La colectividad cristiana se convierte en comunión. Si el hombre es imagen del Dios «uno», la colectividad cristiana (comunión) es la imagen del Dios Trinitario. Se trata de unos cuantos que ya no son uno más uno, más uno, más uno… sino que son uno en Cristo, porque el ser de cada uno es Cristo. No tan solo porque en cada bautizado está la Gracia recibida en el Bautismo, sino por una nueva Gracia (que podemos llamar Gracia social), que se manifiesta por una presencia especial de Cristo, que exige la reunión de dos o tres para actualizarse: Donde dos o tres se reúnen en mi Nombre, Yo estoy en medio de ellos (Rovirosa, OC, T.III. 78-79).