El ser cristiano «de verdad» exige siempre una conversión, que tiene que hacer individualmente cada persona que viene a este mundo. ¡Este sí que es un acto puramente personal e intransferible! ¡Como que es el acto supremo de la libertad! (Rovirosa, OC.T, I. 168).
Ver más oraciones aquí.
Para saber cómo bajar este documento, imprimir, etc. ver: