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Terminator laboral

08 junio 2018 | Por

Terminator laboral

Inaki Lancelot | Aunque el terminator laboral ya existía, Corporate narra cómo la globalización ha dotado a esta figura de un valor fundamental en el desarrollo empresarial. Las multinacionales actúan ante multitud de legislaciones y su afán de optimización continua de beneficios, implica el despido sostenido de un personal en renovación permanente. En este punto, surge la figura del killer, quien persigue que la maniobra se realice a coste cero.

Para ello, se apoyará en herramientas de psicología industrial, creando jornadas fuera del horario y del entorno laboral, en las que selecciona a los descarriados. Posteriormente, se les introduce en un plan de crecimiento personal visado y dirigido por el representante de Recursos Humanos, donde se le anima a solicitar el traslado a otro centro de la empresa. Entonces, una evaluación deliberadamente falsa de su desempeño le niega el traslado que solicita. Y se le reacomoda en un despacho al margen de sus compañeros, por ejemplo en el cuarto de la fotocopiadora, donde apenas quepa una silla sin mesa.

La técnica del mobbing es descrita con meticulosidad. Pero no estamos ante un documental, sino ante una película de ficción, el primer largo de Nicolas Silhol. Y el énfasis se sitúa sobre los personajes. En primer lugar Emilie, la jefa de personal, eficaz y comprometida con su empresa, soldado a sueldo cuyos eventuales problemas de conciencia se ahogan en cien mil euros al año, y cuya posición es también insegura, aunque ella lo desconozca al comienzo del metraje.

Su contratipo es la inspectora laboral, quien parece gozar de existencia real en el país vecino. Con sueldo muy inferior pero plaza definitiva. Con mucha costumbre de ver incumplimientos y pocos visos de atajarlos.

Por encima de Emilie, el gran jefe. Un ejemplo de asepsia. De calor ante quien cumple. De asertividad persuasiva ante quien cumplirá. Y transparente, ilocalizable, irrelacionable como un político en el gobierno si algo falla.

Silhol presenta un ambiente laboral de posiciones asentadas y amistades en desaparición, donde es impensable escapar al papel asignado, con una toma de decisiones unipersonal y una comunicación de tareas implícita y tácita. Con códigos cerrados que determinan la vestimenta, el tipo de alimentación, la forma de expresarse y quizá de sentir.

Con oficinas que asemejan el salón de casa. Y un afán de intromisión en la vida personal, que se concreta en preguntas del tipo: ¿su mujer es más importante que su empresa?, exhaladas en un tono seriamente amenazador. La conducta de la protagonista sintetiza esta despersonalización, cuando aplica las recetas de las que es víctima su propio marido sin sentir contradicción alguna.

La empresa como ente se erige en un personaje más, que sigue sus propios códigos y avanza inexorable por encima de sus miembros. Un constructo que tomó conciencia propia e impone sus propios intereses.

Existen otros films que aportan visiones complementarias a este impactante Corporate. En Casual day se describía una jornada de confraternización entre los miembros de una oficina. En El vendedor, el trato que daban al elemento menos eficaz sus propios compañeros, no el departamento de personal. En El corredor nocturno seguíamos la pista a un liquidador laboral.

Corporate
Director: Nicolas Silhol
Nacionalidad: Francesa
Intérpretes: Céline Sallette, Lambert Wilson, Violaine Fumeau, Charly Anson, Stéphane De Groodt
Estreno: 25/5/18

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