Nuestra vida está llamada a ser sanadora. Será sanadora si cura e integra, si ayuda a otros a encontrar sanación en su vida que les permita integrarse en la vida. Nuestras actitudes, nuestra manera de tratar a las personas, nuestra manera de servirlas y la intensidad con que lo hacemos, están llamadas a ser instrumentos de sanación, de acogida, de inclusión. ¿Lo son? ¿Lo notan los pobres en su vida?
La respuesta, después de que lo oremos.
Ver más oraciones aquí.
Para saber cómo bajar este documento, imprimir, etc. ver: