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La neutralidad en la red: igualdad en las comunicaciones

28 octubre 2016 | Por

La neutralidad en la red: igualdad en las comunicaciones

Víctor Domingo* | Hasta ahora el concepto de neutralidad de la red es un principio propuesto para las redes de telecomunicaciones de uso residencial y móvil, y potencialmente aplicable a todas las redes de comunicación, que describe cuál debería ser el tratamiento del tráfico que circula a través de ellas. Por ese motivo la neutralidad de la red es uno de los grandes principios sobre los que se ha construido Internet.

Y se expresa básicamente en que todo lo que se transmite en la red se transmita de la misma forma, sin discriminar ni distinguir el contenido de los paquetes. Neutralidad supone aplicar a todos los datos que circulan por la red el mismo tratamiento, sin que haya prioridad ni jerarquía de unos sobre otros y que no se impida a algunos circular, de forma que la red sea siempre la misma para todo el mundo.

Desde la perspectiva de los derechos fundamentales, la neutralidad de la red equivale al principio de igualdad y no discriminación de los usuarios de la red y su defensa es esencial de cara a evitar que en el futuro Internet acabe bajo el control de unos pocos. Por consiguiente la pretensión es que la Ley garantice este principio, tal y como pretende la estadounidense Comisión Federal de Comunicaciones (FCC por sus siglas en inglés) y como en el año 2014 propuso el Parlamento Europeo.

El regulador de las telecomunicaciones a nivel comunitario (BEREC), tras tres años de elaboración, ha prohibido el bloqueo o filtrado reducción de velocidad de contenidos específicos, aplicaciones o servicios, salvo en caso de órdenes judiciales, ciberataques y congestiones; y se estudiará caso a caso la conveniencia o no de permitir la tasa cero por la que el acceso a determinados servicios no se contabiliza en el límite mensual de descarga del cliente de una red móvil. Esta medida puede favorecer a unas empresas, contenidos y servicios sobre otros.

Es cierto que la posibilidad de regulación para obligar a la neutralidad de la red ha sido objeto de debate en numerosos foros. Desde el año 2000 diversos grupos que defienden ciertas normas y la neutralidad de la red han lanzado numerosas campañas con el fin de que los proveedores de servicio no bloqueen aplicaciones y proveedores (por ejemplo, páginas web), particularmente las usadas por la competencia de dichos proveedores.

Los que proponen la neutralidad aseguran asimismo que las compañías de telecomunicaciones intentan imponer su modelo de servicio para conseguir beneficios aprovechándose del control sobre el mismo, más que por demanda de sus servicios. Los que se oponen a la neutralidad y a esas normas, por el contrario, llaman a las reglas de Neutralidad de la Red «una solución en busca de un problema» y consideran que las reglas de neutralidad de la red reducirían los incentivos para actualizar las redes y lanzar nuevos servicios de nueva generación.

Pero en 2016 la polémica rebasa considerablemente este antiguo debate, porque entran en liza nuevos agentes como los proveedores de contenidos y los fabricantes de hardware y software.

En primer lugar los proveedores de contenidos son muy diferentes en tamaño y en poder económico. Y es usual que los más poderosos contraten servicios de redes de entrega de contenidos (CDN) distribuidos en distintas partes del mundo, como modo de agilizar el acceso de sus usuarios. Esto es imposible para los más pequeños. En paralelo a esto, se fueron desarrollando y consolidando ciertos servicios OTT (de over the top, aquellos servicios que transmiten contenidos, normalmente video, voz o mensajería, a diferentes dispositivos haciendo un mayor uso de las capacidades de la red) que hacen uso de una parte muy grande del ancho de banda disponible. ¿Sería adecuado que estas grandes compañías de OTT hagan pagos de contraprestación a fin de solventar las inversiones necesarias en infraestructura?, por supuesto, en el marco de una Internet abierta, que no implique la degradación o bloqueo del resto de los servicios. Y, ¿qué consecuencias tendrían estos movimientos para los usuarios conectados?

Por último, los fabricantes de hardware y software están poniendo en entredicho el concepto de interoperabilidad como la habilidad de dos o más sistemas o componentes para intercambiar información y utilizar la información intercambiada. Esa concepción agrede directamente a la neutralidad de la red. Un claro ejemplo es la incompatibilidad entre aplicaciones de Apple y Android. Por ese motivo esta materia debería estar incluida en el concepto de Neutralidad en la red.

Así las cosas, la resolución de la Federal Communications Commission (FCC) que aprobó el paso de los servicios de telecomunicaciones de banda ancha a través de internet como servicios de telecomunicaciones o public utilities, lo que conlleva que sus proveedores tendrán la consideración de common carriers (servicios de transporte general al estilo de las empresas del transporte marítimo que organizan los envíos de mercancía cumpliendo los requisitos y estándares establecidos), si bien es importante, para lo que hasta ahora entendemos como neutralidad de la red, queda escasa y parcial en unos momentos en el que este concepto ha quedado rebasado por la realidad de los hechos y el desarrollo de la Internet que estamos viviendo hoy y hace más necesario reiniciar un debate para revisar un nuevo concepto.

* Presidente de la Asociación de Internautas

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