Esta es una síntesis de la última reflexión de la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) sobre qué puede y debe ofrecer el seguimiento cristiano comunitario al mundo actual, especialmente a los ambientes del mundo del trabajo y populares, a las personas y familias trabajadoras.
La acción en común-unión
Comisión Permanente de la HOAC | Promover el bien común y el trabajo humano exige un esfuerzo coordinado en la construcción de propuestas de sentido y alternativas cotidianas. Ese es el reto al que trata de responder, desde siempre, la HOAC, a través de su Quehacer Apostólico Comunitario, que es central en la vida del movimiento y de sus militantes.
La HOAC sigue preguntándose cuál es la mejor respuesta a los desafíos actuales de las personas y familias trabajadoras y cómo puede acercar el Reino de Dios en medio de las vicisitudes del mundo obrero más empobrecido.
La vivencia comunitaria y encarnada del mensaje de Jesucristo es un paso imprescindible para alumbrar respuestas concretas que restañen la dignidad herida, que devuelvan la esperanza perdida y que permitan el desarrollo pleno de la humanidad.
La HOAC entiende que no hay otro camino que compartir lo que es y tiene. Su identidad, como comunidad eclesial para la evangelización del mundo obrero, conlleva una particular manera de actuar conjunta, de compartir su tarea y de coordinar los esfuerzos de sus miembros, amigos y simpatizantes, desde sus circunstancias y experiencias personales, que encuentra su concreción primordial en cada diócesis.
Como movimiento especializado de la Acción Católica para la Pastoral Obrera, en colaboración con el resto de comunidades de seguidores de Jesús y de instituciones en defensa de la dignidad del trabajo, está llamado a ofrecer una propuesta que, para ser, creíble, auténtica y significativa, ha de estar basada en las prácticas de comunión de bienes, de vida y de acción.