
Deberíamos ser capaces de creer que la fe puede seguir curando hoy, puede seguir dando vida, seguir levantando a quienes caen, porque les invita a confiar en el amor de Dios que sostiene nuestra existencia. Es la fe en el amor digno de crédito la que nos permite reconocer la dignidad herida de cada persona y, pese a los obstáculos que este mundo sigue poniendo, la que nos empuja a implicar nuestra vida en la tarea compartida de posibilitar la vida digna de toda persona.
13º Domingo TO