lo que crea una desvinculación creciente que paraliza a la sociedad.
En nuestro mundo la paz se está convirtiendo también en algo cada vez más inalcanzable, algo por lo que hay que luchar y defender porque no está conquistada como creíamos hace un tiempo. Los intereses de las grandes multinacionales apuntan a la generación de conflictos armados que cada vez son más cercanos. La inversión en armamento impide a su vez que se invierta en mejorar la vida de los empobrecidos. El miedo es el mejor aliado contra la protesta.
Y los jóvenes seguís padeciendo graves problemas. La generación mejor formada de la historia ya vivís peor que vuestros padres; vuestros trabajos son precarios. El trabajo en condiciones indecentes apenas permite llegar a fin de mes. La emancipación se hace imposible ya que los precios de la vivienda siguen subiendo como si tuvieran vida. La CEE en su última asamblea se hacía eco de esta realidad y recogía cómo las dificultades que plantean las condiciones laborales, económicas y de vivienda dificultan la independencia de los jóvenes.
Lo veis a diario: cada vez cuesta más trabajo que vuestros amigos y compañeros, se convenzan de que es posible hacer algo para cambiar esta sociedad. Pero ahí estáis vosotros dando razón de vuestra esperanza en medio de la incertidumbre social.
El futuro no está escrito, pero es ahora cuando se están tomando decisiones transcendentales… que nos emplazan al compromiso, a la acción militante y transformadora, en las realidades más cercanas, cuidándonos y caminando juntos y juntas… No nos dejemos robar esa esperanza.
A pesar de la lentitud también nuestra Iglesia va dando pasos, habla de sinodalidad como manera de ser y apuesta por poner en el centro a las personas que peor lo están pasando en ser más abierta y auténtica, en vivir desde la comunión con los últimos. Por eso aquí sois muy necesarios en la construcción de una iglesia cada vez más auténtica.
Tenéis por delante importantes retos sobre los que dialogar estos días, pero también mucho camino recorrido, mucha sabiduría acumulada para ir avanzando y descubrir cómo seguir siendo agentes evangelizadores en vuestros ambientes, en el trabajo, en el estudio, en las asociaciones y organizaciones en las que participáis, en el ocio… En ese camino os vais a encontrar con muchos y entre ellos estaremos la HOAC para recorrerlo juntos.
Este es un gran momento para vosotros. Un momento de gran responsabilidad, que os llevará a comunicar en vuestros ambientes ese proyecto de felicidad que Jesús tiene para cada uno y cada una, así que os deseamos mucho ánimo, que sigáis adelante en la tarea y no olvidéis que la Acción Católica os necesita y la Iglesia también.
Buen trabajo y un abrazo en Cristo obrero
